
Más de mil personas lloran a las víctimas de un tiroteo en masa en un Walmart en El Paso, Texas, 4 de agosto de 2019. Foto: AP
“Invasión hispana de Texas”… “defiendo a mi país contra el remplazo cultural y étnico provocado por una invasión”… Así es el tipo de veneno racista y antinmigrante que bien pudo haber salido de la Convención Nacional Republi-fascista hace tan sólo unas semanas.
Pero en realidad eran parte de una diatriba que un supremacista blanco armado posteó hace cinco años el 3 de agosto de 2019 en El Paso, Texas — poco antes de abrir fuego en un Walmart lleno de cientos de latinos, cobrando la vida a 23 personas y dejando heridas a dos decenas más. La masacre provocó indignación e infundió terror entre inmigrantes, latinos y otros en El Paso y mucho más allá.
Este Walmart por lo general bullía de clientes, siendo conocido como un lugar popular para ir de compras entre los habitantes de Ciudad Juárez en México. Muchas personas de la tercera edad también acudían para depositar sus cheques de prestaciones. El asesino había manejado más de 950 km desde una zona de blancos a las afueras de Dallas. Al llegar a El Paso, estacionó en el estacionamiento de Walmart y posteó un manifiesto fascista. El manifiesto se inicia con una expresión de apoyo para el hombre que, unos meses antes, había masacrado a 51 personas en una mezquita en Nueva Zelanda. Poco antes de esa embestida sangrienta, el asesino neozelandés posteó un documento que promovía la “teoría” supremacista blanca llamada “el gran reemplazo” que afirma que existe una conspiración en Europa y Estados Unidos para reemplazar a los blancos por inmigrantes no blancos. El asesino de El Paso, en su propio manifiesto, despotricó que los inmigrantes latinos estaban apoderándose de la economía y del gobierno, y que atacar a personas de “baja seguridad” era la forma para “luchar para reclamar a mi país contra la destrucción”.
Aún antes de entrar en la tienda, este asesino en masa racista tiroteó a varias personas afuera, entre ellas algunas que asistían una colecta de fondos para un equipo de fútbol femenino. Según un informe sobre la masacre: “El video de las cámaras de seguridad muestra un joven flaco que entra marchando por la puerta principal del Walmart en una playera negra y pantalones caqui, con un rifle estilo militar AK-47 con un cargador de capacidad extendida. Testigos dicen que él avanzó pasillo por pasillo en una tienda llena de personas que compraban útiles para el regreso a clases. Los muertos incluían al menos tres ciudadanos mexicanos y una madre de tres hijos, de 25 años, muerta a balazos mientras sostenía a su bebé de dos meses de edad”. Una sobreviviente recordó que cuando empezó el tiroteo, “Empecé a gritar en español y en inglés vámonos, vámonos, let’s go …” Quizá su acción haya salvado la vida a docenas de personas — pero el asesino mató o hirió gravemente a otras antes de abandonar la escena y de ser capturado posteriormente.
Tan sólo una semana antes de la masacre en El Paso, otro racista blanco disparó contra una multitud de mayoría latina en un festival en Gilroy, California, y mató a tres personas. Ese asesino también posteó un documento supremacista blanco poco antes de cometer los asesinatos. El octubre anterior, un supremacista blanco masacró a 11 personas en una sinagoga en Pittsburgh, Pensilvania, después de publicar un posteo en línea contra una organización de beneficencia de refugiados vinculada con la sinagoga por “traer a invasores hostiles para morar entre nosotros”.
Estos y otros ataques despiadados se dieron en el apogeo del régimen fascista encabezado por Trump, que calificó a personas de México de “narcotraficantes… violadores… delincuentes”, calumnió a inmigrantes de color por provenir de “países pozos de mierda” y encerró a decenas de miles de inmigrantes en campos de concentración en la frontera mientras separó forzosamente a familias.
Y desde aquel entonces, ¿qué ha ocurrido? Los ataques contra latinos han aumentado. Biden entró en la Case Blanca con la promesa de alejarse de las políticas de Trump sobre los inmigrantes y la frontera — pero, como dice Bob Avakian en su mensaje en las redes sociales número 26, “El crimen y el racismo antiinmigrante”:
Si bien no emplea el mismo lenguaje descaradamente racista como lo hacen los fascistas, el presidente del Partido Demócrata, el Genocida Joe Biden, ha deportado y expulsado a más inmigrantes que ningún otro presidente, y se ha comprometido a cerrar la frontera, y en esencia eliminar el asilo para las personas que enfrentan la persecución en sus países de origen.
Al mismo tiempo, Trump y el movimiento fascista MAGA (Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza) al cual encabeza son aún más agresivos y rábidos en su histeria antiinmigrante, como se podía ver en la Convención Nacional Republicano a mediados de julio, donde Trump y otros culparon a “inmigrantes ilegales” por violar y asesinar “todos los malditos días”, y se comprometieron a montar “la operación de deportación más grande en la historia” de Estados Unidos de ser elegidos.
En su mensaje mediático número 26, Bob Avakian denuncia tajantemente las mentiras antiinmigrante (y a aquellas personas en la población que se dejan embaucar por esas mentiras), señalando la realidad:
Es el sistema capitalista-imperialista, y sobre todo Estados Unidos, que ha arruinado la vida de masas de personas en México, Centroamérica, y muchos otros lugares, al obligar a enormes números de personas a migrar en condiciones ya desesperadas, y luego al montar barreras peligrosas capaces de matarlas por el “crimen” de tratar de entrar en el mismísimo país (ese Estados Unidos tan cacareado) ¡que las ha impulsado a una situación desesperada en primer lugar!
Y:
Al ver la realidad de todo esto, y la manera en que constituye parte de las atrocidades continuas las que han venido cometiendo los gobernantes de Estados Unidos desde sus inicios y hasta el día de hoy: ¿Cómo una persona decente podría conformarse con esta histeria antiinmigrante racista? ¿Cómo una persona decente podría apoyar a los republicanos o a los demócratas — siendo ambos partidos unos instrumentos del sistema monstruoso del capitalismo-imperialismo? ¿Cómo una persona decente podría defender este sistema y negar que necesitamos una revolución para derrocar este sistema?