Después de casi dos años de la pandemia de Covid-19, las cosas se están agravando en todo el mundo. Todo ello, a pesar del heroico trabajo de los científicos en la elaboración de vacunas, a pesar del conocimiento de las formas de prevenir la transmisión del virus, a pesar de la tremenda creatividad de las personas una vez desencadenadas en torno a una causa común.

En Estados Unidos, la cantidad de personas que han muerto se acerca a 800.000; la variante delta del coronavirus ha provocado otro repunte de casos y muertes, y en algunas partes del país los hospitales se están llenando una vez más. Y se ha informado de los primeros casos de una nueva variante potencialmente peligrosa, ómicron. En este momento, decenas de miles de personas en todo Estados Unidos están hospitalizados y cientos de ellas mueren a diario. La mayoría de estos casos actuales de Covid-19 se dan entre personas que no han sido vacunadas, a la vez que los fascistas republicanos difunden peligrosas mentiras contra las vacunas y movilizan a la gente contra el uso de máscaras que salvan vidas, lo que ha engañado y confundido a millones de personas. Y mientras el gobierno afirma que la economía está “de regreso”, millones de personas ahora enfrentan la amenaza del inminente desalojo y hambre.

La pandemia sigue azotando con saña a miles de millones de otras personas, en todo el mundo. El acceso extremadamente desigual a las vacunas que salvan vidas ha hecho que la divisoria entre los países imperialistas ricos y las naciones pobres oprimidas sea aún más aguda y más mortal. Solo siete de cada 100 personas en África, un continente de 1.200 millones de habitantes, han sido vacunados; en el Medio Oriente, menos del 40% han sido completamente vacunados; en Estados Unidos, alrededor del 60% ha sido vacunado. Perú tiene ahora la tasa de mortalidad más alta del mundo por Covid, con casi 6.000 muertes por cada millón de personas, el doble de la tasa en Estados Unidos.

Los gobernantes del mundo y de Estados Unidos luchan entre sí, sin respuestas reales, mientras las masas sufren horriblemente.

La pandemia hubiera cobrado vidas, incluso muchas vidas, en cualquier sistema social. Pero este sistema capitalista-imperialista es responsable de muchas muertes innecesarias.

¡Pero no tiene por qué ser así! En un sistema diferente —un sistema socialista en el camino hacia el comunismo—, se podría lidiar con esta situación de una manera completamente diferente. Sería posible orientar el poder estatal y el sistema económico para superar las cadenas y cicatrices de la sociedad capitalista: las salvajes desigualdades y las relaciones opresivas y las formas de pensar... hacia la satisfacción de las necesidades de la gente de una manera que el capitalismo jamás podría hacer... y desencadenar la iniciativa consciente de la gente a fin de hacer todo eso.

Nos estamos organizando ahora para una revolución real para deshacernos de este sistema, y estamos luchando por un tipo completamente nuevo de poder estatal: la Nueva República Socialista en América del Norte.

Aquí va algo de lo que haría SEMEJANTE sociedad socialista:

Uno. El poder revolucionario se prepararía para desastres como este, no dejaría a la sociedad indefensa.

La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, establece lo siguiente:

Se harán investigaciones y otro trabajo para anticipar en la mayor medida que sea posible, y para prevenir en el mayor grado posible, los brotes de enfermedades y epidemias, y detectar y tratar tales brotes y epidemias tan rápida y eficazmente como sea posible en los casos en que no sea posible prevenirlos.

Simplemente compare eso con lo que hizo el sistema actual. El gobierno supo durante años que un virus como este podía azotar fácilmente. Incluso realizó estudios que les dejaron claro lo que habría que tener: camas de hospital adicionales para emergencias... preparación de reservas de equipo protector como máscaras y máquinas de emergencia como aparatos respiradores... planes con anticipación para ayudar a las personas en una emergencia sin que millones pasen hambre o algo peor. Pero se hizo muy poco de eso.

¿Por qué? Porque el sistema bajo el que vivimos, el capitalismo-imperialismo, NO está organizado para satisfacer las necesidades de la gente. Este sistema depende de una competencia feroz entre quienes poseen los medios para crear riqueza, quienes tienen que crear cada vez más riqueza o hundirse. Por lo tanto, lo que es rentable determina en última instancia lo que se hace y lo que no se hace. La planeación para emergencias, el almacenamiento de suministros críticos y la producción de vacunas que quizá sean necesarias en el futuro no son tan “rentables” a corto plazo y se recortaron cada vez más antes de que azotara Covid.

Dos. El nuevo estado socialista aprendería del conocimiento de los científicos y de la gente común de todo el mundo para vencer la epidemia. Para citar otra vez la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte:

En concordancia con un enfoque científico así como una orientación internacionalista, se compartirán tan completamente como sea posible la investigación y el desarrollo y los avances prácticos en el campo de la medicina con las personas en este campo (y otros campos relacionados) en otras partes del mundo y se promoverá y se llevará a cabo la cooperación en la detección, el combate y la prevención de brotes de enfermedades y epidemias….

Pero veamos la manera en que opera este sistema bajo el cual vivimos: aunque los científicos han intentado realizar una cooperación transfronteriza y sin importar el beneficio privado, las grandes empresas farmacéuticas controlan los derechos de producir las medicinas y utilizan eso para generar ganancias. Quiénes tienen posibilidad de comprarlas determina el destino de ellas. Por eso las potencias imperialistas acaudaladas adquieren más que suficientes vacunas para sus propias poblaciones… y reparten el más mínimo a los miles de millones de personas en las zonas oprimidas y pobres del mundo. 

Tres. Las masas de personas no sólo recibirán informes acertados de la situación general, pero se pondrá a incidir en la situación su inteligencia, creatividad y espíritu de sacrificio propio. De nuevo, de la futura Constitución:

En el tratamiento de enfermedades y en otros aspectos de la medicina, se tomará en cuenta y se aprovechará plenamente las sensibilidades así como las experiencias y los conocimientos de los pacientes y del pueblo en general como un requerimiento básico y un recurso básico en la práctica de la medicina y en el desarrollo y aplicación de la ciencia médica.

Como parte de ello, las personas serán capacitadas en el método científico como parte fundamental de su educación. La Constitución establece:

El sistema educativo en la Nueva República Socialista en América del Norte habrá de capacitar a las personas en buscar la verdad dondequiera que ésta conduzca, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica y de esta manera aprender continuamente acerca del mundo y estar mejor capacitadas para contribuir a cambiarlo en conformidad con los intereses fundamentales de la humanidad….

Las teorías científicas y de otro tipo que... han sido claramente confirmadas y validadas por medio del método científico (tal como la evolución, que es uno de los hechos más sólidamente confirmados y bien establecidos en toda la ciencia) se presentarán por lo que son: un entendimiento acertado y válido de la realidad; y estas teorías servirán de fundamento desde el cual avanzar para conocer más acerca del mundo y para cambiarlo, mientras que al mismo tiempo se alentará y se apoyará la aplicación continua del método científico a fin de seguir aprendiendo más acerca de la dinámica de los procesos tales como la evolución y el mundo material natural en general.

Compare eso con el sistema en el que vivimos ahora, en que se mantiene a la mayoría de la gente en ignorancia de la ciencia y se le mantiene pasiva e innecesariamente temerosa durante una crisis como la actual, vulnerable a todo tipo de teorías de conspiración. Piense en lo que se podría hacer si el sistema educativo, incluido el aprendizaje durante toda la vida, formara a las personas con un conocimiento real y las herramientas para aprender más y contribuir al proceso... piense en lo que se podría hacer cuando todo tipo de personas con todo tipo de conocimientos trabajen en colectivo en torno a los problemas: cómo producir las vacunas y distribuirlas, cómo educar a la gente y todas las otras cosas que este sistema no hace ni puede hacer.

Por último, pero de no menos importancia: debido a que la producción social se orientaría a satisfacer las necesidades de la gente, y no a beneficiar a tal o cual capitalista, se podría almacenar las necesidades por adelantado y compartirse de manera equitativa cuando AZOTE un desastre como este. Compare eso con este sistema, en el que millones de personas no tienen dinero para el alquiler, ni siquiera para la comida, y se quedan sin hogar o con hambre. Y la Nueva República Socialista en América del Norte no solo no acapararía con egoísmo todo esto, sino que trabajaría incansablemente para ayudar a la gente del mundo.

El mundo previsto en esta Constitución es posible. Pero para crear ese mundo, necesitamos una revolución real. Tenemos la dirección de esa revolución, en Bob Avakian, BA. Hay una estrategia que él ha desarrollado que, mediante dura lucha, nos puede llevar allá. Y ahora nos encontramos en un momento poco común y especial, uno en el que una revolución en realidad podría ser posible. Como han dicho los revcom:

Somos seguidores de BA. Y tú también tienes que convertirte en seguidor de BA. Nunca ha existido un líder así en Estados Unidos y no existe ningún otro líder parecido en el mundo ahora. No podemos darnos el lujo de no seguir a esta dirección si alguna vez quisiéramos lograr liberarnos y poner fin a esta locura.

— Una Declaración, un Llamamiento a que se organice ahora para una revolución real

Piense en el mundo que podría ser posible con una revolución y piense en el futuro que enfrentamos ahora sin una revolución. Y así, conéctese con esta revolución.