La semana pasada, Donald Trump intensificó dramáticamente la guerra comercial global del régimen fascista al imponer nuevos aranceles punitivos a más de 90 países. Los aranceles son como un impuesto que se aplica a las mercancías importadas de otros países a Estados Unidos. Se trata de una herramienta de la competencia capitalista que tendrá el efecto de aumentar los precios de los productos en general.
Brasileños queman efigies de Trump y del expresidente brasileño Jair Bolsonaro para protestar contra el arancel del 50% de Trump a los productos brasileños, el 1º de agosto de 2025. Foto: AP
Entre los nuevos aranceles se encuentra el impactantemente alto arancel del 50% que Trump impuso a Brasil. Esto no guarda ninguna relación con el comercio — Trump declaró explícitamente que este arancel era una represalia por lo que, según él, era la “cacería de brujas” del actual gobierno brasileño contra el expresidente y socio fascista Jair Bolsonaro. Bolsonaro está bajo proceso ahora por liderar la intentona de golpe de estado tras perder las elecciones presidenciales de 2022, cuando sus partidarios irrumpieron violentamente en el palacio presidencial.
Trump también impuso aranceles del 50% a India — los que entrarán en vigor el 27 de agosto a menos que India deje de comprar petróleo a Rusia. El régimen de Trump amenaza con imponer aranceles más altos a otros países que compren petróleo o realicen otras actividades comerciales con Rusia, como parte de la presión ejercida sobre el líder ruso Putin en relación con la guerra en Ucrania.
Tras alcanzar “pactos” con la Unión Europea, Japón y el Reino Unido, Trump les impuso aranceles del 10% al 15% en lugar de los aranceles mucho más altos con los que había amenazado. Estos “pactos” implicaban que dichos países eliminaran los aranceles sobre algunos productos que importaban desde Estados Unidos, compraran más petróleo y gas a Estados Unidos y aumentaran sus inversiones en Estados Unidos.
Aún no está claro el impacto de estos aranceles, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Aquí van cinco puntos básicos para comprender qué está sucediendo, qué podemos decir por ahora sobre el porqué, y qué corresponde a los intereses de la humanidad.
1. Estos aranceles son una expresión de la manera en que, como señala el líder revolucionario Bob Avakian, para el fascismo de Trump y MAGA “el poder destructivo puro y duro es lo que tiene que regir en el escenario internacional, sin siquiera la pretensión de adherirse al derecho internacional ni preocuparse por la soberanía, o incluso el derecho de existir, de los pueblos y países menos poderosos...” (del e-mensaje de @BobAvakianOfficial REVOLUCIÓN #114: Derrotar al fascismo de Trump y MAGA: Con la vista puesta en algunas futuras elecciones... o trabajar ahora para movilizar a millones de personas en torno a esta poderosa demanda unificadora: ¡Que se largue el régimen fascista de Trump!)
Los aranceles de Trump no son una babosada sin sentido o idiota — son parte de una perspectiva y una estrategia cuyo objetivo es reordenar radicalmente el mundo entero en los ámbitos económico, político y militar, en beneficio del capitalismo-imperialismo estadounidense.
Toda esta estrategia es extremadamente explosiva — y muchos comentaristas se refieren a los aranceles punitivos como una medida “parecida a la guerra”.
Este mapa muestra los países según los aranceles que les impuso Estados Unidos (del 10% al 50%) por el régimen fascista de Trump, a partir del 11 de agosto de 2025.
2. Trump impuso los altos aranceles a casi 100 países de forma unilateral (es decir, a su propia autoridad), con el consiguiente riesgo de una crisis financiera internacional — a pesar de que, según la Constitución estadounidense, supuestamente la facultad de imponer aranceles recae en el Congreso, no en el presidente. Esto forma parte de las maniobras de Trump para tomar el control personal de toda la economía, lo que incluye tratar de dictar órdenes al Banco de la Reserva Federal — una importante institución que por ley supuestamente es independiente, y cuyas decisiones tienen un profundo impacto no solo en la economía estadounidense, sino también en la economía mundial.
3. Una justificación que Trump da para sus aranceles es que “durante décadas, nuestro país ha sido saqueado, pillado, violado y expoliado por naciones cercanas y lejanas, tanto amigas como enemigas por igual”. Esta es una mentira monstruosa. Estados Unidos ha sido el explotador y opresor #1 en el mundo durante décadas — saqueando, pillando, violando y expoliando a países como Vietnam, Bangla Desh, México y muchísimos otros. Muchos millones de seres humanos, incluidos 150 millones de niños, se sacrifican la vida para producir productos baratos para empresas estadounidenses como Apple, Nike, Walmart y H&M, lo que mantiene bajos los precios en Estados Unidos mientras canaliza enormes ganancias a los capitalistas estadounidenses.
Muchos de aquellos que se oponen a los aranceles de Trump se centran en el daño que causarán a la gente en Estados Unidos. Sí, estos aranceles perjudicarán concretamente a muchas personas en Estados Unidos que ya están esforzándose por poder pagar los biles al fin de mes. Pero el daño será mucho mayor para los países a los que Estados Unidos ha saqueado y explotado durante los últimos 70 años — Vietnam, Bangla Desh, Nigeria, Guatemala y los demás, cuyos recursos y gente Estados Unidos ha chupado como vampiros. Los aranceles de Trump son una herramienta para intensificar esa relación parásita.
4. Cualquier penuria o trastorno que los aranceles impongan a la población en Estados Unidos en sí y de por sí no causará la caída del régimen fascista de Trump. El impacto económico de estos aranceles podría ser parte de lo que impela a la gente a tomarse las calles y podría hacer que actúen algunos votantes en los márgenes del movimiento de Trump — pero esto, por sí solo, no causará que la base social de Trump rompa con el fascismo. Es posible que las penurias económicas incluso fortalezcan el chovinismo de “Estados Unidos Ante Todo”, la histeria antiinmigrante, la supremacía blanca y la búsqueda de chivos expiatorios en las mujeres y las personas LGBT.
En referencia a los millones de fascistas, en su e-mensaje REVOLUCIÓN #114, Bob Avakian dijo:
... no es solo su situación económica, sino también su posición social lo que les obsesiona. Para las filas de los fascistas de MAGA, aún más allá de su situación económica, un poderoso y perverso factor motivador es su insistencia en la supremacía blanca y la supremacía masculina, el odio a las personas LGBT y a los inmigrantes (especialmente a los inmigrantes de “países pozos de mierda”, en los repugnantes términos racistas de Trump). A eso es a lo que se refieren estos fascistas con “Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza”. Y todo esto está envuelto e impulsado por mentiras descaradas, demencia anticiencia y teorías conspirativas descerebradas — en que convierten a los grupos vulnerables en objetivo de odio y persecución, tal como denuncian a los inmigrantes como “delincuentes peligrosos” y tratan a las personas trans como depredadores pervertidos.
Es cada vez más urgente que exista una fuerza que ponga al desnudo la naturaleza de este régimen fascista, que actúe unida en protestas masivas, decididas y no violentas, con la demanda: ¡Que se largue el régimen fascista de Trump ya! Que actúe en todos los ámbitos de la sociedad para crear una crisis política tal que impida a Trump gobernar e implementar su régimen fascista. En combinación con las crecientes sacudidas y cambios y grietas radicales que estos aranceles y otras medidas del régimen quizá causen, esto tiene una verdadera posibilidad de triunfar en el caso de que actuemos para derrotar a este fascismo — antes de que sea demasiado tarde.
5. El que los imperialistas en el poder persigan una política de “libre comercio” o de aranceles extremos, en ambos casos son variaciones de un sistema de cruel explotación internacional, que aplasta espíritus y despedaza la vida de miles de millones de personas, día tras día.
Bob Avakian, en su serie sobre la explotación (LA EXPLOTACIÓN: QUÉ ES, CÓMO PONERLE FIN y PONER FIN A LA EXPLOTACIÓN, Y A TODA OPRESIÓN), explica por qué este sistema capitalista-imperialista debe hacer eso — y cómo un sistema socialista creado por medio de una revolución real podría iniciar el proceso de ir más allá de la explotación y de todas las divisiones antagónicas entre las personas.
Los tipos de choques radicales que ocurren hoy pueden hacer, en palabras de Bob Avakian:
flaquear la creencia de la gente en que “la manera en que siempre han sido las cosas” es la única manera en que las cosas pueden ser. Puede hacer que haya más receptividad en la población a cuestionar —en un sentido real puede obligar a la gente a cuestionar— la manera en que han sido las cosas, y si tienen que seguir siendo así. Y es mucho más probable que esto ocurra si las fuerzas revolucionarias están en la sociedad entre las personas arrojando una luz sobre la realidad más profunda de lo que está ocurriendo, y por qué, y explicando que SÍ QUE EXISTE una alternativa a vivir así.
Video en inglés: LA EXPLOTACIÓN: QUÉ ES, CÓMO PONERLE FIN de Bob Avakian (producido por El Show RNL —¡Revolución, y Nada Menos!). Lea el texto en español aquí.