Hace unas semanas, revcom.us publicó un artículo titulado “Billie Eilish sobre la pornografía y una cultura de la desgracia, Un llamado a todas las personas hartas y hastiadas por la degradación y que tengan furia de luchar por la liberación,” de un miembro de la Gira Nacional “Organícense para una Revolución REAL”.

El artículo desencadenó un agudo debate y controversia en Instagram, con una treintena de personas que publicaron más de 150 comentarios. Ya que esto guarda una estrecha relación con hacer la revolución, y con hacer de ella una revolución emancipadora hasta el final, queríamos responder a los principales argumentos planteados.

Una cosa que todos los contraargumentos tenían en común era una negativa a abordar lo que la música Billie Eilish dijo realmente en su crítica al porno:

“Como mujer, creo que el porno es una desgracia. Para ser sincera, solía mirar mucho porno. Comencé a mirar el porno cuando tenía unos 11 años... Creo que realmente me destruyó el cerebro y me siento increíblemente devastada por el hecho de haber estado expuesta a tanto porno”. Ella dijo que cuando comenzó a verlo, pensó que era una forma de educación sexual, pero que enseña a las mujeres a pensar que el abuso y la degradación son supuestamente agradables durante el sexo. “Las primeras pocas veces que tuve relaciones sexuales”, dijo Eilish, “No decía no a cosas que no eran buenas. Fue porque pensé que eso era lo que tenía que atraerme”. Según seguía viéndolo, ella se metía cada vez más en la pornografía más y más violenta, que le causó pesadillas que ella sigue sufriendo actualmente. Pero ella lo denunciaba no sólo como un punto de preferencia personal, sino por el daño que hace en general: “Estoy tan enojada que el porno sea tan apreciado, y estoy tan enojada conmigo misma por haber pensado que estaba bien”, continuó. “El aspecto de las vaginas en el porno es un despropósito. No hay vaginas con esa apariencia. El cuerpo de las mujeres no tiene ese aspecto. No nos venimos así”.

¿Billie Eilish será una especie de anomalía? ¿Se trata de una experiencia y una respuesta poco frecuentes? No. Lo único raro —y demasiado raro— es que ella tuvo el valor de alzar la voz y criticar fuertemente a la cultura enferma que está literalmente saturada con la degradación pornificada de las mujeres.

El hecho de que las personas, incluidas las que se consideran progresistas, no abordaron esta realidad más profunda nos revela cuánto necesita cambiarse la forma en que se ve y trata a las mujeres en esta sociedad. El líder revolucionario Bob Avakian dijo hace años: “esta sociedad permite cometer agravios contra las mujeres que no serían posibles contra cualquier otro grupo sin suscitar grandes estallidos de indignación...”¹.

Las mujeres son seres humanos plenos — no son incubadoras, ni sacos de boxeo, ni putas ni perras, ni objetos sexuales. Y es necesario desencadenar la furia de las mujeres como una fuerza poderosa para una revolución real para emancipar a TODA la humanidad… para crear un mundo completamente diferente.

Aquí van cuatro de los principales argumentos que la gente sí ha expuesto:

** Una persona argumentó, “...en la mayoría de los casos, el porno da poder a las mujeres”. Había gente que habló de cómo esto le da a las mujeres “agencia” y de que, como es algo que una mujer elige, no se puede criticar. Otra persona argumentó: “Denigrar el trabajo sexual y tratar a las estrellas del porno como víctimas indefensas sin agencia es anti-mujer, anti-concienciado y contrarrevolucionario”.

En primer lugar, ¡¿“en la mayoría de los casos”?! Tonterías. Veamos la realidad de “la mayoría de los casos” que la gente no quiere enfrentar. La realidad es lo que está documentado en la película Hot Girls Wanted, donde las mujeres tenían que hacer escenas en las que se les “throatfuck” (penetrar con el pene la boca hasta la garganta) hasta el punto de provocar vómitos, mientras que se les arrojan agravios racistas. La realidad son millones de videos de “gangbanging” (violación tumultuaria) con grupos de hombres que dominan violentamente a las mujeres. A menudo eran mujeres que se escapaban de situaciones, que hablaban de comenzar en el porno pensando que sólo iban a hacer las escenas de “pornografía blanda” entre mujeres, pero que, para sobrevivir, fueron impulsadas a hacer las escenas más “duras” de hombre y mujer. Algunas hablaron de, para poder aguantarlo, convertirse en drogadictas… otras desaparecieron. No hay nada de “empoderamiento” o “inspiración” en ello.

La mayoría de la pornografía convencional² es pornografía violenta de violación de mujeres en la que son retratadas como gozando de la brutalidad y la violencia. Los términos de búsqueda más prevalentes en Pornhub incluyen las representaciones más racistas de mujeres negras y asiáticas, incluyendo imágenes de niñas y niños pequeños. Por favor, díganos ¡¿qué hay de empoderamiento en la documentación y gozo de este tipo de tortura misógina?!

En segundo lugar, renombrar “opresión” y llamarlo “agencia” no es más que un intento de “adueñarse” de su propia opresión en lugar de ponerle fin. Esto refleja la falta de capacidad de ver más allá que las relaciones de mercancías, donde todo, incluido el sexo, está integrado en el nexo monetario del intercambio de mercancías. Se trata de un llamado “empoderamiento” de acuerdo a los términos de un sistema —la lucha para sacar una tajada de ello— mientras que la mitad de la humanidad que es femenina es cruelmente oprimida. Al denunciar esto de manera aguda por su nombre, estamos retando a las mujeres, a los hombres… a todos, a que rompan con la degradación propia bajo los términos de este sistema y a que se pongan de pie para ponerle fin a esta y las demás formas de opresión.

Una declaración: Por la liberación de la mujer y por la emancipación de toda la humanidad dice: “Y las que por un tiempo logran convencerse de que de alguna forma esta ‘elección’ les da poder, solo pueden hacerlo aceptando los términos que las degradan a ellas mismas y a otras mujeres en un contexto de supremacía masculina. Y yendo más a fondo, una no tiene el ‘derecho de ser sexy’ o de ser la ‘dueña de su propio cuerpo como una mercancía sexual’ sin un mundo que alienta la noción de que se debe valorar a la mujer por su cuerpo y su atractivo sexual, y ese mundo dicta y se ceba del envío transfronterizo de muchas mujeres como esclavas humanas en burdeles y ‘centros de recreo y placer’ para las tropas estadounidenses y novias hechas al pedido. Nadie debería tener el deseo de hacer las paces con eso ni buscar su camino en eso”.

** Otro argumento era: “Creo que las mujeres deberían poder elegir a lo que se quieren dedicar”. Y, “(Obviamente) está mal que alguien obligue a otra persona a entrar en el porno, pero también creo que está mal decirle a alguien que no puede ganar dinero haciendo algo que le agrada, incluso si eso incluye el sexo”.

Aquí vemos el argumento básico de “yo soy el centro del universo” y ¡“el mundo gira a mi alrededor”! Lo que hago está justificado porque quiero hacerlo” — todo ello totalmente aislado de lo que forma su “deseo personal” y el impacto que tiene su elección en los demás, sea positivo o negativo. Este punto de vista ha sido un hilo común en todas las respuestas que recibimos, y refleja el profundo problema del individualismo extremo que tenemos en esta sociedad: ¡todo se calcula sobre la base de la forma en que me afecta a MÍ! Pero para entender algo realmente, no se puede empezar con el individuo y desde ahí mirar hacia afuera; hay que examinar su efecto social.

¿Y cuál es el efecto social?

La cultura entera está literalmente saturada de porno. ¡Los sitios web porno en los Estados Unidos obtienen más tráfico en línea que Twitter, Instagram, Netflix y LinkedIn combinados! Generaciones de jóvenes han crecido viendo el porno —la mayoría de los jóvenes están expuestos al porno antes de los 13 años de edad— con, como dijo Billie Eilish, “sus cerebros rotos” con una visión retorcida y degradante de la intimidad sexual y la unión entre compañeros. En esta sociedad, se supone que ver el porno es una forma de “vinculación masculina” o un rito de paso — formar vínculos a base de la degradación de las mujeres.

Todas estas imágenes que nos bombardean a cada paso… esto nos enseña a ver a las mujeres como nada más que objetos sexuales para “ser folladas” en lugar de ser seres humanos plenos.

En respuesta, algunas de estas personas dijeron, sí, ¿pero no conoces el porno feminista o el porno anarquista? Este fenómeno ínfimo es sólo el remanso de un tsunami de horror, que valida y justifica la “corriente principal del porno” y en sí no escapa de estas relaciones fundamentales.

¡EL PORNO IMPULSA LA VIOLACIÓN!

Vivimos en una sociedad donde una de cada tres mujeres será asaltada sexualmente… donde se enseña a los hombres a pensar que las mujeres les “deben” acceso a sus cuerpos — como objetos sexuales deshumanizados. Donde todas las mujeres en todas partes son aterrorizadas, acosadas y atormentadas.

Y que destruye la intimidad humana básica: donde el sexo es más bien una actuación que un placer compartido, donde las mujeres fingen orgasmos sin saber nada de su propia anatomía básica… donde es fácil que una mujer que tiene relaciones sexuales con un hombre detecta si él ha visto el porno o no por la manera a menudo abusiva que él ve lo que es el sexo. Donde para muchas mujeres jóvenes, su primera experiencia sexual es ser violada, ¡y piensan que ellas mismas tienen algo de mal si no les agrada! ¡¿Qué tipo de mundo —qué tipo de destrucción íntima— se está justificando con todo esto?!

Esto no se trata de lo que a usted le agrada —lo que usted disfruta está formado por este sistema y contribuye al tremendo daño que le causa a las mujeres bajo este sistema.

Como dijo Sunsara Taylor en 2015 en el Festival de Cine Porno de la Ciudad de Nueva York, en respuesta a “las necedades que se encuentran con frecuencia”: “Si realmente crees que tu deseo de excitarte con representaciones de mujeres —u otras personas— que son brutalizadas y degradadas es más importante que el derecho de las mujeres en todas partes de no ser aterrorizadas y humilladas por medio de estas representaciones y la degradación violenta que refuerzan, te equivocas gravemente. En pocas palabras: no eres más importante que la mitad de la humanidad”.

Sus opciones existen en UN MUNDO —un tema que nadie que defendía el porno realmente abordó— enfocándose más bien en los enclaves adinerados del imperio. ¿Cuál es la situación más amplia en la que algunas personas eligen explotarse a sí mismas mediante la pornografía y la prostitución? En su artículo “La ‘industrialización’ de la explotación sexual, la globalización imperialista y el descenso al infierno”, Raymond Lotta desmenuza el hecho de que se trata de un sistema mundial del capitalismo-imperialismo cuyos cimientos económicos están arraigados en la explotación de literalmente miles de millones de personas, una enorme porción de las cuales son los millones de mujeres cuya humanidad es aplastada por el hecho de que la industria del sexo globalizada saca MILES DE MILLONES DE DÓLARES en ganancias de su carne, literalmente, y que son obligadas a entrar en estas condiciones de prostitución para sobrevivir.

** Otro argumento que nos mandaron fue que la crítica a la pornografía fomenta condiciones “inseguras” y la posible criminalización de los/las “trabajadores/as sexuales”: “Lo único que hace su postura es victimar y criminalizar a las mismas personas a las que usted dice querer ayudar”, y “Creo que necesitamos hacer que el mundo sea más seguro para aquellas personas que deciden ejercer un trabajo sexual”.

Esto refleja una rebajada dolorosamente tremenda de nuestras expectativas y claudicar ante los términos de este monstruoso sistema. ¡No necesitamos este sistema con estas “opciones”! Lo que tenemos que hacer es decir la verdad y organizarnos para una revolución real que haga nacer todo un mundo nuevo. Podríamos estar viviendo en una sociedad en la que no es una “opción” de supervivencia convertir todo su ser en una mercancía que se puede comprar, vender y golpear, sino donde ¡las mujeres contribuyen plenamente a mejorar la sociedad entera!

Bajo el sistema de esclavitud, ¿era necesario luchar para tener unas condiciones ligeramente mejores, o trabajar para abolir el sistema? No sólo es mezquino, es ridículo luchar por algunos derechos o condiciones más seguras para algunas mujeres que son objeto del terror o la brutalidad (mientras que cada día el planeta se está volviendo menos seguro para las personas y hay un creciente ataque legal, social, económico y de otros sentidos contra las mujeres en su conjunto) y mientras este sistema pulveriza a miles de millones de personas.

Este sistema no debería tener el poder de encarcelar a las mujeres por haber sido obligadas a entrar en este tipo de degradación, o incluso por elegirlo, al igual que no se debería darle al sistema el poder de usar leyes antidrogas para criminalizar desproporcionadamente a los jóvenes que resultan envueltos en chanchullos. Pero eso no significa que debamos apoyar este tipo de chanchullos que sí perjudican a la humanidad y a los propios oprimidos. Significa que necesitamos luchar con la gente para salir ya mismo de eso, y meterse en la revolución. Una revolución para derrocar el sistema que tiene el patriarcado entretejido en sus cimientos, un DERROCAMIENTO y REEMPLAZO de este sistema por un sistema socialista como parte de deshacernos de todas las formas de opresión y emancipar a toda la humanidad.

En las respuestas de la gente, sus horizontes no llegaron más allá de un mundo en el que las mujeres son degradadas en todas estas formas, en que lo máximo por lo que dicen deberíamos luchar es por la despenalización de la prostitución y la pornografía. Nadie —excepto nosotros— presentó una estrategia de la manera de poner fin a la opresión de las mujeres, de crear un mundo completamente nuevo ni tampoco consideró que esto es algo por lo que sea necesario trabajar activamente.

** Finalmente, varias personas dijeron que nuestra crítica se basaba en ser “mojigatos sin humor”. Cuando, de hecho, la realidad es que “Si no puedes imaginar el sexo sin la pornografía, pues ¡ya te jodiste!”. La defensa y celebración del porno refleja la visión más atrofiada, degradada y empobrecida de la sexualidad.

El porno no es sexo, es la degradación sexualizada de las mujeres.

El sexo consta de compartir un entendimiento mutuo, cariño, respeto mutuo, amor y placer entre las personas… se trata de exploración, alegría o confort. Entrar en ello con respeto puede ser uno de los grandes placeres humanos. El porno es la mercantilización de la violencia, degradación y subordinación; es una venganza no sólo contra una mujer específica, sino contra todas las mujeres… se trata de propiedad y abuso.

Como escribió Sunsara Taylor en ¿Qué hace “bueno” el sexo? Y por qué el porno NO lo es: “El buen sexo se basa en reconocer y derivar placer de la conexión y la exploración de la plena humanidad de otra persona, y es potencialmente tan variada y rica como las personas envueltas”.

A todos aquellos que plantean estas discrepancias, decimos: ¡ELEVEN SU VISTA Y ENCUENTREN SU HUMANIDAD! A todos los que se preocupan por el futuro: únanse a la revolución que lucha por cambiar la sociedad entera y buscan un mundo más allá que todo este tipo de opresión. El Club Revolución se está organizando ahora y poniendo de modelo una forma completamente diferente en que las personas pueden juntarse y relacionarse entre sí, siendo un pueblo futuro, actuando acorde con el mundo por el que estamos luchando. Y hace falta que usted forme parte de esta revolución. Una revolución para romper todas las cadenas de la tradición, un mundo en el que las mujeres, los hombres y las personas de diferente género son iguales y camaradas. Un mundo donde las personas puedan florecer de verdad, y no estar subyugadas al peso aplastante de las relaciones sociales pútridas en las que estamos enredados.