El 20 de enero de 2025, el cerdo fascista Donald Trump firmó una orden ejecutiva con el título “Poner fin a los programas gubernamentales radicales y despilfarradores de DEI”. Con unos pocos trazos de su marcador permanente, él no solo puso en la mira y anuló los programas autorizados por el presidente Joe Biden, sino que también anuló el objetivo de una orden ejecutiva firmada por Lyndon Johnson en 1965 con el objetivo de limitar la discriminación directa contra los negros y otros oprimidos en los empleos o contratos que involucran al gobierno federal.

La directiva de Trump prohíbe cualquier discusión sobre la superación de la discriminación en la contratación, el despido, la disciplina y la promoción. El estándar que se está estableciendo en el gobierno federal se replicará dondequiera que los fascistas ocupen el poder y en muchísimas empresas. Este es un ataque con el propósito de promover aún más la idea de que las personas blancas de alguna manera han sido víctimas de la discriminación, aunque todos los indicadores señalan que los negros se están quedando atrás o se están quedando aún más atrás en todos los renglones de salud, ingresos, riqueza familiar, educación, muertes infantiles y maternas, etc., sin mencionar el hecho de que cada vez que una persona negra se sube al auto para ir de compra alimentos, él o ella corre el riesgo de un “encuentro con la policía” en el que termina muerta.

Pero no, en el mundo espeluznante según Trump, ¡los blancos y los hombres se enfrentan a la discriminación! Y este nuevo edicto sin duda implicará que los blancos y los hombres ocuparán puestos a cargo de más instituciones y posiciones de liderazgo, y las personas de color, las personas LGBT y las mujeres serán purgadas, negando su mérito y valor al llamarlos “contrataciones DEI”. Y lo que se haga primero en el gobierno se adoptará luego en toda la sociedad.

La orden de Trump también estipula que cada agencia federal identifique “hasta nueve posibles investigaciones de cumplimiento civil” a grandes corporaciones, universidades, bufetes de abogados, fundaciones, hospitales y otras instituciones y las investigue por sus políticas de DEI que puedan estar, o hayan estado, en violación de las nuevas políticas del régimen fascista. Aún no se sabe cuáles serán las consecuencias para aquellos que violen las nuevas regulaciones fascistas. Pero, según se informa, el plan de Trump incluye la retención de dineros federales a toda escuela, empresa o entidad de beneficencia que utilice principios de DEI en sus planes de estudio o prácticas de contratación. Tenga en cuenta: hay más de 400 agencias y sub agencias federales, las que se requiere que apliquen esta orden: nueve investigaciones en cada una conducirían a un retroceso masivo e inmediato. Y está claro que los “identificadores” más entusiastas serán recompensados.

De inmediato, se inició esta fase inicial de la purga. Aquellos cuyos trabajos estaban relacionados con los programas DEI en las agencias federales se quedaron sin trabajo a las 5:00 p.m. de ese mismo día. Clausuraron sus oficinas, y terminaron sus programas. Todos los sitios web públicos para DEI fueron retirados.

Los programas DEI que Biden autorizó por orden ejecutiva fueron un intento de parte de los demócratas principalmente para proponer un programa positivo para abordar toda la historia de opresión racista y exclusión de ciertas personas. Se dieron algunos problemas con la implementación de algunos de estos programas DEI, y nunca iban a resolver los problemas generales que han sido una parte integral de los cimientos y el funcionamiento de este sistema desde 1619. Pero la oposición de Trump a estos programas ha sido un NO virulento a todo reconocimiento de la fea historia en Estados Unidos de racismo, supremacía masculina y movimientos anti LGBT patriarcales, con la insistencia en que todo esfuerzo para remediarlos es perjudicial para la gente blanca en particular.

Imponer la supremacía blanca con un ejército de soplones

El día después de que Trump firmara la orden que ponía fin a DEI, se emitió una orden de seguimiento con aplicación a todo el gobierno federal. Amenaza a las personas con “consecuencias adversas” si intentan “disfrazar estos programas utilizando un lenguaje codificado o impreciso”. Exigió que las personas delaten a sus compañeros de trabajo que “no reporten esta información dentro de los 10 días”. Piense en lo que eso significará. Este lenguaje vago es tan flexible que todo tipo de personas podrían ser despedidas por motivos de un “lenguaje codificado o impreciso”. Y si una persona escucha por casualidad este “lenguaje impreciso” y no lo delata, ¡también podría ser despedida!

Una vez más, piense en las implicaciones generales de esta orden. Su objetivo es purgar a los negros, latinos, mujeres y otros grupos sociales que todavía sufren discriminación en medio de los pequeños pero importantes avances que han obtenido los individuos de estos grupos, especialmente por medio de los feroces y sangrientos levantamientos de la década de 1960. Estas órdenes crearán condiciones de trabajo insoportables, llenas de sospechas, puñaladas por la espalda, chivatones maliciosos y “ajustes de cuentas”.