
Imagen representacional de la variante ómicron
El 24 de noviembre, el gobierno de la República de Sudáfrica informó de la aparición de una nueva variante1 de la Covid-19. En ese momento, el número de casos definitivamente identificados de ómicron en Sudáfrica era de menos de 100. El primer caso conocido no había aparecido hasta el 9 de noviembre.
No obstante, el 26 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS)2 declaró que ómicron era “una variante de preocupación”, su clasificación más grave. A raíz de esto, los mercados bursátiles y los precios del petróleo se desplomaron; Estados Unidos y muchos otros países imperialistas emitieron prohibiciones de viaje para los ciudadanos no estadounidenses que viajaran desde ocho países del sur de África (entre ellos solamente unos pocos se conocían algunos casos de ómicron)3. Los gobiernos empezaron a reexaminar sus planes en torno a la Covid. El gobernador del estado de Nueva York declaró un estado de emergencia.
¿Por qué ómicron generó una reacción en todo el mundo?
El 24 de noviembre se sabía muy poco con certeza sobre ómicron. No obstante, sobre la base de lo que se sabía en ese entonces (y en lo que se ha ido aclarando desde ese entonces), la decisión de la OMS de declararla “una variante de preocupación” no fue una reacción exagerada, aunque nuestros conocimientos son todavía bastante mínimos, y aún no es seguro que ómicron represente una nueva amenaza importante4.
Lo que los científicos estaban estudiando hace dos semanas era principalmente la secuenciación genética del genoma de ómicron. Lo que encontraron fue lo siguiente:
- Había unas 50 mutaciones en ómicron que lo diferenciaban de otras variantes. En general, más mutaciones significan más potencial de propiedades diferentes. En particular, las mutaciones hacen más probable que los anticuerpos generados por la vacunación o por una infección previa con la Covid no reconozcan a ómicron como un intruso al que hay que atacar. Esto se llama “evasión” de la vacuna.
- Alrededor de 30 de estas mutaciones se produjeron en las proteínas de espiga que sobresalen del coronavirus. Estas espigas son la clave para la forma en que el virus se adhiera, penetre e infecte a las células humanas. Por ello, se desarrollaron vacunas para reconocer y atacar estas espigas. Las mutaciones de las espigas podrían muy bien significar que las defensas de las personas vacunadas se neutralizaran, al menos parcialmente.
- Además, ciertas mutaciones observadas en variantes anteriores se identifican con tasas de transmisión más altas. Algunas de estas mutaciones de “alta transmisión” se han encontrado en ómicron, en cantidades mucho más grandes que en variantes anteriores. Esto indica el peligro de que ómicron se propague aún más rápidamente que las variantes anteriores5.
Es importante señalar que nada de esto demuestra que ómicron será más transmisible, o más severa, o que evadirá la vacuna o la inmunidad natural. Por un lado, con tantas mutaciones —muchas de ellas las que son nuevas y desconocidas— es posible que algunas de ellas contrarresten a otras y que el “paquete total” no sea peligroso.
Pero se parece un poco a cuando los meteorólogos estudien una tormenta tropical en el golfo de México y analicen las condiciones que podrían llevar a que se convirtiera en un huracán de nivel cuatro y azotara a zonas pobladas. En esas circunstancias, es correcto y urgentemente importante empezar a hacer sonar la alarma y prepararse para lo peor. Y así es la forma en que han respondido básicamente los científicos y los funcionarios de salud pública, aunque reconocen que sus conocimientos en este momento son muy limitados y que podría resultar que sus preocupaciones son exageradas.
¿Qué ha pasado con ómicron desde que se identifico?
Lamentablemente, muchos de los limitados datos que han surgido en la última semana han validado las preocupaciones de la OMS y de otros científicos6.
- Ómicron se ha propagado rápidamente por todo el mundo, a cuando menos 40 países. En Estados Unidos, al 5 de diciembre, se conocían varias docenas de casos. Pero los expertos en salud pública reconocen que ya existe una “propagación comunitaria” (lo que significa que el virus está circulándose entre muchas personas que no han estado en Sudáfrica y no tienen vínculos con nadie que lo haya hecho). El alcalde de la Ciudad de Nueva York, De Blasio, declaró que “sabemos que ahora tenemos casos en la Ciudad de Nueva York. Tenemos que dar por sentado que eso significa que hay propagación comunitaria”. En este momento hay pocas probabilidades de contener esta variante en una o unas pocas regiones del mundo.
- En Sudáfrica, ómicron está impulsando un gran aumento de las infecciones por coronavirus, y el número total de casos en la provincia más afectada se está duplicando cada tres días. De los 100 casos del 24 de noviembre, la variante ómicron representa ahora aproximadamente tres de cada cuatro casos nuevos, y su índice de propagación (conocido como su número “Rt”) es más del doble que el de la variante Delta.
- El viernes 3 de diciembre, el gobierno sudafricano también informó de que las hospitalizaciones estaban empezando a aumentar abruptamente. Y, de especial preocupación, informaron de que estaban hospitalizando a los niños menores de cinco años a un ritmo mucho más alto que durante las primeras semanas del aumento de Delta. La ciudad de Tishwane Metro tuvo 20 hospitalizaciones de niños pequeños durante su última gran oleada de Covid en mayo; tuvo más de 100 en las dos primeras semanas de ómicron.
- También parece que ómicron es capaz de evadir la “inmunidad natural” — es decir, la inmunidad adquirida por una infección anterior con otra variante de Covid. Y hay evidencia importante —aunque menos sólida— de que puede evadir la inmunidad derivada de las vacunas. El Washington Post informó de un trabajo de investigación (sin revisar por pares7) que decía que ómicron tiene tres veces más probabilidades que las variantes anteriores de hacer que las personas que ya han tenido Covid se vuelvan a infectar. Y el Ministro de Salud sudafricano, Mathume Joseph Phaahla, declaró que “esta variante es, en efecto, altamente transmisible, incluso en personas que ya han sido vacunadas”.
¿Qué es lo que no sabemos?
En primer lugar, hay que recopilar muchos más datos de más lugares y hay que realizar mucho más trabajo científico antes de poder confirmar las citadas conclusiones provisionales. En concreto, los científicos están “cultivando” (haciendo crecer) la nueva variante para obtener cantidades lo suficientemente grandes como para poder verificar su forma de reaccionar en un tubo de ensayo a los anticuerpos que generan las vacunas. De esta forma, se obtendrá un conocimiento mucho más sólido de hasta qué punto la nueva variante merma la eficacia de las vacunas. Y más datos de otros lugares podrían confirmar que la propagación muy rápida es una característica de ómicron, pero también podría resultar que por una u otra razón se propagó rápidamente en Sudáfrica pero no en otros lugares. (Factores como la edad media de la población, la densidad de población, las condiciones de vivienda, las tasas de vacunación, las tasas de infección previas y muchos otros factores varían muchísimo en el mundo y pueden impactar la velocidad a la que se propaga el virus).
En segundo lugar, hay una serie de cuestiones importantes sobre las que sólo es posible especular en este momento, entre ellas:
- ¿Ómicron hace que la gente se enferme más (o menos) que las variantes anteriores? ¿Afecta a los distintos grupos de edad de forma diferente a las variantes anteriores (que afectaban en gran medida a las personas mayores y, en general, no afectaban a los niños pequeños)? ¿Se presenta con síntomas diferentes, o se desarrolla más rápidamente, o más lentamente? ¿Causa tantas muertes? Dado que ómicron es tan nuevo, en este momento casi no hay datos sobre estas cuestiones.
- Suponiendo que sea cierto que ómicron sí causa más “infecciones por fallo vacunal” (infecciones de personas vacunadas o previamente infectadas), ¿siguen contando esas personas infectadas con protección contra enfermarse más severamente, la hospitalización y la muerte? Este fue el caso de las infecciones por fallo vacunal causadas por variantes anteriores, y hasta ahora, parece que los pacientes por fallo vacunal que contraen ómicron no se han enfermado severamente, pero una vez más, todavía es muy pronto como para sacar conclusiones al respecto.
- ¿Se convertirá ómicron en la forma dominante de Covid? En la actualidad —y con la excepción de Sudáfrica— Delta sigue siendo, con creces, la variante dominante, y otras variantes que han surgido desde que Delta entró en escena hace aproximadamente un año no han podido afianzarse y prácticamente han desaparecido. La semana pasada, se circulaban entre los científicos muchas consideraciones de que esto podría ocurrir también con ómicron; aunque ahora que parece menos probable, sigue siendo una cuestión abierta8.
Así que, queda mucho por aprender, y el papel de la comunidad científica mundial9 en responder a las preguntas más importantes sin contestar es extremadamente importante y debería establecer los términos de la manera en que lidiamos con esta fase más reciente de la pandemia de Covid. Pero incluso a corto plazo, está claro que la gente necesita utilizar cada vez más todas las herramientas a nuestra disposición para combatir este virus: vacunación, máscaras, distanciamiento social y otras medidas.