Una mujer se esfuerza por llevar a un niño a un lugar seguro mientras los marines estadounidenses toman por asalto la aldea survietnamita de My Son en busca de combatientes del Frente para la Liberación Nacional (Vietcong), abril de 1965. Foto: AP
El 30 de abril se cumple el 50º aniversario de la derrota final de Estados Unidos en su guerra contra Vietnam. A finales de la década de 1960, Estados Unidos contaba con más de medio millón de soldados en Vietnam y un poderío aéreo abrumador, además de un ejército títere de un millón de efectivos y fuerzas armadas de algunos de sus aliados y títeres. Estados Unidos y las fuerzas bajo su mando masacraron a tres millones de personas en esta guerra, según estimados, incluido en los países vecinos de Laos y Camboya, donde tropas y aviones estadounidenses también perpetraron masacres y horrores.
Para colmo, Estados Unidos libró una guerra química para arrasar los bosques y selvas de Vietnam por los que transitaban los combatientes vietnamitas. Estos productos químicos, llamados defoliantes, siguen causando terribles defectos de nacimiento en Vietnam. Sin embargo, incluso ante esta monstruosidad inexorable de horrores, ¡el pueblo vietnamita prevaleció! La imagen del aclamado Cuerpo de Marines de Estados Unidos, al huir de Vietnam en helicópteros desde el tejado de la embajada estadounidense mostró al mundo que era posible que un pueblo movilizado en torno a una causa revolucionaria derrotara al imperio más rico, más poderoso, más destructivo y asesino de la historia. Si bien esa revolución posteriormente resultó traicionada, no es posible borrar la lección de que una fuerza que comienza débil puede derrotar a un enemigo mucho más poderoso, siempre que cuente con el apoyo de las masas y una estrategia básicamente correcta, y hay que aprender de ella.
Trump ha ordenado a la embajada estadounidense en Vietnam que boicotee la conmemoración de esta victoria la semana venidera. Esto se suma a la cruzada del régimen fascista por borrar la verdadera historia de Estados Unidos: las profundas raíces de Estados Unidos en el genocidio y la esclavitud, y toda su historia de guerra y saqueo imperialista. Trump, de hecho, intenta poner eso de cabeza, quejándose como si Estados Unidos fuera, de alguna manera, víctima de aquellos a los que oprime. Cuando Trump impuso sus aranceles, volvió a hacer su absurda afirmación de que “durante décadas, nuestro país ha sido víctima de saqueos, rapiña, violación y expoliación por parte de naciones cercanas y lejanas, tanto amigas como enemigas”. Vietnam —a cuyos trabajadores, en una amarga ironía, ahora los sobreexplota el capital estadounidense— fue azotado con un arancel exorbitante del 42 %, que tendrá un efecto devastador en el pueblo vietnamita.
Pero, en realidad ¿quién está violando a quién... y quién ya ha estado violando y saqueando durante casi dos siglos y medio? Estos artículos forman parte de la respuesta a esa pregunta. Hoy reposteamos artículos sobre la masacre de My Lai; los bombardeos estadounidenses contra Camboya; y la brutal explotación sexual —la violación literal— de las mujeres vietnamitas por parte de las Fuerzas Armadas estadounidenses.