Filadelfia, 6 de junio de 2020: Miles de manifestantes abarrotaron toda la zona alrededor del Ayuntamiento. Foto: AP
Vídeo del arresto de George Floyd en Minneapolis, 29 de mayo de 2020.
Nota de la redacción: El próximo domingo 25 de mayo se cumplirán cinco años desde que cuatro policías estrangularon despiadadamente a George Floyd hasta la muerte, mientras él rogaba por su vida en una calle de Minnesota. Mientras la gente lo veía en video, mientras las imágenes y sus experiencias propias de atrocidades similares durante años, décadas y más les pasaban por la mente, finalmente fue demasiado. Primero miles y luego millones de personas salieron a la calle en lo que Bob Avakian llamó “el hermoso levantamiento”, desafiando la violenta represión de la policía y, con su determinación, empujando al canalla cobarde Donald Trump a su búnker en el sótano. Más de 20 personas —negras, blancas, latinas y otras— murieron luchando por la justicia en ese levantamiento.
Hoy se ha puesto de moda entre algunos decir: “Oh, eso no logró nada”. Eso está mal. Sí, los asesinatos policiales han continuado a un ritmo aún más acelerado. Sonya Massey, sin arma, fue asesinada en su cocina por la policía de Springfield, Illinois, creyendo erróneamente que la ayudarían a salir de una crisis. Dexter Reed, de Chicago, recibió 13 disparos en su auto por el “delito” de conducir siendo negro con los vidrios polarizados. Y la lista sigue y sigue. Pero todo lo que eso demuestra es que, a menos que haya una revolución —y nada menos que una revolución, con el fin de acabar con toda opresión, incluyendo el horror de 500 años de la supremacía blanca—, esta locura continuará.
Y ese es precisamente el punto. Como dijo Bob Avakian (BA), lo más importante del hermoso levantamiento de 15 millones o más de personas en 2020 es que demostró el potencial de una revolución. Y como demuestra lo que les contaremos a continuación, ese potencial atemorizó a los fascistas en general y a Trump en particular. En respuesta, Trump emitió recientemente una orden ejecutiva que intensificará enormemente la represión policial.
El artículo que sigue subraya la necesidad cada vez más urgente de un poderoso movimiento de masas organizado en torno a los lemas “¡Que se largue Trump YA!” y “¡En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar un Estados Unidos fascista!”.
Al mismo tiempo, lo que está en juego aquí tiene una dimensión más amplia. Como subrayó recientemente Bob Avakian en su mensaje “REVOLUCIÓN #116: Las personas negras deberían estar en las primeras filas en la lucha para derrotar al fascismo de Trump y MAGA”:
Lo que todo esto muestra no es que no haya logrado nada la lucha contra esta opresión. Lo que demuestra poderosamente es que hace falta que se acabe con todo el sistema: únicamente por medio de una revolución que ponga fin a todo este sistema, y cree un sistema emancipador, fundamentalmente diferente, se podrá acabar de forma definitiva y completa con esta opresión — y con toda la opresión. Pero permitir que el régimen de Trump lleve a cabo su horroroso programa solo agravará aún más la situación, y dificultará mucho más que se lleve a cabo la necesaria revolución. Por otra parte, derrotar a este fascismo, mediante una movilización masiva, no violenta pero decidida y sostenida —al unir a todos aquellos a que se pueda unir contra este régimen fascista de Trump, al actuar para crear las condiciones en las que se retire del poder a este régimen— será posible asestar un enorme golpe contra la opresión en general, y también será posible hacer una gran contribución a crear condiciones más favorables para la revolución liberadora hasta el final que se necesita.
En otro mensaje reciente, BA señaló que una parte importante de esto “implicará defender a la gente contra los ataques a sus derechos e incluso a su propia vida. Esta defensa tendrá que abarcar muchas dimensiones diferentes: defensa jurídica y política — y defensa contra los intentos de llevar a cabo ataques físicos contra las personas que están en la mira de este fascismo” (de @BobAvakianOfficial, REVOLUCIÓN #106, “A defender los derechos y la vida de las personas que están en la mira del fascismo de Trump y MAGA. A tomar la ofensiva en oposición a este fascismo y al sistema que ha engendrado este fascismo”. BA sigue con:
Como enfaticé en “Algo terrible, O algo verdaderamente emancipador“:
[H]ay muchísimo por hacer, y con urgencia, lo que requiere verdadera audacia y corazón, para hacer frente a los fascistas, y a cualquier otra fuerza opresora, en sus acciones para amenazar e intimidar, brutalizar e incluso matar gente. Déjenme aclarar que no llamo a lanzar ataques no provocados e injustificados a nadie; pero existen un derecho, y una necesidad —y existe la responsabilidad— de defender a las personas que están oprimidas y brutalizadas bajo este sistema, y a aquellos que representan y defienden lo que es justo, y los que están bajo ataque debido a eso.
Ahora, con la reelección de Trump, los fascistas MAGA están hinchados con entusiasmo, sintiendo que cuentan con un poderoso respaldo para intimidar y atacar a los inmigrantes, a las mujeres, a las personas LGBT, al pueblo negro y a otros que están en la mira de este fascismo de Trump y MAGA. Aquellos que reconocen la importancia de derrotar a este fascismo, necesitan tener una orientación ofensiva para desafiar a este fascismo, mientras se desarrolle la defensa contra los ataques de estos fascistas.
Como hemos dejado en claro los revcom (comunistas revolucionarios) en la Declaración NECESITAMOS Y EXIGIMOS: UNA FORMA COMPLETAMENTE NUEVA DE VIVIR, UN SISTEMA FUNDAMENTALMENTE DIFERENTE: “Mientras sigamos viviendo bajo el dominio de este sistema del capitalismo-imperialismo, defenderemos a las personas contra los ataques a su vida y a los derechos que se supone que garantiza la Constitución de los Estados Unidos”.
A la vez, esta Declaración agrega el siguiente punto crucial:
necesitamos un sistema completamente diferente, con una Constitución completamente diferente —la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte—, que proporcionará derechos mucho más amplios para las personas, incluido el derecho básico a tener el papel fundamentalmente determinante en una nueva sociedad y gobierno cuyo propósito y objetivo es eliminar toda explotación y opresión, en todas partes.
Esto se deriva de la comprensión que está concentrada en el segundo lema que incluí al principio:
TODO ESTE SISTEMA ESTÁ PODRIDO E ILEGÍTIMO — NECESITAMOS Y EXIGIMOS: ¡UNA FORMA COMPLETAMENTE NUEVA DE VIVIR, UN SISTEMA FUNDAMENTALMENTE DIFERENTE!
El 28 de abril, Trump firmó una “orden ejecutiva” titulada “FORTALECER Y DESENCADENAR LAS FUERZAS POLICIALES DE ESTADOS UNIDOS PARA PERSEGUIR A LOS DELINCUENTES Y PROTEGER A LOS CIUDADANOS INOCENTES”.
El vídeo del móvil de un testigo muestra el primer enfrentamiento de los policías con George Floyd
Diversos comentaristas reaccionaron con justificable horror al tono y el contenido de esta orden. Un politólogo la describió como “Realmente aterradora... Comienza la ley marcial”. Un periodista escribió: “Esto es sumamente preocupante... Se preparan para reprimir violentamente los disturbios previstos”. El comentarista jurídico Elie Mystal escribió que la orden “coquetea descaradamente con la ley marcial”.
Todos estos comentarios dan en el blanco. A continuación, analizaremos el contenido de esta orden ejecutiva. Es compleja y de gran alcance.
En un sentido general, el objetivo de la orden de Trump es esto: forjar un aparato policial totalmente fascista, dirigido y coordinado a nivel nacional, cada vez más militarizado en armas y tácticas y, lo más importante, un aparato que no tenga ningún respeto por el estado de derecho, el debido proceso o los derechos del pueblo, y que sea completamente leal a Trump y su círculo íntimo.
Profundicemos en algunos elementos clave de esto.
“Desencadenar las fuerzas policiales de Estados Unidos”
La orden de Trump afirma abiertamente que la policía está “esposada” y no puede hacer su trabajo y necesita ser “desencadenada”.
En una situación donde la policía asesina a más de 1000 personas al año y rara vez es condenada por un delito, esto es ridículo. Pero aquí está el punto: los fascistas de Trump y MAGA no van a aceptar ningún control, ningún intento de controlar a la policía, ninguna cosa que no sea dar luz verde a su brutalidad, terror y licencia para matar.
La orden de Trump critica duramente a los “funcionarios locales” que (ocasionalmente) critican a la policía por su brutalidad. Se queja de los “decretos de consentimiento” impuestos por el Departamento de Justicia (pre-Trump) que examinan las operaciones de los departamentos de policía tras ser pillados cometiendo públicamente una o más atrocidades. Se preocupa por la posibilidad de que los policías enfrenten cualquier cargo civil o penal, independientemente de lo que hicieran1.
La orden de Trump exige la eliminación sistemática de dichas restricciones. Por ejemplo, dispone que:
- todos los decretos de consentimiento existentes que pueden “impedir los esfuerzos de las fuerzas del orden” sean “rescindidos”;
- el gobierno federal proporcione abogados pro bono (gratuitos) de primer nivel a los policías que enfrentan cargos civiles o penales, y que reciba una “indemnización” (reembolso) por cualquier gasto incurrido como resultado de dichos cargos;
- el Departamento de Justicia de Estados Unidos procese a cualquier funcionario local que “obstruya” (cuestione o se oponga) al nuevo “estilo” fascista de policía.
Además, Trump “pide sentencias más severas para los delitos contra los agentes del orden”, lo que se traduce en que los policías podrán amenazar a las personas con largas penas de prisión si los cuestionan o desobedecen de cualquier manera.
Y, para garantizar su lealtad personal a él y su régimen, Trump promete aumentos salariales y otros beneficios.
Bob Avakian señala: “El fascismo es una forma cualitativamente diferente en que este sistema impone su dominio sobre la gente”. Esta forma fascista de gobierno requiere una policía que se sienta completamente descontrolada. Trump no quiere que se preocupen ni se contengan en absoluto por ni siquiera una mínima posibilidad de rendir cuentas por sus crímenes.
¿Cómo se ve esto “en la práctica”?
Rumeysa Ozturk, estudiante de la Universidad de Tufts, siendo arrestada ilegalmente el 25 de marzo de 2025. Foto: AP
Pensemos en los agentes federales enmascarados y no identificados que secuestraron a Rümeysa Öztürk, una estudiante universitaria turca, en una calle de su barrio en Massachusetts. La metieron de repente en una camioneta, le negaron el derecho a llamar a su abogado, la llevaron en coche durante horas antes de enviarla a una prisión infernal en Luisiana, donde permaneció seis semanas… por ser coautora de un artículo crítico de Israel en el periódico de su escuela.
O pensemos en lo que Trump quiere decir cuando le dice a un auditorio lleno de policías: “Por favor, no sean demasiado amables”, alentando la violencia y brutalidad contra personas sospechosas de un delito.
Ahora multiplícalo por diez mil y aumenta aún más la brutalidad. Ahora empiezas a hacerte una idea de lo que los fascistas quieren decir con “Desencadenar la Policía”.
Militarizar la policía, y utilizar las fuerzas armadas para funcionar como policía sobre la población civil
En Estados Unidos se supone que existe una separación bastante estricta entre la policía y el ejército. La ley Posse Comitatus prohíbe en gran medida el uso de las fuerzas armadas contra civiles estadounidenses, y al menos la imagen pública de la policía debería ser la de parte de la ciudadanía, no la de un ejército de ocupación.
En realidad, siempre ha habido muchas “lagunas” en esta separación. En la década de 1960, las fuerzas armadas estadounidenses ocuparon importantes ciudades como Detroit para reprimir los levantamientos de la población negra contra el racismo. Lo mismo ocurrió con la Rebelión de Los Ángeles en 1992. Y en 1970, la Guardia Nacional (bajo autoridad estatal, no federal) asesinó a cuatro estudiantes de la Universidad Estatal de Kent en Ohio.
Por otro lado, “el policía de barrio” se ha visto cada vez más eclipsado por equipos SWAT fuertemente armados y otros que parecen y actúan como un ejército de ocupación. Y en las últimas décadas, el gobierno federal ha canalizado armamento militar usado, como vehículos blindados e incluso tanques, a las fuerzas policiales locales.
Sin embargo, la orden de Trump exige una escalada dramática de esta tendencia.
- La sección 4(a) de la orden dicta aumentar “la provisión de recursos [‘assets’] militares y de seguridad excedentes en las jurisdicciones locales para ayudar a las fuerzas del orden estatales y locales”.
- La sección 4(b) deja claro que los “recursos” incluyen no sólo armas de uso militar, sino también personal.
- La sección 4(b) también pide el entrenamiento militar de los policías para que “se utilicen con la mayor eficacia posible para prevenir el delito”.
Estas medidas son una forma de
- integrar a los soldados, incluso quizás a los oficiales, en las fuerzas de policía civiles; y
- proporcionar una base para poner a la policía civil local bajo la dirección y autoridad de los militares.
Esta podría ser una forma de superar un problema importante que enfrenta la policía fascista: históricamente, la policía local y estatal está bajo el control de los gobiernos locales y estatales, muchos de los cuales no están controlados por fascistas actualmente. Al poner a estas fuerzas locales bajo la tutela del Departamento de Defensa de Trump, será más posible circunvalar o dominar la autoridad local y usarlas contra las masas populares y los líderes políticos en las llamadas zonas “azules” (controladas por los demócratas).
Junto con la militarización de la policía que exige esta nueva orden ejecutiva, Trump ha estado buscando caminos y tomando medidas para desplegar directamente las fuerzas militares contra la población civil. Un ejemplo importante: Trump ha declarado repetidamente que está considerando invocar la Ley de Insurrección de 1807, que le permitiría federalizar la Guardia Nacional y desplegar tropas regulares en zonas civiles para reprimir disturbios civiles, insurrecciones o rebeliones armadas.
Dadas las crecientes divisiones en la sociedad estadounidense, los disturbios, las rebeliones o las insurrecciones son una posibilidad real, y Trump ha estado advirtiendo que se respondería con represión militar. Al mismo tiempo, Trump ha insistido en que los flujos de civiles inmigrantes desarmados que llegan a Estados Unidos constituyen una “invasión” y que los presuntos miembros de una pandilla callejera venezolana constituyen una “amenaza terrorista”.
En otras palabras, si sirve al objetivo de consolidación fascista, Trump podría usar afirmaciones descabelladas para justificar el despliegue militar contra la población civil.
Coordinación y centralización de la policía bajo la autoridad federal
En Estados Unidos, la policía se organiza y dirige a nivel de pueblo, ciudad, condado o estado; no existe una “fuerza policial nacional” propiamente dicha. Y aunque los niveles federal, estatal y local colaboran de diversas maneras, y el gobierno federal proporciona cierta financiación, en esencia operan bajo cadenas de mando locales separadas.
Esto representa un problema para el fascismo por dos razones. En primer lugar, como ya se ha señalado, muchos líderes políticos locales no apoyan —y quizás se opongan firmemente— al gobierno fascista y a su agenda fascista. Por lo tanto, que controlen fuerzas armadas cruciales es obviamente “inaceptable” para el régimen fascista. En segundo lugar, los más de 700.000 policías, sheriffs y agentes del sheriff son potencialmente una herramienta crucial para el régimen fascista de Trump, pero su utilidad se ve considerablemente disminuida si Trump y su camarilla no pueden darles órdenes directas ni siquiera coordinar su actividad.
Casi al final de la orden ejecutiva, la Sección 6 aborda este problema. Dice:
El Procurador General y el secretario de Seguridad Nacional utilizarán los Grupos de Trabajo de Seguridad Nacional (HSTF) formados de conformidad con la Orden Ejecutiva 14159 del 20 de enero de 2025 (Protección del Pueblo Estadounidense contra la Invasión) para coordinar y promover los objetivos de esta orden.
¿Qué son estos “HSTF” (Homeland Security Task Forces)? Esto no se explica en esta nueva orden, pero nos remite a otra orden emitida el 20 de enero. En ella, nos enteramos de que los HSTF:
- son esencialmente centros neurálgicos del control federal de las fuerzas represivas;
- están organizados por el Departamento de Seguridad Nacional (encabezado por la fascista lunática Kristi Noem) junto con la Procuradora General (la perra de ataque de Trump, Pam Bondi);
- reúnen a representantes de otras agencias federales que pueden proporcionar “apoyo logístico, de inteligencia y operativo”, y representantes de las fuerzas del orden a nivel estatal y local;
- existen para “cumplir los objetivos” de esta (y otras) órdenes ejecutivas;
- se establecerán “en todos los estados del país” (citando la Orden del 20 de enero).
Y, muy importante, “El Procurador General y el secretario de Seguridad Nacional tomarán todas las medidas apropiadas para proporcionar un centro de comando operativo para coordinar las actividades de los HSTF y … para proporcionar dirección supervisora a sus actividades según sea necesario”. (Cursiva añadida).
En resumen, la Sección 6 de la orden de Trump dicta que la policía local y estatal en cada estado esté vinculada entre sí por medio (y bajo la “dirección supervisora” ) del Departamento de Seguridad Nacional federal y la Procuradora General de Estados Unidos, con el propósito expreso de llevar a cabo las órdenes ejecutivas de Trump (de las que, por cierto, ¡ya hay 151!).
Conclusión
Esta orden ejecutiva “promete” una policía militarizada y totalmente “desencadenada”, que opere bajo la “dirección supervisora” de personas y departamentos clave del régimen fascista, para llevar a cabo la agenda que ha trazado Trump.
Pero volvamos al punto de partida. Hace apenas cinco años, millones de personas salieron a las calles día tras día y noche tras noche para exigir: “¡Dejen de matar a la gente negra!”. Esto sacudió este sistema hasta sus cimientos. Puede que esos millones estén desmoralizados y desorientados, pero cinco años después, mientras la mismísima cosa que dio origen a ese levantamiento promete empeorar muchísimo, es urgente que se sienta el poder potencial de esos millones.
¡EN NOMBRE DE LA HUMANIDAD, NOS NEGAMOS A ACEPTAR UN ESTADOS UNIDOS FASCISTA!
¡QUE SE LARGUE EL RÉGIMEN FASCISTA DE TRUMP YA!