Estimado periódico Revolución:
Ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas dominen al mundo y determinen el destino de la humanidad. Hay que derrocarlos cuanto antes.
— De las Entrevistas con Bob Avakian en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!
Durante el último año, numerosos artículos y polémicas en el sitio de Revolución, especialmente de Bob Avakian, han proporcionado un análisis y enfoque único y muy valioso para comprender la naturaleza de la guerra en Ucrania. Esa guerra se inició después de que Rusia invadió a Ucrania, pero rápidamente se convirtió en una guerra de sustitutos entre potencias imperialistas rivales: Rusia por un lado, y Estados Unidos y la OTAN por el otro. El pueblo ucraniano, que ha sido utilizado como carne de cañón por los imperialistas estadounidenses y Europa Occidental, ha sufrido horriblemente en esta guerra. Recomiendo muchísimo que los lectores vean la “Página de recursos sobre Ucrania” de Revolución, que contiene artículos de Bob Avakian y videoclips de sus discursos y entrevistas, así como otros análisis de los orígenes y la evolución de la guerra en Ucrania en los últimos once meses, y que estudien y distribuyan estos artículos y vídeos. A continuación, algunas reflexiones sobre la situación a la que nos enfrentamos todos los que leemos esto y, en realidad, toda la humanidad.
Se avecinan grandes batallas
Las fuerzas rusas y ucranianas llevan varios meses en un brutal punto muerto. En el transcurso de la guerra, decenas y quizás cientos de miles de personas han muerto, muchas más se han convertido en refugiados y aún más han sido lesionadas, violadas y traumatizadas de otras maneras. Ha sido un molino de carne en el que se ha metido a los seres humanos. Y a lo largo de todo ello, el peligro de una guerra nuclear ha crecido hasta tal punto que el Boletín de Científicos Atómicos ha puesto su Reloj del Juicio Final lo más cerca que ha estado nunca de la medianoche1.
En este momento, parece que ambos bandos se están preparando para grandes ofensivas en las semanas por venir a fin de romper ese estancamiento. Los informes indican que Rusia está enviando cientos de miles de tropas adicionales al este de Ucrania, y que una ofensiva rusa es “inminente”. Al cierre del presente, Rusia ha comenzado asaltos “masivos” con misiles y aviones no tripulados en el este y el sur de Ucrania, supuestamente en preparación de esa ofensiva. Ucrania ha estado recibiendo y preparando inyecciones a gran escala de tanques modernos y otro armamento de Estados Unidos y la OTAN. Muchos de sus soldados y oficiales están recibiendo entrenamiento intensivo en Estados Unidos, Inglaterra y Alemania2. Y en este momento, Estados Unidos está suministrando a Ucrania inteligencia, información sobre objetivos, entrenamiento estratégico y dirección hasta tal punto que esto es más que nunca una guerra de sustitutos entre Estados Unidos-la OTAN por un lado, y Rusia por el otro.
En resumen, Rusia está decidida a consolidar y ampliar su control sobre las zonas meridional y oriental de Ucrania que Vladimir Putin, presidente de Rusia, y los dirigentes rusos en general, consideran legítimamente suyas. Ucrania —de nuevo, respaldada y en este momento en el papel de sustituto de Estados Unidos y la OTAN— está decidida a impedirlo y a recuperar todos esos territorios de manos rusas. Ninguno de los bandos cree que pueda darse el lujo de perder. Ambos están armados hasta los dientes.
Un escenario de pesadilla
Es importante comprender lo que está en juego si esta guerra se intensifica — no sólo para los antagonistas, sino para la humanidad; no sólo en un futuro lejano, sino en las venideras semanas y meses. Creo que posiblemente estemos entrando en el escenario de pesadilla descrito en un artículo de Bob Avakian en abril de 2022, y que sigue siendo muy relevante y oportuno:
Si ningún lado retrocede — ¿¡qué pasará!?
Si no es probable que ningún lado en este conflicto entre imperialistas retroceda y acepte la derrota, ¿qué implicará eso — y, específicamente, qué implicaría si de hecho Estados Unidos-la OTAN se involucrara directamente en un conflicto militar con Rusia, y si esto en efecto resultara en reveses serios para Rusia? ¿Putin y los imperialistas rusos simplemente dirían: “Bueno pues, ustedes ganan, nos damos por vencidos, nos batimos en retirada hasta Rusia”? ¿¡Realmente creería cualquier persona seria y pensante que eso tenga probabilidades de darse!? Pues no, en esa situación la respuesta muchísimo más probable de Putin-los imperialistas rusos sería intensificar la guerra, muy posiblemente con el uso de armas nucleares, más probablemente no las bombas nucleares más poderosas (al principio) sino “armas nucleares tácticas”, las cuales podrían usar no solamente en Ucrania sino también en el territorio de los países de la OTAN que se habían involucrado en la guerra (quizá incluidos no sólo los países cerca de Ucrania sino también los países en Europa occidental, como Francia, Alemania y el Reino Unido).
Por otro lado, ¿y qué tal si —al contrario de las expectativas de los chovinistas pro estadounidenses— resultaría que, en un conflicto militar directo con Rusia (y que en consecuencia Rusia desplegara muchas más fuerzas a este conflicto) Estados Unidos-la OTAN no salieran tan bien librados, y al menos se frustraran sus intentos de asestar alguna especie de derrota decisiva a las fuerzas rusas, o hasta que por su parte sufrieran reveses serios? ¿Simplemente admitirían los gobernantes imperialistas de Estados Unidos —el que es el único país que de hecho ha usado armas nucleares, y nunca ha reconocido que hacerlo estaba mal—, ellos simplemente admitirían que no pudieron derrotar a Rusia y aceptarían un desenlace que reflejara eso? ¿¡Realmente creería cualquier persona que eso sea probable!?
No, las “dinámicas” de una guerra directa entre Estados Unidos-la OTAN y Rusia muy probablemente conducirían a un proceso de intensificación continua, en que ninguno de los bandos esté dispuesto a retroceder —ni realmente sea capaz de retroceder— ante la perspectiva de algún tipo de derrota en esta guerra.
Para obtener más información de Bob Avakian sobre la guerra en Ucrania y otros artículos clave de revcom.us, véase La guerra en Ucrania: Una página de recursos >>
Una “gran explosión”
Hace poco, Revolución analizó, y Lenny Wolff y Andy Zee abordaron en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!, que durante los primeros diez meses de la guerra en Ucrania Estados Unidos orquestó su apoyo a Ucrania y su participación (indirecta) en la guerra como una serie de riesgos calculados. Estados Unidos ha venido escalando constantemente la guerra, y repetidamente ha cruzado y borrado supuestas “líneas rojas”, metiéndose en terrenos de conflicto cada vez más peligrosos. A cada paso, ha aumentado el nivel de la violencia.
Cada paso dado por un bando se enfrenta a una respuesta incierta por parte del otro. A cada paso, toda la situación se vuelve más impredecible. Lejos de aportar estabilidad al conflicto, este enfoque de escalamientos incrementales hace que toda la situación se vuelva más peligrosa. Aumenta más la probabilidad de que se produzcan enfrentamientos directos entre las fuerzas estadounidenses-la OTAN y las rusas. Es como caminar por un campo minado abierto, sabiendo perfectamente que cada paso puede traer el desastre, pero sin poder dar marcha atrás.
Peligroso escalamiento en Ucrania — Una conversación entre Andy Zee y Lenny Wolff, de El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! (vídeo en inglés)
¿El fin del “incrementalismo”?
Ahora, a un año del comienzo de la guerra, voces importantes e influyentes dentro y alrededor de la administración Biden, así como algunos republicanos no trumpistas, están sosteniendo que el “incrementalismo” en la guerra en Ucrania va en contra de los mejores intereses de Estados Unidos. Dicen que la guerra tiene que cambiar dramáticamente, y tiene que cambiar ahora.
Ross Douthat, un columnista “conservador” pero no trumpista del New York Times, escribió: “... Una guerra larga deja a Estados Unidos mal equipado para dar cambios ágiles, no sólo para hacer frente a una amenaza china, sino contra cualquier otra sorpresa que el siglo 21 aún pueda deparar”. Douthat no llama específicamente a un escalamiento masivo ahora, pero sí expone el “aprieto” en el que se meterá Estados Unidos si “permite” que la guerra se prolongue demasiado.
Otros sostienen que una guerra prolongada en Ucrania aumentará las divisiones al interior de Estados Unidos y entre Estados Unidos y muchos de los países de la OTAN. Dicen que será enormemente cara, y algunos advierten que devastará aún más las economías de los países pobres (es decir, los países oprimidos por el imperialismo), desestabilizando aún más el sistema capitalista-imperialista. Y sí, mencionan algunos, resultará en muchas más muertes, y quizá engendre estallidos de protesta contra la guerra.
Michael McFaul, ex embajador de Estados Unidos en Rusia y ex alto asesor de Barack Obama, escribió en la revista Foreign Affairs que Estados Unidos tiene que liderar en suministrar mucho más “armamento avanzado, más sanciones contra Rusia y más ayuda económica a Ucrania. Tiene que proporcionarse con rapidez, para que Ucrania pueda ganar de manera decisiva este año..... Los peligros (para Estados Unidos y la OTAN) del incrementalismo crecen con el paso del tiempo”. Llama a designar a Rusia como una “nación terrorista” y a “apretar un tornillo de banco alrededor de Rusia” con una serie de embargos, sanciones, penalizaciones a las empresas que hacen negocios con Rusia y otras medidas que castiguen incluso a “los familiares de todos los que entran en estas categorías”.
Y dice que todo esto debería anunciarse el 24 de febrero, aniversario de la invasión rusa a Ucrania, a fin de maximizar su impacto. Su propuesta tiene como objetivo poner a Rusia de rodillas. Él le llama una “Gran Explosión”.
Cálculos de sangre fría y destrucción asegurada
McFaul reconoce que su plan dejaría a una Rusia derrotada “únicamente con la opción nuclear”. Hace el delirante argumento de que es poco probable que Putin use armas nucleares porque, dice McFaul: “Todos están de acuerdo en que un ataque nuclear contra Estados Unidos u otros países de la OTAN está fuera de consideración porque la destrucción mutua asegurada sigue vigente.” La “Destrucción Mutua Asegurada” —MAD— es la demente teoría de algunos estrategas nucleares imperialistas según la cual la forma de disuadir el uso de armas nucleares es que los contrincantes con armas nucleares tengan suficientes armas para asegurar la obliteración de sus rivales — asegurando así la destrucción de ambos países (y de gran parte de lo que queda de la vida en este planeta). Lo que McFaul NO menciona es que muchos estrategas consideran que la MAD está desfasada y creen que el uso de armas nucleares “tácticas” (a menor escala, pero aún así increíblemente mortíferas) puede utilizarse sin escalamientos.
La lógica mortal de un sistema económico y político obsoleto
Lo que se comentó en Revolución la semana pasada acerca de la contienda de Estados Unidos con China se aplica igualmente al conflicto con Rusia: Biden y otros líderes de la OTAN están actuando así no porque sean particularmente sanguinarios como individuos, sino porque el sistema económico-político al que sirven y representan —el capitalismo-imperialismo— lo requiere. Ese sistema obedece a una ley: expandirse o morir. Y es esa ley la que ahora impulsa la guerra en Ucrania.
Veámoslo desde la perspectiva de la humanidad. Es intolerable.
La administración Biden considera otros “escenarios” descabellados
Otros escenarios que podrían detonar el uso de armas nucleares se están discutiendo y debatiendo en el seno de la administración Biden y en la cúpula militar estadounidense. Muchos de ellos se centran en Crimea, una península a la orilla del norte del Mar Negro. Rusia se la arrebató a Ucrania en 2014, pero Crimea (que tiene una larga y compleja historia que rebasa mucho más al ámbito de esta carta) es la sede de la Flota del Mar Negro de Rusia, así como de una gran población de rusos. Tanto Volodymyr Zelenski, presidente de Ucrania, como Putin, de Rusia, insisten en que no aceptarán nada menos que el control de Crimea por parte de su propio país.
Durante el primer año de esta guerra, la administración Biden mantuvo una “línea dura” contra el suministro a Ucrania de armamento que pudiera utilizar para atacar a las fuerzas rusas en Crimea, algo que también está cambiando. Gran parte de la reciente afluencia de armamento avanzado a Ucrania le proporciona una mayor capacidad para atacar en Crimea y sus alrededores. En estos momentos, los líderes militares estadounidenses y británicos se están reuniendo con sus homólogos ucranianos para planificar una ofensiva con esas armas. Evelyn Farkas, que fue alta funcionaria del Pentágono en la administración Obama, dijo: “Sin Crimea, todo [es decir, el esfuerzo bélico ruso] se desmorona”. Philip Breedlove, un general retirado de cuatro estrellas de la Fuerza Aérea que fue comandante supremo aliado de la OTAN para Europa cuando Rusia invadió a Crimea en 2014, dijo que permitir a Rusia “... un santuario (en Crimea) desde el que luchar, sin temor a reproches, es absolutamente absurdo. No tiene ningún sentido militar”.
La planificación y el debate con los líderes de Estados Unidos y la OTAN sobre si atacar o no a las fuerzas rusas en Crimea y cómo hacerlo depende de una gran apuesta. Como escribió James Acton, codirector del Programa de Política Nuclear de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, la administración Biden piensa que el riesgo de que se desarrolle una guerra nuclear a partir de un asalto ucraniano a Crimea liderado por Estados Unidos y la OTAN “se ha atenuado”. Acton, que en realidad aplaude el manejo de Biden de la guerra hasta ahora, piensa que tal escalamiento adicional por parte de Estados Unidos sería “un error catastrófico”. No obstante, algunos de estos responsables políticos lo están considerando activamente y están luchando por ello.
Piense en la demente lógica de sangre fría que hay detrás de estos “razonamientos” para la matanza en masa. Monstruosas creaciones del imperialismo como Breedlove y McFaul están dispuestos a “apostar” (¡con la vida de decenas de millones de personas!) que los escalamientos para los que llaman no entrarán en el terreno de la “destrucción mutua”.
¿Qué ocurrirá si estos escalamientos y grandes ofensivas se llevan a cabo en las venideras semanas y meses? ¿Qué impacto tendrá en el mundo? Sería realmente algo terrible de una magnitud impredecible — posiblemente el fin de la civilización.
No obstante, existe otra posibilidad. Estos acontecimientos también asestarían un gran choque a la gente en todas partes, incluso en Estados Unidos. Un choque de esa magnitud podría ser parte de contribuir al tipo de situación de la que habla Bob Avakian en su documento de crucial importancia “ALGO TERRIBLE, O ALGO VERDADERAMENTE EMANCIPADOR: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia, Una base necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución”, donde dice:
Y a medida que la “manera normal” en que se ha gobernado a la sociedad deje de mantener la articulación de las cosas —y la sociedad esté desgarrándose cada vez más—, es posible que esto haga flaquear la creencia de la gente en que “la manera en que siempre han sido las cosas” es la única manera en que las cosas pueden ser. Puede hacer que haya más receptividad en la población a cuestionar —en un sentido real puede obligar a la gente a cuestionar— la manera en que han sido las cosas, y si tienen que seguir siendo así. Y es mucho más probable que esto ocurra si las fuerzas revolucionarias están en la sociedad entre las personas arrojando una luz sobre la realidad más profunda de lo que está ocurriendo, y por qué, y explicando que SÍ QUE EXISTE una alternativa a vivir así.
A manera de conclusión, llamo a los lectores a que reflexionen sobre esa última frase: “si las fuerzas revolucionarias están en la sociedad entre las personas arrojando una luz sobre la realidad más profunda de lo que está ocurriendo, y por qué, y explicando que SÍ QUE EXISTE una alternativa a vivir así”.