
Foto: @revclubchi
Cuando el aborto es ilegal, se mueren mujeres. La sala de abortos sépticos previa a Roe en el hospital se llenaba de entre 15 a 20 mujeres cada día. Un médico que trabajaba en la sala escribió: “Vi quemaduras químicas, así como las perforaciones de la vejiga, la vagina, el útero y el recto. Algunas mujeres llegaban con infecciones asombrosas o en shock séptico”, y algunas morían.

El llamamiento De Pie Por el Derecho al Aborto a protestas con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se leyó para abrir el mitin de agravios. Foto: @revclubchi

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Con el permiso de la autora, leímos una columna de opinión del 2019 escrita por un medica jubilada que trabajó en esta sala cuando era estudiante de medicina.
Testimonio dado el 3 de marzo en el mitin de agravios frente al Hospital Stroger:
Cuando tenía 20 años y vivía en el estado de California, era ilegal hacerse un aborto. La única forma de abortar era si pasara ante una junta estatal y, en realidad, declarar su caso.
Yo estaba sola. Tenía miedo. Venía de una familia católica, como mis amigos. Y la idea de estar embarazada en ese momento particular a principios de los años 1970 fue equivalente al suicidio social. O te mandaban a un hogar para las madres solteras. Eso es lo que les pasaba a las mujeres. O tenías que ir a los callejones clandestinos.
Ahora bien, como ocurrió, tuve la oportunidad de pasar ante la Junta del Estado de California y alegar mi caso. Pero para hacer eso, tenías que declararte “loca” y decir que te ibas a suicidar. Esto fue profundamente perturbador y humillante. Tuve que enfrentar a 10 hombres que me miraron como si fuera escoria. Como si fuera basura. Que debería ser descartada por atreverme a decidir lo que iba a ser mi destino. Así que después de agotadoras horas de repreguntas y explicando que sí iba a suicidarme, me permitieron que me hiciera un aborto.
Ahora en aquellos días, los abortos se practicaban en los hospitales. Te internaban. Te daban anestesia. En el trayecto a la sala de operaciones, una enfermera no dejaba de decirme: “Estás matando bebés. Yo estoy aquí para salvarlos”.
¡Estaba muy indignada! Tenía un poco delirio en ese momento porque estaba bajo anestesia, pero le contesté: “¡Vete a la mierda! Estoy decidiendo en qué dirección irá mi vida”.
Al final, les diría a todos: aquí nos encontramos, a casi 50 años de distancia, y todavía estamos luchando por el derecho a que las mujeres determinen su propio destino.
Ni la iglesia. Ni el estado. La mujer decidirá su futuro. ¡Aborto a solicitud y sin pedir disculpas! ¡Romper las cadenas! ¡Desencadenar la furia de la mujer como una fuerza poderosa para la revolución!

Se exhibieron prominentemente fotos de las mujeres que han muerto de abortos chapuceros en el mitin de agravios, y coreamos sus nombres. Foto: @revclubchi

Rodeadas por un grupo de hombres y mujeres que impulsan el Día Internacional de la Mujer, tres mujeres declararon haber sido obligadas a hacerse abortos clandestinos, experiencias peligrosas, amenazadoras para su vida, degradantes y humillantes con el fin de cancelar embarazos no deseados, incluidos por violación, antes de Roe contra Wade. Declararon que no iban a permitir que las generaciones de jóvenes y mujeres del futuro sufrieran esta experiencia. ¡No retrocederemos y no nos rendiremos! ¡Aborto a solicitud y sin pedir disculpas! Foto: @revclubchi

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Dos días después
¡Aborto a solicitud y sin pedir disculpas!
¡Aborto a solicitud y sin pedir disculpas!
En Chicago, la marcha por el derecho al aborto.
El barrio de Halsted Norte en Chicago hizo eco con coros de “Aborto a solicitud y sin pedir disculpas” el sábado 5 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer con un acto impulsado por una amplia coalición de grupos iniciado por Chicago por el Derecho al Aborto e incluyendo al capítulo de Chicago de Rechazar el Fascismo. El Club Revolución de Chicago estuvo en representación de la revolución con su pancarta y playera “¡La maternidad obligatoria constituye la esclavización femenina!” El cálido día de primavera atrajo a las personas a las calles y balcones, y los manifestantes fueron impulsados por el abrumador apoyo: las bocinas, las manos que agarraban volantes, muchos “agradecimientos”. Pero l@s organizador@s desafiaron a las personas a “tomarse las calles” porque esa es la única manera de salvar el derecho al aborto. Distribuyeron cientos de volantes de la convocatoria de Rise Up 4 Abortion Rights a acciones por el Día Internacional de la Mujer en Chicago el 8 de marzo, recabaron nombres y al cierre del mitin, invitaron vivamente a todos a que salieran el 8 de marzo.