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El DPNY NO es una colección de chicos de coro, santos y amables trabajadores sociales:

Las verdaderas historias de una jauría de brutos fascistas, asesinos racistas y artistas en encubrimientos mentirosos

Nota de la redacción: Después de que un incidente en Nueva York resultó en la muerte de dos policías y un hombre aparentemente enfermo mental, Nueva York se ha convertido en un frenesí. El gallito alcalde ex puerco policía Eric Adams se regodea por toda la ciudad con sus promesas militaristas de “poner botas en el terreno”, llamándose a sí mismo el Biden de Brooklyn. Pide una “respuesta tipo 11 de septiembre” a la violencia en la ciudad, lo que sólo puede traducirse en los variedades de vigilancia, represión y detención por parte del estado policial que se aplicaron a las poblaciones minoritarias inmigrantes en los años posteriores al 11 de septiembre de 2001. Y está movilizando un apoyo casi total para sus programas por parte de medios de comunicación tradicionales y amplias fuerzas en la clase dominante, como una carta de apoyo sin precedentes a su programa por parte de cientos de jefes de empresas, sindicatos y organizaciones de reforma.

Mientras tanto, una cantidad exagerada de personas que debería tener mejor criterio han olvidado quién es realmente el DPNY (Departamento de Policía de Nueva York) y se cuentan a sí mismas todo tipo de cuentos de fantasía sobre la historia y la realidad actual del DPNY y el “Proyecto para frenar la violencia armada” (más acertadamente conocido como el Proyecto para aumentar las marranadas de los puercos policías) que está empezando a desatarse sobre las masas de jóvenes u otras personas oprimidas de esta ciudad.

Los nombres y las historias de Amadou Diallou, Abner Louima, Kalief Browder, los 5 del Parque Central y un sinnúmero de otros cuentan la verdadera historia. A continuación ofrecemos una pequeña pero conocida muestra para recordársela a la gente, y les instamos a que la lean y la difundan. La gente tiene que confrontar —o ser confrentada— con la realidad de lo que esta fuerza policial en efecto ha hecho y está haciendo día a día y lo que el programa de Adams significará en realidad. (Lea aquí un análisis más amplio del “Proyecto para aumentar las marranadas de los puercos policías” de Adams).

Y hay una realidad aún más profunda que hay que confrontar: que vivimos bajo un sistema del capitalismo-imperialismo, un sistema basado en la explotación y la opresión de la gente por todo el mundo, con la supremacía blanca entretejida en la trama de todos los aspectos de la sociedad estadounidense. Este sistema tiene una naturaleza y unos requisitos fundamentales para mantenerlo en marcha, y la naturaleza de las fuerzas policiales, como el DPNY, surge de ese sistema y de esa naturaleza.

Como dice Bob Avakian en LA POLICÍA Y LAS PRISIONES: ILUSIONES REFORMISTAS Y LA SOLUCIÓN REVOLUCIONARIA: “Existe el terror policial porque este sistema necesita el terror policial”, y que:

“[L]os poderes gobernantes de este sistema necesitan de este tipo de fuerza policial brutal no sólo para reforzar la opresión racial mediante la violencia, por muy importante que sea. Este sistema se basa en las divisiones y conflictos sociales y los engendra continuamente —entre las masas de personas y la clase dominante, y entre las propias masas populares—, conflictos que encierran el potencial de provocar violencia y ‘caos’, y con frecuencia estallan en violencia y ‘caos’, que en algunas circunstancias pueden alcanzar dimensiones que amenacen a la ‘estabilidad’ del sistema. Así que la clase dominante capitalista necesita de una fuerza de violencia institucionalizada organizada —la policía (así como las fuerzas armadas)— para contener y controlar esos conflictos, y suprimirlos a la fuerza cuando estallen en una violencia y ‘caos’ que amenacen en lo inmediato, o de manera potencial, al ‘orden establecido’. Incluso con las diferencias reales, y en ciertos sentidos agudas, entre ellos, sobre algunos de los detalles de la forma en que esto debe llevarse a cabo, toda la clase dominante acepta en lo fundamental la necesidad de ello, porque una vez más surge de la naturaleza y requisitos fundamentales de este sistema y está en concordancia con éstos”.

Ninguna primera comisionada de la policía negra, ninguna fuerza de la policía de Nueva York de mayoría negra y latina, ningún comité de fiscalización, puede cambiar la naturaleza básica del DPNY, el que existe para imponer relaciones específicas del mismísimo sistema.

Algunas historias verídicas de los crímenes del NYPD contra el pueblo

Central Park 5

 

Los 5 del Parque Central   

1989: Los 5 del Parque Central — El despiadado proceso chueco y encarcelamiento de cinco jóvenes inocentes

Por la noche del 19 de abril de 1989, Trisha Meili estaba trotando en el Parque Central de Manhattan cuando fue atacada, golpeada brutalmente y dejada por muerta1.

El DPNY detuvo rápidamente en rastrillajes a cinco jóvenes negros e hispanos de entre 14 y 16 años de edad: Antron McCray, Korey Wise, Kevin Richardson, Yusef Salaam y Raymond Santana. Su única conexión concreta con el crimen era que esa noche habían estado en el parque — que limita con su vecindario de Harlem.

Pero el hecho de ser negros e hispanos fue motivo suficiente para que el DPNY montara un caso y los satanizara en los medios de comunicación como una “manada de lobos” infrahumana. Un equipo de hábiles interrogadores mintió, intimidó y manipuló a estos chicos durante casi 24 horas, sin dormir y sin abogados. Finalmente, cuatro de los cinco, aterrorizados, aislados y agotados, “confesaron”.

Un fiscal del distrito admitió 14 años después que estas confesiones se contradecían entre sí en aspectos importantes, y también contradecían hechos básicos del crimen, incluido el lugar en el que tuvo lugar — éstas son las características de confesiones coaccionadas. Y los jóvenes se retractaron de sus confesiones casi inmediatamente.

Tampoco había ninguna prueba física —ningún ADN, pelo, células de la piel, semen, etc.— que vinculara a ninguno de ellos con el crimen, ni testigos, ni pruebas de que Trisha Meili hubiera sido atacada por un grupo. Y, como iba a salir a la luz mucho más tarde, desde el principio la policía estuvo en posesión de pruebas físicas de un atacante no identificado.

Pero nada de esto importó para el DPNY, que estaba decidido a culpar, inculpar con cargos falsos, condenar y castigar a estos chicos.

Como escribió revcom.us:

Las mentiras de la policía se convirtieron en candela para una histeria racista total que era parte de una campaña más amplia que se desarrollaba en Estados Unidos para calificar a toda una generación de jóvenes negros como “súper depredadores” infrahumanos ... Una semana después de los arrestos, incluso antes de la farsa de juicio, el fanfarrón racista multimillonario Donald Trump pagó anuncios de plana entera en cuatro diarios de Nueva York en que pidió la pena de muerte para los jóvenes, diciendo que “deberían ser obligados a sufrir”.

Condenaron a estos chicos, y cumplieron de 6 a 12 años de prisión, se les robaron sus años de juventud, ellos y sus familias fueron satanizados en la prensa.

Luego las mentiras se desmoronaron. De nuevo de revcom.us:

En 2002, Matías Reyes, que ya estuvo en prisión por otras violaciones y un homicidio, confesó que él había atacado a solas a la Trotadora del Parque Central. Todas las pruebas de ADN coincidían con él, y además coincidían con las pruebas encontradas en otra mujer que había sido violada en el Parque Central dos días antes del ataque a la “Trotadora”. … Matías, al parecer cubierto de sangre, incluso había sido interrogado por la policía la noche del ataque, pero luego lo dejaron salir en libertad.

Y, no obstante, incluso después de todo esto, e incluso después de que el fiscal del distrito acudiera a los tribunales para anular las condenas, el DPNY siguió insistiendo públicamente en que los cinco jóvenes “muy probablemente” participaron en la violación junto con Reyes.

 


Nicholas Heyward, Jr.

 

Nicholas Heyward, Jr.   

1994: Nicholas Heyward Jr. — Asesinado por jugar con una pistola de juguete

A las 7:30 de la tarde del 27 de septiembre de 1994, Nicholas Heyward Jr., de 13 años de edad, estaba jugando a policías y ladrones en una escalera del proyecto multifamiliar Gowanus Houses en Brooklyn. Como se describe en NYCityLens.com, Nicholas y dos amigos dieron una vuelta por una esquina. Al ver a un policía de verdad —Brian George, un agente de policía de la Autoridad Municipal de Vivienda2—, Nicholas dejó caer su pistola de juguete y dijo: “Simplemente estamos jugando. Simplemente estamos jugando”, pero George le disparó en el estómago con su muy real revólver de servicio del calibre 38.

Nicholas murió a las 3 de la mañana al día siguiente.

El fiscal del distrito de Brooklyn se negó a presentar el caso ante un gran jurado. Celebró una conferencia de prensa con una mesa llena de armas simuladas de aspecto realista para hacer creer que el asesinato estaba “justificado”, una “decisión de una fracción de segundo”. Pero la “pistola” que llevaba Nicholas era un evidente juguete de plástico, con una larga punta naranja.

Durante 21 años, el padre de Nick, Nicholas Heyward Sr., luchó tenazmente por la justicia junto con otros padres de niños asesinados por la policía. Finalmente, en septiembre de 2015, el entonces fiscal del distrito Ken Thompson aceptó reabrir la investigación. Pero un año después, la fiscalía anunció que no iba a presentar cargos, diciendo que “basándonos en la totalidad de las pruebas, hemos concluido que el tiroteo no alcanzó el grado de un acto criminal. El agente George creyó razonablemente que su vida corría peligro al enfrentarse a una pistola de aspecto realista que le apuntaba”.

Otro policía de vivienda, citado en un artículo del New York Post de 2004 sobre este caso, reveló la depravada indiferencia de estos policías por la vida de los chicos negros: “‘No saben cuántas veces he estado a punto de disparar a alguien’, dijo un veterano de la policía de vivienda con 10 años de experiencia... ‘Prefiero que me juzguen nueve [en un gran jurado] a que me carguen siete [portadores del féretro]’”.

 


Anthony Baez

 

Anthony Baez   

1994: Anthony Báez — asesinado por asfixia debido a un balón perdido

El 22 de diciembre de 1994. Anthony, un puertorriqueño de 29 años de edad, estaba con su familia frente a su casa en la sección Mt. Hope del Bronx, jugando al fútbol americano de toque con sus hermanos. Un par de veces el balón golpeó accidentalmente los coches de policía aparcados en las inmediaciones. El conductor de uno de los coches, el oficial Livoti del DPNY, respaldado por otros cinco policías, se bajó a saltos y detuvo a David, el hermano de Anthony, por alteración del orden público, le puso esposas y zampó su cabeza sobre el capó del coche patrulla. Cuando Anthony protestó, Livoti se ensañó con él, esposándolo y estrangulándolo durante un minuto, sin hacer caso de los gritos del padre de Anthony, que decía que éste sufría de asma. Anthony murió esa noche por asfixia.

La familia Báez y muchos otros iniciaron decididas protestas públicas que, al cabo de dos años, obligaron al fiscal del distrito a acusar a Livoti de homicidio por negligencia criminal. Se le concedió un juicio sin jurado (lo que significa que únicamente el juez iba a conocer y a dictaminar sobre el caso, y no un jurado).

Según NYPD Confidential: “Veintenas de policías se presentaron en la sala del tribunal del Bronx” para apoyar a Livoti. “El presidente de la Asociación Benévola de Patrulleros, Lou Matarazzo, pasó un par de días como espectador. Su predecesor, Phil Caruso, salió de su retiro y felicitó a Livoti fuera de la sala abrazándolo y besándolo en la mejilla”.

Como informó revcom.us acerca del juicio:

El abogado de Livoti dijo que no le apretó el cuello a Anthony, y que murió de un ataque de asma. Pero los hermanos y el padre de Anthony afirmaron que lo estranguló hasta que cayó al suelo desmayado. Y el médico forense de la alcaldía, el Dr. Charles Hirsch, no dejó en duda la causa de la muerte de Anthony: “En mi opinión, la compresión del cuello es la principal causa de muerte”.... Otros cinco expertos dijeron lo mismo. [Unas imágenes mostraron] hemorragias en los ojos y múltiples hemorragias en la laringe.

Otros cinco policías estuvieron involucrados en el incidente; ninguno intervino para detener este asesinato. Cuatro de ellos mintieron en su testimonio ante el juez, respaldando las afirmaciones de Livoti. El propio juez se refirió al testimonio de los policías como “un nido de perjurio3, pero no obstante absolvió a Livoti.

La indignación y las protestas por este veredicto fueron tan grandes que Livoti pronto fue despedido del DPNY, y en 1998 el gobierno federal lo acusó y condenó de violar los derechos civiles de Anthony. Fue condenado a 7 años y medio de prisión. También en 1998, el DPNY llegó a un acuerdo sobre una demanda por muerte por negligencia presentada por la familia de Anthony por tres millones de dólares.

 


Abner Louima

 

Abner Louima   

1997: Abner Louima: violado y torturado por una manada de policías en su guarida

El 9 de agosto de 1997, Abner Louima, un inmigrante haitiano de 30 años, estaba fuera de un club de Brooklyn popular entre los haitianos. Se dio una pelea y la policía se presentó con fuerza, lanzando insultos racistas. Revcom.us informó que los policías agarraron y esposaron a Louima. Lo llevaron de un lado a otro en la patrulla, profiriéndole insultos racistas, dándole patadas y golpeándolo con sus radios. Luego lo llevaron a su comisaría, donde los policías que lo detuvieron lo transfirieron al oficial Justin Volpe:

Les dijo a los demás agentes: “Es mío”. Le bajó los pantalones para registrarlo frente a los demás agentes. Louima recordó: “Yo gritaba una y otra vez: ‘¿Por qué? ¿Por qué?’. Todos los agentes me oyeron, pero no dijeron nada”.

Luego Volpe y otro agente lo llevaron al baño y cerraron la puerta. Uno le dijo: “Los niggers tienen que aprender a respetar a la policía”. Otro lo amenazó: “Si gritas o haces algún ruido, te mato”.

Louima describió cómo lo torturaron: “Uno me sujetó y el otro me metió el palo4 Lo sacó y me lo metió en la boca, rompiéndome varios dientes. Me dijo: ‘Es tu mierda, nigger’”.

Louima lanzó gritos de dolor. La delegación estaba llena de agentes, pero Louima dijo: “No dijeron nada. Nadie me ayudó”. [Todo el énfasis agregado.]

Ningún solo policía denunció este incidente de horrenda tortura. E incluso cuando una enfermera que atendía a Louima en el hospital llamó a la oficina de Asuntos Internos del DPNY, dijo que al agente que contestó claramente “no le importó” —y no actuó— en respuesta a su llamada. Sólo cuando otra enfermera se puso en contacto con los medios de comunicación locales, el DPNY tomó alguna medida.

Al parecer, para los policías todo seguía igual. De hecho, esa noche, cuando Volpe se fue a casa, su padre, un policía jubilado, le preguntó cómo le fue su turno. Volpe respondió: “De rutina”. Tenemos que preguntarnos: ¿cuántos otros incidentes de tortura “de rutina” nunca salen a la luz del día?

A raíz de las enormes protestas de masas, Volpe y otro policía fueron acusados de graves delitos. En 1999 Volpe se declaró culpable de los cargos federales y lo condenaron a 30 años de cárcel. En 2000, el agente Charles Schwarz fue condenado de cargos federales, pero anularon su condena en apelación. Luego fue acusado de perjurio por encubrir la agresión y fue condenado a cinco años de cárcel.

 


Amadou Diallo

 

Amadou Diallo    Foto: Wikimedia

1999: Amadou Diallo — ¡41 disparos!

El 4 de febrero de 1999, el inmigrante guineano de 23 años de edad Amadou Diallo, murió en una lluvia de balas. Cuatro policías no uniformados del DPNY (Sean Carroll, Richard Murphy, Edward McMellon y Kenneth Boss, que formaban parte de la infame Unidad de Crímenes Callejeros del DPNY5) hicieron 41 disparos, 19 de los cuales entraron en el cuerpo de Diallo cuando éste se encontraba fuera de su apartamento.

Como escribió revcom.us, los policías dijeron:

Diallo actuaba de una manera “sospechosa”; que “se parecía” a un violador que buscaban; que “extendió la mano” y les pareció que era para agarrar una pistola. Dicen que los agentes dispararon tantas veces porque pensaban que habían abierto fuego contra ellos, o porque una bala “rebotó” o porque un agente se cayó. Puras mentiras. La verdad es que Diallo solo tenía una cartera y un bíper.

Los policías fueron puestos de licencia administrativa con paga después del asesinato. Durante al menos 11 días, ninguno de ellos fue acusado ni siquiera interrogado. Hubo que esperar hasta el 25 de marzo para que un gran jurado los acusara de asesinato en segundo grado y de exponer al peligro. En diciembre, el tribunal ordenó un cambio de sede a Albany, en un esfuerzo exitoso por conseguir un jurado no familiarizado con la realidad del DPNY. El 25 de febrero de 2000, el jurado de Albany absolvió a los policías de todos los cargos.

En 2015, Kenneth Boss —el único de los cuatro agentes que sigue trabajando en el DPNY— fue ascendido a sargento.

 


Malcolm Ferguson

 

Malcolm Ferguson   

2000: Malcolm Ferguson: perseguido y asesinado, por “sospecha”

El 1º de marzo de 2000, Malcolm Ferguson, de 23 años de edad, fue asesinado a tiros por un policía no uniformado a tan sólo tres cuadras del lugar donde un año antes fue asesinado Amadou Diallo. Ferguson había sido una de las 15 personas detenidas una semana antes en una protesta por la absolución de los asesinos de Amadou Diallo. La madre de Malcolm, Juanita Young, cree que el agente Louis Rivera lo señaló por su participación en esa protesta.

Lo que se sabe con certeza es que Rivera, un policía antidrogas, se acercó a un grupo de jóvenes negros que cotorreaban y les exigió que “no se movieran”. Legítimamente temeroso de estos matones asesinos, Malcolm corrió hacia un edificio, lo que según Rivera era “algo sospechoso”. Rivera lo persiguió con la pistola desenfundada, aunque Malcolm no llevaba arma. Rivera lo agarró, y dice que en la refriega que se dio, su revólver se accionó “por accidente”. Pero los informes patológicos demostraron que el revólver de Rivera estaba muy cerca de la sien de Malcolm cuando fue accionado, y que la presión del gatillo que se requiere para accionarlo es demasiado grande como para un disparo “accidental”.

Nunca se presentaron cargos penales contra Rivera ni se le tomaron medidas disciplinarias.

En junio de 2007, un jurado concedió a la madre de Malcolm, Juanita Young, 10.5 millones de dólares por daños y perjuicios, con el argumento que “el municipio y el DPNY eran responsables en un 100% por la muerte de Ferguson”.

Juanita ha sido una destacada activista en la lucha contra el asesinato policial desde la muerte de su hijo. Y, según el Amsterdam Times (escrito en 2019): “Casi todos los años durante los últimos 19 años, el D.P.N.Y. y la Administración de Servicios para Niños han hostigado a la familia Ferguson/Young...”.

De nuevo, de Bob Avakian:

El papel de la policía no es de servir y proteger a la gente, es para servir y proteger el sistema que gobierna sobre la gente. De reforzar las relaciones de explotación y opresión, las condiciones de pobreza, miseria y degradación que el sistema ha impuesto sobre la gente y está determinado a mantenerla allí. La ley y el orden que representa la policía con toda su brutalidad y asesinato es la ley y el orden que refuerza toda esta opresión y locura. (Lo BAsico 1:24)


Sean Bell

 

Sean Bell   

2006: Sean Bell — asesinado el día de su boda

El 25 de noviembre de 2006 iba a ser el día de la boda de Sean Bell, de 23 años de edad. En las primeras horas de ese día, él y tres amigos estaban celebrando en un club en la sección de Jamaica de Queens. Allí se dio una escena tensa y decidieron marcharse. Cuando se subieron a su coche, Gescard Isnora, un policía no uniformado que les había seguido a la salida, se acercó a su coche y les gritó6.

Presa del pánico por lo que creía que era un robo de algún tipo, Sean condujo su coche hacia delante, posiblemente chocando con Isnora, y luego se lanzó hacia atrás contra una furgoneta sin marcas llena de policías no informados que estaban vigilando el club. El detective Isnora abrió fuego, al igual que los policías de la furgoneta, ¡50 veces! Las balas volaban por todas partes, y al menos una de ellas penetró en una vecina estación de tren, por un pelo sin alcanzar a un pasajero. Bell recibió un disparo en el cuello, el hombro y el brazo derecho, y murió en el hospital. Otros dos pasajeros (Joseph Guzmán y Trent Benefield) también sufrieron múltiples heridas de bala y fueron hospitalizados — esposados a sus camas, aunque no fueron acusados de ningún delito. Guzmán permaneció en el hospital hasta el 25 de enero de 2007.

Ni Bell ni ninguno de sus compañeros iban con arma y, aparte de entrar en pánico al acercarse Isnora, no hicieron nada malo en absoluto.

Después del tiroteo, los cinco policías fueron puestos de licencia administrativa con paga.

El 16 de marzo de 2007, un gran jurado acusó a tres de los policías de homicidio en primer y segundo grados. Tuvieron un juicio ante el juez del Tribunal Supremo de Nueva York Arthur Cooperman, quien los absolvió de todos los cargos en abril de 2008.

En marzo de 2012 (a seis años de los asesinatos), el detective Isnora fue despedido por su papel. El jefe de la Asociación de Dotación de Detectives dijo que esto era “vergonzoso, excesivo y sin precedentes”. Otros tres policías también fueron obligados a retirarse; un quinto fue absuelto de todos los cargos internos del departamento.

 


Una breve nota sobre el “nuevo” DPNY “de mayoría minoritaria”:

El DPNY y los medios de comunicación están haciendo un gran esfuerzo acerca de la manera en que la composición del DPNY haya cambiado desde los viejos tiempos en que era mayoritariamente blanco. De hecho, dicen que la mayoría de los policías son ahora negros, latinos o asiáticos.

¡¿Y qué?! De los cinco policías que dispararon 50 veces contra Sean Bell y sus amigos, tres de ellos —incluido el detective que abrió fuego— eran negros. Cuando asesinaron a Malcolm Ferguson, los portavoces del DPNY argumentaron que tenía que ser un asesinato “legítimo” porque el policía que le disparó era latino. Y el agente del DPNY que mató a Akai Gurley en las escaleras de un proyecto multifamiliar de Brooklyn en noviembre de 2014 era asiático.

Y ¿adivinen qué? De los tres policías que ayudaron a Derek Chauvin en el asesinato de George Floyd en mayo de 2020, uno era asiático y otro negro. De hecho, el policía negro (J. Alexander Kueng), según su madre, se hizo policía para “cerrar esa brecha en la comunidad, cambiar la narrativa entre los oficiales y la comunidad negra”.

NO. Como señala BA de forma concisa y acertada: “el papel de la policía no es de servir y proteger a la gente...”. La forma de actuar de la policía, incluida su brutalidad racista, se deriva de su función concreta bajo el sistema, la que es oprimir, controlar y aterrorizar a la gente, especialmente a los más oprimidos. Cualesquiera que sean las intenciones e ilusiones de cualquier persona, incluidos algunos que quizá se incorporen al departamento de policía para “mejorar las relaciones” con la comunidad, eso no es la manera en que la cosa funciona. Lo mismo se podría intentar eliminar el juego, la prostitución y el tráfico de drogas y promover la paz sobre la Tierra y la buena voluntad hacia los hombres uniéndose a la Mafia. En el mundo real, USTED será cambiado para adaptarse a las necesidades de la institución, la institución no va a cambiar para satisfacer sus engaños propios. Y su “diversidad” simplemente será un arma más para que estos matones se impongan entre los oprimidos y engañen a los que tienen más privilegios.


Ramarley Graham

 

Ramarley Graham   

2012: Ramarley Graham — Adolescente sin arma asesinado en su propio baño. Luego, una turba de policías aclama a su compañero puerco cuando éste comparece ante el tribunal.

El 2 de febrero de 2012, Ramarley Graham, de 18 años de edad, fue asesinado en el baño de su propia casa en El Bronx. Dos policías antinarcóticos del DPNY habían visto a Graham en la calle y creían que estaba en posesión de mariguana. Lo persiguieron hasta su casa. Ramarley entró corriendo; los policías tumbaron la puerta a patadas y subieron las escaleras. El detective Richard Haste derribó la puerta del baño y le disparó mortalmente a Ramarley en el pecho con un revólver de 9 mm. La abuela de Ramarley y su hermano de 6 años de edad estaban en la casa en ese momento. Su abuela fue detenida, retenida durante cinco horas e interrogada sin abogado.

Los policías intentaron alegar que Ramarley llevaba un arma, pero no había ninguna. Encontraron un pequeño paquete de mariguana en el cuarto de baño el que creían que Ramarley intentaba tirar por el inodoro, por lo que se le robaron la vida.

Al principio, Haste fue puesto en “servicio modificado”. Cuatro meses después, en junio de 2012, un gran jurado lo acusó de homicidio. Tras pagar la fianza en su comparecencia, Haste fue escoltado por una docena de otros policías hasta su coche, donde unos 50 policías no uniformados “aplaudieron y vitorearon a Haste mientras se subía a la furgoneta”.

El 15 de mayo de 2013, el juez Barrett del Tribunal Supremo del condado del Bronx anuló la acusación de homicidio contra Haste, diciendo que el fiscal del distrito le había dado al gran jurado instrucciones viciadas. La madre de Ramarley, Constance Malcolm, alzó la voz a gritos: “Mataron a mi hijo” y fue rápidamente sacada de la sala por los agentes del tribunal y fue llevada a un hospital; le dieron de alta varias horas después.

Se presentaron pruebas ante un nuevo gran jurado, pero el 8 de agosto de 2013 también se negó a acusar a Haste.

El 8 de marzo de 2016, la Fiscalía Federal por el Distrito Sur de Nueva York anunció que no iba a presentar cargos federales y cerró su investigación sobre el asesinato de Ramarley.

 


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Eric Garner   

2014: Eric Garner — “No puedo respirar” — asesinado por vender cigarrillos al detal

El 17 de julio de 2014, los policías persiguieron a Eric Garner, de 43 años de edad, en una esquina de Staten Island. Garner —un antiguo trabajador del Departamento de Parques que se jubiló por problemas de salud— había sido hostigado, brutalizado y detenido en repetidas ocasiones por intentar mantener a su familia vendiendo cigarrillos al detal en la calle. Ese día, Garner levantó las manos abiertas para demostrar que no era una amenaza y dijo: “Esto se acaba ahora”.

Pero incluso ese leve desafío al DPNY puede constituir un delito capital. Daniel Pantaleo, policía del DPNY, le puso una llave de estrangulamiento a Garner y otros cinco policías lo pusieron boca abajo en el suelo. Garner gritó once veces “no puedo respirar”. A continuación, permaneció esposado, inmóvil y sin reaccionar durante siete minutos, sin recibir reanimación cardiopulmonar ni ningún otro tipo de ayuda por parte de los numerosos policías presentes. Incluso cuando llegó una ambulancia, los paramédicos sólo le tomaron el pulso. Declararon muerto a Garner en el hospital una hora después.

El incidente fue filmado por Ramsey Orta y se viralizó7.

Lo único que ocurrió con los policías es que a los oficiales Pantaleo y Justin D’Amico los pusieron en un trabajo tras de un escritorio.

El 3 de diciembre de 2014, un gran jurado del condado de Richmond (Staten Island) se negó a acusar a Pantaleo o a cualquiera de los otros policías.

Ese mismo día8, el Departamento de Justicia federal anunció que iba a llevar a cabo su propia investigación, pero no se llegó a nada — en julio de 2016 el procurador general de Estados Unidos anunció que no iba a presentar cargos federales.

El 19 de agosto de 2019, el entonces comisionado de policía James O’Neill despidió a Pantaleo del DPNY. El abogado de Pantaleo, Stuart London, anunció que su cliente iba a demandar en un tribunal estatal por su reincorporación.

 


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NOTAS:

1. Trisha Meili sí sobrevivió y, a lo largo de muchos meses de arduo tratamiento y lucha, se recuperó en gran medida, pero no conserva ningún recuerdo del ataque. [volver]

2. El Departamento de Policía de la Autoridad de Vivienda era en ese entonces un organismo independiente; al año siguiente se fusionó con el DPNY. [volver]

3. El fiscal federal en el posterior juicio federal también dijo que estos policías habían “encubierto lo ocurrido en Cameron Place el 22 de diciembre para proteger a un agente compañero y a fin de protegerse a sí mismos”. [volver]

4. Posteriormente, salió a la luz que el arma era un palo de escoba. por detrás. [volver]

5. La Unidad de Delitos Callejeros que masacró a Diallo también estuvo involucrada en un gran número de otros asesinatos y actos de brutalidad. Se disolvió en 2004. El nuevo alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, está planeando restablecerla. [volver]

6. Algunas versiones dicen que Isnora se acercó con el revólver desenfundado, pero esto no está totalmente confirmado. [volver]

7. Orta alega que fue objeto de un intenso hostigamiento policial, falsas detenciones y persecución en la cárcel. Es la única persona relacionada con el incidente que fue a la cárcel. [volver]

8. En medio de poderosas protestas a nivel nacional. [volver]

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