10 de septiembre de 2025: Como señalamos anteriormente, el agitador fascista Charlie Kirk fue asesinado en el campus de la Universidad del Valle de Utah. Como declaramos en su momento, tal acto: “no guarda ninguna relación con ningún cambio positivo, y ciertamente no guarda ninguna relación con ninguna transformación emancipadora de la sociedad, la que sólo puede llevarse a cabo por medio de una revolución, con la participación de millones de personas y con el objetivo de barrer con todo este sistema y sustituir sus relaciones e instituciones de explotación y opresión, y su pútrida cultura, por otras que sean liberadoras y edificantes”.
Tras publicar esa declaración, Donald Trump emitió su propia declaración sobre este incidente. Antes de que alguien fuera arrestado o acusado, Trump salió en televisión para atacar a la “izquierda radical” y a los medios noticiosos — y específicamente para singularizar a las personas y a las fuerzas políticas simplemente por condenar con razón a Trump y a sus allegados por ser fascistas de tipo nazi. Trump enumeró a varios fascistas que han sido atacados o asesinados e ignoró cualquier violencia perpetrada por los fascistas — una cifra que, de hecho, es mucho mayor. (Vea el recuadro a continuación.) A Trump se le ha unido con esta postura un coro unificado proveniente de las filas fascistas — con importantes portavoces fascistas como Steve Bannon, el presentador de Fox News Jesse Waters, y Alex Jones, todos los que lo llaman una “guerra”. Es evidente que, en este momento, los fascistas están aprovechando el asesinato de Charlie Kirk para poner a la defensiva política a todos aquellos que se les oponen; para unir a las tropas fascistas de MAGA en torno a su estandarte; y para sentar las bases para tomar medidas altamente represivas mucho peores.
El que Trump y sus seguidores fascistas cínicamente están tratando de sacar provecho para sí mismos en torno al asesinato de Charlie Kirk, y lanzar amenazas y fomentar el odio contra toda una gama de sus oponentes políticos, no es solo amenazante, sino que hay que denunciarlo y oponérsele. El bien y el mal no pueden convertir el uno en el otro. La gente debe estar sobre aviso, y lista para defender a las organizaciones y a los individuos que caigan bajo ataque de parte de los fascistas. Tiene que continuar la resistencia no violenta contra la violencia material que Trump y MAGA están desatando en las grandes ciudades. Rendirse ante las amenazas y los ataques solo impulsará más de lo mismo; convirtamos cada ataque en un trampolín para poner al descubierto la nefanda naturaleza de la amenaza y desarrollar más apoyo.
Finalmente, es más importante que nunca revelar el carácter fascista de este régimen y luchar para que millones de personas acudan a Washington, D.C. el 5 de noviembre, y para hacer caer a este régimen fascista mediante resistencia masiva no violenta. En todo caso, las apuestas son más altas y la necesidad es mayor y más urgente que incluso hace 24 horas.
Actualización del 14 de septiembre de 2025: Desde que publicamos la siguiente lista de crímenes violentos de los fascistas, y la enorme cantidad y el horror de estos crímenes en comparación con los de “la izquierda”, Trump ha salido en el Noticiero FOX para pronunciarse al respecto.
En respuesta a un presentador de Fox & Friends que le preguntó: “¿Cómo arreglaremos a este país, cómo nos volvemos a estar unidos?”, Trump dijo: “Les diré algo que me va a meter en problemas, pero me vale un bledo. Los radicales de la derecha a menudo son radicales porque no quieren ver la delincuencia. ... Los radicales de la izquierda son el problema. Y son crueles, horribles y políticamente astutos, aunque quieren a hombres en el deporte femenino, quieren personas transgénero para todos, quieren fronteras abiertas”.
Al leer la lista que sigue, pregúntese ¿cómo cualquiera de los asesinatos y agresiones de esa lista puede interpretarse como “personas que no quieren ver la delincuencia”? Y luego pregúntese cuántos pueden explicarse por el odio absoluto de MAGA hacia cualquiera que no sea blanco, fascista cristiano y/o fascista.
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Al supuestamente denunciar la violencia política, Trump solo mencionó a las víctimas republi-fascistas de la violencia, pero omitió convenientemente los casos mucho más numerosos de violencia fascista perpetrados por “extremistas de derecha” y fascistas. Según el Los Angeles Times, en 2022: “Los extremistas de derecha han asesinado a más de 330 personas en Estados Unidos durante la última década, según estadísticas compiladas por la Liga Antidifamación. Eso representa el 75% de todas las muertes causadas por la violencia política en Estados Unidos. Los extremistas islámicos representaron la mayor parte de las demás muertes. La violencia de izquierda o anarquista representa el 4% de las muertes”.
Trump no habló de los asesinatos de Melissa Hortman, legisladora demócrata por el estado de Minnesota, y su esposo, ni del tiroteo contra otro legislador demócrata y su esposa en junio, por un hombre que llevaba una lista de 45 funcionarios electos, todos demócratas. Trump no habló del ataque al esposo de la expresidenta demócrata de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, ni de las amenazas de “colgar a Mike Pence” provenientes de la chusma pro-Trump que tomó por asalto el Capitolio el 6 de enero en Washington, D.C. No habló de Joseph Rosenbaum ni de Anthony Huber, asesinados por Kyle Rittenhouse en Kenosha, Wisconsin, en una protesta no violenta para exigir el fin de los asesinatos policiales. Tampoco habló de Heather Heyer, asesinada por manifestantes pro-Trump y pro-nazis en Charlottesville, Carolina del Norte, en 2017 (a los que Trump dijo: “había buenas personas en ambos lados”), ni de los 11 miembros de la sinagoga Árbol de la Vida en Pittsburgh asesinados por un lunático fascista que creía que éstos habían ayudado a los inmigrantes, ni de la horrorosa masacre de 23 inmigrantes por parte de un fanático antiinmigrante en El Paso en 2019. No mencionó a las 10 personas negras asesinadas por un pistolero supremacista blanco en un supermercado en Búfalo en 2022, ni a las nueve personas asesinadas a tiros en una histórica iglesia negra en Charleston, Carolina del Norte, en 2015, por un pistolero que quería iniciar una “guerra entre las razas”. Trump tampoco mencionó a los 11 médicos proveedores del aborto y otras personas asesinadas por pistoleros fascistas cristianos ni los miles de actos de violencia y bloqueos contra clínicas de aborto y su personal.
En resumen, al enumerar selectivamente únicamente los actos de violencia contra los fascistas y al ignorar el número mucho mayor de actos violentos contra aquellos que están en la mira de los fascistas, Trump presentó una imagen muy deshonesta. Esta imagen deshonesta casi con seguridad avivará aún más la sed de sangre fascista.