
El 6 de enero, un grupo de miles de personas, con fuerzas fascistas organizadas y armadas en su núcleo, tomaron por asalto el Congreso en un esfuerzo fallido de impedir que se ratificara la nueva presidencia de Joe Biden. Foto: AP
La campaña “Alto al robo” de Trump, una ofensiva fascista a todo vapor
Si pensaras que los fascistas que apoyan a Trump iban a retirarse después de que tomaron por asalto el Capitolio el 6 de enero y luego fueron rotundamente condenados en amplios sectores de la población, te equivocarías. Han seguido impulsando con más ahínco su ofensiva para instituir una forma de gobierno mucho más abiertamente dictatorial, un estado fascista total. Lo usarán para caer con una represión aún más dura sobre el pueblo negro y otras personas de color, para satanizar y aterrorizar a los inmigrantes y los refugiados y para hacer retroceder a las mujeres y a las personas LGBTQ a una existencia tipo mazmorra. Están maniobrando para consolidar con candados un mando permanente.
Aquí van tres de los pasos importantes que ellos han dado para “consolidarse en el poder con candados” manipulando y maniatando el aparato electoral.
1. La deslegitimación de las elecciones de 2020: auditorías, “frauditorías” y mentiras
Trump comenzó a chillar “Elecciones robadas” en noviembre de 2020, lo que retomaron los líderes y “activistas” fascistas incondicionales. Por el Internet, se propagaron como incendios forestales californianos las versiones y cifras completamente falsas de los “difuntos”, los niños o los no ciudadanos que habían votado.
Los fascistas utilizaron estas afirmaciones para justificar una “auditoría” de la votación en el condado de Maricopa1 que fue realizada por la empresa Cyber Ninja. Cyber Ninja es propiedad de un fanático pro-Trump que ya estaba difundiendo teorías conspirativas sobre las elecciones. Durante seis meses, Cyber Ninja estudió minuciosamente las papeletas en busca de alguna evidencia de estas falsas teorías. No encontraron ninguna. Esta “auditoría” pronto llegó a ser conocida como la “frauditoría”.
Cuando Cyber Ninja por fin emitió su informe en septiembre, reconoció que Biden había ganado en Maricopa por una mayoría sólida. Pero Cyber Ninja también aprovechó el informe y la cobertura de noticias para propagar “teorías” novísimas sobre un posible fraude electoral. Y los medios informativos y líderes fascistas aprovecharon esta parte del informe.
Los fascistas inventaron tonterías completamente fraudulentas y sus acérrimos partidarios se lo tragaron todo. Trump en seguida emitió una declaración de que la frauditoría “muestra de manera concluyente que se emitieron suficientes votos fraudulentos, votos misteriosos y votos falsos como para cambiar el resultado de las elecciones 4 ó 5 veces”. El aliado de Trump, Peter Navarro, alegó que “el informe había demostrado que se emitieron 50.000 votos potencialmente ilegales en el condado de Maricopa”. Una portavoz de Trump tuiteó sobre “más de 23.000 votantes fantasmas”. Un candidato republicano a la Secretaría de Estado (el cargo que supervisa las elecciones) tuiteó: “Hay 35 mil votos en cuestión de múltiples fuentes y quiero respuestas”.
Ahora se propaga una exigencia de realizar “frauditorías”. El ex gobernador de Misuri tuiteó: “¡Arizona debe descertificarse2! ¡DEBEMOS tener auditorías forenses en todo el país!” La Asamblea Estatal Republicana de Wisconsin emitió múltiples citaciones a la Comisión Electoral en Milwaukee, la ciudad más demócrata del estado, como parte de una “auditoría” en curso. En respuesta a una exigencia de Trump, Texas anunció que iba a auditar cuatro condados urbanos. Ya están en marcha auditorías en Pensilvania, Michigan y muchos otros estados.
Nada de esto tiene relación con encontrar la evidencia inexistente de fraude electoral; se trata de deslegitimar las elecciones de 2020 en el sector fascista de la población. Y está funcionando con mucha eficacia. Una encuesta de agosto mostró que dos tercios de los votantes por Trump creen que la elección estuvo “amañada y robada a Trump”, mientras que menos de uno de cada cinco piensa que “Biden ganó de forma justa”. O sea, hay decenas de millones de personas que están recibiendo una dirección de modo que crean que Trump, con toda razón, debería ser presidente ahora. Y una gran parte de ellos lo ve en términos existenciales: que la presidencia de Biden equivale a que se les está “robando su país” y que se está “frustrando la voluntad de Dios”.
Se sigue forjando una base rabiosa y delirante para la violencia fascista y un gobierno fascista.
2. Convirtiendo en arma la maquinaria electoral y expulsando a los profesionales electorales
Al 28 de julio, las legislaturas republicanas de 14 estados habían “promulgado 23 nuevas leyes que facultan a los funcionarios estatales para tomar el control de las juntas electorales de los condados, despojar a los secretarios de estado de su autoridad ejecutiva o hacer que sean responsables penal o financieramente los funcionarios electorales locales incluso por errores técnicos, y muchas otras leyes de este tipo aún están en proceso. Resumiendo, estas leyes operan en varios sentidos para permitir que los funcionarios o las legislaturas en estos estados controlados por los republicanos anulen los resultados de las elecciones en condados individuales o incluso en el estado en su conjunto si creen que los resultados están “mal”, y / o para castigar a los funcionarios electorales que se interpongan en el camino de los esfuerzos de los fascistas.
Por ejemplo, una nueva ley de Texas permite que los jueces desestimen los resultados electorales sobre la base de alegaciones de fraude electoral. En Georgia, la junta electoral estatal ahora tiene el poder de hacerse cargo de las elecciones en hasta cuatro condados (en Georgia, un puñado de condados urbanos proporcionan la mayoría de los votos demócratas), ¡y la legislatura republicana nombra a la mayoría de los miembros de esa junta electoral! Arkansas ahora permite que la Junta de Comisionados Electorales descertifique los resultados de las elecciones si afirma que están en “violación de las leyes de empadronamiento de votantes o las leyes electorales” y que se haga cargo de las operaciones electorales de los condados en casos “severos”.
Otro aspecto de esta situación es expulsar a los funcionarios y trabajadores electorales profesionales y no partidistas. En Georgia, Arizona, Michigan y otros lugares, las secretarías de estado específicas (la oficina que supervisa las elecciones) que se interpusieron en el camino de los esfuerzos de Trump por anular las elecciones de 2020 han sido perseguidas fuertemente con llamadas telefónicas y correos electrónicos amenazadores, protestas armadas delante de sus hogares y otras medidas, y/o las legislaturas estatales les han despojado de sus poderes. Estos ataques también están ocurriendo entre las filas fascistas de base. A nivel nacional, uno de cada tres funcionarios electorales informó que se siente inseguro en su trabajo, y uno de cada seis dijo que planea jubilarse antes de las elecciones de 2024. Un funcionario de Pensilvania fue inundado con mensajes como este texto que menciona a su esposa e hijos y agrega: “Mentiste. Eres un traidor. Quizás pronto lleguen 75 cortaduras y 20 balas”.
Videocorto en inglés: “La línea directa de la Confederación a los fascistas de hoy”, del discurso filmado de Bob Avakian; Discurso completo en espanol: ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista, Un mundo mejor ES posible.
3. El azuzamiento de los fascistas para que intimiden a los votantes
En parte, esto es muy descarado. Muchos estados han aprobado leyes que facultan a los llamados “observadores electorales” a seguir a los votantes a los distritos electorales, interrogarlos, incluso pararse detrás de ellos y grabarlos en video mientras votan. Y muchos estados han aprobado leyes que de hecho amenazan a los funcionarios electorales con multas o incluso con la cárcel si “interfieren” con estos “observadores electorales”.
¿Cuáles votantes crees que serán “observados” de esta manera? Es revelador un video filtrado de reclutamiento del Partido Republicano del condado de Harris (Houston) para su “Brigada de Integridad Electoral”. Muestra a un funcionario republicano de pie frente a un mapa de Houston. Al señalar una zona de población mayoritariamente negra y latina, dice: “En esta zona está ocurriendo el fraude”. Luego, al señalar una zona de blancos, pide la formación de “un ejército de 10.000 personas... que tenga la confianza y el coraje” para ir a esas zonas no blancas y parar el “fraude”.
Otras medidas son menos obvias, pero quizás aún más serias. El Partido Republicano de Pensilvania está presentando requerimientos para los registros (domicilio, fecha de nacimiento, número de licencia de conducir, los últimos cuatro dígitos del número de seguro social) de los siete millones de personas que votaron en 2020, como parte de la búsqueda del presunto “fraude electoral”. Texas está tratando de aprobar una ley que hará posible que los secretarios de los condados (principalmente republicanos) relacionen los votos que se han emitido con los votantes individuales, en otras palabras, para averiguar por quién votaste. Incluso hay mención entre los defensores de la “auditoría” de realizar campañas de puerta en puerta para “comprobar” si los votos de las personas coinciden con los que figuran en sus boletas.
El impacto de este tipo de leyes será de destruir la confianza de la gente en el voto secreto, lo que significa que hay que preocuparse de que los fascistas descubran si se votó “por el candidato equivocado”. En el ambiente actual, en el que se están normalizando los ataques de los justicieros a las reuniones públicas y las amenazas de muerte contra médicos, funcionarios de salud pública y otros, es probable que muchas personas decidan que es más seguro no votar que votar en contra de los fascistas.
¿Qué debemos hacer para que algo positivo salga de todo esto?
Una Declaración, un Llamamiento a que se organice ahora para una revolución real resume que algo radicalmente diferente va a reemplazar al marco electoral por medio del cual los capitalistas han gobernado por tanto tiempo. Pero si ese “algo” va a ser bueno para la humanidad, y no va a ser algo que empeore las cosas y acelere las pesadillas de hoy, tenemos que poner manos a la obra. Una Declaración, un Llamamiento dice:
Como BA ha enfatizado, en una poderosa Declaración de Año Nuevo (Un año nuevo, la necesidad urgente de un mundo radicalmente nuevo — Para la emancipación de toda la humanidad), el hecho de que el fascista Trump haya sido sacado de la presidencia por medio de la votación es importante, pero eso únicamente “gana cierto tiempo” y el tiempo no está del lado de la lucha por un futuro mejor para la humanidad. Así que no debe desperdiciarse el tiempo que haya siguiéndole la corriente a este sistema. Jamás lograremos llegar a donde tenemos que ir siendo una cola del burro demócrata (y, obviamente, no lo lograremos poniéndonos del lado de los fascistas republicanos). No. Tenemos que romper con actuar de acuerdo a los términos, y dentro de los límites, de este sistema, en el que están integradas toda esta asesina opresión y destrucción. Tenemos que trabajar enérgicamente para cambiar radicalmente la “alineación de fuerzas” en la sociedad, hacia el momento en que las cosas sean más favorables para derrocar este sistema entero.
Si te niegas a quedarte de brazos cruzados mientras algo muy malo se está consolidando con candados... mientras que el horror y las crisis que son parte del “funcionamiento normal” de este sistema continúan y se empeoran aún más... hay un lugar para ti en el movimiento para una revolución real.
Manos a la obra.
De Una Declaración, un Llamamiento a que se organice ahora para una revolución real:
Como BA ha enfatizado, en una poderosa Declaración de Año Nuevo (Un año nuevo, la necesidad urgente de un mundo radicalmente nuevo — Para la emancipación de toda la humanidad), el hecho de que el fascista Trump haya sido sacado de la presidencia por medio de la votación es importante, pero eso únicamente “gana cierto tiempo” y el tiempo no está del lado de la lucha por un futuro mejor para la humanidad. Así que no debe desperdiciarse el tiempo que haya siguiéndole la corriente a este sistema. Jamás lograremos llegar a donde tenemos que ir siendo una cola del burro demócrata (y, obviamente, no lo lograremos poniéndonos del lado de los fascistas republicanos). No. Tenemos que romper con actuar de acuerdo a los términos, y dentro de los límites, de este sistema, en el que están integradas toda esta asesina opresión y destrucción. Tenemos que trabajar enérgicamente para cambiar radicalmente la “alineación de fuerzas” en la sociedad, hacia el momento en que las cosas sean más favorables para derrocar este sistema entero.