El 16 de enero, Joe Biden anunció una “pausa” en la expansión de nuevos proyectos aprobados por el gobierno para exportar gas natural licuado (GNL) estadounidense. Esto no hizo nada para detener el nivel cada vez mayor de gases de efecto invernadero que atrapan calor en la atmósfera causado por la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón), ni para reducir el aumento de la temperatura del planeta. Sólo puso una pausa temporal en la concesión de permisos para nuevas terminales de gas natural donde el gas natural se carga en barcos para ser transportado a otros países.

Sin embargo, Bill McKibben, conocido autor y activista climático (y siempre alguien que persigue y promueve ilusiones sobre este sistema capitalista-imperialista), elogió la medida de Biden como una “gran victoria” para el movimiento climático.

La afirmación de McKibben está completamente fuera de contacto con la realidad del calentamiento global que está acelerando. Está completamente fuera de contacto con las medidas urgentes y monumentales necesarias para abordar la emergencia ambiental. En cambio, la celebración de McKibben de la insignificante medida de Biden para salvar las apariencias sirve para legitimar a Joe Biden y al sistema capitalista-imperialista.

El historial de Bill McKibben como promotor ideológico de los opioides (para mantener a las personas que se preocupan por el medio ambiente en un estado de ensueño sobre la capacidad del sistema capitalista-imperialista para reformarse a sí mismo) ha sido notable y repugnantemente consistente. Contemos algunas de las formas:

—Estaba sumamente entusiasmado con la presidencia de Obama que, según él, sería transformadora con respecto al medio ambiente. Pero a lo largo de ocho años ocurrió algo curioso: la enorme expansión del fracking de petróleo y gas natural.

—Brindó por la cumbre climática global COP28 recientemente concluida, con su vacío llamado a una transición para dejar atrás los combustibles fósiles, afirmando que al menos ofreció a los activistas climáticos un “fuerte tema de conversación para utilizar como palanca en las luchas por venir”.

—Se regocija con elogios por la Ley de Reducción de la Inflación de Biden (la legislación climática de Biden) por expandir la energía limpia como nunca antes... no importa que no haga nada —nada, cero— para imponer límites a la extracción, quema y emisiones de combustibles fósiles.

Algunos datos básicos sobre la crisis climática y la “pausa de Biden”

2023 fue el año más caluroso en este planeta en probablemente 125.000 años. Incendios forestales sin precedentes han arrasado todo Canadá. El hielo marino en la Antártida ha alcanzado el nivel más bajo jamás registrado. Estos son sólo algunos de los muchos signos de que el medio ambiente de la Tierra está al límite. Y los gobiernos del planeta han demostrado en repetidas ocasiones que no están dispuestos ni son capaces de realizar las desgarradoras transformaciones exigidas.

En cuanto al gas natural (el mismo que se quema en una estufa): es un combustible fósil. El gas natural líquido es gas natural enfriado a un frío tan extremo que se encoge y se convierte en un líquido que puede cargarse en barcos y ser transportado por todo el mundo. La quema, extracción, procesamiento y traslado de GNL es una de las principales causas del cambio climático. Carbonbrief señala que en la última década, Estados Unidos se ha convertido en el productor número uno de GNL en el mundo y ahora produce cuatro veces más que hace cuatro años. Este es un desastre ambiental. Esta expansión también está ligada a las medidas geopolíticas que Estados Unidos ha estado tomando para debilitar a Rusia como proveedor de energía para Europa occidental.

Otro hecho. La “pausa” de Biden es sólo una pausa temporal de nuevos proyectos de GNL aún por aprobar. Estados Unidos ya ha aprobado planes para nuevas terminales de GNL en los próximos años que duplicarán la capacidad estadounidense para exportar GNL. Están avanzando a todo vapor. Y la “pausa” no afectará las exportaciones de las ocho terminales de exportación de GNL que ya operan en Estados Unidos que exportaron un promedio de 11,6 mil millones de pies cúbicos de GNL por día en 2023, más que cualquier otro país.

Y el gas natural es sólo una parte del panorama. Estados Unidos ha quemado más combustibles fósiles que cualquier otro país en la historia. Actualmente produce y exporta más petróleo y gas que cualquier otro país. La “pausa” de Biden no toca nada de eso. Mientras tanto, el planeta se calienta.

En resumen, la llamada “pausa” de Biden es una patraña política o, en otras palabras, ¡una porquería! Con Bill McKibben como orgulloso patrocinador.

Legitimando el sistema imperialista, ganando votos por el genocidio Joe

En su artículo de Substack sobre la “pausa”, McKibben declara: “Biden merece cosechar los beneficios de un poderoso respaldo ambiental en su reelección…” Uno de los comentarios recientes de McKibben tenía el subtítulo “Ayuda a Biden a ayudarse a sí mismo —y al planeta— en torno al clima”. ¿¡¿Qué carajos?!?

Cabe señalar que Bill McKibben ha sido obscenamente suave cuando se trata de condenar el genocidio israelí, respaldado por Biden, de los palestinos. Cabe señalar que Bill McKibben fue y es un fuerte fanático de la guerra de sustitutos de Estados Unidos con Rusia por Ucrania. Ha apoyado la ayuda militar de Estados Unidos y la OTAN a Ucrania, y ha tratado de hacerla “respetuosa con el medio ambiente” diciendo que Estados Unidos también debería proporcionar a Europa occidental bombas de calor eléctricas para calentar los hogares en lugar de depender del gas natural y el petróleo rusos.

Con su manera amable y sus credenciales ambientales, Bill McKibben se ha convertido en un peligroso vendedor de ilusiones tóxicas.

Legitimar este sistema imperialista es perjudicial en cualquier momento. Pero ahora las cosas están llegando a un punto crítico y existe una gran y urgente necesidad de romper con las venenosas ilusiones del “mal menor” — y trabajar por la revolución. Una revolución para derrocar este monstruoso sistema destructor de planetas; una revolución que tiene un plan y una orientación para realmente abordar y actuar sobre esta catástrofe ambiental. (Para más sobre esto, incluido de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (PDF) y de los discursos y escritos de Bob Avakian, consulte la Página Especial de Recursos en revcom.us).

En su despache #9 en las redes sociales Bob Avakian plantea bien el desafío:

Especialmente en un momento como el actual — un momento en que cosas importantes están en el aire en el mundo, con efecto a todo el futuro de la humanidad… cuando esos explotadores y opresores de pesos pesados que gobiernan sobre nosotros en Estados Unidos están encarnizadamente divididos entre sí y son cada vez más incapaces de mantener la articulación de las cosas como clase dominante “unificada”… cuando existe no sólo una necesidad urgente sino una verdadera posibilidad de aprovechar esta situación para derrocarlos por completo — si NO estás conectándote con los revcom (comunistas revolucionarios) que están trabajando a diario por esta revolución, si no eres parte del trabajo para hacer nacer esta revolución, pues, ¿¡qué carajos estás haciendo!?