El fin de semana del 15 y 16 de marzo, Estados Unidos lanzó una oleada de ataques aéreos y con misiles contra Yemen, matando a 53 personas, incluidos 30 civiles, según informes del Ministerio de Salud yemení. Junto con las bombas, llegaron las amenazas estilo nazi de Trump de más violencia. Tras ese primer ataque mortífero, Trump prometió usar “una fuerza letal abrumadora como nunca antes ustedes han visto”. Y dijo: «Observen cómo empeorará progresivamente. Ni siquiera es una lucha justa, y nunca lo será. ¡Serán completamente aniquilados!»
Los ataques estadounidenses supuestamente están dirigidos contra las milicias hutíes (fundamentalistas islámicos reaccionarios que controlan gran parte de Yemen y que están aliados con Irán y en contra de Estados Unidos e Israel). Los hutíes han utilizado periódicamente su posición en el Mar Rojo para disparar misiles y drones contra buques israelíes, estadounidenses y de otros países. Esto ha tenido un efecto devastador sobre la navegación comercial en esa vía fluvial estratégica. Tras una pausa de varios meses, los hutíes reanudaron estos ataques, lo que supuestamente fue el motivo de esta nueva oleada de ataques estadounidenses1.
Pero en lugar de centrarse en las fuerzas hutíes, Estados Unidos ha modificado explícitamente su doctrina militar para matar a más civiles que en ataques anteriores. Dos funcionarios de defensa declararon al sitio web Military.com que hay “menos reticencia a posponer los ataques a objetivos debido a las posibles bajas”. Y según Observatorio de Derechos Humanos, “Han atacado zonas residenciales por la noche mientras la gente está en casa y, en al menos un caso, mataron a una familia entera de civiles”.
El sábado 22 de marzo, Estados Unidos atacó el aeropuerto y el puerto marítimo de la ciudad costera de Hodeida, además de otros tres puertos. Yemen, un país extremadamente pobre de la península arábiga, ha estado asolado por una guerra civil desde 2014. Esta guerra ha incrementado considerablemente la pobreza y el sufrimiento de sus 40 millones de habitantes, que han sufrido oleadas de inanición, hambruna y enfermedades, y dependen en gran medida de las importaciones de alimentos y otras ayudas. Ahora, esta nueva oleada de ataques estadounidenses contra importantes infraestructuras civiles sin duda causará aún más sufrimiento.
Además, Estados Unidos está utilizando la situación en Yemen para amenazar a Irán. Trump dijo que si los hutíes tomaran represalias contra los ataques estadounidenses, Irán “sufriría las consecuencias”. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, se hizo eco de esta afirmación, escribiendo en redes sociales el sábado: “No se tolerarán los ataques hutíes contra barcos y aviones estadounidenses (¡y contra nuestras tropas!); e Irán, su benefactor, está sobre aviso”.
La situación es cambiante y las intenciones y capacidades de las diferentes fuerzas reaccionarias en pugna no están claras. Pero lo que sí está claro es que mientras estos reaccionarios y el sistema capitalista-imperialista que los engendró dominen el planeta, la gente seguirá sufriendo y el peligro de una guerra aún más masiva y devastadora será cada vez mayor.
Mientras las bombas caen y los cohetes vuelan en Yemen, y las amenazas asesinas de fascistas e imperialistas siembran el miedo por todas partes, las siguientes palabras del líder revolucionario Bob Avakian sobresalen más que nunca como una guía inspiradora y fortalecedora para las masas populares:
Nosotros, la gente del mundo, ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas dominen al mundo y determinen el destino de la humanidad. Hay que derrocarlos cuanto antes. Y es un hecho científico que no tenemos que vivir así.