El 23 de octubre, entre 2 y 3 mil migrantes salieron a pie de Tapachula, Chiapas [lindante con Guatemala], con destino a la Ciudad de México, gritando “Libertad. Libertad”. Son principalmente centroamericanos, pero también de muchos otros países. Exigen refugio que les permita vivir, trabajar y circular legalmente en el país, mientras muchos buscan llegar a Estados Unidos y reunirse con familiares allá.
A pocos kilómetros de camino, la Guardia Nacional activó su primer operativo para desbaratar esta fuga masiva de la zona de Tapachula, designada para “contener” a los migrantes, (un acuerdo impuesto por Estados Unidos y asumido por el Estado mexicano). Este primer intento fracasó. Jóvenes migrantes hicieron frente a los escudos y garrotes de las fuerzas del Estado y no permitieron que se llevara a nadie. Estos policías militarizados tuvieron que replegarse, por la gran cantidad y la organización colectiva de los migrantes, así como la fuerte presencia de la prensa de todo tipo.
Mientras las fuerzas del Estado se retiraron temporalmente para aplicar la estrategia de cansarlos y después reprimir, la caravana avanzó por la costa, uniendo a más migrantes. En seis días ya eran cinco mil en camino hacia Oaxaca.
Esa misma semana en Tapachula y Suchiate, dos mujeres haitianas fueron encontradas muertas. Una fue violada, estrangulada y tirada desnuda por un camino rural y la otra fue encontrada muerta a la orilla del Río Suchiate, límite con Guatemala. Varias fuentes informaron que la primera mujer estuvo detenida horas antes por la policía municipal de Suchiate, cuyos mandos se esfumaron justo después de que se reportara su asesinato.
La Guardia Nacional asesina a un migrante cubano
El 31 de octubre, efectivos de la Guardia Nacional (GN) asesinaron a sangre fría a un migrante cubano de nombre Cristóbal e hirieron a 2 o 3 personas más, al abrir fuego contra 13 migrantes a bordo de una camioneta cerca de Pijijiapan, Chiapas. Todos eran de la caravana, ciudadanos de Cuba, Ghana y Brasil. Primero la GN mintió al decir que la camioneta los embestía pero luego solo afirmaron su “derecho” de ejecutar a personas desarmadas que “eludieron” su intento de detenerlos. El presidente mexicano López Obrador [AMLO], preocupado por reducir el costo político y distanciarse del crimen, exigió que se presentaran los culpables ante el Ministerio Público. Pero debe ser obvio que no habrá justicia para las víctimas ni represalias serias contra los que el mismo presidente ha encargado de “contener a los migrantes”. Este crimen ilustra que, a pesar del cambio de retórica y de algunas políticas económicas en el sexenio actual, el Estado sigue siendo un aparato represor al servicio del sistema capitalista imperante.
Atacan con la zanahoria y con el garrote
El presidente AMLO también declaró que hay mejores formas de retenerlos, y el Instituto Nacional de Migración (INM) intensificó sus esfuerzos por convencer a los migrantes a aceptar su “oferta” de una Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias (TVRH) para los niños, las mujeres embarazadas y sus familiares a cambio de abandonar la caravana. Esta “zanahoria” no es ningún favor [pues] es obligación por ley darles la TVRH, la misma tarjeta que a propósito se les negaron durante meses en Tapachula, y tampoco valía para salir de Tapachula. Esta tarjeta es solo un permiso temporal de 6 o 12 meses y el INM se ha negado a renovarla en todo el país desde 2019. Para colmo, el INM no la respeta sino que detiene a las personas con esta tarjeta, se la rompen y las deportan a su país de origen o las expulsan a Guatemala. La “oferta” de la TVRH no tiene otro propósito que tratar de dividir y disolver la caravana. Acusan a los dirigentes de la caravana de no permitir que los migrantes la acepte y de engañarlos y exponerlos a peligros que pueden costarles la vida, cuando son el mismo INM y la GN los que engañan, reprimen, deportan y matan a los migrantes.
El 4 de noviembre, la Guardia Nacional volvió a usar el “garrote” al atacar a la gente que venían hasta atrás en la caravana. Les lanzaron gas lacrimógeno, detuvieron y golpearon a niños y mujeres, incluso una mujer que estaba en silla de ruedas. Vinieron al rescate 100 o 150 migrantes que repelieron a la GN con furia por toda la violencia, los insultos e injusticias que sufren a sus manos. Dejaron dos agentes heridos, y los mismos migrantes los cargaron y los entregaron a sus compinches para ser atendidos. Luis García Villagrán, uno de los dirigentes de la caravana informó a Reuters: “Hay dos migrantes heridos, fueron muy golpeados. Los agentes intentaron encapsularlos con sus escudos. Se llevaron al menos cuatro camiones con personas de la caravana que se habían quedado rezagados”. Fueron alrededor de 80 los migrantes detenidos. En un comunicado, la Guardia Nacional dio su versión de que cinco elementos suyos tenían lesiones “de consideración”, agregando con hipocresía de clase mundial que “Es importante precisar que los elementos de la institución en ningún momento respondieron a la agresión. La Guardia Nacional rechaza toda forma de violencia como medio para lograr cualquier objetivo personal o de grupo”. ¡Eso después de matar a tiros a un migrante, herir de gravedad a varios más y acosar violentamente a toda la caravana!
La GN y el INM iniciaron la violencia y la suya fue más cruel y extendida que la de los migrantes. En todo caso, es importante distinguir entre la violencia justa y la violencia injusta. Las fuerzas del Estado ejercen la violencia para oprimir y deshumanizar a sus víctimas al servicio de un sistema que no permite sobrevivir a los migrantes y causa el sufrimiento innecesario de la gran mayoría de la gente. En cambio, es justo y necesario cuando los perseguidos se levantan en contra de esta violencia para defenderse y aún más para hacer la revolución que derrocará este sistema y creará un mundo mucho mejor.
El gobierno sigue aumentando su ofensiva política y psicológica. El 5 de noviembre, la Secretaría de Gobernación sacó un comunicado mentiroso que sataniza a los dos dirigentes de la caravana con declaraciones como, “Mienten al acusar que el INM ha reprimido a quienes conforman la caravana, cuando los Grupos Beta [organismo oficial que da ayuda médica y de otro tipo de los migrantes] los acompañan y auxilian”; y “Mienten al señalar que se incumple con la entrega de tarjetas a los solicitantes de refugio, y como prueba el periodista de nacionalidad nicaragüense, Carlos Fernando Padilla, quien cubría la travesía de la caravana y recibió del INM la Tarjeta de Residente Permanente...” De hecho, después de recibir la residencia, este periodista denunció que el INM le exigía que convenciera a otros a aceptar la TVRH y abandonar la caravana. Se negó a hacerlo, pero el INM y su Grupo Beta enganchan a otros migrantes para este propósito y exageran cuántos migrantes se han entregado.
La caravana sigue su camino ahora en Veracruz con el nuevo objetivo de llegar a Sonora y anunciaron la salida de otra caravana de Tapachula el 18 de noviembre, con el plan de unirse en el camino.
No solo en México y Estados Unidos chocan los migrantes con las fuerzas policíacas y militares del sistema capitalista imperialista. En la frontera de Bielorusia y Polonia están matando a migrantes kurdos, sirios y afganos; migrantes africanos se ahogan en el mar mediterráneo o son perseguidos o expulsados de España, Grecia, Italia y otros países europeos. El capitalismo imperialismo, por una parte, está destruyendo el medio ambiente y con eso los medios de subsistencia sobre todo de la gente en los países oprimidos de Asia, África y América Latina. Por otra parte, para mantener la rentabilidad, depende de sobreexplotar a los migrantes oprimidos dentro de los propios países imperialistas, así como a los trabajadores en los países oprimidos. La misma expansión del capitalismo en los países oprimidos provoca cada vez más destrucción y dislocación, guerras reaccionarias y bandas criminales, todo lo cual expulsa a la gente y la obliga a migrar, mientras los países “ricos” no les permiten entrar y azuzan la xenofobia antiinmigrante fascista.
Este sistema obsoleto y agonizante puede ser derrocado por revoluciones comunistas en diferentes países para crear nuevas sociedades socialistas donde ninguna persona será “ilegal”. Será bienvenido y encontrará un hogar todo migrante que quiera contribuir a esta revolución, cuya meta es eliminar toda forma de opresión y explotación en el mundo entero. Habrá suficiente trabajo y medios de vivir para todos en una sociedad donde ya no rija la economía la competencia capitalista por la máxima ganancia ni rija el Estado los intereses de un pequeño grupo de explotadores sino que serán regidos por los intereses fundamentales de los que ahora son explotados y oprimidos para ponerle fin a toda forma de explotación y opresión.
Por eso:
¡Apoyar a los migrantes,
Denunciar a las fuerzas del Estado,
Organizarnos ahora para una revolución real que ponga fin a este sistema asesino!
Descargar en PDF: Apoyar a los migrantes.pdf
Aurora Roja, Voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México