8 de noviembre de 2021. El juicio de Kyle Rittenhouse ha llegado al final de su primera semana en Kenosha, Wisconsin.
Este juicio es importante. Rittenhouse reconoce haber disparado a tres hombres el martes 25 de agosto de 2020 —con el resultante muerte de dos de ellos— durante las protestas contra el balaceo policial a Jacob Blake, un hombre negro. Rittenhouse tenía 17 años de edad en ese momento y se había conectado con un grupo organizado de vigilantes justicieros de derecha que afirmaron haber viajado a Kenosha para “proteger propiedad ajena” y mantener el orden.
Uno de esos justicieros, Jason Wackowski, reveló la realidad de lo que esto significaba durante el juicio de Rittenhouse. Después de reconocer que además de su AR-15, llevó un cuchillo, cartuchos CS y una pistola a la protesta, Wackowski explicó cómo fue “entrenado” para mantener el orden: “grita, empuja, muestra, dispara… Gritas, empujas, enseñas tu arma de fuego y disparas”.
En otras palabras, estaban preparados para matar a cualquiera que no hiciera lo que les dijeron que hiciera. Y esto se hizo eco en algo que el propio Rittenhouse dijo en un vídeo desde el lugar de los hechos: dijo que su grupo estaba “totalmente” preparado para defender propiedad ajena y señaló que “no tenemos [armas] no letales”.
En su juicio, Rittenhouse argumenta que disparó a los tres hombres porque representaron una amenaza a su propia vida. Recuerden: Rittenhouse estaba armado con un rifle semiautomático AR-15. Uno de los hombres al que mató no llevaba ningún arma en absoluto, y el otro sostenía un monopatín con el que intentó desarmar a Rittenhouse. Al final, Rittenhouse tuvo unos arañazos y un pequeño corte. Dos de sus víctimas están muertas. Hasta ahora no se han presentado pruebas de que antes del primer disparo, alguien hubiera tocado a Rittenhouse siquiera, ni mucho menos haberle hecho algún daño grave.
Por claro que eso parezca, el juicio es otra cosa. Por ejemplo, el juez Bruce Schroeder rindió un dictamen antes del juicio de que no iba a permitirse que se refiriera a las personas asesinadas por Rittenhouse como “víctimas”, pero que sí permitiría referirse a ellos como “pirómanos” o “saqueadores” si “la evidencia demuestra” que lo eran.
Schroeder logró concluir la selección del jurado en un solo día, con el resultado de 20 miembros (12 jurados, 8 suplentes; y 19 de los 20 son blancos). Entre los jurados que tomaron juramento el lunes 8 de noviembre, figuraba uno que tuvo que ser descalificado posteriormente por contarle una asquerosa broma racista a un alguacil sobre el tiroteo de la policía contra Jacob Blake. Otros jurados fueron juramentados a pesar de reconocer tener un temor irracional de que los manifestantes iban a invadir y saquear los suburbios, un temor que fácilmente podría hacer que uno simpatizara con los “protectores” vigilantes justicieros armados. En cambio, una mujer que dijo que su nieta bi-racial había participado en las protestas, y otra que preguntó: “¿Por qué [Rittenhouse] no se quedó en su propia ciudad?” fueron descalificadas rápidamente.
Las protestas estallaron en Kenosha el domingo 23 de agosto de 2020, después de que unos policías dispararan a Jacob Blake Jr. siete veces por la espalda, delante de sus hijos pequeños. Un video del tiroteo se viralizó rápidamente, y miles de personas estallaron en indignación en esta ciudad principalmente blanca con una población de unas 100.000 personas.
Negros y blancos se tomaron las calles ese día y de nuevo el lunes. Algunas personas, recibidas por la policía con disparos de balas de goma y gas lacrimógeno, contraatacaron con piedras y otros proyectiles. Según los informes de la prensa, hubo daños considerables a propiedad ajena, con ventanas rotas y tiendas y coches quemados en una zona de comercio. Un par de edificios gubernamentales resultaron dañados por unos incendios.
Pero no hubo muertes durante esos primeros dos días/noches.
La noche del martes 25 de agosto, fue distinto. Las autoridades habían estado intensificando su represión, trayendo a la Guardia Nacional (1.000 elementos desplegados el fin de semana) para reforzar a los policías y alguaciles, con un despliegue de vehículos blindados militares y la imposición de un toque de queda temprano, después del cual sacaron de las calles con violencia a los manifestantes.
Esto sucedió en el contexto de una agitación nacional en curso en la que la policía y los vigilantes justicieros fascistas se enfrentaban a los manifestantes cada vez más. Tres meses antes (el 25 de mayo), unos policías de Mineápolis habían matado a George Floyd — una ejecución que duró nueve minutos que se capturó en un vídeo y que desencadenó las generaciones de ira reprimida, especialmente entre los negros, y también abrió brecha y despejó las ilusiones y la complacencia de un gran número de blancos, millones de los cuales se sumaron a las protestas en miles de ciudades, pueblos y zonas rurales durante los meses siguientes.
Este Hermoso Levantamiento fue una pesadilla intolerable para los gobernantes estadounidenses en su conjunto, en particular para el sector fascista de la clase dominante agrupada alrededor del entonces presidente Donald Trump. Los gobernantes emprendieron grandes esfuerzos por desbaratar, cooptar, desacreditar o de plano aplastar a este movimiento, con el uso de todo a su alcance, desde la violencia “oficial” de la policía, los alguaciles, la Guardia Nacional e incluso las fuerzas federales 1, además de desatar a grupos milicianos fuertemente armados, supremacistas blancos y otros fascistas que ya estaban desempeñando un papel cada vez mayor (incluso antes de este levantamiento)2.
A medida que las protestas continuaban y se extendían, la presencia de los fascistas se volvió más notoria. En las zonas rurales, los supremacistas blancos difundieron rumores descabellados de que los manifestantes antifascistas iba a acudir a saquear los hogares de los blancos. En el pequeño pueblo de Bethel, Ohio, cientos de fascistas armados con rifles y bates de béisbol se presentaron durante una pequeña protesta de La Vida de los Negros Importa en junio. En algunas ciudades, los fascistas embistieron contra multitudes de manifestantes con sus coches o camionetas. (Vea aquí, aquí y aquí, por ejemplo.)
Así que todo esto es el telón de fondo de las protestas de Kenosha. Al tercer día de las protestas, un ex concejal de la ciudad estaba organizando en Facebook a los “patriotas entre nosotros dispuestos a tomar armas” y formar parte de la “Guardia de Kenosha”. Mientras tanto, en otras ciudades y pueblos cercanos se estaban organizando fuerzas milicianas que ya existían. Entre ellos se encontraba Ryan Balch, un ex combatiente del ejército y adherente del “movimiento boogaloo” (o sea, los “boogaloo bois”). Se trata de una red supremacista blanca que pretende incitar una “guerra civil”, por la que se entiende una genocida guerra entre razas contra los negros. Según el periódico Chicago Sun-Times, Balch dice que existe un “consenso general” en el movimiento “boogaloo” de que una guerra civil es “inminente”. Balch ha publicado material racista, que incluye el reenvío por Twitter de un vídeo titulado “LA VERDAD TRIUNFARÁ — ADOLF HITLER”.
Balch también decía que había 32 “boogaloo bois” en la protesta de Kenosha del 25 de agosto, y que su grupo se conectó con Kyle Rittenhouse y su amigo adolescente Dominick Black que habían acudido (según dicen) por su cuenta, también armados con AR-15. Balch dice que su equipo de fascistas (de mayor edad y mejor entrenados) acogió a Rittenhouse y Black y que los estaban “protegiendo” y dirigiendo. Poco antes de que Rittenhouse baleara a los manifestantes, en un vídeo lo afirmó.
Así que lo que Rittenhouse hizo fue una extensión de lo que los fascistas más organizados estaban haciendo — estas fuerzas fascistas lo dirigían y envalentonaban (cosa que también hicieron la policía y los alguaciles mismos, que les permitieron operar ilegalmente e incluso les dieron agua y les animaron). El problema en Kenosha no era un muchacho de 17 años de edad que fue confundido por Trump, sino un ataque fascista concertado contra las protestas.
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La primera semana del juicio de Kyle Rittenhouse ha demostrado que los acontecimientos en Kenosha siguen concentrando muchísimo en torno a la situación extremadamente cargada de tensiones en Estados Unidos. Permanezca atento a este sitio para leer más noticias sobre este caso.