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Contra el lavado de cerebro anticomunista...
El Gran Salto Adelante de la China socialista de 1958-1960
De qué se trataba en realidad, por qué se le ataca y las verdaderas causas de la hambruna

Introducción 

China fue un país socialista entre 1949, cuando las fuerzas revolucionarias de millones y millones dirigidas por Mao Zedong derrocaron el viejo orden explotador y opresor, y 1976, cuando una nueva clase capitalista llevó a cabo un golpe de estado reaccionario. El Gran Salto Adelante fue un movimiento económico y social radicalmente transformador en la China revolucionaria durante los años 1958-1960. También es uno de los episodios más vilipendiados y tergiversados de la historia de la revolución comunista. Libros muy promocionados de “expertos” anticomunistas de Occidente lo han calumniado como una “catástrofe causada por políticas gubernamentales que habrían matado hasta 45 millones de personas” (por citar un nuevo libro de Ian Johnson, del Consejo de Relaciones Exteriores).

De hecho, se ha vuelto muy común describir el Gran Salto Adelante como “la gran hambruna de Mao” (título de un influyente libro de Frank Dikötter), o como “la peor hambruna hecha por el hombre, jamás” (Roderick MacFarquhar). Esta mentira anticomunista se repite y repite, se recicla y recicla, de tal manera que se ha convertido en creencia convencional incuestionada (e incuestionable). 

De hecho, el Gran Salto Adelante fue el primer paso audaz de Mao para forjar un camino más liberador de desarrollo económico y social socialista. Al centro del Gran Salto Adelante en el vasto campo chino estaba el movimiento para formar lo que se llamaba “comunas populares”. 

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La comuna popular colectivizó las prácticas y la vida y el trabajo durante el Gran Salto Adelante. En la imagen, los comuneros comen en un comedor comunal, 1959.   

A continuación, detallo los verdaderos objetivos y logros del Gran Salto Adelante, así como las dificultades con las que se topó y los errores que se cometieron. Examino las causas reales de la crisis alimentaria y la hambruna, y la forma en que respondió realmente la dirección revolucionaria. Y explico por qué las cifras de muertos, sensacionalistas y estadísticamente infladas, no son para nada fiables... y sirven a una agenda que busca descartar la revolución comunista en el mundo actual.

1) Antecedentes del Gran Salto Adelante 

Antes de la revolución de 1949, China era una sociedad de brutal dominio terrateniente en el campo, de miseria rural, hambrunas recurrentes, años en los que los campesinos comían cortezas y hojas y vendían a sus hijos para sobrevivir. La revolución puso fin a todo esto. Llevó a cabo una reforma agraria masiva, la más grande de la historia, despojando a los terratenientes de su riqueza y poder, distribuyendo la tierra entre los campesinos, asignando parcelas por adulto, ¡lo que significaba tanto mujeres como hombres!

Más adelante, los campesinos, con el apoyo del Partido Comunista de China, formaron equipos de ayuda mutua para ayudarse en la siembra y la cosecha. Pocos años después de la Liberación, en 1949, los campesinos establecieron cooperativas, en las que cultivaban juntos la tierra y se repartían los productos en función de la cantidad de tierra, herramientas y animales que había aportado cada familia, así como de su mano de obra. 

A mediados de la década de 1950, los campesinos habían formado cooperativas de mayor nivel. Quemaron las escrituras de sus tierras porque ahora trabajaban la tierra, las herramientas y los animales en común. Fue un proceso zigzagueante, en el que cada zona avanzaba a un ritmo diferente. Algunos campesinos ingresaban a una cooperativa y luego la abandonaban. Pero en algunas fases de este proceso, había listas de espera de campesinos que querían unirse. Muchos campesinos juntaron sus tierras y su mano de obra, renunciando a parcelas aisladas y trabajando juntos para cambiar el aspecto físico de la tierra. Esto posibilitó que los campesinos utilizaran tractores y otra maquinaria en zonas que nunca antes habían visto siquiera un arado de hierro. 

Mao Zedong, líder del Partido Comunista de China, se esforzaba por forjar un camino liberador de desarrollo económico y social — un camino que pudiera romper con lo que Bob Avakian ha descrito como los “dos legados”.
— El primer legado era la continua presión e influencia del capitalismo y del imperialismo occidental sobre una sociedad que había sido históricamente dominada y saqueada por el imperialismo.
— El segundo legado era la tremenda influencia del modelo y métodos desarrollistas de la Unión Soviética. El enfoque soviético se caracterizaba por una orientación altamente tecnocrática del desarrollo económico, con un gran énfasis en la especialización, una rígida división del trabajo, apoyarse en motivar a la gente con incentivos de ingresos y bonos, y una estricta gestión empresarial desde arriba. Todo ello iba unido a una concentración unilateral en el desarrollo de la industria pesada; de desviar los recursos hacia las ciudades y hacia los sectores urbanos ya más desarrollados. 

Mao estaba desarrollando un modelo y camino de desarrollo socialista basado en la cooperación social y la propiedad social:

  • una economía que satisficiera las necesidades materiales y sociales de la población 

  • una economía que resolviera el problema histórico de China del hambre crónica, la desnutrición y las hambrunas recurrentes 

  • una economía que fomentara las relaciones de apoyo mutuo entre la industria y la agricultura, en lugar de absorber los recursos del campo para la industria 

  • una economía que contribuyera a reducir y, en última instancia, a superar las diferencias entre la ciudad y el campo, entre la industria y la agricultura y entre las regiones 

  • una economía que no se apoyara en los incentivos materiales sino, más bien, en el activismo consciente, y que no aceptara el ensanchamiento de las diferencias sociales como “el precio del desarrollo”

  • una economía que se apoyara y promoviera la comprensión colectiva y el dominio colectivo de las masas sobre los procesos de producción 

  • una economía que pudiera resistir los ataques imperialistas y apoyar las revoluciones en otras partes del mundo. 

The Red Flag Canal was initiated during the Great Leap Forward with the main channel being completed in 1965. It was dug entirely by hand labour, and provided an irrigation system of 930 miles.

 

El canal Bandera Roja se inició durante el Gran Salto Adelante con la finalización del principal canal en 1965. Se excavó en su totalidad con trabajo manual, y generó un sistema de riego de 1.500 kilómetros.   

2) El Gran Salto Adelante fue muy racional 

Describí los antecedentes históricos y los propósitos del Gran Salto Adelante en un discurso titulado “El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor”: 

Las primeras comunas nacieron espontáneamente. En la provincia de Honan en 1957 se juntaron varias cooperativas vecinas para construir un enorme proyecto de riego y llevar agua a tierras áridas desde el otro lado de una cordillera. Los campesinos unieron sus cooperativas y crearon algo nuevo: un mecanismo económico y político que adoptarían docenas de miles de campesinos para forjar una vida en común. Mao visitó esas zonas y le puso el nombre de “comuna” a lo que se estaba creando...

Las comunas podían movilizar y organizar las vastas reservas de mano de obra de China. Ahora se podían planear y construir proyectos de gran escala de riego y control de inundaciones, carreteras, reforestación, rescate de tierras, etcétera. Se construyeron fábricas de fertilizantes y de cemento, y pequeñas centrales hidroeléctricas. Las comunas aportaron espacio a equipos de expertos y campesinos para realizar experimentos de agricultura científica y de exploración geológica.

El Gran Salto Adelante soltó a la mujer de los confines de la casa para que participara en la enorme ola de lucha para crear una nueva sociedad. Las comunas abrieron comedores y guarderías infantiles comunitarios, reparaban las casas y ofrecían otros servicios sociales colectivos. La mujer participó en el lanzamiento de nuevas fábricas y proyectos de riego, como el famoso Canal Bandera Roja, para el cual el “Equipo de las muchachas de hierro” estaba en las primeras filas.

Se cuestionaron las costumbres y valores del pasado. Se libró una lucha ideológica contra la superstición, el prejuicio y el fatalismo, y las costumbres feudales como el matrimonio concertado. Las comunas establecieron redes de escuelas primarias y secundarias, y servicios de salud.

El Gran Salto Adelante dio prioridad a las zonas rurales con el fin de ir cerrando la brecha entre la ciudad y el campo, y entre el proletariado y el campesinado. Nacieron industrias de pequeña escala en el campo; los campesinos empezaron a dominar la tecnología; se divulgó el conocimiento científico. El Gran Salto Adelante era una alternativa liberadora al proceso de desplazamiento de la población rural y la migración en masa a la ciudad que se da en el tercer mundo bajo la dominación imperialista.

Una ventaja de una economía autosuficiente que llevaba a todo el campo el desarrollo industrial y técnico era que podía resistir mejor ataques e invasiones del imperialismo, y dar apoyo a la revolución mundial.

La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro

 

A menudo se tacha al Gran Salto Adelante de “irracional”, “temerario” y “utópico”. Pero no tenía nada de irracional la colectivización de las explotaciones agrarias para promover la mecanización y formas más sociales de trabajo y cooperación; nada de irracional en la creación de infraestructuras rurales como proyectos de control del agua, o en la plantación de bosques y huertos, o en la expansión de la industria rural en el campo; y desde luego nada de irracional en la superación de la desigualdad entre hombres y mujeres y de las ancestrales responsabilidades domésticas que se han endosado a las mujeres.

Pero esto es ciertamente “irracional” desde el punto de vista del cálculo del capitalismo-imperialismo que impone a los países del Sur global un modelo de producción orientado a la exportación, presionando y ordenando que abandonen la producción de alimentos básicos y de subsistencia para centrarse en cultivos y bienes especializados (desde flores cortadas a espárragos) destinados al consumo en los países capitalistas ricos, mientras tienen que importar alimentos básicos, endeudarse y posibilitar que los inversionistas internacionales acaparen tierras, y obligar a inmensas cantidades de campesinos empobrecidos a huir a las ciudades.

Ahora bien, hubo problemas y deficiencias en el Gran Salto Adelante, como cabría esperar de un movimiento masivo de transformación de esta envergadura. Hubo medidas y experimentos que resultaron impracticables. Pero, una vez más, los ideólogos del capitalismo y del estatus quo tachan de “temerarios” y “peligrosos” las características y los avances que definen el Gran Salto Adelante, no porque lo fueran, sino porque formaban parte de un camino viable para superar la explotación, la desigualdad social y la subordinación del desarrollo rural a las ciudades. 

Lo más importante del Gran Salto Adelante no fue la movilización de la gente de formas creativas y cooperativas para la producción... o la estrategia económica de combinar tecnología más básica con tecnologías más desarrolladas y avanzadas... o centrarse en un desarrollo equilibrado y autosuficiente en el campo — por muy monumental que todo eso fuera. Lo más importante era que las relaciones entre las personas estaban cambiando. Las nuevas relaciones de propiedad plasmadas en el sistema de comunas unían a la gente en nuevas formas cooperativas. La gente trabajaba, vivía y luchaba de nuevas maneras, y empezaba a estudiar marxismo para comprender más profundamente y cambiar más conscientemente la sociedad... y a sí mismos.

El Gran Salto Adelante fue, más que ninguna otra cosa, un salto en la conciencia de masas y un salto en la organización social de masas.

3) Contradicciones y dificultades del Gran Salto Adelante, la crisis alimentaria y la hambruna 

De todas las mentiras lanzadas contra el Gran Salto Adelante, ninguna es más venenosa que la afirmación de que las políticas del Gran Salto Adelante —y el compromiso de Mao con el Gran Salto Adelante— fueron directamente responsables de la hambruna masiva. En la obra de ideólogos anticomunistas como Jung Chang y Jon Halliday en Mao: The Unknown Story [Mao, la historia desconocida], o Jasper Becker en Hungry Ghosts [Fantasmas hambrientos], o Frank Dikotter en Mao’s Great Famine [La gran hambruna en la China de Mao] vomitan estimaciones descabelladas de muertes “innecesarias” por hambruna, con cifras que oscilan entre 18 y de 30 y 45 millones de muertes por inanición. 

¿Cuál es la verdad? En los años 1959-1961, se dieron una crisis alimentaria y una hambruna que condujeron a muchas muertes. Pero ¿cuál fue la causa respectiva, y cuál fue la respuesta del estado revolucionario?

Respecto a la causa inmediata, en 1959 se produjo un descenso brusco de la producción de cereales, y la disponibilidad de alimentos entró en un fuerte declive en los siguientes dos años. En otras palabras, una crisis alimentaria se convirtió en una hambruna que principalmente se causó se debió a cuestiones de abastecimiento.

Las causas fueron múltiples, pero el hecho decisivo es que a partir de 1959, China sufrió los peores desastres meteorológicos del siglo 20. Para 1960, los daños causados a las cosechas por las inundaciones y la sequía ya afectaban a más de la mitad de las tierras de cultivo de China. Tan sólo la sequía afectó un tercio de estas tierras. El mal tiempo fue responsable de una gran proporción de las pérdidas en el rendimiento de cereales que subyacían a la masiva crisis agrícola de 1959-1961. (Vea el importante estudio de Y.Y. Kueh, basado en extensos datos y modelos, de las condiciones meteorológicas de China y sus efectos sobre la producción de cereales en esos años, incluido en las referencias al fin de este artículo).

Un entorno internacional hostil

La situación internacional también agravó la escasez de cereales y la crisis alimentaria. Para fines de los años 1950, las relaciones de estado a estado y de partido a partido entre la China revolucionaria y la Unión Soviética ya se habían venido deteriorando rápidamente. Mao había estado criticando a la dirigencia soviética por revisionista — con el análisis de que se había salido del camino socialista y estaba vendiendo los intereses de la revolución mundial al imperialismo. Los soviéticos habían tachado al Gran Salto Adelante de utópico y temerario. Y ¡buscaban elementos afines al interior de la dirigencia china!

A medida que las relaciones entre China y la Unión Soviética venían volviéndose más tensas en 1960, la dirigencia soviética procuró castigar y aislar a la República Popular China. En julio-agosto de 1960, la Unión Soviética retiró a sus expertos, suspendió la ayuda y se marchó con los planos de las instalaciones industriales sin terminar. Los soviéticos también dejaron a China agobiada con una gran deuda, contraída en su mayor parte durante la guerra de Corea de inicios de los años 1950. (China había enviado a grandes cantidades de combatientes, así como recursos materiales, y había sufrido grandes pérdidas humanas, a fin de ayudar a la lucha del pueblo coreano contra el imperialismo estadounidense.)

Mao y la dirección revolucionaria querían liberar al país de la dependencia de la deuda externa a fin de maximizar el margen de maniobra. Así que China siguió vendiendo cereales en el mercado mundial a fin de generar ingresos con los que pagar la deuda soviética — algo que afectó de manera adversa la disponibilidad de cereales-alimentos.

People's commune working to harvest corn crop near Peking, China, January 1959.

 

Una comuna popular, desarrollada durante el Gran Salto Adelante, trabaja de manera colectiva en la cosecha de maíz cerca de Pekín, China, enero de 1959.     Foto: AP

Además, el imperialismo estadounidense ejercía intensas presiones y amenazas. En 1958, el régimen pro estadounidense del Kuomintang en Taiwán y la República Popular China se chocaron en el ámbito militar sobre las islas en el estrecho de Taiwán. Estados Unidos daba fuerte apoyo a Taiwán y soltaba amenazas. Tal como revelaron en 2021 documentos gubernamentales clasificados divulgados por Daniel Ellsberg, Estados Unidos elaboraba activamente planes para asestar ataques nucleares contra la República Popular China. Y en 1959, la CIA había contribuido a instigar un levantamiento reaccionario en Tíbet (una provincia de China); y crecían las tensiones entre India y China, en que India realizó incursiones armadas en 1959. 

La verdad es lo siguiente: A tan sólo diez años de alcanzar la liberación y lanzar la revolución socialista en 1949, China se enfrentaba a este entorno internacional hostil. No era una situación creada por China. China tuvo que desarrollar su propia capacidad militar y su capacidad industrial correspondiente. Su nuevo sistema de planificación económica central tuvo que tomar en cuenta esta situación internacional. El Gran Salto Adelante, esta audaz iniciativa revolucionaria, con todos sus pruebas y errores, se desenvolvía en un entorno internacional particular y extremadamente difícil.

Errores de política

Los factores naturales (meteorológicos) constituyeron la causa inmediata y global de las escaseces de cereales. Pero los errores de política que hicieron los maoístas también contribuyeron a la crisis alimentaria:

A) La rapidez con que se formaron las comunas y la tendencia inicial a crear colectivos excesivamente grandes suscitaron ciertos problemas en la organización y gestión de la producción de cereales, junto con otros aspectos de las comunas — tales como la salud, la educación, las milicias y los comedores colectivos.

B) Al esforzarse por diversificar la actividad económica en muchas zonas, los funcionarios al nivel local con frecuencia desviaron demasiada mano de obra campesina hacia proyectos no agrícolas. Como resultado, no había suficiente gente para trabajar los campos. Tales actividades económicas incluyeron la fundición de acero y otras industrias a nivel local, la construcción de obras públicas y de riego, y así sucesivamente. A la larga, la mayoría de estas actividades generaron beneficios hacia la creación de nuevas capacidades y contribuyeron al crecimiento equilibrado y omnímodo. En algunas partes del país, los proyectos de infraestructura se emprendieron durante lo que tradicionalmente eran temporadas bajas u ociosas del ciclo agrícola. Pero ahora que se pedía a más campesinos que participaran en semejantes proyectos exigentes físicamente, se necesitaban más calorías alimentarias mientras se producía menos.

Mao estaba prestando atención y en una importante reunión del Partido Comunista en Lushan en 1959 asumió la responsabilidad de algunos de los errores de una planificación exageradamente ambiciosa, incluidas expectativas poco realistas de fundir acero en “hornos de patio trasero o domésticos” (especialmente cuando no había el transporte correspondiente para usar ese acero de manera óptima).

1958 China: people work with backyard furnaces to produce steel during The Great Leap Forward.

 

China, 1958: la gente trabaja con hornos en su patio trasero para producir acero durante el Gran Salto Adelante.      

C) El estado también requisaba demasiado cereal a las zonas rurales en relación con las necesidades de las localidades. En la economía socialista, el estado tanto daba apoyo al campo como acopiaba y distribuía cereales para dar de comer a la población urbana. Pero eran muy altas las cuotas que se fijaron para la entrega de cereales. ¿Por qué? En parte eso se debía a los flujos de comunicaciones en el sistema de planificación. Un factor importante fue que las autoridades al nivel central recibían datos imprecisos desde abajo. Los funcionarios al nivel local inflaban a menudo los niveles de producción, lo que hizo que las autoridades al nivel central creyeran que tenían millones de toneladas métricas de cereales más de lo que estaban disponibles en los hechos.

Se dio lo que se llegara a llamar “el viento de la exageración” proveniente de las dirigencias de muchas comunas y colectivos, y de los líderes en las regiones, pese a que sabían cuáles eran las condiciones. Es importante considerar algo de lo que impulsaba este fenómeno.

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Entregar informes erróneos y el problema de la “ideología oficial”

Aquí quiero abordar el problema de la “ideología oficial”. En la China revolucionaria, y también en la Unión Soviética cuando era socialista (1917-1956), se veía el comunismo, y hasta se proclamaba, como la “ideología oficial” de la sociedad. La concepción era que, debido a que se estaba creando una sociedad socialista y debido a que la dirigían los comunistas, la expectativa era que la población estuviera de acuerdo, aceptara y profesara esta ideología. Esto se convirtió en lo que equivalía casi a un requisito para participar plenamente en la sociedad y asumir responsabilidad por ella.

La crítica de Bob Avakian a esta noción de la “ideología oficial” es una parte importante de su resumen de la experiencia de la revolución comunista, y de su desarrollo del nuevo comunismo. Si bien hay que popularizar la filosofía y la ciencia del comunismo y éstas tienen que ocupar una posición que dirige en la sociedad socialista —para que las masas puedan obtener el conocimiento y el método para conocer y cambiar el mundo—, no corresponde presionar a la gente para que piense de cierta manera. Hay que ganarse a la gente hacia el marxismo, hacia el comunismo — lo que abarca un debate vigoroso con los exponentes de diferentes tendencias de pensamiento. No se puede obligar a la gente a profesarla como requisito para poder participar plena o significativamente en la sociedad civil.

¿Qué relevancia tiene esta cuestión para el Gran Salto Adelante? Un punto de orientación de la línea revolucionaria que guiaba el Gran Salto Adelante fue el principio de desencadenar la iniciativa y la creatividad de las masas para obtener lo que se llamaba un desarrollo “más rápido, mayor, mejor y con resultados más económicos” en la producción, como parte de construir la nueva economía socialista. Pero la presión de la “ideología oficial” contribuyó a una situación en la que los funcionarios responsables a los niveles locales a menudo buscaban “demostrar” su apoyo a la causa socialista, a la causa del Gran Salto Adelante, inflando los niveles de producción. En ocasiones, esto se convirtió en una competencia por quién podía reportar cifras más exageradas que los demás en el desarrollo “más rápido, mayor, mejor y con resultados más económicos”. Lo que implicaba que a menudo se tapaban dificultades y fracasos reales.

De hecho, 1958 fue un buen año de cosecha, y muchos funcionarios al nivel local proyectaron de manera poco realista rendimientos mucho más altos en el siguiente año o dos — y así los reportaron. En algunos casos, el entusiasmo predominó; en otros, los funcionarios al nivel local querían ganarse favores. Todo esto perjudicó el flujo preciso de datos. Una vez más, las autoridades de planificación creyeron, sobre la base de los datos que estaban recibiendo, que tenían más cereales para recolectar y distribuir de los que tenían en realidad.

Pero, en lo más fundamental, no se quiere una atmósfera en la sociedad socialista en la que la gente esté renuente a poner de relieve problemas y desacuerdos. Pero eso era parte de lo que estaba pasando. Si se hubiera dado más espacio a las voces que disentían y se hubiera alentado más activamente el debate, algunos de los problemas podrían haber salido a la luz antes. Esto habría abarcado riesgos —y había mucho en juego— dado el intenso cerco y presión internacional sobre la China revolucionaria, junto con la situación interna en China que incluía a la oposición de derecha al Gran Salto Adelante al interior del Partido Comunista que describo en Cuarta sección a continuación. Pero a lo largo de ese debate, la gente habría adquirido una capacidad más grande para distinguir entre las críticas honestas y la oposición de principios, y los esfuerzos de destruir en realidad esta iniciativa histórica y restaurar el capitalismo.

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Ahora, en 1962, Mao pronunció un discurso sobre el centralismo democrático (el principio organizativo del Partido Comunista) en el que señaló que “Sin democracia, no tenéis comprensión de lo que pasa abajo, la situación será confusa, no podréis captar suficientes opiniones de todas las partes, no hay comunicación entre los de arriba y los de abajo. Los altos órganos dirigentes se basarán en material parcial e incorrecto para decidir los asuntos...”. Esto es importante. Pero el peso de la “ideología oficial” no sólo puso limitaciones a obtener un conocimiento más profundo de la situación; también limitó el debate y el discurso más amplios sobre la política y el rumbo.

Las ideas y la práctica de Mao sí se desarrollaron más. Mao abordó esta cuestión, cuando emprendió la Revolución Cultural de 1966 para impedir que la revolución fuera revocada por una nueva clase capitalista con su cuartel general en el Partido Comunista — una situación en la que el Partido Comunista se había vuelto calcificado de manera importante al mismo tiempo que demasiadas personas en la sociedad simplemente “seguían la corriente” de las cosas. En un discurso de 1967, Mao explicó que había estado buscando una manera de “de abajo arriba para exponer nuestro lado oscuro”, es decir, por medio de la movilización y el debate de las masas para hacer saltar a la sociedad por los aires y revolucionarla aún más.

4) Medidas para hacer frente a la crisis del hambre en una situación política compleja

Las versiones anticomunistas habituales del Gran Salto Adelante las que se multiplican constantemente acusan a Mao de indiferencia ante las penurias y sufrimientos — que él estaba emperrado en “tretas descabelladas” para la transformación agrícola e industrial, y de suprimir tercamente los informes sobre las dificultades y las muertes al nivel de una hambruna. Esto es mentira.

Se llevaron a cabo investigaciones y se hicieron ajustes. Se redujo el tamaño de las comunas, que con el paso del tiempo se estabilizó entre 15.000 y 25.000 personas (en comparación con el nivel del doble al inicio en algunos casos). Se disminuyeron las cuotas de cereales que había que entregar al estado. Se redujo la escala de ciertos proyectos no agrícolas. A muchos trabajadores que se habían ido a las ciudades los llamaron a volver al campo, para que pudieran dedicar más tiempo de trabajo a la producción de alimentos en el campo.

Se racionaron los cereales en todo el país y se enviaron suministros cerealeros de emergencia a las regiones en dificultades. A fines de 1960, China también empezó a importar trigo desde Canadá. Y lo que rara vez se reconoce en las versiones occidentales es que los avances que se hicieron en la capacidad de transporte gracias a la revolución china a partir de 1949, las medidas de política pública y el nuevo sistema socialista de atención sanitaria en realidad limitaron la pérdida de vidas.

Para comprender el curso del Gran Salto Adelante, es importante reconocer que esta estrategia económica y este movimiento social tuvieron lugar en el contexto de una aguda lucha de clases en la sociedad china. 

Shaoshan, China, 1959: Mao and peasants talking.

 

Shaoshan, China, 1959: Conversación entre Mao y unos campesinos.      

Como ya se ha mencionado, el modelo de desarrollo económico soviético ejerció muchísima influencia — y este modelo tuvo sus defensores en los más altos niveles de liderazgo al interior del Partido Comunista de China. En 1959, en una importante conferencia de dirigentes, el ministro de Defensa, Peng Dehuai, lanzó un feroz ataque político contra el Gran Salto Adelante. Peng —quien había considerado el modelo soviético y a los soviéticos como aliados largoplacistas y quien quería una modernización militar al estilo de la Unión Soviética— racionalizó su ataque al Gran Salto Adelante haciéndose pasar por la voz de los hambrientos y los que sufrían. Mao publicó el memorándum de Peng y refutó sus argumentos.

En 1960, ante las calamidades naturales, la ruptura en marcha entre China y la Unión Soviética, los mencionadas dislocaciones y errores, y las terribles escaseces de alimentos que conducían a hambrunas — había una urgente necesidad de hacer ajustes en las políticas. Pero cuál tipo de ajustes era también una cuestión de la lucha de clases.

Las fuerzas derechistas y conservadoras en el Partido Comunista de China estaban aprovechando la crisis para revocar el impulso entero del Gran Salto Adelante. Quería dar rienda suelta a las fuerzas del libre mercado en el campo. Querían adoptar medidas con el criterio de las ganancias para guiar las inversiones. Querían eliminar el apoyo a la industria rural en pequeño. Mao y los revolucionarios vieron la necesidad de hacer ajustes y hacer retiradas en varios frentes. Pero también luchaban por defender los principios básicos y el rumbo del Gran Salto Adelante — y llevar adelante la revolución para reducir las desigualdades sociales, urbanas-rurales y de otra índole.

Por eso, la situación en 1960-1961 no era simplemente de dificultades económicas, hambruna y una necesidad de hacer ajustes. Se daba una lucha de clases, concentrada en los niveles más altos de la sociedad, sobre el camino que China iba a tomar: el socialismo o el capitalismo. Y esa lucha llegaría a un momento crítico en la Revolución Cultural de 1966-1976.

5) Inflar los conteos de muertes a fin de desacreditar a Mao, el socialismo y la revolución

En cuanto a las acusaciones de 18 millones... 30 millones... 45 millones de muertes “sin sentido” — éstas son estimaciones sensacionalistas y políticamente motivadas. Y hay que ver el rango extremo de estas estimaciones en sí (y algunas estimaciones alcanzan niveles más altos) como una señal de advertencia. En el Occidente, los “conteos de muertes” de 35 a 45 millones se toman y se repiten incesantemente como la verdad establecida. Pero estas estimaciones se basan en datos demográficos y censales poco fiables, material de archivo de calidad cuestionable y una metodología dudosa que hace un uso liberal de proyecciones estadísticas infundadas. 

Por ejemplo, algunos autores hacen comparaciones entre lo que habría sido la población de China, si hubiera crecido a ritmos normales sin el “exceso de muertes” de la hambruna, y las cifras demográficas de años posteriores. Se dice que la hambruna acabó con la “población faltante”.

Pero, como han demostrado varios estudios importantes, las tasas de natalidad habían caído de manera brusca durante el período de la hambruna. En otras palabras, ¡simplemente no había nacido una porción de la “población faltante”! Y dejando ello a un lado, no está para nada claro que existiera algo parecido a un sistema nacional de registro general de defunciones durante esos años de tumulto. Además, durante el Gran Salto Adelante se produjeron considerables movimientos de la población en las zonas rurales, sobre todo con la profundización de la crisis, lo que añade otro grado de dificultad al seguimiento de los cambios demográficos y tasas de mortalidad.

Además de la cuestionable fiabilidad del material estadístico bruto en el que se basan acusaciones como la de 45 millones de muertes, también se tiene la “agenda política” que operaba cuando los nuevos gobernantes de China, quienes había llevado a cabo una contrarrevolución en 1976 tras la muerte de Mao, publicaron datos en 1983 que daban la apariencia de “apoyar” la tesis de una hambruna masiva. Era una época en la que estos nuevos gobernantes capitalistas encabezados por Deng Xiaoping estaban metidos en una campaña para desacreditar el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, y estaban librando un amplio ataque ideológico contra la idea general de la agricultura colectiva (vea el estudio de Joseph Ball en la lista de referencias). 

A manera de concluir esta sección: en 1959-61 sí se produjo una terrible hambruna. Las dificultades de aquellos años, tal como se analizan aquí, fueron un fenómeno complejo. Se requiere más investigación para hacer avanzar el análisis. Pero el sórdido y chapucero “trabajo académico sobre la hambruna” que se promueve y repite incesantemente cumple una función totalmente distinta: satanizar a Mao, tergiversar los objetivos y propósitos del Gran Salto Adelante y poner en oferta su “historia mediante un recuento inflado de cadáveres” — con el propósito de calumniar la revolución y el comunismo.

Conclusión

En resumen, el Gran Salto Adelante se guió por objetivos coherentes de políticas; se conectó con la energía y el entusiasmo de las masas campesinas; y rindió enormes efectos positivos a largo plazo. De hecho, para 1970 China ya fue capaz, por primera vez en su historia, de resolver su histórico problema alimentario. La nueva sociedad ya era capaz de proporcionar una dieta nutricional mínima y seguridad alimentaria. 

Esto estuvo estrechamente relacionado con el Gran Salto Adelante y la formación de las comunas. Estuvo estrechamente relacionado con la movilización colectiva de la gente para construir obras de riego e inundaciones, recuperar y mejorar la tierra, dominar nuevas técnicas agrícolas y establecer pequeñas industrias en el campo. Estuvo estrechamente relacionado con el espíritu de trabajar para el bien común promovido por la revolución socialista.

China ya no es un país socialista — se restauró el capitalismo con la derrota de la Revolución Cultural en 1976. No obstante, los ataques al Gran Salto Adelante continúan. ¿Por qué? En China, están creciente al malestar por los salvajismos del capitalismo-imperialismo de China: su explotación en fábricas maquiladoras, su devastación ambiental, la mercantilización y la degradación de las mujeres y sus obscenos niveles de desigualdad de calibre mundial. Estos ataques al Gran Salto Adelante, así como a la Revolución Cultural, tienen como objetivo ahuyentar a la gente de la revolución.

Y ese es el papel de estos ataques a nivel internacional. Lavar el cerebro de la gente para que piense que las revoluciones sólo pueden conducir a pesadillas, caos y muerte en masa — cuando en realidad la revolución en el mundo actual guiada por el nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian abre la posibilidad de crear una sociedad y un mundo en que es posible satisfacer las necesidades materiales básicas de la gente, en que es posible superar la opresión... y en que los seres humanos verdaderamente pueden florecer y proteger el medio ambiente.

Por eso es tan urgente mi gira de conferencias universitarias para abrir el debate sobre el pasado y el futuro del comunismo, y el futuro de la humanidad.

Recursos de investigación y recomendaciones de lecturas

Los antecedentes históricos, los objetivos y lo que logró el Gran Salto Adelante

Bob Avakian, "La Revolución Cultural de China… el arte y la cultura… el disentimiento y la efervescencia… y el avance de la revolución hacia el comunismo", revcom.us, actualizado el 13 de mayo de 2016.

Burchett, Wilfred, y Alley, Rewi. China: Otra calidad de vida (Barcelona: Laia, 1977).

Chesneaux, Jean. China: The Peoples’ Republic, 1949-1976 (Nueva York: Pantheon, 1979).

Crook, Isabel y David. The First Years of Yangyi Commune (Londres: Routledge & Kegan Paul, 1979).

Han, Dongping. Capítulo 2 “Rural Education: Unfulfilled Promises” y Capítulo 3 “Collectivization and Obstacles to Economic Development”, en The Unknown Cultural Revolution: Life and Change in a Chinese Village (Nueva York: Monthly Review Press, 2008). 

Han Suyin. Capítulo 8 “The Great Leap Forward and the Communes, 1958-1959”, en Wind in the Tower: Mao Tsetung and the Chinese Revolution, 1949-75 (Boston: Little Brown, 1977).

Hinton, William. Through a Glass Darkly: U.S. Views of the Chinese Revolution (Nueva York: Monthly Review Press, 2006).

Mao Tsetung. “Sobre diez grandes relaciones”, 25 de abril de 1956, Obras escogidas de Mao Tsetung, Tomo V (Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1977).

Mao Tsetung. “Notas de lectura acerca del Manual de Economía Política de la Unión Soviética (1960)”, en La construcción del socialismo (Medellín, Colombia: Editorial La Oveja Negra, 1975).

Riskin, Carl. China’s Political Economy: The Quest for Development Since 1949 (Oxford: Oxford University Press, 1987)

Wheelwright, E.L., McFarlane, Bruce. The Chinese Road to Socialism: Economics of the Cultural Revolution (Nueva York: Monthly Review Press, 1971)

La hambruna de 1959-1961

Ball, Joseph. “¿Realmente Mao mató a millones en el Gran Salto Adelante?”, Monthly Review, septiembre de 2006.

Gao, Mobo. The Battle for China’s Past: Mao & the Cultural Revolution (Londres: Pluto Press, 2008).

Han, Dongping. “Desde el Gran Salto Adelante hasta la actualidad: Los agricultores, Mao y el descontento en China”, Monthly Review, 2010.

Kueh, Y.Y. Agricultural Instability in China, 1931-1991: Weather, Technology, and Institutions (Nueva York: Oxford University Press, 1995).

Li, Minqi. The Rise of China and the Demise of the Capitalist World Economy (Nueva York: Monthly Review Press, 2008).

Utsa Patnaik, “Republic of Hunger”, en The Republic of Hunger and Other Essays (Pontypool, Reino Unido: Merlin Press, 2008).

Vukóvich, Daniel. Capítulo 4: “Accounting for the Great Leap Forward: Missing Millions, Excess Deaths, And A Crisis of Chinese Proportions”, en China and Orientalism (Nueva York: Routledge, 2011).

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Del genocidio en Gaza, a la creciente amenaza de una guerra mundial entre potencias nucleares, a la creciente devastación ambiental…, el sistema capitalista-imperialista que nos gobierna es un horror para miles de millones de personas por todo el mundo y está desgarrando el tejido de la vida sobre la Tierra. Ahora, la batalla total al interior de la clase dominante estadounidense, entre republicanos fascistas y demócratas criminales de guerra, está llegando a un desenlace —probablemente durante, o antes de, las venideras elecciones—, desgarrando a la sociedad como nunca antes había ocurrido desde la Guerra Civil.

Bob Avakian (BA), líder revolucionario y autor del nuevo comunismo, ha desarrollado una estrategia para hacer los preparativos para la revolución y para hacerla. Ha analizado científicamente que el presente es un momento poco común en el que una revolución real se ha vuelto más posible, y ha expuesto la visión panorámica, la base sólida y el plano concreto para “lo que sigue” en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.

El sitio web revcom.us sigue y aplica esa dirección y es esencial para todo esto. Posteamos nuevos materiales de BA y seleccionamos el conjunto de su obra. Aplicamos la ciencia que él ha desarrollado para analizar y poner al descubierto cada acontecimiento clave en la sociedad, cada semana. Revcom.us postea la dirección oportuna de BA para los revcom (comunistas revolucionarios), incluidos sus despachos en las redes sociales que desglosan esto para la gente cada semana y a veces con más frecuencia. Actuamos como un eje que guía y conecta para el creciente movimiento revcom a nivel nacional: no sólo muestra lo que se está haciendo, sino aborda lo que está bien y lo que está mal y aprende rápidamente — y recluta gente nueva para lo que tiene que ser una fuerza en rápido crecimiento.

Digámoslo así: ¡no habrá revolución a menos que este sitio web no sólo “siga en marcha” sino que pase a alturas completamente nuevas!

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