Columbia fue la primera universidad a la que persiguió el régimen de Trump en su campaña para aplastar la oposición a Israel y reconfigurar la educación según lineamientos fascistas, y congeló 400 millones de dólares en subvenciones de investigación asignadas a Columbia.
La administración de Columbia ha reaccionado intentando apaciguar y llegar a un acuerdo con los fascistas de Trump aplicando la represión draconiana que han solicitado, entre otras cosas1.
A propósito, la presidenta interina de Columbia, Claire Shipman, fue a la Biblioteca Butler para liderar la arremetida represiva, y para calumniar las acciones valientes no violentas de los manifestantes, cerciorándose de repetir la gran mentira que equiparaba el antisionismo con el antisemitismo (odio al pueblo judío).
“Columbia condena enérgicamente la violencia en nuestro campus, el antisemitismo y todas las formas de odio y discriminación, algunas de las cuales presenciamos hoy.
Lo que nunca se menciona en esas denuncias de parte de los funcionarios del gobierno federal estadounidense o de parte de los rastreros administradores universitarios: la “forma de odio y violencia” concentrada en el genocidio de Israel en Gaza, respaldado por Estados Unidos.

Para colmo, Shipman tuvo el descaro de echarle la culpa a los manifestantes estudiantiles por poner en peligro a los estudiantes internacionales: “Me consterna profundamente la idea de que, en un momento en que nuestra comunidad internacional se siente particularmente vulnerable, un pequeño grupo de estudiantes decida convertir a nuestra institución en un blanco”. Esto después de que Columbia rechazara las súplicas de Mahmoud Khalil y Mohsen Mahdawi —dos estudiantes internacionales de Columbia— para que la Universidad los protegiera del ICE.
Ella reservó sus elogios para el “flujo constante de estudiantes trabajadores y agradecidos” que no protestaron y solo usaban las bibliotecas para estudiar para los exámenes finales.
Al día siguiente, el Grupo de Trabajo Federal para Combatir el Antisemitismo del régimen de Trump emitió una declaración de elogios a Shipman, diciendo que estaba “alentado” por su declaración “fuerte y decidida” de denuncia a los manifestantes.
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