En un momento crítico en el mundo, el Día Internacional de la Mujer cobró una importancia especial este año en Estados Unidos. Existe la posibilidad de algo realmente terrible, en un sentido inmediato y como una parte de un avance monstruoso hacia el fascismo, que en este momento se concentra altamente en la probabilidad acechante de que la Corte Suprema elimine el derecho constitucional al aborto.
Sin embargo, también existe, dentro de estos conflictos y choques y las dinámicas subyacentes que los engendran, la posibilidad de arrancar algo verdaderamente emancipar a todo eso: una revolución. Esta contradicción se concentra en el título mismo del nuevo discurso extremadamente poderoso y extremadamente oportuno de Bob Avakian, Algo terrible, o algo verdaderamente emancipador: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia, Un fundamento necesario, una hoja de ruta básica para esta revolución.
El Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo se dio un paso grande tanto para montar el tipo de resistencia que HAY QUE movilizar para derrotar este ataque reaccionario contra el derecho al aborto y además desde el punto de vista de la revolución que nos hace falta y la necesidad de atraer y organizar a un pueblo revolucionario, que cuente con miles y luego millones de personas.
Cientos de personas en diferentes ciudades —con 350 en la Ciudad de Nueva York y al menos 200 en Berkeley— se subieron al escenario público, al mismo tiempo que las dizque lideresas del llamado movimiento feminista no hicieron nada. Voces prominentes que han luchado contra la opresión de las mujeres durante años, hasta décadas —incluidas V (antes conocida como Eve Ensler) que dio un discurso poderoso en Nueva York, y Gloria Steinem, que mandó un mensaje de apoyo, entre otras— fueron contra la corriente de claudicación y sumaron sus voces a esta nueva campaña. Mujeres latinas tuvieron una fuerte presencia, especialmente en Nueva York así como en Los Ángeles, y algunos medios de comunicación de habla hispana cubrieron la marcha — y muchas personas captaron la conexión muy directa entre los movimientos de masas que recientemente ganaron el derecho al aborto y/o la despenalización del aborto en Colombia, Argentina y México. Sunsara Taylor no solamente desempeñó un papel clave en la organización de toda esa iniciativa y en ayudar a dirigirla como parte de un núcleo, sino que promovió la importancia del nuevo comunismo y la dirección de Bob Avakian en el curso de esto — y el Club Revolución también tuvo una presencia en algunas de las otras ciudades el 8 de marzo.
Es importante notar en toda su extensión —como se expresó en algunos de los diferentes mítines— que ese día mujeres por todo el mundo estaban en las calles también, desde Pakistán hasta México y más allá, y esto señala lo intenso que lo es esta contradicción en el mundo entero así como la enorme fuerza potencial de la cual podemos inspirar y a la cual podemos contribuir.
Todo estos factores y otros son elementos importantes los que hay que aprovechar y movilizar. Rise Up 4 Abortion Rights (RU4AR — De Pie Por el Derecho al Aborto) ha llamado a usar el pañuelo verde —un símbolo de la lucha por el derecho al aborto primero usado en Argentina— por toda la sociedad el 8 de abril, y a realizar otras marchas de masas (más grandes, más diversas y de manera más amplia) el sábado 9 de abril. Cubriremos diferentes elementos del Día Internacional de la Mujer a medida que avanza este mes, e instamos a todos a visitar y seguir el sitio RiseUp4AbortionRights.org (en español aquí).
Sunsara Taylor, una de las iniciadoras de RU4AR, dijo en el episodio del 10 de marzo de El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! (en inglés) en YouTube: “Hicimos un avance muy importante en esto hace un par de días con motivo del Día Internacional de la Mujer, en que la gente sí salió a las calles. Eran centenares, no eran todavía miles ni decenas de miles. Pero estas eran personas con furia. Eran personas decididas. Eran jóvenes que tienen su futuro por delante, y estaban horrorizados y furiosos acerca de esta esclavización de las mujeres que se avecina. Hubo personas con gran experiencia. Personas que se acuerdan de la época antes de la despenalización del aborto, lo mucho que las mujeres tenían que arriesgar, quienes fueron privadas del acceso al aborto. Voces importantes de las artes, líderes religiosos… Una amplitud inicial realmente impresionante, con mucha profundidad y determinación. Se hizo un alboroto y se celebró en las calles, y se sentía bien, era algo sobre el cual desarrollar”.
A continuación presentamos informes de las protestas del 8 de marzo en diferentes ciudades que brindan un sentido básico de lo que ocurrió.
Ciudad de Nueva York
Una de los orador@s en el mitin del Día Internacional de la Mujer, una joven de secundaria, captó el espíritu del día en Union Square en Manhattan: “¡Tengo 15 años y tengo coraje! Ya estuvo con ser corteses. Ya estuvo con desesperanzarnos y temer que nos podrían privar del derecho al aborto en cualquier momento”. Esto expresó el ánimo entusiasmado y desafiante de l@s 350 mujeres y hombres, y personas de todos los géneros, que se reunieron para “no pedir — ¡sino exigir!”: ¡Aborto a solicitud y sin pedir disculpas!
Diferentes nacionalidades y razas, edades, géneros, orígenes y sectores —todos juntos muy atentos, vitoreando y aplaudiendo a todo volumen— daban un ejemplo vivo de la furia suprimida ante la opresión de las mujeres y de la determinación de luchar por el derecho al aborto a la cual dio voz RiseUp4AbortionRights.org. Asistieron alumn@s de secundaria y estudiant@s de universidad… mujeres, y hombres, de la época antes de Roe contra Wade, antes de que se despenalizara el aborto… mujeres de Argentina, Colombia, República Dominicana, México. Algunas secundarias y universidades fueron representadas por estudiantes que asistieron juntos, mientras otros estudiantes asistieron individualmente. Algunos de los presentes se habían enterado del acto en la semana anterior, o se sumaron en el acto, mientras otros habían venido organizándose para el Día Internacional de la Mujer durante bastante tiempo. Asistió un contingente con mucho corazón de residentes de Harlem y amigos, organizado por Libros Revolución. Participó un contingente bullicioso de 20 mujeres del Centro del Desarrollo de la Mujer Dominicana. No faltaron las Raging Grannies (Abuelitas Furiosas). Los miembros del Club Revolución circularon entre la multitud con sus camisetas y levantaron su pancarta: ¡Revolución, y nada menos! Como dijo Sunsara Taylor desde el escenario: “Una gran fuerza de este movimiento es nuestra diversidad de puntos de vista. No estamos todos de acuerdo. Tenemos diferentes perspectivas. Pero nos ponemos de pie hombro a hombro para insistir en que las mujeres controlen su propio cuerpo y su propia vida”. También puso en claro que “como una seguidora del líder revolucionario Bob Avakian, que es también el arquitecto del nuevo comunismo, voy a luchar por lo que yo entiendo que es la verdad, a saber, que todo este patriarcado, toda esta opresión, todos estos siglos de cadenas patriarcales, tienen su raíz en este sistema, junto con todas las otras formas de opresión del capitalismo-imperialismo, y no es posible eliminarlo sin hacer caer ese sistema, sin derrocarlo de una vez por todas en una revolución real”.
L@s presentes estaban prest@s a oír lo que l@s orador@s tenían para decir, y escuchaban atentamente, vitoreando y aplaudiendo a todo volumen durante todos los discursos. V (antes conocida como Eve Ensler) abrió sus comentarios expresando solidaridad con nuestros hermanos y hermanas en Ucrania, El Líbano, Palestina y Afganistán — país que ha sido, ella notó, devastado por el imperialismo estadounidense. Siguió para decir: “Estoy harta del fascismo y del odio… ¡Estoy harta del patriarcado!”
Merle Hoffman, fundadora y jefa ejecutiva de Choices Women’s Medical Center y una co-iniciadora de RU4AR, recordó a las personas que el Día Internacional de la Mujer “nació en lucha” y dijo, “…el derecho a decidir cuándo ser madre y si ser madre es la primera línea y la finalidad de la libertad y la liberación de la mujer”.
Lori Sokol, directora ejecutiva de Women’s eNews y una co-iniciadora de RU4AR, leyó un pronunciamiento de Gloria Steinem, y después dijo que ella seguía el ejemplo de Steinem: “No hay nada como estar en las calles, tomando posición y poniéndose de pie”.
Araceli Herrera, hablando en español, contó de que fue violada de muchacha en México y se le negaron un aborto cuando se embarazó. Con el puño al aire, declaró: “He dejado de llorar. Hoy es el día que empezamos a tomar las calles y gritar recio: ¡Tengo el derecho a decidir!”
Otr@s orador@s incluían a la actora y activista Kathy Najimy, la Reverenda Jacqui Lewis y el Dr. Bruce Price del grupo de defensa al aborto Trust Women.
Sunsara Taylor invocó el ejemplo vivo de las mujeres de Argentina, Colombia y México que se lanzaron a las calles a millones y ganaron el derecho al aborto: “Por medio de su lucha hicieron posible lo que todos pensaron que era imposible. Encontraremos, al salir, a otr@s como nosotr@s, y al hacerlo vamos a abrir grandes preguntas… ¿De dónde surge este deseo de controlar a las mujeres y qué se requerirá para ponerle fin de una vez por todas?” Sunsara y otros instaron a l@s presentes a participar en el trabajo de organización para el 9 de abril cuando “regresamos a este parque, que contemos con miles de personas. Y por todo este país, que se movilicen miles. Y a partir de ahí, lo duplicaremos y volveremos a hacerlo una y otra vez hasta que desbordemos las calles y paralicemos esta sociedad. Porque es necesario no permitir que ellos destruyan la vida de las mujeres y que hagan retroceder la historia a golpes”.
El desafío y regocijo del mitin continuaron en las calles en la marcha que salió entusiasmada de Union Square. Los marchantes estaban desafiantes, exuberantes y decididos a hacerse oír — centenares con una sola voz al unísono, coreando en inglés y español, convocando a los transeúntes, “¡Acompáñennos!”. Varios estudiantes salieron de sus residencias de la Universidad de Nueva York en el acto. Muchos manifestantes llegaron con sus propios letreros, y hubo varias grandes mantas de hermosas pinturas que contaban de la resistencia de las mujeres contra la opresión. En el punto máximo de la marcha, más de 300 personas se tomaron las calles — coreando, gritando, marchando, exigiendo que no se le arranque a la mitad de la humanidad en Estados Unidos el derecho al aborto, haciéndose oír desde varias cuadras de distancia. La marcha pasó por las calles del Bajo Manhattan y terminó con un mitin breve donde Sunsara Taylor dirigió a las personas juntas en un juramento de formar parte de esta lucha y de luchar con otras para que se le sumen. De ahí la marcha se separó en grupos más reducidos para ponerse a determinar cómo dar un salto hacia adelante a partir de ese avance significativo, para unificar a miles de personas para el 9 de abril.
Diapositivas: Otras escenas de la ciudad de Nueva York
Berkeley
Los estudiantes de la Universidad de California, Berkeley (UC, o Cal) se congregaron y marcharon por el campus y por la ciudad. Se les unieron alumnos de al menos cuatro escuelas secundarias del Área de la Bahía de San Francisco que abandonaron sus clases y acudieron a Berkeley. Hablaron en las concentraciones (se sostuvieron al menos tres concentraciones en diferentes partes de Berkeley), aportando furiosa energía y alegría mientras dirigían coros con el megáfono, repartían volantes y, en general, actuaban como si su vida estuviera en la mira, porque saben que lo está. Uno de sus coros favoritos era “¡El control sobre las mujeres es lo que ellos quieren! Mujeres furiosas es lo que tienen”.
Más de 200 personas, en su mayoría estudiantes, se unieron a la manifestación en la plaza Sproul del campus de Cal. Esta fue probablemente la mayor concentración política en la UC Berkeley desde que Covid se inició. Los Cal Dems, la organización estudiantil que es el brazo oficial del Partido Demócrata entre los estudiantes de la UC, apoyaron e hicieron preparativos para el mitin y acudieron con carteles que hicieron en un encuentro de creación de carteles para el 8 de marzo. Una de las oradoras del mitin principal, Catherine Bauer, que es candidata a la presidencia de la asociación estudiantil, pronunció un apasionado discurso a favor del derecho al aborto y llamó a la gente a salir a la calle.
Una parte crucial de la concentración en la plaza Sproul fue la amplitud de voces de todo el mundo. Se leyó una declaración en inglés y español de mujeres inmigrantes que se iniciaba así “¡¡¡Merecemos que nos traten como seres humanos, personas que son libres y sueñan y merecen el respeto de la sociedad por lo que somos, los milagros que somos!!!”. La gente cantó la canción “Un violador en tu camino”, que surgió de las luchas de las mujeres en América Latina. Se leyó la declaración de Osyan/Rebelión, una organización de mujeres iraníes y afganas, escrita para la protesta del 8 de marzo en Estados Unidos.
Una declaración de Harry Edwards, antiguo profesor de la UC Berkeley y uno de los líderes de la revuelta de los atletas negros en 1968, decía en parte: “¡El embate a Roe contra Wade constituye una amenaza existencial —una amenaza a la existencia continuada— del deporte femenino!”. Bonnie Morris, estudiosa de la historia de las mujeres y profesora del Departamento de Historia de la UC, dijo: “Al igual que la mayoría de las mujeres de mi generación, estoy furibunda, harta y asqueada de que 50 años después de que se decidiera el caso Roe contra Wade, estemos una vez más de regreso batallando contra la criminalización del derecho al aborto”. Un miembro del Club Revolución habló con fuerza del momento en que nos encontramos, de las posibilidades revolucionarias, de cómo el fascismo está impulsando el asalto al derecho al aborto y de la importancia crucial de esta lucha para el momento actual. Las Abuelas Furiosas expusieron cómo lo era para las mujeres en la época anterior a Roe contra Wade, cuando resultarse embarazada podía cambiar la vida de una joven mujer para siempre, o ponerle fin. Y la declaración fundacional de Rise Up 4 Abortion Rights (De Pie Por el Derecho al Aborto) recorrió toda la manifestación.
Después de la concentración en Cal, se celebró una concentración en la plaza de la estación de BART [metro] del centro de Berkeley, y la gente marchó hasta la secundaria de Berkeley, que estaba en sesión, y se sostuvieron varios mítines improvisados y apasionados en diferentes puertas de la escuela, en que estudiantes afuera llamaron a los estudiantes de dentro a que se les unieran. Una de las partes más emocionantes y edificantes del día fue el papel de l@s alumn@s de secundaria, encantad@s por la hoja de coros que Rise Up 4 Abortion Rights proporcionó, y quienes ayudaron a sacudir las calles de Berkeley, y a agitar la secundaria de Berkeley, con coros como: “¡Sin este derecho básico, las mujeres no pueden ser libres! ¡Aborto a solicitud y sin pedir disculpas!” y muchos otros.
Hacia al mero final de la marcha, mientras la gente se reunía para un breve mitin final, la maestra de ceremonias señaló que lo que había sucedido era genial pero sólo un comienzo, y preguntó quién iba a unirse a un capítulo de la UC Berkeley de Rise Up 4 Abortion Rights. Un coro de vítores surgió de la marcha.
Los Ángeles
El Día Internacional de la Mujer en Los Ángeles se cumplió un día de hermoso desafío contra la maternidad obligatoria y la esclavización femenina y parte de un verdadero comienzo de una lucha decidida para impedir que la Corte Suprema anule el derecho al aborto. Se reunieron más de 100 personas, principalmente de uno en uno y de dos en dos, procedentes de todo Los Ángeles y del sur de California. Acudieron muchos jóvenes —estudiantes de al menos ocho universidades y alumnos de tres secundarias— y gente de todas las edades: madres con sus hijas, otras personas jóvenes y mayores. Era una multitud muy diversa que se había enterado de esta protesta vía volantes en eventos o en la escuela y viendo pegatinas y ganchos de ropa por toda la ciudad. Había gente de partes del mundo en las que se han producido grandes oleadas de lucha por el derecho al aborto y la humanidad de las mujeres: México, Argentina y Polonia. Una pareja de Polonia trajo una gran pancarta casera que fue agradecida desde el escenario y que hizo que todos se emocionaran, que decía simplemente en polaco: “El aborto está bien”. La marcha fue cubierta por algunos medios de comunicación locales, incluidos noticieros en español.
En la manifestación intervinieron diversos grupos de personas, que reflejaron parte de la amplitud de este nuevo movimiento: Carol Downer, activista de los derechos reproductivos y cofundadora de los Centros Feministas de Salud de la Mujer; Sikivu Hutchinson, guionista y directora y fundadora del Proyecto de Liderazgo de la Mujer, el programa feminista negro de tutoría y compromiso cívico para niñas de color en el sur de Los Ángeles; el reverendo Frank Wulf, pastor de la Iglesia Metodista Unida de Echo Park; Lawdan Bazargan, antiguo prisionero político en Irán, familiar de las víctimas de la masacre de prisioneros políticos de 1988 en Irán y activista de los derechos humanos; Anthony Bryson, alias IonicBoom, organizador de la comunidad; Noche Díaz, portavoz nacional del Club Revolución; y Skyler Solomon, organizador líder del recién creado capítulo de Rise Up 4 Abortion Rights (RU4AR — De Pie Por el Derecho al Aborto) en Los Ángeles.
El arte y la música se entrelazaron en todo momento, abriendo con una canción de la música Pepper Lewis, una clausura entusiasta del día por parte de la rapera local Reverie, y dos obras de arte conmovedoras y personales durante la concentración: un poema de un miembro del Club Revolución y una instalación de arte de la artista y activista Soma Snakeoil, directora y cofundadora del Sidewalk Project, basada en su experiencia personal de verse obligada a llevar a término un feto malformado y dar a luz un mortinato. En la concentración hubo personas que leyeron historias de mujeres obligadas a tener hijos en contra de su voluntad o de mujeres que se murieron intentando abortar antes de que fuera legal.
La gente que se había reunido para la protesta se acercó para escuchar atentamente a l@s orador@s, a veces conmovida hasta las lágrimas, y la mayoría pendiente de cada palabra. Todo ello a pesar de que un puñado de conocidos fascistas del rumbo intentaron interrumpir la manifestación. Se lo impidieron los miembros del Club Revolución, que dirigieron un disciplinado equipo de seguridad para proteger la concentración e impedir los desórdenes, de acuerdo con los principios del Club Revolución (Puntos de Atención para la Revolución).
La gente llevó pancartas escritas y dibujadas a mano: en una de ellas, en español, se leía “En México, 10 mujeres son asesinadas a diario”; otra tenía un dibujo de un cuerpo femenino envuelto en un rosario y que sangraba por la vagina, con las palabras “La maternidad obligatoria constituye la esclavización femenina”. Una mujer llevaba un cartel escrito a mano, “¡Que se joda el patriarcado!”, con la letra del coro en español de Chile: “¡y la culpa no era mía!”. Al iniciarse la marcha, se llamó a que voluntarios sostuvieran los carteles con los rostros de las mujeres que se han muerto a causa de abortos ilegales chapuceros. Varias personas se ofrecieron con ganas, leyendo las historias de las mujeres cuyos rostros llevaban, y sosteniéndolos con determinación y rabia durante toda la marcha.
Una joven que nunca había participado en una protesta ayudó a dirigir a los demás gritando los coros que salían del escenario, como: “¡De pie por el derecho al aborto!” “¡Sin este derecho básico, las mujeres no pueden ser libres, aborto a solicitud y sin pedir disculpas!” y “¡No más vergüenza, no más silencio, la maternidad obligatoria es violencia fascista!”. La marcha avanzó feroz y ruidosa a lo largo de las calles del centro de Los Ángeles, deteniéndose en ciertos puntos mientras l@s orador@s de la parte trasera del camión llamaban a la gente en las aceras y en sus edificios de departamentos a unirse a la marcha en el acto. Varias jóvenes mujeres expresaron después sus profundos sentimientos por haber participado en la marcha, diciendo cosas como que estaban “con fuego” y que “por fin podía expresar lo que llevaba sintiendo por dentro durante tanto tiempo”.
En el mitin de clausura, junto con la actuación de Reverie, se anunciaron los próximos actos y se llamó a la gente a que se llevara materiales para difundirlos. Algunos de los estudiantes se quedaron para conocerse y hablar de por qué estaban presentes, cómo se sentían sobre la jornada y cómo seguir adelante. A lo largo de la protesta, la mayoría de los asistentes se apuntaron para seguir participando.
Chicago
Más de 70 personas participaron en la manifestación y marcha del Día Internacional de la Mujer en el centro de la ciudad, liderada por RiseUp4AbortionRights.org (RU4AR — De Pie Por el Derecho al Aborto), el Club Revolución de Chicago y Rechazar el Fascismo-Chicago. La mayoría de los participantes eran estudiantes de las universidades del centro y de todo Chicago.
El punto álgido de la acción del día fue una concentración y un simulacro de muerte frente a la sede federal de tribunales, dirigida por tres “Criadas”. Entraron en el tribunal y pronunciaron un pliego de acusaciones contra la Corte Suprema y luego salieron y contaron a los manifestantes lo que habían hecho. Una de las “Criadas” señaló que este era el mismo tribunal que “arregló” a Amy Coney Barrett, la fascista teocrática cristiana que Trump nombró para la Corte de Apelaciones del VII Circuito de Chicago y a quien luego nombró a la Corte Suprema de Estados Unidos. El pliego de acusaciones decía en parte: “Impugnamos a la Corte Suprema por tentativa de teocracia. ¡Un feto no es una persona y nosotras no somos sus incubadoras! ¿Cómo hallamos a la Corte Suprema? Culpable”. También acusaron a la Corte Suprema de aterrorizar a las mujeres y de negar la humanidad básica de las mujeres, la gente trans y la gente gay. “¡Nos negamos a permitir que la fascista Corte Suprema niegue la humanidad de las mujeres y diezme sus derechos! Aborto a solicitud y sin pedir disculpas”.
La marcha serpenteó por el centro de la ciudad, entre vítores y bocinazos de los transeúntes, mientras el desafiante coro “Aborto a solicitud y sin pedir disculpas” se rebotaba de uno edificio a otro.
En el mitin que precedió a la marcha y al simulacro de muerte, un miembro del Club Revolución de Chicago dijo: “Tenemos que desencadenar la FURIA de las mujeres para que se levanten por el derecho al aborto... Nos toca a tod@s nosotr@s despertar a la gente, sacarla de su sueño y llevarla a la calle en protestas lo suficientemente poderosas como para despertar y sacudir a millones de personas más en todo este país”. Entre los testimonios ofrecidos por varias mujeres sobre experiencias con el aborto, una de ellas habló de cómo fue violada cuando tenía 14 años, y luego resultó embarazada: “Yo no quería el bebé. Pero a los 14 años no sabía lo que era un aborto. Mucho más tarde, supe que el médico y mi madre hablaron del aborto entre sí, pero el aborto no era una opción de la que me hablasen... Hoy no es un día fácil para mí porque nunca he contado mi historia, pero hablo en nombre de los sin voz y de las muchas mujeres oprimidas en todo el mundo”. Una estudiante universitaria dijo: “Seis millones de mujeres en Texas han perdido el derecho al aborto. Estoy furiosa y harta, cansada de quedarme en casa sin hacer nada. Tenemos que estar presentes, haciendo historia. Si la Corte Suprema cree que vamos a ser espectador@s, se equivocan”. Lo que dijo reflejó los sentimientos de muchos estudiantes en la protesta. Muchos dijeron que buscaban una protesta el Día Internacional de la Mujer y encontraron ésta en las redes sociales o habían visto los volantes. Todos ellos consideraron como intolerable la amenaza de eliminar el derecho al aborto.
En el mitin de clausura, habló una mujer de El Salvador. Llevaba un gran cartel que decía: “Libertad para las mujeres encarceladas por abortar en El Salvador”. Contó que el aborto está 100% prohibido allá y que hay mujeres en El Salvador que llevan 30 años en la cárcel por abortar. Ella vino a Estados Unidos en busca de derechos humanos, y ahora se les está quitando este derecho fundamental a las mujeres. Dijo: “Ustedes en este país deben luchar para no retroceder, para no terminar como El Salvador. Cuando se lucha aquí, se está luchando por las mujeres de todo el mundo”.
Austin, Texas
Unas 40 personas se concentraron y marcharon en el campus de la Universidad de Texas y sus alrededores. La mayoría eran mujeres jóvenes, la mitad estudiantes universitarias y algunas alumnas de secundaria. Una mujer acudió a la protesta desde Arkansas en un camión decorado con carteles de RU4AR [De Pie Por el Derecho al Aborto]. Según una de l@s participantes: “la cosa se reventó” cuando aparecieron unas cuantas personas de un grupo antiabortista: “Esto encabronó a muchos estudiantes y a otras personas que pasaban por ahí y realmente agudizó las cosas, y la plaza se llenó de gente”. Ver a los dos bandos en contienda sacó a relucir la rabia latente de mucha gente por la pérdida de este derecho fundamental para las mujeres y por la aprobación del proyecto de ley SB8 [ley de Texas aprobada en 2021 que prohíbe efectivamente casi todo el aborto en el estado] con tan poca resistencia. Ahogamos a los antis con nuestros coros, y mientras seguíamos con nuestra agitación y coros, mucha más gente se detuvo a ver lo que pasaba y luego se decidió por un bando, mientras la mayoría de la gente coreaba con nosotros o gritaba a los antis porque eran incapaces de contener su ira”.
Boston
Más de 50 personas se convergieron en la plaza de Harvard para un mitin de agravios y marcha. Los estudiantes provenían de las universidades de Harvard, Tufts y Northeastern y del Emerson College. Algunos se habían enterado de la protesta unos pocos días antes vía una caravana que recorrió Boston y Cambridge. L@s alumn@s de secundaria de la cercana Cambridge Rindge and Latin se unieron a la manifestación.
Entre l@s orador@s de la manifestación se encontraba una joven profesora cuya opinión sobre el aborto había cambiado radicalmente al escuchar la historia de una de sus alumnas, que sólo tenía 11 años y fue violada por un familiar. Una mujer mayor del grupo Bad Old Days Posse habló sobre la dificultad de conseguir un aborto sano antes de Roe contra Wade y qué tanto importó la despenalización del aborto en su vida. Un@ revcom, que habló sobre cómo la supremacía blanca y el patriarcado del movimiento antiabortista están incrustados en el propio ADN del sistema capitalista-imperialista, fue interrumpid@ repetidamente por aplausos. Otr@ orador@ tomó el micrófono mientras un pequeño grupo de fanáticos antiabortistas intentaba interrumpir la manifestación. Sostenía un cartel que enumeraba el historial de asesinatos de los antiabortistas —los atentados a las clínicas, las invasiones y los asesinatos en tan sólo un periodo de 5 años en la década de 1990— y denunciaba contra la hipocresía de los llamados fanáticos religiosos “provida”, como los asesinatos en 1994 de Shannon Lowney y Leanne Nichols, dos jóvenes mujeres que trabajaban en clínicas del aborto en Boston. Los manifestantes ahogaron a los antis con coros, entre los que se incluía: “Pro-vida, su nombre es mentira — a ustedes no les importa que se mueran mujeres”.
El mitin de agravios fue iniciada por una joven mujer, estudiante de primer año de universidad, que habló de las condiciones particularmente brutales a las que se enfrentan las mujeres y niñas indígenas: el historial de violaciones, la falta de acceso a la atención sanitaria y los cientos de personas que simplemente han “desaparecido”, sin que las autoridades se esfuercen por encontrarlas.
Tras el mitin, los manifestantes se tomaron desafiantes las abarrotadas calles de Cambridge, en una marcha enérgica, salpicada de coros y acompañada de música, proporcionada por miembros de la Brigada de Músicos Activistas del Área de Boston. Muchos manifestantes llevaban una camiseta que una joven mujer había diseñado para ese día, con un gancho de ropa tachado con una gruesa raya diagonal y el hashtag RU4AR.
Cleveland
Unas 100 personas se concentraron y marcharon por las calles: familias con niños pequeños, alumnos de secundaria (algunos con su madre, otros que habían venido solos), estudiantes de al menos una universidad, una candidata feminista a un escaño en el Senado de Estados Unidos que trajo a varios de sus partidarios (relativamente jóvenes y muy decididos a luchar por el derecho al aborto en la calle ese día), y representantes de varias organizaciones comunitarias. La gente agarró pañuelos verdes y pancartas con imágenes de mujeres muertas por aborto ilegal.
Honolulu, Hawai’i
Unas 80 personas participaron en la Marcha y Concentración por el Derecho al Aborto en el Día Internacional de la Mujer en Honolulu. La mayoría eran jóvenes — muchos de los cuales nunca habían marchado antes. El ambiente estaba cargado, y la gente escuchaba atentamente en la concentración antes de dirigirse al centro de la ciudad en una marcha enérgica y ruidosa.
Detroit
Unas 25 personas se concentraron y luego marcharon hacia la Archidiócesis Católica de Detroit. Los estudiantes se pusieron al frente, liderando los coros. Había dos grupos de estudiantes que acudieron juntos desde la Universidad Estatal de Wayne porque vieron carteles de RU4AR o recibieron volantes. Acudieron escoltas pro aborto de clínicas y mujeres que se enteraron de la protesta vía Fems for Dems. Varias mujeres se unieron provenientes de un grupo que peticionaban por un aumento del salario mínimo. Las mujeres hablaron al micrófono abierto de cómo el aborto cambió su vida.
Atlanta
[De RiseUp4AbortionRights.org] Manifestantes en Atlanta celebraron el #DíaInternacionaldelaMujer 2022 tomándose las calles del centro de la ciudad, intercambiando con los estudiantes y llamando a todos a unirse a la lucha para ¡impedir que la Corte Suprema de Estados Unidos niegue la humanidad y los derechos de las mujeres!. ¡Aborto a solicitud y sin pedir disculpas!
Seattle
[De RiseUp4AbortionRights.org] Alrededor de 150 personas se manifestaron, marcharon y celebraron simulacros de muerte en Seattle. Incluyeron pequeños grupos de tres escuelas secundarias y una escuela intermedia; estudiantes de la Universidad de Washington, y de la Universidad de Seattle, personas de una congregación judía, y un equipo de defensa de clínicas.