El 22 de noviembre de 2023, el Dr. Mohammad Abu Salmiya, director del Hospital Al Shifa —el hospital más grande en Gaza —estaba ayudando a un convoy de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a evacuar a pacientes “severamente enfermos” de Al Shifa, que se encontraba bajo un feroz asalto por Israel. El ejército israelí detuvo el convoy durante seis horas. El Dr. Salmiya fue “detenido y llevado para ser interrogado” por el Shin Bet (servicio de inteligencia israelí).
¡De ahí el Dr. Salmiya desapareció! Durante siete meses, nadie supo dónde estaba, si estaba vivo o muerto, ni a qué cargos se enfrentaba, si los había. Israel afirmó tener “evidencia que demuestra que el Hospital Al Shifa, bajo su gestión directa, sirvió de centro de mando y control de Hamas”. Esa evidencia no existían entonces ni existe ahora1 y al final Salmiya fue puesto en libertad sin cargos.
Este indignante arresto de un destacado administrador de un hospital, alguien que era crucial para salvar la vida de los palestinos heridos en el embate genocida de Israel, fue impactante. Telegrafió un mensaje de que, a los ojos de Israel, no existe ningún “palestino inocente” y que incluso los trabajadores médicos son objetivos “legítimos”.
Luego, el 1º de julio, ocurrió otra sorpresa: el Dr. Salmiya reapareció, uno de los 50 palestinos detenidos y puestos en libertad inesperadamente (al parecer debido al hacinamiento), y habló con los medios de comunicación sobre su terrible experiencia y la de otros.
El Director del hospital Al Shifa detenido por Israel y golpeado durante meses, ahora está libre. @AljazeeraEnglish
A diario torturas, amputaciones, palizas, hambruna
Salmiya le dijo al mundo que los detenidos sufrían habitualmente “torturas severas”. Habló de un régimen de inanición: “Durante dos meses, ningún prisionero comió más de una barra de pan al día”. Informó que a los detenidos se les negó tratamiento médico y que los médicos militares israelíes “amputaron los pies de varios prisioneros… que padecían síntomas de diabetes debido a la falta de tratamiento médico”. Salmiya dijo que él personalmente “fue sometido repetidamente a golpes en la cabeza, lo que le provocó hemorragias múltiples. Había torturas casi a diario en las prisiones israelíes. Ahí el médico golpea a los detenidos y el o la enfermer@ golpea a los detenidos”2.
Los comentarios de Salmiya confirmaron informes que ya habían comenzado a filtrarse, y alentaron a otros a hacer denuncias. Aquí va tan sólo una parte del panorama verdaderamente horroroso que está emergiendo sobre las condiciones que enfrentan decenas de miles3 de palestinos detenidos en los rastrillajes cometidos por las fuerzas israelíes en Gaza y Cisjordania.
Condiciones infrahumanas depravadas
Los testigos describen una existencia diaria, minuto a minuto, que equivale a la tortura. Se mantiene a casi todos los detenidos esposados y con los ojos vendados todo el tiempo o la mayor parte del tiempo, durante meses sin fin, aun cuando comen o van al baño. Hay versiones de la amputación de miembros debido a las lesiones causadas por las esposas4. No permiten que los reclusos hablen, recen o lean el Corán, se pongan de pie o incluso duerman sin permiso. Las violaciones de las reglas conllevan palizas. Un hombre fue apaleado en el abdomen hasta que vomitara sangre. ¿Su “delito”? Asomarse por debajo de la venda de sus ojos.
Los reclusos básicamente están sometidos a una dieta de hambre: pan, tal vez un poco de queso yogur, tal vez un poco de pepino. Tres de los ocho hombres entrevistados por el New York Times informaron haber perdido más de 40 libras [18 kilos] durante su detención.
Se les da a los detenidos entre uno y cuatro minutos (según sea el centro donde estén recluidos) para ducharse una vez a la semana. Y de uno a cuatro minutos a diario para ir al baño. Exceder el límite de tiempo significa más palizas o descargas eléctricas. El respectivo temor es tan grande que algunos reclusos se niegan a ducharse.
Arrestos aleatorios, interrogatorios bárbaros, torturas sádicas
Fadi Bakr, un estudiante de derecho de la ciudad de Gaza, cuenta que estaba buscando harina en su antiguo vecindario (del que tuvo que irse tras un bombardeo) cuando fue herido de bala y luego detenido por soldados israelíes por “sospecha”. Lo desnudaron, se le robaron el teléfono y sus ahorros, lo golpearon, le apuntaron con un arma a la cara y le gritaron: “Confiese ahora o le pego un disparo”. Fadi siguió diciéndoles que era un civil, en vano. Mientras estaba detenido, vestido únicamente con un pañal, el interrogatorio se prolongó durante unos cuatro días y cada negativa resultaba en una paliza. Bakr dice: “Los considero los peores cuatro días de toda mi vida”.
Pero eso era la rutina — los extremos son mucho peores. Younis al-Hamlawi, de 39 años, enfermero jefe del hospital Al Shifa, informó que “una oficial le había ordenado a dos soldados que lo levantaran y presionaran su recto contra un palo de metal que estaba fijado en el suelo. El señor al-Hamlawi dijo que el palo penetró su recto durante aproximadamente cinco segundos, provocando que sangrara y dejándole con un ‘dolor insoportable’”.
Faraj Attiyeh Al-Saman describió una tortura psicológica sádica. “Nos mostraban fotografías de los cuerpos de nuestros familiares, fotografías de nuestras familias e hijos... y decían: ‘Miren a sus hijos, los matamos’. Nos mostraban fotografías de nuestras esposas, nuestras hermanas, y nos decían que se las habían llevado y les había hecho esto y aquello”.
Lamentablemente, podríamos seguir y seguir con estos horrores. Pero la cuestión esencial es lo siguiente: Israel arresta sistemáticamente en rastrillajes a miles de palestinos (nadie está seguro de cuántos) y está reteniéndolos en condiciones en las que de rutina los mata de hambre, los aterroriza y los tortura.
Para colmo, están completamente aislados. Israel no permite ningún contacto con colegas o familiares, muchos de los cuales dan por sentado que sus seres queridos han muerto. No permite inspecciones por parte de la Cruz Roja Internacional de ninguna prisión5. La primera y única visita por parte de un periodista a Sde Teiman fue una corta “visita guiada” en mayo, seis meses después de que se convirtiera en un centro de detención a gran escala“6.
El primer abogado que visitara a un defendido en Sde Teimen —durante 45 minutos— fue Khaled Mahajneh, el 19 de junio de 2024. Su defendido (un reportero con Al Araby TV) fue arrastrado al cuarto para verlo, “con los ojos vendados… con los brazos y las piernas atados”. Ni siquiera sabía en cuál prisión estaba7. Y desde el 7 de octubre de 2023, no se sabe de ningún proceso contra ninguno de los palestinos arrestados en Gaza.
¿Qué valen las negativas israelíes...?
Por supuesto, Israel lo niega todo y dice que los detenidos reciben un trato humano y legal. Pero hay que decirlo sin rodeos, científicamente y sin exagerar: las “negativas” de Israel valen menos que caca de vaca. Si hubiera algo de verdad en las negativas, si todas estas acusaciones fueran en gran medida falsas, Israel acogería con agrado (en lugar de obstruir o prohibir) las visitas de la Cruz Roja Internacional, periodistas y abogados.
De hecho, el 2 de julio, después de que esta noticia comenzara a difundirse, el ministro de Seguridad de Israel, Ben Gvir, dijo la parte tácita en voz alta, con un posteo en X8: “Desde que asumí el cargo de ministro de Seguridad Nacional, una de las metas más importantes que me fijado para mí mismo es empeorar las condiciones de los terroristas en las prisiones…”.
También se jactó de que: “...desde octubre se han agregado 2.500 nuevas cárceles. En abril pasado se inició otro proyecto que incluye la construcción de 936 cárceles adicionales…”.
Y lo más escalofriante de todo, sostiene Ben Gvir: “Ya he propuesto una solución mucho más simple [que construir más cárceles] que consta de promulgar un castigo Muerte a los terroristas, lo que solucionará el problema del hacinamiento…” [énfasis añadido]. [NOTA: Para los sionistas genocidas como Ben Gvir, “palestino” y “terrorista” significan lo mismo).
Un último punto...
Finalmente, es importante señalar que la liberación del Dr. Salmiya desencadenó una amplia denuncia de la tortura sistemática en las cárceles y centros de detención israelíes, y “prendió indignación en Israel y fue criticada en todo el espectro político”, desde súper nazis como Ben Gvir hasta el primer ministro Netan-Nazi, al llamado líder “moderado” Benny Gantz. Esta “indignación”, ¿se debe a la revelación de horribles torturas a personas inocentes?
NO. Todos estaban indignados de que estas personas inocentes hubieran sido liberadas en primer lugar y de que estuvieran diciendo la verdad sobre los campos de concentración de Israel y que le hicieran saber al mundo de esta verdad.
¿Qué nos dice eso sobre la naturaleza del régimen sionista... y de los imperialistas estadounidenses que lo respaldan al cien por cien?