Reglas estrafalarias y caprichosas aplicadas mediante amenazas de la cultura de la cancelación. Afirmaciones no científicas pretensiosas de “representar a los marginados”. La insistencia en que la gente “permanezca en su carril” en la lucha contra la opresión. La demencia “woke” (concienciada) manifiesta mucho de lo que es perjudicial con el sistema capitalista-imperialista y su cultura dominante, ¡contribuyendo a la pesadilla para la humanidad!
“Woke” solía significar una conciencia justa de la opresión racial, pero desde hace mucho se ha transformado en una demencia fanática y mentalidad de viles turbas. Una sed de sangre para singularizar y rebajar a los individuos, a la vez que elude de manera cobarde, y a menudo, obstaculiza activamente la verdadera y necesaria lucha contra el sistema, ¡especialmente su derrocamiento por medio de una revolución real!
La Demencia Woke y la aplanadora fascista la que está recorriendo la sociedad se encuentran en una danza mortal, se oponen mutuamente, a la vez que impulsan y se ceban la una de la otra. El fascismo es, con mucho, el peligro más grande, pero en esta dinámica, la descarada supremacía blanca y misoginia engullen a la gente “woke” y vencen sus bravuconadas quebradizas.
En momentos de cambios inauditos —cuando “los de arriba” se chocan entre sí y están desgarrándose las normas que cohesionan a Estados Unidos— existe una oportunidad mucho más grande de hacer caer todo este entramado opresivo. Tenemos la oportunidad de proponernos algo radicalmente diferente; tenemos la responsabilidad de luchar por algo realmente liberador. Debemos aprovechar esta oportunidad y asumir esta responsabilidad.
Por amor a la humanidad y al planeta, por un profundo respeto a la verdad y a la ciencia y por una necesaria determinación revolucionaria a emancipar a toda la humanidad, defenderemos y debatiremos lo siguiente, en la plaza pública y en el discurso público.
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1 Demencia Woke: Insistir en que no existe una realidad objetiva; cada persona es “dueña” de su “verdad”
La Demencia Woke niega la existencia de una realidad objetiva a la vez que dicta de forma tosca cuáles son las partes de la realidad sobre las que se permite comentar o actuar a las personas de diferentes “identidades”. Si la realidad objetiva es simplemente un constructo “europeo blanco” o “masculinista”, pues trata de atravesar la autopista a la hora pico sin ser atropellado por la realidad de los automóviles a toda velocidad.
La verdad no es un compuesto de “narrativas”. La verdad es lo que corresponde a la realidad objetiva. Se puede determinar mediante métodos científicos basados en la evidencia. Las experiencias vividas directamente pueden contribuir a este proceso, pero la ciencia, y el método científico, es decisivo para determinar lo que es verdad, y para actuar sobre esa base para cambiar radicalmente el mundo.
2 Demencia Woke: Una obsesión destructora por cambiar palabras — y una fea borradura de las mujeres
La Demencia Woke no distingue entre intenciones maliciosas, neutrales o benignas. Las humillaciones rituales de personas bienintencionadas por usar palabras “incorrectas” son los mezquinos juegos por el poder de los bravucones del patio de la escuela. Cambiar palabras no sustituye a cambiar el MUNDO.
En ninguna parte es esta obsesión más destructiva que en borrar a las mujeres. ¡Hace falta luchar vigorosamente contra los ataques cada vez más implacables y despiadados contra las personas trans! Pero hace daño la sustitución de la palabra “mujer” por falsos sinónimos deshumanizantes como “personas con útero” y “personas que dan pecho”, aparentemente por la “inclusión trans”. Ante el asalto más grande a la vida de las mujeres en generaciones —la revocación del derecho al aborto—, la negativa del establecimiento woke a utilizar siquiera la palabra “mujer” enturbió el eje de este ataque, melló su peligro y desmovilizó la resistencia. Esto refuerza la cruzada fascista cristiana para afianzar la maternidad obligatoria y los roles de género tradicionales.
3 Demencia Woke: “Yo, yo, yo” — enquistada en un Imperio Estadounidense que se ensaña con el mundo
El único privilegio que los wokester rara vez denuncian es el privilegio de los estadounidenses. De hecho, muchos wokester quieren todo lo que puedan conseguir de ese privilegio.
La chusma woke tuitea sus acusaciones de “privilegio” y “colonización” desde teléfonos móviles que les han proveído la sangre y las lágrimas de los niños en El Congo que extraen el cobalto que requieren esos teléfonos. A aquellos cuyos horizontes no van más allá de la mera “inclusión” e “igualdad” dentro del imperio más sangriento jamás conocido, les dedicamos estas letras de Bob Dylan: “Saqueamos y expoliamos en costas lejanas. ¿Por qué mi parte no es igual a la tuya?”
4 Demencia Woke: Esconderse de la realidad con “avisos de desencadenantes”, “espacios seguros” y “cultura del trauma”
Bajo este sistema, le ocurren cosas terribles a la gente. Ponerlo al descubierto no es “porno del trauma”. Todos tienen que estar enterados y hacer frente a la bárbara historia de la esclavitud y la supremacía blanca y la continua realidad de la opresión racial.
Actuar como si los oprimidos fueran seres frágiles que se derrumbarán ante un fenómeno “desencadenante” es el sello distintivo de los salvadores condescendientes. El trauma de este sistema es real y espeluznante, pero es necesario, y es posible, dirigirlo hacia la lucha contra la fuente de la opresión y la injusticia.
Las mejores cosas que pueden ocurrir en las universidades son los desafíos intelectuales, debates y pensamiento crítico, aprender sobre el mundo... tomar posición por una gran causa aun a riesgo de la propia seguridad, y cambiar radicalmente el mundo con alegría revolucionaria.
5 Demencia Woke: Vorágines de la “cultura de la cancelación” de la turba woke con el fin de rebajar a los individuos
En lugar de una lucha justa para poner al descubierto y transformar las instituciones opresivas, la cultura woke desata cazas crueles de brujas para destruir reputaciones, carreras y la vida de las personas. Eso es venganza, no justicia. La Demencia Woke juzga a las personas por un solo error, o incluso por una mera acusación, en lugar de por el arco de su vida. ¡Imagínense que este criterio se aplicara a todos ustedes!
El mundo woke invoca a la Reina Roja de Alicia en el País de las Maravillas: “Sentencia primero, veredicto después”. Estado de derecho, presunción de la inocencia y evidencia: ni hablar. Con respecto a los siglos de horrorosas agresiones sexuales, lo que se necesita urgentemente es una atmósfera en la que las mujeres puedan expresarse, ser tomadas en serio y en la que exista el debido proceso, todo como parte de llegar a un mundo radicalmente diferente.
6 Demencia Woke: Acusaciones de “apropiación” a fin de censurar la expresión artística
Los buscavidas de la identidad han convertido la censura del arte en una forma de arte en sí. Cancelar a autores, crear listas negras de obras de ficción, tapar murales, censurar el arte porque el creador es de la identidad “equivocada” — o porque no es “su” historia para contar. La Demencia Woke considera el diverso florecimiento de culturas y luchas de nuestro planeta como propiedad para poseer y comercializar, proteger con mezquindad contra la “apropiación”. Si el arte y la ficción se limitaran únicamente a la experiencia directa, ¿se quedaría algo?
7 Demencia Woke: Insistir en que todos sigan al “liderazgo BIPOC”, ¡cuando no existe semejante cosa!
¿Quién es “liderazgo BIPOC”, dígame? ¿AOC? ¿Kamala Harris? ¿Candace Owens? ¿Clarence Thomas? Cuando los niños en Yemen, Pakistán y Afganistán temen mirar a un cielo azul despejado por culpa de los aviones no tripulados de Obama que lanzan una lluvia de bombas y siembran terror, ¿se cree que les importa un comino que él fuera el primer presidente negro?
Hace falta no evaluar a los líderes en función de su “identidad”, sino en si están identificando correctamente la fuente del problema, señalando los caminos hacia la liberación de la humanidad y activando a otras personas para hacer lo mismo.
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En las palabras de Bob Avakian, líder revolucionario y autor del nuevo comunismo:
En lugar de “quedarse en su carril” y “meterse en el yo”, mientras este sistema avanza para aplastar aún más decisivamente cualquier esperanza de un mundo en el que valga la pena vivir, es necesario que las personas vean el panorama más amplio, se centren en los intereses más excelsos de la humanidad y en la posibilidad de un mundo mucho mejor — y actúen para hacerlo realidad...
En lugar de soltar bajezas y comentarios criticones los unos a los otros, y estar divididas por “identidades”, es necesario que las personas trabajen para unificar a todos, de todas las partes de la sociedad, quienes es posible unificar en la lucha en contra de la opresión y la injusticia, con el objetivo de poner fin a este sistema que es la fuente de esta opresión e injusticia.