Caminé por Universidad de California-Los Ángeles (UCLA) el jueves por la mañana temprano, la noche después de la embestida policial contra el campamento de estudiantes en protesta por la guerra genocida israelí-estadounidense contra Palestina. Observé las ruinas durante unos minutos en un campus desierto que había sido tan inusualmente vibrante y estimulante durante la semana anterior pero que ahora estaba desierto. Me enfureció toda la escena, en que policías pisotearon el lugar después de haber arrestado en masa a los estudiantes unas horas antes.
Al mismo tiempo, me hizo recordar y recalcó lo que Bob Avakian (BA) dijo en un contexto muy diferente, pero en un sentido más profundo muy similar, hace muchos años, dirigiéndose también a los ejecutores armados de este sistema y a sus amos:
Si esa es su manera de manejar la situación, ¡que se vayan al carajo! Que se larguen, que se vayan al carajo, que se quiten de la faz de la tierra y dejen en paz a las masas, porque es obvio que hay mil maneras de manejar esa situación que hubieran sido mucho mejores.
En esa cita, BA responde a un caso de los cerdos policías asesinos que una vez más mataron sin motivo a una joven negra — en este caso, Tyisha Miller, una mujer negra quien estaba desmayada en su auto. BA agrega lo que nosotros haríamos si tuviéramos el poder estatal y enfrentáramos esa situación. Lea aquí la cita completa, y vea “Bob Avakian sobre la seguridad del pueblo después de la revolución” (vídeo en inglés).
¿Fue exagerado para mí pensar en esta cita mientras observaba los escombros del campamento? De hecho, no. Pues, estamos hablando del mismo sistema (con los mismos intereses, perspectivas, métodos y objetivos y los mismos cerdos policías brutales que lo imponen todo) que asesinó a Tyisha Miller y que de hecho está cometiendo genocidio en Gaza.
Pero pensemos en un sistema diferente: en un sistema basado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian. Dejemos de lado por ahora el hecho de que esta constitución expresamente prohíbe “todas las guerras de agresión y dominación y a toda ocupación de otros países en aras de tal dominación y agresión”. Si un grupo de estudiantes acampase pacíficamente para rebelarse contra cualquier política particular de la escuela, del gobierno o incluso del socialismo en su conjunto, acogeríamos con agrado la oportunidad de abordarlo, de debatirlo, de ganarnos a las personas en el debate y, más ampliamente, a una comprensión más profunda por medio del forcejeo... y además, en la medida en que quizá estuviéramos equivocados o al menos no captáramos algo importante sobre la realidad, aprendiéramos de ello. Quizá no sea fácil, será probable que esté más confuso que un carajo, pero en el curso de este debate y lucha, se profundizaría la comprensión de la gente en la sociedad en su conjunto y, en última instancia, saldrías de la lucha en que las masas de personas tendrían una mano más fuerte y consciente sobre el poder estatal.
Así que SE JODAN estos gobernantes actuales y su discurso engreído e hipócrita sobre la “libertad de pensamiento”, una “libertad” que choca directamente contra una macana cuando ven que sus intereses fundamentales están amenazados. Podríamos llegar (y necesitamos llegar con mucha urgencia) a algo que sea totalmente diferente y digno de los seres humanos. Para citar NECESITAMOS Y EXIGIMOS: UNA FORMA COMPLETAMENTE DIFERENTE DE VIVIR, UN SISTEMA FUNDAMENTALMENTE DIFERENTE:
El propósito del sistema educativo en esta nueva sociedad socialista será de capacitar a las personas para perseguir la verdad a dondequiera que ésta conduzca, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica, y así conocer continuamente el mundo y poder contribuir mejor a cambiarlo de acuerdo con los intereses fundamentales de la humanidad.
Para llegar a semejante mundo, necesitamos una revolución… nada menos.
Una dimensión totalmente nueva de la libertad y los derechos de las personas
El papel de las instituciones gubernamentales establecidas con esta nueva Constitución socialista, entre ellas la policía y el ejército, ya no será de contener, controlar, reprimir, brutalizar, asesinar y masacrar a la gente, en Estados Unidos y por todo el mundo. En cambio, estas instituciones radicalmente nuevas salvaguardarán los derechos de las personas y darán respaldo a las masas de personas en el proceso de abolir todas las formas de discriminación y desigualdad, todas las relaciones de opresión y explotación. Defenderán la nueva sociedad emancipadora contra los esfuerzos por sabotearla, atacarla y destruirla, y apoyarán a las personas por todo el mundo que luchan por la meta de la emancipación.
Como se establece en esta Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, a las personas en esta nueva sociedad no solo se les permitirá sino que se les alentará y habilitará para que digan lo que piensan políticamente, se expresen libremente por el arte y otros medios, disientan y protesten con amparo constitucional e institucionalizado de su derecho a hacerlo. Se les proporcionarán los medios para hacerlo, porque será una parte importante de la creación de una atmósfera en la que las personas puedan “respirar” y sentirse a gusto, y donde se les inspirará para unirse a otros para bregar con lo que contribuirá, y lo que no contribuirá, a la transformación emancipadora de la sociedad y del mundo en su conjunto.