Mahmoud Khalil, que hace poco era estudiante de posgrado de la Universidad de Columbia y es activo en la lucha contra la opresión israelí de Palestina, fue arrestado injustamente por el ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) el sábado 8 de marzo por la noche. Poco después del arresto, el secretario del Estado Marco Rubio posteó sobre la deportación de manifestantes estudiantiles nacidos en otros países y amenazó con revocarle a cualquier de ellos su visa estudiantil y tarjeta verde (de residencia permanente).

Mahmoud Khalil cuenta con la tarjeta verde y por ley no lo pueden deportar ni privarle de la tarjeta verde debido a su actividad política; y de hecho, toda persona en suelo estadounidense cuenta con protección bajo la Primera Enmienda a la Constitución y supuestamente se le garantiza la libertad de expresión y de asociación política. Además, es ilegal privarle a una persona la tarjeta verde por actividad o expresión política. A las 8:30 pm del domingo, la abogada de Mahmoud aún no sabía dónde estaba detenido. Ahora han sabido que fue enviado a un campo de detención del ICE en Luisiana.

Hay mucho en juego en esta situación y nadie puede darse el lujo de quedarse al margen. Aún en el sentido literal de las afirmaciones oficiales, Mahmoud no cometido ningún delito — como máximo, ha expresado opiniones que no agradan a esta administración. Arrestarlo de manera descaradamente ilegal y mantener en secreto su paradero equivalen a un secuestro político. Es imprescindible que los campus —y toda la sociedad— resuenen con la demanda de ¡Libertad para Mahmoud Khalil! Y que retiren todos los cargos.

Mahmoud Khalil es un ciudadano argelino de origen palestino. Recibió su maestría de la Escuela de Asuntos Internacionales de la Universidad de Columbia. Participó —a menudo como negociador— en el movimiento justo en los campus por todo Estados Unidos y a nivel mundial contra el genocidio en curso en Gaza, perpetrado por Israel con el respaldo financiero y militar de Estados Unidos. Cinco puntos:

1. Esto es un vil ataque contra Mahmoud Khalil por el “crimen” de expresar en Estados Unidos una opinión que va más allá de lo que tolere este régimen fascista. No. ¡No! ¡¡¡No!!! ¿Hasta dónde se va a PARAR esto?
2. Es un ataque contra el movimiento universitario por poner alto al genocidio israelí-estadounidense en Gaza en un momento en que el mismo Trump ha amenazado abiertamente con expulsar a los gazanos de su tierra patria y convertir a Gaza en un centro turístico de casinos. Más recientemente, dijo que todos los palestinos en Gaza resultarían muertos si no se entregaran de inmediato los rehenes israelíes. Se tratan de amenazas abiertas de genocidio y limpieza étnica — y ¿¡¿dónde está el clamor indignado?!? Ahora persiguen a los individuos que se atreven a expresar su oposición, empezando con los más vulnerables. No. ¡No! ¡¡¡No!!! ¿Hasta dónde se va a PARAR esto?
3. Es un ataque contra el derecho legal de todos los inmigrantes de expresarse. La Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos se aplica a toda persona en el suelo estadounidense — y supuestamente dicha Enmienda garantiza la libertad de expresión. Ahora declaran que expresar opiniones que le caigan mal a esta administración es fundamento para negarles a los inmigrantes los derechos constitucionalmente garantizados. No. ¡No! ¡¡¡No!!! ¿Hasta dónde se va a PARAR esto?
4. Esto es parte de un ataque general contra las universidades y la libertad académica. La administración fascista de Trump y MAGA ha puesto claro en documentos como el Proyecto 2025 y mediante sus acciones que tiene la intención de expulsar de las universidades incluso a los puntos de vista liberales, según los consideran ellos, y de aplastar a los manifestantes universitarios que planteen demandas o incluso realicen actividades que no son del agrado de MAGA. No. ¡No! ¡¡¡No!!! ¿Hasta dónde se va a PARAR esto?
5. Las implicaciones de este secuestro político no se limitan a los campus ni a los inmigrantes. Se trata de un asalto contra la vida política de toda la sociedad, se trata del fascismo que avanza porfiadamente, al cual hay que reconocer y responder como tal. Paso a paso criminalizan al disentimiento y aporrean al derecho de expresarse. No. ¡No! ¡¡¡No!!! ¿Hasta dónde se va a PARAR esto — si no SE PARA aquí?

Solamente SE PARA cuando nosotros nos atrevamos a pararlo, cuando nosotros nos atrevamos a basarnos en los principios y en la humanidad — y retemos a otros a hacer lo mismo. Solamente SE PARA cuando nosotros lleguemos a ser millones y digamos “¡NO! ¡En nombre de la humanidad, neguémonos a aceptar un Estados Unidos fascista!”

¡LIBERTAD INMEDIATA PARA MAHMOUD KHALIL!

¡ALTO A LOS ATAQUES CONTRA LAS UNIVERSIDADES!

¡EN NOMBRE DE LA HUMANIDAD, NOS NEGAMOS A ACEPTAR UN ESTADOS UNIDOS FASCISTA!

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