La intensa contienda entre Estados Unidos e Irán una vez más avanza en escalada.

Varios comentaristas burgueses están advirtiendo que las actuales negociaciones entre Estados Unidos e Irán sobre su programa nuclear no van bien. Además, advierten que si las conversaciones fracasan, hay una verdadera posibilidad de que el conflicto se convierta en una escalada hacia un enfrentamiento militar o incluso en una guerra abierta en el período venidero. 

En una larga evaluación en el New Yorker (“The Looming Threat of a Nuclear Crisis with Iran”, 27 de diciembre de 2021), Robin Wright informa de que, según un alto funcionario de la administración de Biden, “si la diplomacia se estanca e Irán sigue acelerando su programa nuclear ... Estados Unidos podría enfrentar una crisis nuclear en el primer trimestre de 2022”. A continuación, advierte del potencial de una guerra: 

... una campaña militar a gran escala por parte de Israel o Estados Unidos detonaría casi con toda seguridad una guerra regional en múltiples frentes. Irán está mejor armado y sus corredores de poder militar y político son más duros que en cualquier momento de su historia moderna. El acuerdo nuclear podría ser sólo el comienzo — y la parte más fácil del desafío de Irán para un octavo presidente estadounidense”¹.

Aunque Wright no habla en nombre de la clase dominante, es una periodista respetada y bien conectada, y más vale tomar en serio su advertencia. En caso de que estalle una guerra de este tipo, sí sería realmente grave y potencialmente catastrófica².

En adelante, examinaremos más a fondo las dinámicas descritas por Wright y otros, pero antes es necesario poner las cosas en una perspectiva más amplia, para ver el verdadero marco en el que se da todo esto.

Antecedentes y contexto: ¿Quién ha desatado más violencia y representa el peligro más grande para la región — y el mundo?

Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos sometió a su control al Medio Oriente y Asia central. En los 70 años transcurridos desde ese entonces, sus guerras, golpes de estado, guerras de sustitutos, sanciones, apoyo a regímenes represivos (pero obedientes a Estados Unidos) y ataques con aviones no tripulados han llevado a la muerte de millones de personas en esas regiones y han destruido la vida de muchas más. Para tener una idea inicial del alcance y la escala de esta violencia estadounidense, lea aquí.

Ahora bien, los regímenes y muchos de los movimientos que se oponen a Estados Unidos son reaccionarios. Y la República Islámica de Irán (RII) es una teocracia fundamentalista extremadamente opresiva que explota al pueblo de Irán, impone severas restricciones patriarcales contra las mujeres, suprime violentamente las expresiones de protesta y disentimiento, y a lo largo de los años ha encarcelado, torturado y ejecutado arbitrariamente a miles de prisioneros políticos. A pesar de toda su retórica antiestadounidense, la RII nunca se ha propuesto romper con el capitalismo-imperialismo global, sino simplemente redefinir el lugar de Irán en ese sistema y expandir su influencia reaccionaria por todo el Medio Oriente y más allá.

Pero, ¿quién está haciendo el daño más grande — en muchos múltiples casos? ¿Quién es la verdadera “amenaza para la paz”? ¿Quién siembra y ha estado sembrando el caos y la violencia en toda la región a gran escala, durante décadas, a una escala sin paralelo con ninguna otra fuerza en el mundo?

¡Los sanguinarios imperialistas estadounidenses y sus salvajes aliados!

El líder revolucionario y autor del nuevo comunismo, Bob Avakian, ha analizado la dinámica en juego:

Lo que vemos en contienda, con la jihad por un lado y McMundo/McCruzada [el imperialismo occidental en creciente globalización] por el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos.

Esta es una formulación muy importante y crucial para entender muchas dinámicas que impulsan el mundo en este período, pero tenemos que tener en claro cuál de “los dos sectores históricamente anticuados” ha causado más daño y representa la mayor amenaza a la humanidad: los sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista, y en particular los imperialistas estadounidenses. (Lo BAsico 1:28)

Las negociaciones entre Estados Unidos e Irán sobre el programa nuclear de éste: un choque de fuerzas reaccionarias y anticuadas

Las negociaciones entre Estados Unidos e Irán ilustran las terribles dinámicas de este choque reaccionario y los peligros que supone para la humanidad y el planeta.

En 2015, Irán, Estados Unidos (bajo el mandato de Obama-Biden) y otras potencias mundiales³. firmaron un acuerdo según el cual Irán limitaría y haría retroceder su programa de enriquecimiento nuclear a cambio del levantamiento de las severas sanciones económicas estadounidenses y mundiales. Esto no fue un paso hacia la paz o hacia la resolución de los antagonismos entre las partes: fue un acuerdo que todos firmaron para impulsar sus respectivos intereses, que son totalmente reaccionarios, y no rompió la dinámica mortal entre ellos ⁴.

Irán se adhirió a los términos del acuerdo. Pero en 2018, apenas tres años después, el fascista Trump lo rompió unilateralmente porque él y otros en la clase dominante de Estados Unidos (e Israel) pensaron que le concedía demasiado a Irán y perjudicaba los intereses imperialistas de Estados Unidos. A continuación, Trump volvió a imponer más de 1.000 sanciones diferentes, lo que aumentó la pobreza, el sufrimiento y a veces la muerte entre los iraníes comunes. Al mismo tiempo, Estados Unidos llevó a cabo otras acciones beligerantes contra Irán (o apoyó las acciones de Israel), acciones como el asesinato de altos funcionarios del gobierno e importantes científicos, acciones que fueron, literalmente, crímenes de guerra.

Estas maniobras de Estados Unidos volvieron a intensificar rápidamente los antagonismos. La RII respondió con la continuación de la construcción de su red regional de aliados y sustitutos militares. Según se informa, ha ampliado enormemente su arsenal de misiles y ha acelerado su programa nuclear, superando el 60 por ciento de enriquecimiento — acercándose al 90 por ciento necesario para fabricar armamento nuclear⁵ (aunque no lo construya), como palanca y seguro contra los ataques imperialistas, para preservar su existencia y poder, y como amenaza a los rivales regionales. El régimen de Irán ahora cuenta con más apoyo de Rusia y China que hace casi siete años, cuando se firmó el tratado. Y teócratas fundamentalistas duros más hostiles y menos confiados en el Occidente ahora controlan el gobierno de Irán, gracias en parte a la maniobra de Trump.

Los imperialistas demócratas se opusieron a la abrupta retirada de Trump del acuerdo nuclear. Así que después de que Biden asumiera el cargo, reinició intensas negociaciones para restablecer alguna forma del acuerdo de 2015, negociaciones que ahora están en marcha.

Pero el terreno ha cambiado, y las conversaciones conllevan más peligros y tensiones. Los gobernantes estadounidenses ahora están tan agudamente divididos que no pueden prometer a Irán que cualquier acuerdo no sería roto por un futuro presidente. Estados Unidos ha sido derrotado tanto en Afganistán como en Irak y eso, junto con los crecientes desafíos a los que se enfrenta por parte de Rusia y China, lo ha obligado a reducir su “huella militar” en la región. Y el equipo de Biden ahora comparte muchas de las preocupaciones del régimen de Trump sobre el acuerdo original de 2015.

En general, y desde el punto de vista estratégico, Estados Unidos e Israel han dejado claro que están decididos a no permitir que la República Islámica adquiera armas nucleares o siquiera la capacidad de fabricarlas y están preparados para utilizar operaciones encubiertas, asesinatos y/o la fuerza militar para impedirlo. Irán “nunca conseguirá armamento nuclear bajo mi mandato”, declaró Biden en junio de 2021.

Así que mientras persigue vías diplomáticas, Estados Unidos tiene la opción militar “en consideración” para presionar hacia una resolución “favorable” a sus intereses depredadores, una postura que también aumenta el peligro de errores de cálculo y de guerra.

Todo esto ha aumentado el distanciamiento entre Estados Unidos y la RII y parece dificultar más la consecución de un acuerdo. Mientras tanto, tanto Israel como Arabia Saudita son extremadamente hostiles a la RII y no están totalmente en sintonía con la política estadounidense. Así que, considerándolo todo, ¡el peligro de un conflicto militar ha aumentado, especialmente si las conversaciones se rompen!

Todo esto —en ambos lados— es muy peligroso y no tiene NADA que ver con los intereses de las masas. De hecho, ¡pone en enorme peligro a enormes sectores de la humanidad!

El internacionalismo, el derrotismo revolucionario y forjar otro camino

Así que, ¿cómo deberían ver y actuar los revolucionarios y todos los que anhelan la emancipación humana en relación con esta situación nefanda?

Para empezar, como ha dicho Bob Avakian: “La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países”. (Lo BAsico 5:7)

Y Estados Unidos no es una fuerza para el bien. Sus gobernantes no son personas bien intencionadas que “hacen lo mejor que puedan” para hacer del mundo un lugar mejor. Son una manada de asesinos en masa que presiden y representan un sistema global de cruel explotación, opresión y saqueo. Consulte la serie Crimen Yanqui en revcom.us y vea la realidad por su cuenta. No deberían contar con apoyo en nada de lo que hacen; hace falta que se les oponga, porque sus acciones son injustas y porque las derrotas que sufren debilitan el control depredador de su imperio sobre la gente y el planeta. Así que no solo debemos acoger esas derrotas, sino entrenar a otros, y luchar duro con otros, para que también lo hagan, con la postura de aprovechar sus derrotas para hacer que se acerque más una revolución. (Nada de esto significa que estás apoyando a opresores reaccionarios como los teócratas de Irán, o a los opresores de las grandes potencias como Rusia y China; ese tipo de postura sería simplemente el espejo opuesto, o la “otra cara”, de apoyar a Estados Unidos.)

Eso no es todo. Citando de nuevo a BA, el internacionalismo significa “el mundo entero ante todo”. (Lo BAsico 5:8) Significa tomar partido con las masas de todo el mundo contra todas las formas de opresión y contra todos los regímenes opresivos y anticuados, ya sean imperialistas occidentales o, en los países oprimidos del tercer mundo, teocracias fundamentalistas islámicas como la de Irán o cualquier otro régimen reaccionario. Significa luchar por forjar otro camino: la revolución en el camino comunista, como alternativa emancipadora radical tanto al imperialismo como al fundamentalismo islámico. Y significa acoger, apoyar y forjar solidaridad con los revolucionarios en ese camino y con otras fuerzas que se oponen a la opresión en todo el mundo.

Estas fuerzas revolucionarias incluyen al Partido Comunista de Irán (marxista-leninista-maoísta) y al recién formado Movimiento del Nuevo Comunismo de Afganistán, que están luchando por aplicar el nuevo comunismo y están haciendo grandes sacrificios en la lucha por hacerlo. Y significa unirse con grupos como el movimiento ¡A Incendiar la Jaula / A Liberar a los Pájaros! en Europa, que ha estado luchando por la libertad de los prisioneros políticos en Irán, y llamar a otros en todo el mundo a hacer lo mismo.

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El actual conflicto entre Estados Unidos e Irán está plagado de peligros. Además, sea cual sea el resultado de la crisis inmediata en torno a las negociaciones nucleares, en el período que se avecina hay toda una serie de contradicciones internacionales que son políticamente explosivas y podrían estallar en cualquier momento.