A Leonard Peltier, líder de AIM (el Movimiento Indígena Americano), lo acusaron falsamente de asesinar a dos agentes del FBI y por cargos chuecos lo enviaron a prisión en 1977. La foto es de 1999. Foto: Joe Ledford/The Kansas City Star/AP
El 2 de julio, la Comisión de Libertad Condicional de los Estados Unidos le negó al preso político amerindio, Leonard Peltier, su solicitud de libertad condicional. Peltier, que ahora tiene 79 años de edad, lleva 47 años en prisiones de máxima seguridad en Estados Unidos desde 1977, cuando fue acusado falsamente y condenado injustamente por matar a dos agentes del FBI.
Esta denegación se produce a pesar de que Peltier ha tenido problemas de salud graves y dolorosos desde hace muchos años. En los últimos años, ha sufrido de un deterioro cada vez mayor de su salud: ha tenido un derrame cerebral, está ciego de un ojo y debe usar un caminador para moverse por la prisión de máxima seguridad. También tiene diabetes, un aneurisma aórtico, efectos del COVID-19 y otros problemas de salud graves. Pero a lo largo de las décadas de brutal encarcelamiento, Peltier se ha mantenido impenitente.
Sus partidarios dicen que la audiencia de este año probablemente ha sido su última oportunidad de conseguir libertad condicional. Su abogado piensa apelar la denegación de libertad condicional. A Peltier le negaron la libertad condicional previamente, en 2009. Fuerzas muy poderosas, incluido el director del FBI de Biden, Christopher Wray, se han opuesto públicamente a la liberación de Peltier.
Leonard Peltier fue condenado con cargos falsos por el gobierno de Estados Unidos por el asesinato de dos agentes encubiertos del FBI que atacaron a un campamento del Movimiento Indígena Americano (AIM, por sus siglas en inglés) en la reserva de Pine Ridge en Dakota del Sur, en 1975. Peltier y otros estaban en el campamento, ayudando a proteger a las personas en la reserva contra lo que llegó a conocerse como el “Reino del Terror”. Durante esa campaña, encabezada por el FBI, asesinaron a 64 miembros y simpatizantes de AIM.
El “Reino del Terror” se lanzó como represalia por el levantamiento de 1973 en Wounded Knee, cuando cientos de indígenas americanos y sus simpatizantes se plantaron contra el asesinato e intimidación de miembros de AIM y sus simpatizantes, actos respaldados por el gobierno de Estados Unidos.
Ocupación por los indígenas Oglala Dakota, el Movimiento Indígena Americano, y sus aliados de Wounded Knee en la reserva de Pine Ridge, Dakota del Sur, 1973. Foto: Owen Luck/Beinecke Library, Yale University
También procesaron a otros dos activistas, Darrelle “Dino” Butler y Robert Robideau, por el asesinato de los agentes del FBI, pero fueron absueltos. Como escribió Peter Matthiessen en su libro In the Spirit of Crazy Horse: The Story of Leonard Peltier and the FBI’s War on the American Indian Movement (En el espíritu de Caballo Loco: La historia de Leonard Peltier y la guerra del FBI contra el Movimiento Indígena Americano”), “El jurado [en el juicio de Butler y Robideau] estuvo de acuerdo con la declaración de la defensa de que existe una atmósfera de temor y violencia en las reservas, y que probablemente los acusados pudieran haber disparado en defensa propia”.
A Leonard Peltier lo juzgaron por separado tras su extradición forzosa desde Canadá. Y en 1977 lo procesaron bajo cargos falsos por los asesinatos de los agentes del FBI y fue condenado a dos sentencias de cadena perpetua consecutivas.
Desde la condena de Peltier, han emergido documentos secretos del FBI que muestran que el FBI fabricó “evidencia” en su contra a la vez que ocultaba pruebas que lo hubieran exonerado. Durante la apelación de Peltier en 1985, incluso el procurador federal estadounidense admitió abiertamente: “No podemos demostrar quién disparó a los agentes”.
Durante casi 50 años, el FBI ha continuado trabajando horas extras para evitar que salga a la luz la verdad sobre sus esfuerzos por aplastar al movimiento amerindio, y en particular, sus crímenes violentos en Pine Ridge en 1975 y las acusaciones falsas contra Leonard Peltier. Trataron de bloquear la publicación de In the Spirit of Crazy Horse: The Story of Leonard Peltier and the FBI’s War on the American Indian Movement, de Matthiessen, un informe exhaustivo de lo que sucedió en Pine Ridge. Publicado por primera vez en 1983, la distribución del libro fue bloqueada durante 8 años por demandas por difamación presentadas por el gobernador de Dakota del Sur y un agente del FBI. El gobernador era el fiscal general del estado en el momento del Reino del Terror en Wounded Knee y trabajó estrechamente con el FBI. En el libro de Matthiessen, se le cita diciendo: “La única manera de lidiar con el problema indígena en Dakota del Sur, es apuntar con un arma a la nuca de los líderes de AIM y apretar el gatillo”.
El FBI ha perseguido a otros simpatizantes prominentes de Peltier. Al actor y cineasta Robert Redford lo atacaron por narrar El incidente en Oglala, un documental que examina críticamente el manejo del gobierno federal del caso Peltier. Cuando se estrenó la película, el FBI organizó manifestaciones en su contra activamente y continuó persiguiendo a Redford y su trabajo después.
Cuando el actor y director Peter Coyote planeó un concierto en 1987 llamado “Cowboys for Indians” (Vaqueros Por los Indígenas), un acto benéfico para Peltier encabezado por Willie Nelson, el FBI hizo lo posible para impedir el concierto. Por ejemplo, escribieron cartas —en papel membretado del Departamento de Justicia— a los patrocinadores, presionándolos para que se retiraran.
Cerca del final de la presidencia de Bill Clinton hubo un amplio llamado para que le otorgara clemencia ejecutiva a Peltier. Esa iniciativa se convirtió en el objetivo de los esfuerzos organizativos del FBI a nivel nacional y de importantes políticos para prevenirlo. Sus esfuerzos incluyeron una marcha a la Casa Blanca de parte de 500 agentes activos y retirados del FBI en oposición a la liberación de Peltier. Y, obviamente, Clinton NO lo puso en libertad.
La Comisión de Libertad Condicional y poderosas fuerzas entre los gobernantes de Estados Unidos han usado la negativa de Leonard Peltier a “expresar remordimiento” por un crimen que sostiene que no cometió, para justificar el rechazo a la libertad condicional. Frente a esto, la postura valiente de Leonard Peltier destaca aún más la injusticia monumental de su condena por cargos falsos y su pena de prisión de por vida, y debería inspirar aún más apoyo y demandas para su liberación.