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Hace un año, el asesinato de Jina (Mahsa) Amini a manos de la odiada policía de la moral en Teherán desencadenó un hermoso levantamiento del pueblo en Irán en contra de la República Islámica de Irán (RII). Los atrevidos actos de las mujeres al quemar el hiyab y su sonoro grito de “Abajo la República Islámica” desencadenaron un levantamiento sin precedentes en todo el país, generando una lucha contra la opresión nacional, la discriminación a las personas LGBTQ+ y mucho más. El levantamiento electrizó al mundo.
A pesar de la feroz represión que siguió y del reflujo temporal de la lucha, este levantamiento que sacudió al régimen iraní hasta sus cimientos ilustra un hecho crítico sobre el mundo actual: la humanidad está viviendo tiempos sin precedentes. El orden mundial existente se está desgarrando: obliga a millones de migrantes a cruzar fronteras por todas partes, la catástrofe ambiental se cierne sobre el planeta, el espectro de una guerra nuclear se cierne sobre Ucrania y las democracias occidentales están engendrando cada vez más a fuerzas fascistas que desgarran las formas normales de gobernar la sociedad, con amenazas de una forma de gobierno más despiadada y mucho más represora.
El grito de libertad ha estado en boca de millones de personas en Irán, pero la cuestión apremiante es: ¿será libertad para que los oprimidos aprovechen el tumulto que está desgarrando el viejo orden para hacer una revolución, derrocar al régimen junto con todas las relaciones de opresión y explotación y reemplazarlo por algo mucho mejor? ¿O los explotadores y opresores tendrán libertad, de una forma u otra, o bien, de continuar con el viejo régimen o bien de continuar con las mismas condiciones de opresión y explotación con nuevas caras en la cima?
La República Islámica es una dictadura en forma de régimen teocrático chiíta, y tiene un aspecto un tanto distinto a los regímenes reaccionarios más “conocidos” de muchos otros países dominados por el imperialismo. En respuesta a esto, muchos se han dejado arrullar por las promesas de la democracia secular occidental y la relativa prosperidad que se basa en su parásita red mundial de explotación y trabajo en maquiladoras. Hablemos muy en claro: estos devotos mulás presiden el mismo sistema de relaciones opresivas que existe en todo el mundo. Por eso acaban invariablemente cobijándose bajo las alas de imperialistas profanos como el Putin de Rusia o el Xi Jinping de China, si no de sus homólogos occidentales. De hecho, el propio auge del fundamentalismo islámico es en gran parte un producto de la política de tierra arrasada del imperialismo, especialmente en el Medio Oriente. En nombre de la democracia, los imperialistas occidentales dirigidos por Estados Unidos llevan generaciones cometiendo crímenes atroces para mantener abajo a los pueblos de Irán y el Medio Oriente, llevando a cabo sangrientos golpes de estado e imponiendo jeques y shas feudales en los países de la región, entrenando a la policía secreta para buscar, cazar y matar a nacionalistas seculares y revolucionarios comunistas, deteniendo y torturando a estudiantes y otros intelectuales radicales... todo ello para garantizar su prosperidad y dominio global. Este fue el vacío político en el que se metieron los mulás, prometiendo ellos mismos una alternativa a todo esto, y dirigiendo con engaños al pueblo hacia otra matriz de horror. Hoy, poderosas fuerzas luchan por aprovechar las ilusiones sobre la democracia y la falta de comprensión de la gente sobre lo que el capitalismo-imperialismo significa realmente para los pueblos del mundo, con el fin de dirigirlos con engaños para que acepten pequeños ajustes en el sistema que los oprime. Cabe destacar que las momias del viejo y derrocado régimen del Sha se han arrastrado fuera de sus tumbas, han modernizado su aspecto, agitando su reaccionaria bandera tricolor manchada de la sangre de varias generaciones de luchadores por la libertad iraníes. Estas momias sueñan con restaurar el régimen que llegó al poder mediante el golpe de estado de los imperialistas británicos-estadounidenses en 1953 y gobernó mediante el asesinato, la tortura y el encarcelamiento de sus opositores. Otro grupo importante son los muyahidines, una organización islámica estrechamente aliada y apoyada por el fascista Partido Republicano de Estados Unidos. A pesar de cierta fuerte animadversión mutua, estas fuerzas simplemente proponen diferentes versiones de un régimen opresivo que tomaría el poder y mantendría intacto todo el sistema de opresión y explotación capitalista en Irán, que inevitablemente produce e impone el patriarcado, la intolerancia religiosa, la superexplotación, el hambre, las guerras y la destrucción del medio ambiente. La estrategia de los Pahlaví para el “cambio de régimen” consta en alcanzar una unidad con partes importantes del establecimiento militar y de seguridad de la RII, y los muyahidines esperan una intervención militar directa de Estados Unidos y/o Israel para allanar el camino a una especie de “cambio de régimen”. Ambas versiones mantendrían a Irán como una parte subordinada del sistema capitalista-imperialista mundial, con poco más que un cambio de marca.
El régimen iraní está atrapado en medio de las contradicciones cada vez más intensas de este sistema capitalista-imperialista mundial, y está enredado en la creciente rivalidad entre los imperialistas occidentales liderados por Estados Unidos, por un lado, y los imperialistas rusos y chinos, por otro. Esta situación ha impulsado a los gobiernos de la Unión Europea y de Estados Unidos a posar en “solidaridad” con el levantamiento, no obstante que llevan a cabo tratos sucios con la RII criminal con el fin de seducirla de nuevo para que no se ponga del lado de los imperialistas rusos y chinos. El resultado para el pueblo: mientras las armas y balas de fabricación europea acribillaban a la gente en las calles de Irán, los imperialistas chinos y rusos también proporcionaban a la RII instrumentos y herramientas de represión abusivos. Todos estos son indicios evidentes de que lo que está ocurriendo en Irán y con su futuro no es un asunto “iraní” sino mundial. Es crítico reconocer la dimensión internacional de esta lucha y actuar en consecuencia.
Bajo el gobierno de la RII, Irán ha seguido siendo una parte integral pero subordinada del sistema mundial del imperialismo capitalista, que funciona sobre la base de explotar cruelmente a miles de millones de personas en todo el mundo. El capitalismo sólo puede vivir con guerras de saqueo y destrucción. El capitalismo impulsa la esclavización femenina, y el trabajo infantil es una parte cada vez más grande de su cadena de suministro mundial y de la acumulación rentable de capital. El capitalismo trata a la naturaleza como si fuera una fuente inagotable de ganancias privadas y saqueo, y está destruyendo el medio ambiente hasta un punto sin retorno. Y por medio de todo esto está promoviendo la anticiencia y la intolerancia religiosa y la opresión nacional y el patriarcado más despiadados.
Todo esto significa que la revolución que necesitamos en Irán sólo puede ser una revolución comunista. El primer paso de esta revolución es derrocar a la RII y establecer una Nueva República Socialista a fin de empezar a arrancar de raíz esta explotación y opresión capitalistas. Pero esta revolución es una parte integral de una revolución mundial, porque todos estamos entretejidos en grupo por este sistema capitalista mundial. O nos emancipamos todos o no se emancipará nadie.
Para hacer esta revolución, necesitamos la comprensión científica más avanzada de las realidades de este sistema, de la situación en la que nos encontramos y de cómo los pueblos oprimidos y explotados de los diferentes países y, en última instancia, la humanidad, pueden deshacerse del capitalismo-imperialismo y reemplazarlo por un sistema con la orientación y la capacidad de eliminar toda opresión y explotación, satisfacer las necesidades más fundamentales de la humanidad, incluida la necesidad de florecimiento creativo, y posibilitar que la humanidad se convierta en guardián digno de la tierra.
Este análisis lo ha desarrollado el líder revolucionario y pensador comunista Bob Avakian, arquitecto de una concepción radicalmente nueva de la ciencia del comunismo, el nuevo comunismo, que se basa fundamentalmente en el avance importante en la comprensión desarrollada por Marx y los líderes de la anterior oleada de revoluciones comunistas, pero que en algunos aspectos importantes rompe con ella y va más allá. Mientras que muchos en Irán se han sentido desanimados ante la represión en masa por parte del régimen, esta ciencia muestra el potencial para avanzar frente a la represión, cómo hacer frente a la brutalidad del régimen y convertirla en combustible para dar grandes saltos en la construcción de un movimiento para una revolución real.
Vea en el sitio web de nuestro partido, el Partido Comunista de Irán (marxista leninista maoísta), materiales en persa y en revcom.us para materiales en inglés y español sobre lo que es una revolución real, y la forma en que es posible aprovechar el potencial para una revolución auténtica y convertirlo en realidad mediante la construcción de un poderoso movimiento para la revolución al dirigir a la gente a apoyarse en el marco totalmente nuevo de la emancipación humana forjado por Bob Avakian en el nuevo comunismo, y a esgrimirlo.
ViSdP : Kramer, 7018 Stuttgart