Después de leer su “Hay que ver” sobre la exposición de la obra de Henry Taylor en Nueva York, me aseguré de verla antes de su clausura. Me alegro de haberlo hecho, por dos razones. Primero, porque definitivamente contiene muchas pinturas e instalaciones muy buenas que abordan dimensiones importantes y diferentes de la vida y la lucha del pueblo negro en Estados Unidos. Muchas obras destacan tanto la persistencia como la resistencia frente a la opresión, en sentidos poderosos. La instalación de Henry Taylor sobre el Partido Pantera Negra tiene un poder real y es en general positiva, aunque en mi opinión no enfatizó lo que era verdaderamente revolucionario acerca de los Panteras, y por qué la situación de entonces compelió a las autoridades a tratar de aniquilarlo.
Pero la segunda razón por la que me alegro no es tan positiva. Y eso se debe a que creo que hay algo que está tan mal en esta exposición que me alegra tener la oportunidad de criticarlo.
Aquí va lo que comento. Dado el carácter de su reseña, me sorprendió cuando me encontré con toda una sección de la exposición hacia el final que no hacía más que elogiar algunas tendencias verdaderamente reaccionarias entre los negros. Me refiero a lo que me parecieron retratos muy respetuosos no solo de los lamebotas como Jay-Z, no solo de lacayos emperrados del imperialismo estadounidense como el ex emperador (¡!) de Etiopía Haile Selassie (que encabezó un sangriento estado policial respaldado por Estados Unidos durante décadas), sino, para colmo, ¡un retrato conjunto de Barack y Michele Obama! Lo siento, pero Barack Obama no es parte de la “tradición radical negra” (como dijo una vez Angela Davis) — él es parte de la tradición imperialista estadounidense asesina y desempeña un papel especial como “primer presidente negro” en fomentar lo que fueron y son verdaderamente ilusiones falsas venenosas en Estados Unidos y en todo el mundo. Quiero decir, simplemente hay que con examinar esta exposición: repasamos obras realmente poderosas sobre la humanidad cotidiana del pueblo negro en un sistema que está organizado en su contra, repasamos una sección poderosa sobre el encarcelamiento en masa y el terror policial-klanista, repasamos una importante exhibición sobre el Partido Pantera Negra y luego, casi como a manera de conclusión lógica, están los Obama, presentados como si fueran parte de la resistencia a todo el horror en las exhibiciones. De hecho, Obama pasó toda su presidencia sermoneando a los mismos jóvenes que este sistema tiene en la mira e incluso fue al extremo de llamarlos “maleantes” a aquellos que se levantaron contra el asesinato policial en Baltimore. Y eso ni siquiera menciona su papel internacional, incluido el hecho de que a lo largo de su mandato llevó a cabo asesinatos a lo largo del Medio Oriente y el centro de Asia, dio apoyo total a Israel en dos agresiones anteriores contra Gaza e intensificó la sangrienta guerra de Estados Unidos en Afganistán. La única forma en que un retrato de Obama debería estar en esa exposición es si mostrara la sangre de los muchos asesinatos de los que él es responsable chorreando por sus fauces. Permítanme decirlo sin rodeos: Obama no es en ninguna forma, aspecto o sentido de alguna manera “mejor” que George W. Bush (y el hecho de que los Obama y los Bush hagan alarde de ser amigotes e incluso hayan participado conjuntamente en esfuerzos por calmar las cosas para nada es accidental).
Entiendo que el objetivo de las notas “Hay que ver” no es hacer una reseña y evaluación a fondo, sino que se utilizan más bien para alentar a las personas a ir a ver diferentes obras de arte de valor, y eso es importante. No obstante, cuando en una nota “Hay que ver” falta tanto la crítica, eso en el mejor de los casos confunde, y en el peor de los casos fomenta confusión. Ahora bien, no tiene nada de malo decir que algo es contradictorio pero que vale la pena verlo precisamente debido a sus contradicciones (en este caso, entre la poderosa denuncia contra la opresión nacional del pueblo negro junto con “esfuerzos por cobijarse bajo el ala” de la burguesía). En este caso, pintar y luego incluir de manera prominente a los retratos de Obama y Selassie muestra que inclusive entre personas progresistas que en otros casos que se sienten motivadas a oponerse sinceramente a la opresión del pueblo negro, es extremadamente importante comprender la necesidad de trazar una línea firme contra el imperialismo estadounidense y luchar agudamente contra lo que es el nacionalismo burgués (es decir, la ideología que en última instancia representa los esfuerzos y los intereses de las clases de los capitalistas o de los pequeños capitalistas entre los oprimidos).