En primer lugar, veamos la realidad en cuanto a lo “inaceptable e irresponsable”
Tanto Estados Unidos como China son potencias imperialistas fuertemente armadas con inmensas cantidades de armas nucleares. (China tiene alrededor de 350, Estados Unidos tiene más de 5.400). Una guerra entre estos dos países podría convertirse rápidamente en un conflicto que destruiría la mayor parte de la vida en este planeta. Ahora han entrado en una nueva y peligrosa ronda de enfrentamientos y amenazas que pone en peligro la vida de decenas de millones de personas en Asia y, en última instancia, de toda la humanidad.
Para utilizar la frase del secretario de Estado estadounidense Blinken, ¡es eso lo que es “inaceptable e irresponsable”!
Es enorme la disparidad entre Estados Unidos y China. Las fuerzas armadas estadounidenses operan más de 750 bases en 80 países. Muchas de estas bases colindan con las fronteras oriental y meridional de China; 53.000 soldados estadounidenses operan tan sólo en Japón. Corea del Sur, otro vecino de China, tiene 73 bases militares estadounidenses. La Armada, la Fuerza Aérea, el Ejército y la Infantería de Marina de Estados Unidos tienen bases en las islas del Pacífico, a corta distancia de tiro desde China. Se están construyendo más.
La presencia militar de China en todo el mundo, según un informe de mayo de 2022 del Lowy Institute, un centro de investigación australiano: “China sólo tiene una base extranjera en todo el mundo, en Yibuti”.
¡Inaceptable! ¡Irresponsable!
Taiwán es una isla situada a unos 128 km de la costa de la China continental1. La inmensa mayoría de los países del mundo reconocen a Taiwán como parte de China; y el propio Estados Unidos, cuando finalmente reconoció a la República Popular China en 1979, retiró su reconocimiento diplomático a Taiwán. No obstante, ahora Taiwán y el estrecho de 128 km de ancho que lo separa de China son dos de los puntos de inflamación más peligrosos de la rivalidad cada vez más antagónica entre Estados Unidos y China, y Biden ha dicho cuatro veces como presidente que si China invadiera a Taiwán, enviaría tropas estadounidenses a Taiwán. Mientras tanto, Estados Unidos ha provocado y amenazado repetidamente a China en el Mar de la China Meridional, en torno a Taiwán. Ha utilizado su enorme armada naval para “jugar a quién es el menos cobarde nuclear” con China, que también es una potencia nuclear fuertemente armada2.
¡Inaceptable! ¡Irresponsable!
Casi al mismo tiempo que se conocía la noticia del globo chino, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, se encontraba en Manila, capital de las Filipinas. Austin anunció que Filipinas permitirá ahora el acceso de Estados Unidos a otros cuatro campamentos militares, con lo que el total asciende a nueve. No se trata simplemente de reforzar la presencia estadounidense en un país que en algunos puntos está a unos 160 kilómetros de Taiwán, sino también de poder responder más rápidamente a una “potencial invasión china a Taiwán”. Según la BBC News, el acuerdo le da a Estados Unidos acceso a “un trecho clave de terreno que ofrecería un asiento de primera fila para vigilar a los chinos en el Mar de la China Meridional y en torno a Taiwán... Con el acuerdo, Washington ha cerrado la brecha en el arco de alianzas estadounidenses que se extiende desde Corea del Sur y Japón en el norte hasta Australia en el sur”.
¡Inaceptable! ¡Irresponsable!
Durante décadas, Estados Unidos ha utilizado sus legiones de espías y su extensísimo arsenal tecnológico, de “inteligencia” y militar para espiar a China. Satélites y aviones espías estadounidenses dan vueltas por todo el planeta tomando y remitiendo imágenes e información, en particular de sus adversarios Rusia y China. Todo esto se ha acelerado y ampliado desde que Biden asumió el cargo. En octubre de 2021, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) creó un Centro de Misión China para “reforzar aún más nuestro trabajo colectivo respecto a la amenaza geopolítica más importante a la que nos enfrentamos en el siglo 21, un gobierno chino cada vez más adversario”. Este centro de misión desplegará a personas con muchas habilidades y formación variada por todo el mundo para “recabar inteligencia y contrarrestar los intereses de China”, le dijo un funcionario anónimo al Washington Post.
¡Inaceptable! ¡Irresponsable!
En Estados Unidos se está azuzando temor y odio por los chinos, no sólo mediante el flagrante racismo de Trump, sino la ignorancia frenética en torno a los orígenes de la Covid, el incidente del globo, la propuesta prohibición de TikTok (una empresa de propiedad china que ya está prohibida en los dispositivos del gobierno estadounidense), y más. Los fascistas que controlan la legislatura de Texas están tomando medidas para prohibir la propiedad de bienes en Texas a los ciudadanos y empresas chinos, y al gobierno chino.
¡Inaceptable! ¡Irresponsable!
Un desafío estratégico a la dominación estadounidense
Lloyd Austin dijo en diciembre que China “es el único país con tanto la voluntad como, cada vez más, el poder de reconfigurar su región y el orden internacional para que beneficien a sus preferencias autoritarias. Así que permítanme hablar claro: no dejaremos que eso ocurra”. El núcleo de los esfuerzos estadounidenses por “ganar en la competencia” a China es ampliar y modernizar la presencia militar directa de Estados Unidos en el sudeste asiático y prepararse para un conflicto en Taiwán y sus alrededores y en el mar de la China Meridional.
China no es socialista ni comunista: es una potencia capitalista imperialista
A pesar de su afirmación de ser “socialista” y de que su partido gobernante se autodenomine “comunista”, China es una potencia capitalista-imperialista. Así que, ¿por qué se autodenomina de otro modo?
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Esto significa no sólo aumentar sus ya enormes fuerzas armadas en esa parte del mundo, sino hacerlas más poderosamente destructivas, más capaces de responder con rapidez y armarlas con la tecnología armamentística más moderna.
La rivalidad entre Estados Unidos y China se está intensificando peligrosa y rápidamente. Los dirigentes estadounidenses amenazan y provocan abiertamente a China. De nuevo, en cuatro ocasiones diferentes, Biden ha dicho que las fuerzas militares estadounidenses participarán directamente en la defensa de Taiwán en caso de una guerra con China. Cuando era presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi hizo un viaje muy peligroso y deliberadamente provocador a Taiwán, lo que provocó semanas de maniobras y juegos de “quién es el menos cobarde” por parte de las armadas de Estados Unidos y China. Y ahora el actual presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, está planeando un viaje similar para esta primavera, y el Pentágono ha empezado a prepararse para ello.
En una reciente gira por Asia oriental, Lloyd Austin anunció:
- más despliegues de cazas y bombarderos en Corea del Sur;
- un aumento militar sin precedentes post Segunda Guerra Mundial en Japón (ahora el tercer país del mundo que más gasta en armamento);
- nuevas bases militares estadounidenses en las Filipinas, justo al sur de Taiwán; y
- el estrechamiento de los lazos y la coordinación militar con los demás miembros de la llamada “Cuadrilateral”: Australia, India y Japón.
Véase también en esta edición
En las últimas décadas, China se ha convertido en una poderosa potencia imperialista en sí y de por sí. China está desarrollando sus fuerzas armadas y está contendiendo con Estados Unidos en la consecución de sus propios objetivos imperialistas. Está desafiando a Estados Unidos no sólo en Taiwán y sus alrededores, sino también al orden imperialista mundial que Estados Unidos domina. La contienda no sólo se encuentra en Asia — hay contienda y rivalidad por el control de las materias primas y las regiones de África, por la militarización del espacio, por la producción y los mercados de alta tecnología, y mucho más.
Este llamado “orden global” es un espectáculo de horrores para la mayoría de la gente del mundo, con 160 millones de trabajadores infantiles, la explotación brutal de miles de millones de personas, el tráfico sexual, decenas de millones de refugiados y todo tipo de relaciones opresivas atrasadas entre diferentes grupos de personas. Y ahora existe la amenaza de una guerra increíblemente destructiva, que posiblemente acabe con el mundo, por ver quién lo controla.
Ambas potencias tienen arsenales nucleares increíblemente destructivos. Los encuentros volátiles entre ellos se producen con regularidad. Cualquiera de estos encuentros podría pasar rápidamente en una espiral a otro nivel y con igual rapidez, podría provocar una cadena de acontecimientos que englobaría a decenas de millones de personas y amenazaría a todo el planeta. Dos verdades importantes a tener en cuenta: una, lo que China está haciendo y ha hecho se eclipsa por los crímenes del imperialismo estadounidense3,4; dos, los gobernantes imperialistas de Estados Unidos son nuestros opresores y nuestra tarea es oponernos a lo que ellos están haciendo.
Inaceptable — Este mundo dominado por el imperialismo
El “consenso bipartidista” de que Estados Unidos debe intensificar su confrontación con China ilustra cómo tanto los demócratas como los republi-fascistas son partidos de la clase dominante imperialista — partidos de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad. Joe Biden está impulsando un programa que de manera demente pone en riesgo a todo el planeta, no porque él sea una persona particularmente sanguinaria, sino porque el sistema económico-político al que él sirve —el capitalismo-imperialismo— lo requiere. Semejante sistema responde a una sola ley: expandirse o morir. Y es esa ley la que impulsa ahora esta demencial contienda.
La verdad urgente de la siguiente declaración de Bob Avakian es muy evidente:
Ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas dominen al mundo y determinen el destino de la humanidad. Hay que derrocarlos cuanto antes.
— De las Entrevistas con Bob Avakian en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!