Ser joven hoy —en el mundo— significa ser privado de un futuro digno — o tal vez de cualquier futuro en absoluto... Como un solo aspecto crucial, observen la crisis existencial que enfrenta la humanidad y el planeta: olas de calor mortales que exponen a los seres humanos a temperaturas muy por encima de lo que se considera respirable... masivos incendios forestales... cientos de millones de personas que viven en zonas costeras en riesgo de la subida del nivel del mar, el derretimiento de glaciares y casquetes polares, más frecuentes eventos climáticos extremos y sequías e inundaciones... se está destruyendo nuestro planeta, tal como lo hemos conocido. La evidencia científica es contundente: esta crisis climática representa una amenaza real y creciente para la civilización.
Para hacer frente al cambio climático, necesitamos un cambio de SISTEMA. Necesitamos ¡Revolución, y Nada Menos! — un verdadero derrocamiento del sistema capitalista-imperialista y su reemplazo por un sistema radicalmente diferente, auténticamente socialista.
Nos queda poco pero poquísimo tiempo, y es necesario que no se desperdicie el tiempo que nos quede.
Esto se ve en relieve muy agudo ya que los ojos del mundo se centran en Glasgow, la venidera cumbre climática de representantes gubernamentales oficiales y gobernantes opresores de este sistema, la que es probable que acompañen y contrarresten protestas masivas. Nos encontramos ante una crisis existencial, para los siete mil millones de personas y para el planeta. El reciente informe del IPCC1, que refleja el consenso de los científicos del mundo, ha presentado pronósticos aún más nefastos para el clima, para el cual el aumento de la temperatura global ya está determinado por generaciones. De todos los países del mundo, solamente el país pequeño y empobrecido de Gambia en África está en camino de cumplir los compromisos compatibles con el acuerdo de París de 2015. Este año, 2021, se proyecta que batirá el segundo mayor aumento de emisiones de CO2 en la historia registrada. Ya se acabó el tiempo para este sistema, y para las promesas y palabras melosas que sus gobernantes vomitan en respuesta a la crisis ambiental que su sistema ha causado, y la que continúa empeorando e intensificándose. Necesitamos: ¡Revolución, y Nada Menos!
Esta revolución ES posible, y no en un futuro muy lejano — y es posible en un país como Estados Unidos en este momento poco común2 en el que estamos viviendo ahora. Este sistema está metido en problemas. La sociedad se está desgarrándose. Los gobernantes están trabados en una amarga división; los demócratas y los republicanos fascistas se riñen entre sí sobre la manera de mantener este sistema y el dominio y el gobierno de Estados Unidos — una división que no se puede resolver en la forma en que la sociedad ha estado organizada. Todo esto revela el potencial para la revolución, un resultado positivo de esta horrible realidad, pero para aprehender este momento y hacer de este potencial una realidad, hace falta que personas, millones de personas, rompan con las ilusiones y las falsas “soluciones”. Una revolución real en Estados Unidos cambiará todo; tendrá un impacto cualitativo y desproporcionado a nivel mundial — ya que Estados Unidos se encuentra predominantemente en la cima de la cadena alimentaria del sistema capitalista-imperialista y es el segundo emisor más grande de gases de efecto invernadero del mundo.
Eso, y nada menos, es lo que se requiere para que tengamos una oportunidad de salvar a la humanidad y el planeta.
Este es el camino necesario y posible — NO “actuar a nivel local” mientras se acelera esta crisis global, NO rogar para que los políticos de este sistema actúen de maneras que ellos no pueden, NO poner nuestra fe en más conferencias internacionales como Glasgow, donde las grandes potencias capitalistas hacen promesas y establecen metas que no tienen la intención de cumplir o no pueden cumplir... NO caer en la desesperanza y rehuir a las responsabilidades... NO centrarnos en nuestros seres individuales... NO hacer eso mientras arde el planeta, se vuelven extintas las especies y colapsan los ecosistemas, se derriten los glaciares y suben los niveles del océano, se intensifican los eventos climáticos extremos y se vuelven más frecuentes. Cientos de millones de personas son expulsados como “refugiados del clima”, y los más desesperados, los más pobres son los más afectados, principalmente provenientes del Sur global, como resultado del funcionamiento de este sistema del capitalismo-imperialismo.
Lo más irrealista —la definición de la demencia— es confiar y trabajar dentro de los límites del sistema el que es la propia fuente y causa de este problema. Este sistema capitalista-imperialista pone los recursos y el conocimiento que la humanidad ha desarrollado en manos de los capitalistas y sus estados-nación impulsados a “expandirse o morir”, a competirse entre sí por más ganancias, a explotar a la humanidad y al planeta en este afán de acumular capital. Si los políticos intentaran violar estas leyes básicas del capitalismo, la sociedad no podría funcionar y es por eso que el calentamiento global se acelera bajo este sistema.
Lo que nos hace falta es un sistema radicalmente diferente, auténticamente socialista — conseguido por medio de una revolución. El plano para esto está elaborado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría del líder revolucionario y autor del nuevo comunismo, Bob Avakian.
Esta visión concreta es un tremendo factor positivo y algo que podemos implementar y algo en lo que podemos ponernos a trabajar inmediamente después del triunfo de la revolución, junto con el documento acompañante “Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable”. Con este nuevo sistema y poder estatal, socializaríamos la propiedad de los medios de producción, reorganizaríamos radicalmente la economía y la sociedad, sobre la base de una planificación consciente y científica, anteponiendo las necesidades de las personas y del planeta, en lugar de las ganancias — y jugando un papel crucial en detener la destrucción global de especies y ecosistemas por el capitalismo-imperialismo, como parte del proceso mundial de superar toda opresión, explotación y divisiones sociales antagónicas, llegando al comunismo.
Si te angustias por el futuro y deseas ver no solo un planeta habitable para las generaciones del futuro, sino un mundo en el que la humanidad realmente quiera vivir, ¿por qué no dedicarte realmente a aprender y trabajar ahora por la única solución a esta crisis — una revolución real?.... Conéctate con los Revcom ahora, trabajas con aquellos que como tú quieren un futuro mejor, no solo para sí mismos, sino para la humanidad y la hermosa red de vida en la que vivimos... aprendes más sobre esta revolución y su dirección, Bob Avakian, mientras difundes el mensaje al respecto, visita Revcom.us.
Ya se está acabando el tiempo para el planeta bajo este sistema, pero un futuro potencialmente brillante y liberador nos aguarda si levantamos la cabeza.
Súmate a esta revolución y atrévete.