El 7 de julio, la revista Harper’s Magazine publicó en inglés Una carta sobre la justicia y el debate abierto firmada por 153 intelectuales y artistas relativamente prominentes. Los firmantes incluían a personas asociadas con la política liberal, de izquierda y feminista, así como personas con puntos de vista más conservadores. Comentaron, en parte:
El libre intercambio de información e ideas, el fluido vital de una sociedad liberal, está volviéndose cada día más constreñido. Si bien hemos llegado a esperar eso de la derecha radical, el espíritu censor también se extiende de forma más amplia en nuestra cultura: una intolerancia a los puntos de vista contrarios, un gusto por avergonzar públicamente y condenar al ostracismo, y la tendencia a disolver cuestiones complejas de política en una certeza moral cegadora.
Esta carta abierta fue atacada de inmediato y rotundamente. Una contra-carta titulada Una carta más específica sobre la justicia y el debate abierto fue iniciada en inglés por un grupo Periodistas de Color y firmada por más de 150 personas. Aunque la Carta de Harper’s parte de un marco “liberal” y tiene grandes defectos1, sí señala un problema real, y ha suscitado un debate necesario sobre la “cultura de la cancelación”. Los ataques a la Carta de Harper’s, por otra parte, han revelado aún más qué tan venenosa lo es en realidad esta cultura de “cancelar” a los individuos — en lugar de trabajar para una revolución real para deshacerse de todo este sistema opresivo.
Las voces de los oprimidos han sido suprimidas durante demasiado tiempo. Pero la “cultura de la cancelación” —la que la Carta de Harper’s llama “un gusto por avergonzar públicamente y condenar al ostracismo”— no rectifica eso. De hecho, es extremadamente nocivo no sólo para las personas las que están perseguidas de esta manera, sino para la justicia, para la vida artística e intelectual y para la sociedad en su conjunto. No tiene nada que ver con llegar a conocer la verdad y a liberarse.
Aquí van tres puntos en respuesta a la contra-carta:
1) La cultura de la cancelación es real, y es nociva.
La contra-carta reconoce que algunos de los problemas que plantea la Carta de Harper’s son “reales y preocupantes”, pero insiste en que son poco comunes, anómalos y en realidad no constituyen una tendencia importante entre las personas con mentalidad de justicia social.
Bueno, cuando Woody Allen, sus películas2 y su reciente autobiografía3 fueron cancelados debido a una acusación no confirmada —y ahora “todos saben” que Woody Allen es un pederasta—, ¿cuántas personas con mentalidad de justicia social alzaron la voz de oposición y dijeron que eso está mal?
Cuando cancelaron al cineasta Nate Parker debido a una denuncia de violación de hace décadas (de la cual fue declarado inocente en la corte), y boicotearon su conmovedora película El nacimiento de una nación sobre la rebelión de esclavos encabezada por Nat Turner, ¿cuántas personas alzaron la voz contra eso?4
Y ¿qué de Dana Schutz, quien fue cancelada por ser una artista blanca que creó una pintura que evoca al linchamiento de Emmett Till, y cuando uno de los críticos dijo que ella no tenía derecho de crearla, y que ella perpetúa “el mismo tipo de violencia que fue aplicada” a Emmett Till?5
Cuando fue atacado el libro The Line Becomes a River: Dispatches from the Border (La línea se convierte en un río: Despachos desde la frontera), escrito por un ex agente de la Patrulla Fronteriza —un libro que critica a la Patrulla Fronteriza— por “lucrar” con el sufrimiento de otros y el autor Francisco Cantú fue cancelado por haber cometido el error de unirse a la Patrulla Fronteriza en primer lugar, ¿cuántas personas con mentalidad de justicia social alzaron la voz en contra?6 ¡Cuántas personas señalaron la obvia verdad de que, cuando un individuo se propone poner fin a la opresión, es muy bueno cuando un agente de la opresión le da la espalda a cometer esa opresión!
O el libro Tierra americana, de Jeanine Cummins, fue cancelada porque dicen que una persona no mexicana no tiene derecho a escribir sobre la experiencia de los migrantes mexicanos. Pero si las personas sólo pueden escribir acerca de su propia experiencia directa, la mayoría de los libros tendrían que ser cancelados, y ciertamente toda la ficción. ¿Cuántas personas de mentalidad de justicia social hicieron sonar la alarma sobre eso? ¿O simplemente se unieron a la bola de criticones y a la competencia caníbal sobre quiénes conseguirán los contratos para publicar libros?
La cultura de la cancelación es real. Y es nociva. Junto con los casos destacados, muchas personas son intimidadas tanto que se autocensuren. Esto enfría el ambiente y desvía la ira de la gente lejos de las instituciones y los gobernantes de este sistema opresivo, y reduce el rango de la experiencia humana.
“Cancelar” significa literalmente que se hacen esfuerzos para privar de una plataforma a una figura pública, a un artista o a un escritor y que la obra de la persona es boicoteada y/o convertida en irrelevante, a menudo efectivamente suprimida. En contraposición a explorar, debatir y discutir la obra, sobre si contribuye a la verdad o la niega, o a evaluarla con criterios artísticos, simplemente suprimido se suprime toda la cosa. Además de las injusticias cometidas en contra de los individuos “cancelados”, se priva a la sociedad de sus aportes y de lo que la gente puede aprender de esas obras, como las citadas películas y libros.
Este tipo de cancelación es inútil contra el verdadero enemigo. Trates de cancelar el Departamento de Policía de Nueva York, la CIA o la Bolsa de Valores de Nueva York, y verás lo bien que funciona. Trate de decirle a la Gestapo federal de Trump que “controle sus privilegios”.
2) Cancelar la cultura tiene el criterio equivocado, y la solución equivocada.
La contra-carta no empieza por examinar y refutar las ideas de la Carta. Comienza con un ataque deshonesto, y francamente ridículo, al privilegio de los firmantes:
Los firmantes, muchos de ellos blancos, ricos y dotados de plataformas masivas, argumentan que temen ser silenciados, que la llamada cultura de la cancelación está fuera de control y que temen por sus trabajos…
En primer lugar, es insincero acusar que todos los firmantes están motivados por un temor personal a la “cancelación”. La Carta trata de las tendencias sociales y hace recomendaciones sociales.
La contra-carta se refiere repetidamente a la identidad y al privilegio de los “intelectuales blancos cis” y recurre a “derribos” simplistas a algunos de los firmantes. Todo esto es sólo una muleta para evitar tratar con el contenido de lo que estas personas están diciendo. Es un método que confía en la intimidación (en las esferas donde la política de identidad es de rigor), en contraposición a basarse en la verdad de lo que se dice. En contraposición a evaluar las ideas en función de quiénes las dicen, de su identidad y de su privilegio relativo, debemos evaluar las ideas según sean ciertas o no — es decir, si corresponden o no a la realidad objetiva— y, sobre esa base, de la manera en que repercutirán en la sociedad y en la lucha por un mundo mejor7.
En contraposición a cancelar a las personas por un solo error, o sobre la base de una sola acusación, ¿cómo se debe evaluar a las personas?
El líder revolucionario Bob Avakian ha enfatizado la importancia de examinar el arco general de la vida de las personas. Opera la complejidad en esto, porque todo en la vida es contradictorio, incluidas las personas. En su reciente artículo, “Bob Avakian sobre: UN HERMOSO LEVANTAMIENTO: LO BUENO Y LO MALO, MÉTODOS Y PRINCIPIOS”, Bob Avakian nos brinda las herramientas para determinar “qué es, en cualquier fenómeno dado (un sistema, un movimiento, una persona) lo más importante (el aspecto principal), lo que define la esencia de ese fenómeno en cualquier momento dado, y en general”. En el caso de evaluar a las personas, se trata del arco de toda la vida de una persona y lo que principalmente la define “en general”, y no “la mentalidad y enfoque simplista, y a menudo deliberadamente cruel, tipo ‘un strike, en el momento que sea, y estás fuera’… puede conducir a terribles conclusiones y acciones de todo tipo”. Por ejemplo:
Por ejemplo, el ex esclavo y abolicionista abnegado Frederick Douglass no apoyó (o se negó a apoyar) al derecho de las mujeres de votar en el período poco después de la Guerra Civil, y en cambio insistió en que habría que centrarse (exclusivamente) en conseguir el derecho de votar para los hombres negros (y así se debía conseguir el derecho de las mujeres de votar en algún momento posterior). ¡¿Hay que “cancelar” a Frederick Douglass”?!
O, ¡¿hay que “cancelar” al guerrero indígena lakota Caballo Loco (¿hay que abandonar o destruir el monumento que se le está construyendo en Dakota del Sur?) debido a que, después de luchar heroicamente durante años contra el ejército estadounidense, al final de su vida, cuando finalmente fue derrotado y mantenido en cautiverio, al parecer cooperó y colaboró con ese mismo ejército en la supresión de otros pueblos indígenas?!
¿Qué es lo principal (y qué es lo secundario) en la vida y rol general de Caballo Loco y de Frederick Douglass?
Se podría dar muchos otros ejemplos. Pero lo que estos ejemplos ilustran agudamente es, una vez más, la crucial importancia de aplicar el método y enfoque materialista dialéctico científico8 a todos los fenómenos, entre ellos la lucha contra la injusticia y la opresión, para poder llevar adelante esa lucha, a través de todos los obstáculos, de muchos diferentes tipos, que se presentan en su camino, hacia el objetivo final de abolir y arrancar de raíz no solamente una forma particular de opresión y explotación, sino todas sus formas en todas partes.
3) El hecho de que este sistema oprima a pueblos enteros, discrimine en su contra y los excluya, y suprima sus voces, no implica que todo sea aceptable para los que han sido marginados. No justifica la adopción de los medios y los métodos de este sistema. Necesitamos la revolución —y la transformación revolucionaria—, y no la venganza.
La contra-carta dice:
La libertad intelectual de los intelectuales blancos cis nunca ha estado bajo amenaza en masa, especialmente cuando se compara con el trato que han recibido los escritores de grupos marginados durante generaciones. De hecho, nunca se han enfrentado a consecuencias serias — sólo a una incomodidad momentánea.
El mensaje que quieren impartir: nos han maltratado, así que, ¿qué tiene de mal infligir incomodidades a otras personas? En primer lugar, perder el trabajo y tener la reputación manchada de por vida es más que una “incomodidad momentánea”, y de hecho es una forma grave de castigo social.
La contra-carta dice: “En verdad, ahora las personas negras, latinas y LGBTQ+ —en particular las personas negras y trans— pueden criticar a las elites públicamente y hacer que rindan cuentas socialmente...”. Pero eso elude la pregunta: ¿cuáles criterios y normas se están utilizando para hacer que la gente rinda cuentas en estas críticas públicas? ¿Y cuál es el proceso — y el debido proceso? ¿Se permite que los acusados inicien una defensa? ¿O será un juicio en las redes sociales, donde una acusación equivale a la culpabilidad; sin ninguna prescripción; donde la verdad y el “derecho de hablar” se determinan por la identidad; y el castigo es “la cancelación”.
Y, en una cultura de echar debajo de esta manera a los individuos que cometen errores, ¿qué NO es obligado a rendir cuentas, dónde NO se está centrando la atención de la gente?
¡El sistema actual —el capitalismo-imperialismo— y sus instituciones! Este sistema pone a las personas en condiciones horribles, las divide en grupos sociales antagónicos, enfrenta a las personas entre sí, las obliga a competirse entre sí, y luego entrena a las personas en formas de pensar jodidas. ¿Es de extrañar que las personas se hagan cosas jodidas las unas a las otras? Sí. Hay que convencer a las personas que han hecho daño a que reconozcan lo que han hecho, y hay que luchar con ellas de modo que se transformen — como parte de hacer la revolución, una revolución real para derrocar este sistema del capitalismo-imperialismo.
Eso es algo que las Revcom toman muy en serio, con nuestros Puntos de Atención que defendemos, según los cuales vivimos y por los que luchamos, como parte de la construcción de un movimiento para una revolución real. El Punto de Atención #4 dice:
Nosotros tomamos partido con los más oprimidos y nunca perdimos de vista su potencial de emancipar a la humanidad — ni nuestra propia responsabilidad de dirigirlos para hacerlo. Trabajamos por ganar a gente de todos los orígenes sociales a que participe en la revolución, y no toleramos la venganza entre las personas.
Esto es totalmente distinto al punto de vista de que “nos han mantenido abajo y nos han perjudicado, así que se justifica cualquier retribución que hagamos a los presuntos perpetradores, o a las personas con una posición más privilegiada”. Cuando un individuo niega que la “cultura de la cancelación” sea un problema de cualquier tipo, lo que realmente niega es la posibilidad y la responsabilidad de la gente de esforzarse por algo más elevado que la venganza. ¿Implica esto la reconciliación con nuestros opresores? ¿Implica que debamos sostener conversaciones educadas con los fascistas genocidas? No. SÍ QUE HAY una lucha que hay que librar. Pero la forma en que las masas libran esa lucha tendrá un efecto decisivo en si llegan a un mundo radicalmente diferente, o si simplemente cambian unos cuantos rostros y dejan al mundo tal como está.
BARACK OBAMA Y LA “CULTURA DE LA CANCELACIÓN”
Bob Avakian
Dado que parece que la “cancelación” de individuos —en lugar de trabajar para la revolución real que se necesita para deshacerse de todo este sistema opresivo— está muy de moda entre ciertas personas, aquí va una pregunta que se podría hacer, si uno aplicara la lógica pervertida de esta cancerosa “cultura de la cancelación”: Dado que Barack Obama —quien ha sido el ejecutivo en jefe y el “comandante en jefe” de este sistema monstruoso— es culpable de cometer horrorosos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, ¡¿se debería “cancelar” a todas las personas que han apoyado a Obama?!
Bob Avakian sobre la “cultura de la cancelación”
Bob Avakian sobre la “cultura de la cancelación”
de las preguntas y respuesta del discurso POR QUÉ NOS HACE FALTA UNA REVOLUCIÓN REAL Y CÓMO CONCRETAMENTE PODEMOS HACER LA REVOLUCIÓN (video en inglés; lea el texto en español de este discurso filmado aquí)
1. La Carta de Harper’s propone y defiende el “libre mercado de las ideas”, diciendo: “La forma de derrotar las malas ideas es el desenmascaramiento, la argumentación y la persuasión”. Aunque comúnmente se argumenta eso, está errado, y no se trata de “buenas ideas” y “malas ideas” desprovistas de relaciones de poder subyacentes, y del “libre intercambio” y debate en sí y de por sí, sino de llegar a conocer la verdad — una palabra que la Carta de Harper’s no menciona. Para ver una discusión más completa sobre el “libre mercado de ideas” contra la búsqueda de la verdad, explore este pasaje de El comunismo y la democracia jeffersoniana, de Bob Avakian. [volver]
2. “Woody Allen and Amazon Settle Breach of Contract Lawsuit” [Woody Allen y Amazon resuelven demanda por incumplimiento de contrato], New York Times. [volver]
3. “Woody Allen book pulped after walkout at publisher” [Se convierte en pulpa libro de Woody Allen tras abandono de conversaciones en la editorial], BBC News. [volver]
4. “El nacimiento de una nación podría aportar a la liberación — pero volver a procesar a Nate Parker no lo hará”, por Sunsara Taylor. [volver]
5. Vea “On the Controversy Over a Painting of Emmett Till: ‘Open Casket,’ Should Oppression Be Owned, Or Abolished? OR Did a White Person Have the ‘Right’ To Write Strange Fruit? [Acerca de la controversia sobre un cuadro de Emmett Till: “Ataúd abierto”, ¿hay que poseer, o abolir, la opresión? O ¿una blanca tenía el ‘derecho’ de escribir Fruta extraña?], revcom.us. [volver]
6. Sobre la campaña para cerrar las presentaciones del libro en el Área de la Bahía de San Francisco: “Activists call on Bay Area bookstores to cancel readings by former Border Patrol Agent” [Activistas solicitan a las librerías del Área de la Bahía que cancelen las lecturas por parte del ex agente de la Patrulla Fronteriza], SFGate.com. Sobre las presentaciones del libro en el Área de la Bahía de San Francisco que fueron desbaratadas y canceladas: “Protesters Attempt to Shut Down Author Event at Green Apple [Manifestantes intentan cerrar presentación de libro con autor en Green Apple], Asociación Estadounidense de Libreros. [volver]
7. Están íntimamente entrelazados la búsqueda de la verdad y llegar a un mundo más allá de la explotación, la opresión y las divisiones sociales antagónicas, el comunismo. Como Bob Avakian (BA) ha dicho en Lo BAsico:
La verdad es buena para el proletariado; toda verdad nos ayuda a llegar al comunismo. (Lo BAsico 4:5) [volver]
8. En el artículo Bob Avakian sobre: UN HERMOSO LEVANTAMIENTO: LO BUENO Y LO MALO, MÉTODOS Y PRINCIPIOS, BA lo describe de la siguiente manera: “Un entendimiento fundamental que se deriva de un método y enfoque materialista científico (que se basa en la realidad y en la evidencia) es el reconocimiento dialéctico de que toda la realidad —cada cosa y cada persona— es contradictoria”. [volver]