El siguiente mensaje es de Bob Avakian Oficial en Substack, y la traducción del inglés al español hecha por revcom.us. Escuche en inglés y lea en español los mensajes mediáticos de @BobAvakianOfficial
Les habla Bob Avakian — REVOLUCIÓN — número Noventa y Tres.
En mensajes anteriores, hablé de la siguiente importante realidad:
El potencial revolucionario del pueblo negro se demostró poderosamente en los años 1960. Pero desde ese entonces, se han operado grandes cambios — en la situación del pueblo negro al interior de Estados Unidos, y en el país y el mundo en general.
La clase dominante de Estados Unidos, mediante una combinación de represión feroz y concesiones a sectores de la población, suprimió a las fuerzas revolucionarias y los sentimientos revolucionarios, especialmente entre las masas de jóvenes, en la década de 1960, en el contexto de lo que pasaba en el mundo en general — incluido, de mucha importancia, el fin de la guerra de Vietnam y el derrocamiento del socialismo y el establecimiento del capitalismo en China en la década de 1970. (En mi mensaje anterior, mencioné el papel muy positivo que desempeñó la triunfante guerra de liberación del pueblo vietnamita contra el imperialismo estadounidense, y de China como país socialista revolucionario, en los años 1960 e inicios de los 1970.)
Entre las personas negras, la implacable persecución —que incluía asesinatos, acusaciones falsas y encarcelamientos de lideres y miembros del Partido Pantera Negra en particular— se combinó con llamamientos a la reforma, en lugar de la revolución — y (como también mencioné en mi más reciente mensaje) la promoción de medidas que condujeron al crecimiento de la clase media negra y de la burguesía negra, al mismo tiempo que metían a grandes números de personas negras en una mayor pobreza y desesperación. (La despiadada represión contra las personas negras nunca ha cesado, sino que ha continuado durante generaciones desde los años 1960, con la encarcelación en masa y la continuación de los asesinatos de personas negras por parte de la policía. Una vez más, existe la siguiente terrible realidad: desde 1960, el número de personas negras asesinadas por la policía es mayor que los miles que fueron linchados durante toda la época de la segregación abierta y el terror del Ku Klux Klan después de la Guerra Civil.)
Además de todo esto, se ha dado un continuo ataque frontal a la idea misma de la revolución —especialmente la revolución comunista— y la constante promoción y glorificación de las relaciones opresivas y la pervertida cultura y “valores” del sistema capitalista-imperialista, un sistema basado en la explotación literalmente roba-vidas de las masas de personas, en todas partes del mundo, incluidos más de 150 millones de niños.
Todo esto es el trasfondo de un cambio pronunciado en la cultura que, durante algún tiempo, ha dominado, o ha tenido la iniciativa, entre las personas negras.
La cultura actual no es la cultura de los años 60 entre las personas negras, con su influencia muy significativa y abrumadoramente positiva en la sociedad más amplia, y en el mundo en su conjunto: una cultura que, como parte de su carácter general muy positivo, incluía un optimismo claro respecto a cambiar las cosas en un sentido grande, incluido en oposición a la opresión racista, y tenía un claro elemento de generosidad de espíritu; una cultura en la que la religión tenía un papel reducido — y muchas personas, especialmente los jóvenes, se alejaban de la religión y a cambio se dedicaban a transformar radicalmente las verdaderas condiciones y relaciones de opresión.
La cultura “espontánea” (y promovida activamente) que hoy ejerce una influencia poderosa entre las masas del pueblo negro refleja, en una gran medida, el sentimiento de no creer en la posibilidad, y la desesperanza sobre la posibilidad, de un mundo mejor, en este mundo real — y la “conclusión” de que lo único que es posible hacer es “ocuparte del yo” y esforzarte por conseguir algo mejor para tú mismo (y para aquellos a tu alrededor), inclusive a expensas de los demás, incluidos otros como tú mismo — y con la fuerte influencia de las nociones religiosas de que, en última instancia, todo está “en manos de dios” y que de alguna manera toda la desesperación y degradación es parte del “plan de dios”.
En el artículo Estado de emergencia: Cadenas sobre las personas que desesperadamente necesitan estar libres (que está disponible en revcom.us), hablé sin rodeos de esta situación:
Hoy tantas personas están enredadas en los “3M & P”.
¿Qué son los “3M & P”? MÍO, mío, mío… MONEDA, moneda, moneda… MISOGINIA y PATRIARCADO [el odio a las mujeres, el tratamiento de las mujeres como inferiores a los hombres y objetos a dominarse por los hombres].
Todos esos son modos de pensar y de actuar que reflejan y fortalecen este sistema del capitalismo-imperialismo que oprime tan vilmente a la gente, en Estados Unidos y en todo el mundo. Todo ello se promueve y propaga constantemente en la “cultura popular”, incluido en la música hip hop. (Cómo ello llegó a dominar en la hip hop —y cómo en realidad ha pervertido esta forma artística creativa, la que podría y debería ser una voz poderosa para la liberación— pues eso es otra historia, que está estrechamente relacionado con la manera en que los poderes gobernantes que dominan en general en este sistema enfermizo del capitalismo-imperialismo en última instancia controlan las cosas.)
Estas son cadenas reales sobre las personas — especialmente las personas más terrible y asesinamente oprimidas bajo este sistema.
El resultado de todo esto es que
[M]asas de personas están desmoralizadas y desorientadas: robadas de una verdadera esperanza… persiguiendo falsas ilusiones mortíferas… aferrándose desesperadamente a cosas que no son reales… dejándose absorber en actividades triviales mientras se obstinan en negarse a hacer frente a la realidad más grande… tratando de convertir la degradación en capital… amargamente divididas y peleadas entre sí por tonterías… tratando de dejar huella haciéndose burlas e incluso matándose unos a otros.
“[Tratar] de convertir la degradación en capital” (en la forma de degradación propia), y que algunas personas negras incluso están dispuestas a rendir pleitesía y sacar provecho a la comercialización de los estereotipos crudos racistas de las personas negras — de que los hombres negros son depredadores peligrosos y las mujeres negras son objetos facilonas, e incluso dispuestas, del saqueo sexual. Se reduce todo crudamente a mercancías para el intercambio, en que cada relación es abiertamente “transaccional”: esa es una expresión de las relaciones degradantes generales y la cultura perversa de este sistema pútrido del capitalismo-imperialismo. (Se trata de parte del atractivo de Donald Trump para algunas personas negras, a pesar de su racismo abierto y agresivo, debido a que él se presenta como el maestro del “trato” y, al mismo tiempo, de alguna manera, una “víctima” del sistema, cuando en realidad ha llevado una existencia mimada desde el principio, y su “oposición” a ciertas estructuras de poder tiene el único propósito de promover sus intereses personales — y, en un sentido más amplio, está al servicio de una versión aún más extrema, fascista, del sistema asesinamente opresivo y cruelmente explotador del que él es una expresión grotesca).
¡Todo esto es lo que este sistema le está haciendo al pueblo negro!
Y todo esto no es algo que, de ninguna manera, haya que defender, seguirle a la cola y rendirle pleitesía (y mucho menos glorificar). Se trata de algo contra lo que hay que luchar vigorosamente, y que hay que transformar radicalmente, como una parte clave de transformar el mundo más amplio — y en particular revivir una vez más, y restaurarle la expresión más poderosa, al potencial del pueblo negro como una fuerza por una revolución verdaderamente emancipadora.
A manera de conclusión, digo lo siguiente, por ahora: Entre algunos jóvenes negros en particular hoy, en las condiciones que este sistema les ha impuesto forzosamente, robándoles una vida digna y tratándolos como “animales” peligrosos, negándoles su humanidad básica — existe un cierto orgullo desafiante de ser “monstruos”. El verdadero gran reto, lo que más tiene sentido para hacer frente a todo esto, y el medio para finalmente poner fin a toda esta locura, es llegar a ser emancipadores, parte de El Cuerpo Revcom Por la Emancipación de la Humanidad, la fuerza organizada, con seriedad que está trabajando activamente por gestar, y que está preparándose para, una revolución para deshacerse de este sistema deshumanizador entero, a fin de dar un salto profundo hacia adelante para emancipar no solo al pueblo negro, sino a todos los oprimidos, brutalizados y explotados en todas partes — a la humanidad en su conjunto.
Próximamente: La revolución, y el nuevo comunismo —no la lealtad degradante a este sistema— es el medio para poner fin a la larga pesadilla para el pueblo negro y la humanidad en su conjunto.