El 26 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud identificó “ómicron” como una nueva variante del coronavirus, y la designó como “variante de preocupación”. Ómicron sí que es una gran preocupación para la gente de todo el mundo (vea “La variante ómicron: una amenaza nueva y potencialmente grande”), porque es una variante nueva, y potencialmente peligrosa, de un virus que ha causado una pandemia que ya ha provocado al menos 5.250.000 muertes en todo el mundo... y porque, en un mundo en las garras de muerte del sistema capitalista-imperialista, la devastación causada por este virus no sólo ha revelado, sino que ha intensificado, los abismos de desigualdad entre la riqueza y el poder espectaculares que poseen unos pocos, y el amargo empobrecimiento y sufrimiento de miles de millones de personas en todo el mundo.

Algo de lo que esto ha significado:

• La crisis intensificada por la pandemia ha aumentado la pobreza y agravado la desigualdad en el mundo. Los ingresos de las personas que se encuentran en el 40% inferior de la distribución de la ingresos mundial son un 6.7% más bajos que en las predicciones anteriores a la pandemia; este descenso ha contribuido a un fuerte aumento de la pobreza mundial. Cerca de 97 millones de personas adicionales viven con menos de 1.90 dólares al día debido a la pandemia.
• El número de refugiados en todo el mundo ha crecido dramáticamente en los dos años de la pandemia. La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) informó de que “la emergencia por el coronavirus no ha sido como ninguna otra vista en los 70 años de historia del ACNUR. Nunca todas las oficinas y operaciones del ACNUR se han enfrentado a una crisis de esta magnitud, al mismo tiempo”. Se prevé que en 2021, 97.3 millones de personas en todo el mundo necesitarán su ayuda, incluidos más de 26 millones de refugiados y casi 50 millones de desplazados.
• Millones de niños de todo el mundo están sufriendo mucho porque el cierre de escuelas relacionado con Covid está amplificando la “crisis global de aprendizaje que ya existía”. La situación está empujando a otros 72 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria hacia la “pobreza de aprendizaje”, lo que significa que a la edad de 10 años, no son capaces de leer y comprender un texto sencillo.
• Cantidades cada vez más grandes de niños se están quedando huérfanos, ya que sus padres o madres o cuidadores primarios mueren de Covid. Un estudio de la revista médica The Lancet estimó que 1.134.000 niños han experimentado la muerte de sus cuidadores primarios a causa de la Covid del 1º de marzo de 2020 al 30 de abril de 2021.
• El número de personas que han fallecido a causa de la Covid-19 supera con casi toda seguridad el conteo oficial. Un estudio sudafricano realizado con una colaboración de científicos indica que entre mayo de 2020 y septiembre de 2021, “un cuarto de millón de personas adicionales han muerto de causas naturales de lo que se preveía para ese periodo de tiempo”; estimó que “...entre el 85% y el 95% del exceso de muertes naturales [muertes no violentas por encima de la media diaria] en el país están relacionadas con Covid-19. … Pero no lo sabemos con certeza. Esa es una de las grandes tragedias de los sistemas de registro civil en el África subsahariana y en el mundo en desarrollo en general. … El exceso de muertes muestra que los efectos de Covid-19 son mucho más severos que los que reflejan los datos nacionales”.

Desigualdad sistémica en materia de vacunas

Una pandemia es una enfermedad que se propaga a nivel mundial. La vacunación es la única medida más importante para limitar la propagación del coronavirus, y para reducir la probabilidad de enfermedad grave o muerte. Es mucho más probable que el coronavirus mute y desarrolle nuevas variantes, como ómicron, entre grandes sectores de personas no vacunadas. Corresponde a los intereses de toda la humanidad que se vacune el número más grande posible de personas, en todas partes, para impedir que el contagio se extienda. Como dijo el Dr. Michael Saag, de la Universidad de Alabama, “las personas no vacunadas son básicamente la carne de cañón del virus. El virus necesita a personas a las que infectar para poder replicarse, y cuantas más personas que tenga que estén vulnerables o susceptibles de infectarse, más probabilidades tendrá de mutar”.

No obstante, existen enormes desigualdades a nivel mundial en cuanto a la disponibilidad de vacunas y el número de personas no vacunadas. En Portugal, el 87% de las personas estaban totalmente vacunadas al 3 de diciembre; en Canadá, el 77%; en Estados Unidos, donde los fundamentalistas cristianos y otros fascistas han estado movilizando una oposición ignorante y engañosa a la vacuna, el 59% están totalmente vacunados. En cambio, en El Sudán, un país de África oriental, la cifra es del 1.4%; en Haití, del 0.6%; y en Burundi, un país sin salida al mar en el sur de África, ¡menos de una décima parte del 1% de la población está totalmente vacunada!

Hay varias causas inmediatas que impulsan esta disparidad. Una de ellas es que los países imperialistas están acaparando las vacunas. Una portavoz de Médicos Sin Fronteras dijo en octubre: “A pesar de su pretensión de ser un líder mundial en Covid-19, Estados Unidos está acaparando casi 500 millones de dosis de vacuna contra Covid-19 en exceso, más que cualquier otro país. Es temerario y peligroso que Estados Unidos y otros países de altos ingresos tengan un exceso de reservas de Covid-19. ... Cuanto más tiempo permanezca la gente en todas partes sin protección, más vidas se perderán y más probable será que echen raíces nuevas variantes potencialmente más mortales. Estados Unidos debe hacer compromisos de inmediato, de forma pública y concreta, a redistribuir el exceso de vacunas contra Covid-19 a nivel mundial si realmente quiere poner fin a esta pandemia”.

COVAX, un programa global de compra y distribución de vacunas contra Covid-19, tenía como objetivo distribuir dos mil millones de dosis en todo el mundo para fines de 2021. Pero al 4 de diciembre, en realidad se habían entregado tan sólo 606.2 millones de dosis. Además, Estados Unidos y otros países imperialistas se apropiaron de más de la mitad de los primeros 7.500 millones de dosis “desarrollados mediante acuerdos de precompra, dejando sólo migajas para COVAX”, según la profesora adjunta en salud pública Deborah Gleeson, en un escrito en el sitio web del Noticiero ABC de Australia. Estos países ricos también se comprometieron a entregar más dosis en todo el mundo, pero para fines de octubre se había entregado tan sólo un 10% de las dosis prometidas.

Cálculos monstruosos

En 2020, India y Sudáfrica propusieron una “exención” de tres años para los pactos internacionales que impiden a países como el suyo fabricar vacunas. La exención pretende aumentar el acceso de la población a los productos médicos para Covid-19.

Estados Unidos y otras naciones poderosas y ricas, así como las empresas farmacéuticas con sede en ellas, se han opuesto e impedido las exenciones, en nombre de la “protección de la propiedad intelectual”. En Estados Unidos, los líderes empresariales y los líderes políticos de los dos grandes partidos políticos capitalistas están preocupados porque “naciones rivales como China y Rusia tengan afanes de conocer los secretos de la tecnología que hay detrás de las vacunas apoyadas por miles de millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses”. En los 14 meses transcurridos desde que se propuso la exención, más de 4 millones de personas han muerto a causa de Covid. Un prominente republicano expuso el pensar abiertamente capitalista y chovinista pro Estado卐 Unido卐 que hay detrás de la oposición a la exención: sería “desastrosa para la innovación. Sería muy malo para Estados Unidos a largo y corto plazo”. ¡Como si no pudiera haber “innovación” que no esté motivada por el interés propio! ¡Como si el creciente saldo de millones de muertos no fuera preocupante cuando se compara con los intereses de Estados Unidos!

Pero también hay causas más profundas.

Sufrimiento insoportable e innecesario

Se han producido miles de millones de vacunas. Los barcos, los aviones y los camiones pueden transportar las vacunas a los rincones más remotos del planeta. Científicos de todo el mundo han estado trabajando febrilmente durante casi dos años para comprender y prevenir la propagación del coronavirus. El personal médico de todo el mundo se ha volcado desinteresadamente en atender a las personas que padecen la enfermedad, que a veces se han contagiado del virus, y que sufren y mueren por ello.

Sin embargo, el virus se propaga y muta; los cadáveres se acumulan.

Esta criminalidad es tanto más insoportable cuanto que es innecesaria. Como escribió Bob Avakian en su artículo “Por qué el mundo está hecho tan tremendo desastre, y lo que se puede hacer para cambiar la situación radicalmente — Un entendimiento científico básico:

Lo crucialmente importante que entender es que la base ahora existe para que los miles de millones de personas sobre este planeta tengan posibilidades de tener los medios para una vida digna que merecen los seres humanos — una vida que se enriquezca continuamente, no solamente en el sentido material sino en lo social, lo intelectual y lo cultural. Pero, al mismo tiempo, la forma en que se ha desarrollado la sociedad humana bajo la dominación de este sistema del capitalismo-imperialismo ha creado un mundo altamente “desequilibrado”, donde miles de millones de personas en el mundo viven en condiciones horrorosas de opresión y miseria, en que millones de niños en el tercer mundo mueren cada año de inanición y enfermedades prevenibles. Por callado que lo mantengan:

Todo esto es la base sobre la cual una parte relativamente pequeña de las personas en Estados Unidos, y una parte muy pequeña de la humanidad en su conjunto, tienen las condiciones y la “libertad” para desarrollar y aplicar su iniciativa y creatividad — pero, bajo este sistema, el resultado es servir a reforzar las condiciones “desequilibradas”, altamente desiguales y profundamente opresivas en el mundo en su conjunto y para las masas de personas en el mundo.

Y todo esto es completamente innecesario.

Son las fuerzas productivas las que se han desarrollado bajo el sistema capitalista-imperialista las que de hecho ponen la base material para avanzar más allá de todo esto. Pero, al mismo tiempo, es este sistema, con su modo de producción basado en las relaciones explotadoras de producción, el que es la barrera directa contra hacer esto una realidad — constituye una cadena sobre las masas de personas por todo el mundo, y sobre la humanidad en general.