Donald Trump dijo notoriamente hace algunos años que si le disparara a alguien en la Quinta Avenida de la ciudad de Nueva York, sus seguidores fascistas duros ni siquiera parpadearían, todavía estarían detrás de él. El equivalente para Joe Biden sería si tomara un gran garrote y fuera al Ártico y matara a golpes a una cría de foca. Bueno, Biden acaba de hacer algo mucho peor que eso. Y una gran cantidad de líderes del “movimiento ambientalista” continúan proclamando su lealtad y suplicando servilmente a Biden que sea un “líder climática”, mientras el sistema capitalista-imperialista que representa y preside intensifica su guerra contra la naturaleza.
¿Es esto una exageración? Para nada. Veamos por qué.
Proyecto Willow: Embestida no mitigada a la naturaleza
El 13 de marzo, la administración Biden dio su aprobación al Proyecto Willow. Conoco Phillips, una gran compañía petrolera de Estados Unidos, podrá excavar en busca de hidrocarburos, con alrededor de 200 pozos, en tierras federales en la prístina tundra de Alaska que contiene 600 millones de galones de petróleo. Este proyecto agregará emisiones de carbono a la atmósfera equivalentes al establecimiento de 69 nuevas centrales eléctricas potenciadas con carbón. Para sacar el petróleo, se necesitarán caminos de grava, cientos de kilómetros de caminos de hielo, y se trastornará y potencialmente amenazará a la salud y los medios de subsistencia de los indígenas que viven en la zona.
Cuando se queme el petróleo producido por el Proyecto Willow, esto provocará lo que se ha llamado una “bomba de carbono”: acelerará el calentamiento de todo el planeta en un momento en que los científicos llaman con urgencia a “mantener el petróleo bajo tierra”1. Mientras tanto, el Ártico ya se está calentando debido al cambio climático cuatro veces más rápido que el resto del planeta, y esto hará que se caliente aún más rápido. ¡Tenga en cuenta que Estados Unidos sigue siendo el mayor productor mundial de petróleo y gas natural!
Es un crimen construir carreteras y pozos de petróleo en el territorio de especies árticas en peligro de extinción, y esto sí matará a los animales. Es un crimen seguir sacando y quemando cada vez más combustibles fósiles cuando los climatólogos han dejado en claro que el calentamiento de la Tierra exige que SE DETENGA. Y Para colmo, está la hipocresía de calibre mundial, las necedades, de las propias promesas de Biden cuando buscaba apoyo a los ambientalistas para su campaña de 2020 contra Trump: “no más excavación en busca de petróleo en tierras federales, punto. Punto, punto, punto”. La aprobación de Biden de nuevos proyectos en busca de petróleo en la tundra de Alaska también ayudará a legitimar nuevos proyectos semejantes por parte de otros países: “que ustedes no nos digan que hagamos recortes mientras están haciendo esto”.
Varias organizaciones ambientalistas prominentes han publicado protestas y se unieron en una demanda para bloquear el proyecto Willow2. Pero varias organizaciones ambientales importantes e influyentes, incluidas Greenpeace, Amigos de la Tierra y Sierra Club, han apoyado a Biden al mismo tiempo y continúan apoyándolo firmemente.
Conocen la ciencia pero actúan políticamente con desprecio deliberado
Los líderes de las organizaciones ambientales como estas están bien informados sobre la realidad de lo que de hecho se ha hecho con el medio ambiente y el clima — y no solo por los republicanos negacionistas del cambio climático como Trump, sino por Biden, y por Obama y el Partido Demócrata en poder antes de ellos. Son plenamente conscientes de que las emisiones de gases de efecto invernadero (carbono y metano que atrapan el calor en la atmósfera) han aumentado tanto con los demócratas como con los republicanos, y que esto está elevando cada vez más la temperatura del planeta.
Estas organizaciones ambientalistas saben que conferencia internacional tras conferencia internacional no ha logrado producir ni siquiera planes cercanos a lo que se necesita para detener esta situación; que es Estados Unidos el que históricamente ha puesto más carbono en la atmósfera que cualquier otro país (aunque China ahora está poniendo más carbono en la atmósfera cada año). Bien saben que el tan cacareado “plan climático” de Biden que aprobó el Congreso en 2022 no va a poner fin a la quema de combustibles fósiles ni a mantener estos combustibles bajo tierra. Y conocen esta conclusión básica de la ciencia del clima: ¡que el petróleo debe permanecer bajo tierra!
Estos grupos ambientalistas están al tanto de la intensificación de la emergencia climática con la amenaza a la biodiversidad y la destrucción de la vida en el planeta por este sistema. Saben que el hielo del Ártico se está derritiendo y que este y otros cambios podrían tener consecuencias extremas para el clima y el medio ambiente.
Pero a pesar de todos estos hechos que conocen y publicitan, se aferran cobardemente a Biden y promueven una esperanza falsa y mortal entre las muchas personas a las que influyen.
Una declaración conjunta de varios grupos importantes condena el proyecto Willow y luego hace esta disculpa y súplica a Biden: “El presidente Biden aún puede entregar otra enorme victoria climática y de biodiversidad al decir no a este proyecto. Debería anteponer la salud de la población local a las ganancias de las corporaciones. Él siempre debe ser un líder mundial en la adopción de medidas climáticas concretas y duraderas”3. ¿¡¿¿Hágame el favor, carajo??!?
Una vez más, estas personas NO son ignorantes. Y esto es parte de por qué es tan vergonzoso y repugnante que aun después de que Biden haya hecho el equivalente del Partido Demócrata con respecto al ambiente que lo hizo Trump (de disparar a alguien a sangre fría en la Quinta Avenida y conservar el apoyo de sus partidarios), continúan aferrándose a Biden como un líder climático mundial. No ofrecen ninguna alternativa a los republicanos fascistas dementes excepto esconderse en la tienda de campaña de la otra ala de la clase dominante capitalista-imperialista estadounidense, los demócratas.
Servir de testaferro del Acta Climática de 2022 de Biden allana el camino para desarmar a las personas
Un acontecimiento que preparó el terreno y configuró el momento actual es el “Proyecto de Ley Biden sobre el Clima”, conocido oficialmente como el Acta de Reducción de la Inflación que se aprobó a fines del verano de 2022. Recibió grandes aplausos de las mismas organizaciones sobre las que estamos escribiendo aquí. La aclamaron como una victoria monumental e histórica contra el cambio climático. No lo fue.
Instamos enfáticamente a todos a leer el análisis a fondo de Raymond Lotta y el Grupo de Trabajo en Temas Ambientales sobre esta legislación en revcom.us aquí. Como resume ese artículo:
Cuando el proyecto de ley climático de Biden se analiza y mide contra 1) la enormidad del problema del calentamiento global causado por el uso de combustibles fósiles; 2) el papel descomunal que los Estados Unidos históricamente ha jugado, y sigue jugando, en calentar el planeta; 3) la escala y la velocidad de las medidas necesarias para hacer frente realmente a esta crisis acelerada; y 4) lo que no solo es necesario sino realmente posible sobre la base de una revolución, y un poder estatal socialista y un modo de producción radicalmente nuevos, como se concreta en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, queda claro que esta legislación se queda masiva y obscenamente corta de lo que se necesita. Lo que es peor aún, este proyecto de ley climático en realidad prolonga la dependencia de la economía de los Estados Unidos de los combustibles fósiles.
En pocas palabras, este proyecto de ley que se considera la gran proeza ambiental de Biden es parte del problema del calentamiento global, no la solución. [cursivas agregadas en la última oración]
Lo que está encubierto y lo que estas fuerzas ambientales no están dispuestas a enfrentar —aunque está justo en sus narices— es que es este mismo sistema capitalista-imperialista el que está dando lugar a una catástrofe ambiental acelerada y a las profundas divisiones y antagonismos al interior de Estados Unidos y el mundo.
Momentos de una catástrofe potencialmente sin precedentes... pero también momentos poco comunes cuando una revolución se vuelve más posible
El medio ambiente está bajo una embestida intensa, total y brutal tanto de parte de los demócratas como de parte de los republicanos, los dos partidos de la clase dominante en Estados Unidos.
En cuanto a otros acontecimientos internacionales importantes, Biden y los demócratas se han puesto al frente del papel de Estados Unidos y la OTAN en la guerra interimperialista de sustitutos entre la OTAN y Rusia, que se está librando por Ucrania. Esta guerra no es solo un molino de carne para el pueblo de Ucrania. También se está utilizando para descartar controles ambientales y para justificar el aumento de la producción de combustibles fósiles en Estados Unidos. Esta decisión de aprobar nuevos pozos petroleros en tierras federales se tomó en un ambiente político belicoso en el que la administración Biden ha llamado a aumentar la producción de petróleo a fin de debilitar a Rusia y reponer los suministros de petróleo interrumpidos por la guerra.
Y lo que cada vez más acecha en el horizonte a medida que aumentan los combates en Ucrania está el peligro de una guerra nuclear — la otra amenaza, junto con la crisis ambiental, en la que está en juego la existencia misma de la humanidad y el planeta. Y AMBAS amenazas para la humanidad y el planeta son producto de este sistema entero al que tenemos que oponernos y detener.
Si la gente piensa que al hacer frente y actuar ante la emergencia ambiental —así como ante la crisis multifacética que enfrenta la humanidad hoy—, que la única opción es Trump o Biden, pues eso DE VERAS es una catástrofe. Pero la realidad es que eso NO es la única opción. De hecho, PODEMOS crear un mundo radicalmente diferente y mucho mejor por medio de una revolución, y eso sale a relucir con brillo en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, escrita por Bob Avakian.
Y eso no es una perspectiva remota y lejana. El mundo se está desgarrando. La crisis ambiental acelerada es una expresión más de qué tan extremas se están volviendo las cosas en este planeta, otra expresión importante del hecho de que HACE FALTA barrer este sistema capitalista-imperialista de la faz del planeta, y poner un sistema mucho mejor en su lugar.
Vea también:
Vea también:
Bob Avakian: ¡Libérese de la GTF (Gran Falsedad Tautológica)! (vídeo en inglés; texto en español)