Pocas horas después de la absolución del asesino fascista justiciero Kyle Rittenhouse de todos los cargos el viernes 19 de noviembre, gente de ciudades de todo Estados Unidos empezó a salir a la calle con indignación y rabia. Esa noche surgieron protestas en Nueva York, Chicago, Oakland, Los Ángeles y Portland, mientras que grupos más pequeños se reunieron en San Diego y otros lugares. En la Ciudad de Nueva York, más de 200 manifestantes marcharon desde el Barclay Center a través del puente de Brooklyn para unirse a otro grupo de manifestantes que se había concentrado en Washington Square Park. En Oakland, una multitud de casi 100 personas se concentró en la Oscar Grant Plaza antes de marchar por las calles gritando “Revolución, y nada menos”.
El sábado se produjeron manifestaciones en muchas otras ciudades, como Boston, Milwaukee, Minneapolis, Tampa, Florida y Raleigh, Carolina del Norte. Unas 1.000 personas marcharon por el centro de Chicago. Y el domingo, decenas de personas se reunieron en el Civic Center Park de Kenosha para protestar por el veredicto. Entre los oradores figuró Justin Blake, tío de Jacob Blake, al que la policía de Kenosha disparó 7 veces por la espalda, y la prometida de JoJo Rosenbaum, el primer manifestante heroico al que Rittenhouse asesinó.
Los Revcom formaron parte de estas protestas en varias ciudades, difundiendo una poderosa declaración que comienza así: “Un sistema que da luz verde a la matanza por justicieros supremacistas blancos de personas que se han puesto de pie por la vida de los negros es completamente ilegítimo. Hay que derribarlo, derrocarlo, lo antes posible”.