Mientras usted lee esto, Israel está intensificando un genocidio flagrante en la Franja de Gaza. Y el gobierno de Estados Unidos lo está financiando, armando y encubriendo como lo ha hecho durante casi un año.
Nadie puede afirmar honestamente que esta es una “guerra contra Hamás”. Israel ha asesinado a más de 40.000 personas en Gaza, 15.000 de ellas niños. Se trata de una masacre genocida unilateral dirigida contra el pueblo palestino como pueblo.
Mire la evidencia.
Una “guerra contra Hamás” cuyo principal blanco es el pueblo palestino
El 1 de agosto, las Naciones Unidas advirtieron que la situación humanitaria en Gaza sigue siendo “más que catastrófica”. La destrucción de los sistemas de agua, electricidad, transporte y alcantarillado de Gaza es responsable de los primeros casos de polio en décadas. La evacuación repetida a las llamadas “zonas seguras”, cada vez más pequeñas y para nada “seguras”, ha limitado drásticamente la capacidad de las agencias de ayuda para operar. Un investigador de la ONU descubrió que Israel impidió que un millón de palestinos en Gaza recibieran raciones de alimentos en agosto.
En sólo dos días, el 6 y el 7 de septiembre, las bombas y misiles israelíes mataron al menos a 61 personas en Gaza, de norte a sur. Entre los muertos había dos niños muertos por los bombardeos israelíes cerca del campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de Gaza. En otra masacre, un ataque aéreo israelí tuvo como blanco una escuela convertida en refugio para palestinos desplazados al norte de la ciudad de Gaza. Israel mató al menos a tres personas e hirió a otras 20 en ese ataque.
Una y otra vez, Israel justifica el asesinato de civiles (como hizo en la escuela cerca de la ciudad de Gaza) como un “ataque preciso” contra combatientes “dentro de un centro de comando y control de Hamás”. Y una y otra vez, son civiles, incluidos niños, quienes son víctimas de Israel.
Ante esta situación, la gente de todo el mundo ha exigido un cese el fuego. Biden, y con él Kamala Harris, han proclamado que están trabajando “las 24 horas del día” por un cese el fuego.
LA REALIDAD: Cualquier interpretación con sentido de la palabra “cese del fuego” en el caso de Gaza sería que la fuerza que ha estado cometiendo crímenes contra la humanidad histórico-mundiales en Gaza —ISRAEL— CESE de llevar a cabo esos crímenes. Y que la fuerza que los permite con bombas, dinero y cobertura diplomática —ESTADOS UNIDOS— ¡CESE de hacerlo!
Pero Biden y Harris no sólo están armando el genocidio de Israel, sino que durante meses han estado encubriendo a Israel, que ha estado saboteando cualquier posibilidad de un cese el fuego.
Biden “aísla a Israel de las críticas” tras el asesinato del negociador principal de Hamás
El 31 de julio de 2024, Israel asesinó a Ismail Haniyeh, líder político civil de Hamás y principal negociador de Hamás en las conversaciones de cese el fuego. Es muy difícil imaginar una acción más flagrante para sabotear cualquier tipo de negociación que asesinar a la persona con la que supuestamente se está negociando. Israel no se atribuyó públicamente el mérito, pero informó a los funcionarios estadounidenses de que era responsable.
Sin embargo, Estados Unidos no criticó a Israel por asesinar a Haniyeh. Un ex alto funcionario de la administración le dijo a CNN que la administración Biden-Harris estaba comprometida a “mantener la ficción de que Netanyahu había acordado” un marco para un cese el fuego. Y que, cualquiera que fuera el conflicto entre Biden y Netanyahu sobre un cese el fuego, la Casa Blanca estaba “aislando a Netanyahu de las críticas [públicas] “. Nuevamente, tenga en cuenta la fuente: un ex alto funcionario de la administración.
Sin embargo, Genocida Joe y ahora Crímenes de Guerra Kamala han insistido una y otra vez en que es Hamás el que está obstruyendo un cese el fuego.
Una nueva demanda radical de Israel sabotea la última propuesta de cese el fuego
Un artículo del 7 de septiembre sobre las negociaciones del cese el fuego en el Washington Post se titulaba “Los esfuerzos de Biden para un cese el fuego vuelve a flaquear tras una nueva demanda de Hamás”.
Pura mentira.
El artículo afirmaba que el progreso del cese el fuego fue bloqueado por “la abrupta introducción por parte de Hamás de una nueva demanda sobre cuáles prisioneros liberaría Israel”. Las negociaciones sobre cómo y cuáles prisioneros liberaría Israel a cambio de que Hamás liberara a los rehenes israelíes secuestrados no son una “demanda nueva”. Es un asunto manejable y relativamente solucionable dentro de lo que se ha informado como el marco de Biden para un cese el fuego, algo que Biden afirmó que Israel había acordado.
Pero luego —más abajo en el artículo, por supuesto— sale una verdad:
Netanyahu trastocó las negociaciones a finales de julio cuando presentó una nueva serie de demandas, incluida su insistencia en que las tropas israelíes permanezcan en la frontera de ocho millas de largo entre Gaza y Egipto, conocida como el Corredor de Filadelfia [énfasis añadido].
El corredor Filadelfia es el nombre israelí de una franja de tierra de nueve millas cerca de la ciudad de Rafah. Tanques israelíes tomaron y ocuparon esta franja de tierra en mayo de 2024, durante la invasión de Rafah.
Dos razones por las que la demanda de Israel de controlar la frontera entre Gaza y Egipto rompió las negociaciones
Razón número uno: desde el 7 de octubre, el cruce de Rafah ha sido la vía más fiable para que la ayuda entrara en Gaza. El cruce de Rafah también permitió que un pequeño número de personas de Gaza entraran en Egipto para recibir atención médica mientras Israel destruía sistemáticamente la infraestructura médica de Gaza1.
Pero la situación empeoró mucho cuando Israel se apoderó del cruce de Rafah. El cruce quedó cerrado y ahora las únicas entradas a Gaza son las directas desde Israel, lo que significa que Israel tiene mucho más control sobre lo que entra en Gaza.
Por ejemplo, gran parte, si no la mayor parte, de la “ayuda” alimentaria que llega a Gaza se realiza actualmente a través de empresas privadas y distribuidores comerciales. No se distribuye gratuitamente por las agencias de ayuda, sino que se vende en los mercados a un precio que supera con creces las posibilidades de la población empobrecida y hambrienta de Gaza. Treinta huevos cuestan ahora 33 dólares. Una caja de leche maternizada cuesta 19 dólares. Un paquete de champú cuesta 26 dólares. Con un control total sobre lo que entra en Gaza, Israel está haciendo pasar hambre y explotando brutalmente a la población de Gaza.
Razón número dos: es muy poco probable que Egipto permita que Israel controle su frontera.
Israel sabe que exigir cualquier acuerdo que reconozca su derecho a ocupar la frontera entre Gaza y Egipto muy probablemente sería inadmisible para Egipto.
Egipto es un mediador en las negociaciones de cese el fuego junto con Estados Unidos y Qatar. Un tratado previo2 con Israel supuestamente garantizaba que el lado de Gaza de la frontera sería administrado por palestinos. Y Egipto reaccionó con enojo a cualquier sugerencia de que un acuerdo de cese el fuego permitiría a Israel hacerse cargo del lado de Gaza de la frontera entre Egipto y Gaza.
De cara al futuro, deje de engañarse por la Basura Electoral Burguesa de Harris
Bob Avakian sobre la crisis existencial ante Israel (video en inglés)
Mientras tanto, en la sociedad israelí hay una indignación generalizada por la percepción (acertada) de que el gobierno de Netanyahu tiene poco o ningún interés en un cese el fuego que libere a los rehenes israelíes que quedan en manos de Hamás y sus fuerzas aliadas en Gaza. Esa indignación estalló a un nuevo nivel después de que, según se informa, Hamás mató a seis rehenes. Ha surgido protestas de decenas, tal vez cientos de miles de personas, exigiendo un cese el fuego y la devolución de los rehenes, especialmente en la ciudad más grande de Israel, Tel Aviv. (Para más información sobre esto, vea el videoclip de Bob Avakian sobre la crisis existencial ante Israel).
En este momento, no se debe permitir que quienes en Estados Unidos se asquean por lo que su gobierno está avalando (y son millones de ellos) se dejen sedar por la basura electoral burguesa, no se les debe permitir que se convenzan de que votar por Harris es una especie de “el mal menor”. Y quienes en Estados Unidos (y son decenas de miles de ellos) se rebelaron en los campus, así como en las comunidades palestino-estadounidenses, no deben ceder a la represión en los campus ni a los sentimientos de aislamiento en la sociedad más amplia ni a las esperanzas estupefacientes de que las supuestas microconcesiones de la última convención demócrata (“¡nos permitieron reunirnos!”) sean de algún modo un camino a seguir.
Ya no es hora de desesperarse ni de rendirse, pero tampoco es hora de proclamaciones vacías de que “Palestina está ganando”. Ya es hora de enfrentar la realidad y reconocer directamente la desesperada urgencia de la situación. El pueblo palestino está muriendo, está pasando hambre, está siendo traumatizado de maneras que aturden y conmueven la mente. Lo que necesitamos ahora —al comienzo no solo del año escolar, sino también de lo que será un otoño políticamente explosivo— es una resistencia renovada contra este genocidio respaldado por Estados Unidos, alcanzando a la gente lo más ampliamente posible, uniendo a todos los que puedan unirse y librando esta lucha con la audacia necesaria para realmente ponerle fin. Necesitamos un movimiento con un debate pleno y honesto sobre el camino a seguir para esta lucha y para el futuro de la humanidad en general.
BOB AVAKIAN REVOLUCIÓN #33:
La poderosa experiencia positiva del movimiento de los años 1960 — la importancia crucial de unirse ampliamente contra las injusticias y atrocidades, bregando con la mente abierta sobre diferentes ideas y programas, y un debate de principios sobre las diferencias. (Video en inglés; texto en español aquí).