Actualización, 21 de abril: El viernes 19 de abril, Israel llevó a cabo un ataque con drones y misiles contra una instalación militar en Isfahán, en el centro de Irán, en represalia por el ataque iraní a Israel el 13 de abril con más de 300 drones y misiles. Ese ataque iraní respondía al bombardeo israelí contra un complejo de la embajada iraní en Siria. Israel, como es habitual, no confirmó oficialmente que hubiera llevado a cabo el ataque del 19 de abril. Irán, al cierre, no ha amenazado con otra respuesta. Pero la situación sigue siendo muy volátil y peligrosa, y lo que señala el artículo siguiente de la semana pasada siguen siendo muy relevantes.
En los últimos meses, se ha venido intensificando y escalando la lucha de estire y afloje entre Israel, con armamento nuclear y respaldo de Estados Unidos, contra la potencia regional de Irán.
Esto dio un salto el 1º de abril cuando Israel bombardeó un consulado iraní en Siria. Como reportamos la semana pasada: “El consulado está adscrito a la embajada de Irán e incluye la residencia del embajador de Irán. El embajador y su familia no resultaron muertos, pero sí dos generales y cinco oficiales iraníes. Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, ‘un ataque a una embajada se considera un ataque al país que representa’. Así que, según las reglas que Estados Unidos dice respetar, el ataque a esta embajada fue un ataque a Irán.
“Israel, como es su política habitual, no confirmó oficialmente que fuera responsable del ataque. Pero según informes noticiosos estadounidenses, el ataque fue una escalada de los ataques israelíes contra Irán debido a su apoyo a Hamas y a otras fuerzas en la región que luchan contra Israel...
“El bombardeo israelí del complejo de la embajada iraní en Siria fue un acto escandaloso que agravó una situación ya explosiva. Estaba garantizado que iba a provocar una respuesta de Irán”.
Esa respuesta se dio la noche del sábado 13 de abril. Irán lanzó un ataque directo contra Israel con una andanada de más de 300 drones y misiles. Si bien esto no tuvo precedentes, parece haber causado poco daño a Israel, ya que la mayoría de los drones y misiles fueron interceptados por Israel y las fuerzas armadas estadounidenses, haciendo que se explotaran en el aire antes de que alcanzaran sus objetivos.
Irán ha declarado que no llevará a cabo otros ataques contra Israel —el asunto está “concluido”— a menos que Israel lance otros ataques, en cuyo caso la respuesta de Irán será “considerablemente más severa”.
No sabemos dónde terminará esto, pero aquí van tres cosas esenciales que debemos entender acerca de esta situación volátil:
Uno. Esta situación es extremadamente peligrosa. Israel bien podría decidir que no debe permitir que tal ataque quede “sin respuesta”. Es posible que devuelvan el golpe a un nivel más alto, e Irán, a su vez, puede decidir que debe devolver el golpe. Esto fácilmente podría atraer a Estados Unidos, que ya se ha comprometido a “apoyar a Israel” en caso de ataque, así como a Rusia o incluso China, que han estado forjando vínculos más estrechos con Irán, y es concebible que podrían verse arrastrados hacia un conflicto mayor. Esto encierra el peligro de que se enfrenten potencias con armas nucleares.
Dos. Esta no es “una lucha entre democracia y tiranía”, como dicen los gobernantes estadounidenses. Estados Unidos respalda a Israel como la fuerza militar clave que mantiene la dominación estadounidense en el Medio Oriente.
Si bien la lucha para abolir el estado de Israel y poner fin a la dominación imperialista en Palestina es justa y hay que apoyarla, ni Irán ni Hamas tienen otra aspiración que la de ser nuevos opresores que reemplacen a los viejos. En ambos casos, son fuerzas teocráticas decididas a mantener el gobierno religioso y la opresión de las mujeres y de las personas LGBTQ. Y están cada vez más vinculados a las potencias imperialistas más grandes, Rusia y China.
Tres. Este sistema del capitalismo-imperialismo impulsa tanto el peligro de que esta batalla actual entre Israel e Irán se salga totalmente de control y termine en una catástrofe nuclear como el horror continuo de la guerra genocida respaldada por Estados Unidos contra los palestinos en Gaza. Todo lo anterior subraya la importancia de lo que Bob Avakian ha dicho:
Nosotros, la gente del mundo, ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas sigan dominando el mundo y determinando el destino de la humanidad. Hay que derrocarlos cuanto antes. Y es un hecho científico que no tenemos que vivir así: es posible una forma completamente diferente de organizar la sociedad, un mundo completamente mejor.