“El Régimen Fascista de Trump viene triturando el estado de derecho. Se burlan del debido proceso legal. Despliegan ilegítimamente las fuerzas armadas en el suelo estadounidense. Desaparecen a inmigrantes y otras personas de color en campos de concentración brutales. Resucitan agresivamente la supremacía blanca genocida. Revocan no solamente lo que se ganó en la lucha de los años 1960, sino lo de la Guerra Civil y la Reconstrucción. Esclavizan a las mujeres por medio de la brutalidad y la sofocación de la maternidad forzada. Borran a la gente LGBT. Pisotean los derechos democráticos. Violan las leyes internacionales. Agreden y amenazan a políticos y jueces. Allanan el camino para un terror ilimitado contra el pueblo. Aceleran el colapso climático. Recortan la ciencia y la medicina, lo que cobrará millones de vidas. Merman el acervo de conocimientos de la humanidad. Destruyen la verdad. Ahogan el razonamiento. Subyugan las artes ante la crueldad y la conformidad del fascismo. Ponen en la mira todo lo que es decente, moral y bueno. Todo al antojo de un demente tirano degradado”. — Del llamado de Rechazar el Fascismo / RefuseFascism.org a que millones de personas se congreguen en Washington, D.C. a partir del 5 de noviembre para expulsar del poder al régimen fascista de Trump
La veracidad de esta declaración crucial quedó demostrada contundentemente la semana pasada. Cuatro ejemplos claros, en diferentes dimensiones:
Trump y Comey
Uno: Por primera vez, Trump logró orquestar el procesamiento judicial contra un oponente político. Estos cargos fueron tan “inventados” que tuvo que obligar a renunciar a su designado original para fiscal federal del Distrito Este de Virginia, Erik Siebert, debido a que él se negó a proceder con el caso. En su lugar, Trump instaló a Lindsay Halligan, quien previamente había defendido a Trump en un caso relacionado con su traslado de documentos ultrasecretos de la Casa Blanca tras perder las elecciones de 2020. Halligan rápidamente consiguió que el gran jurado acusara al exdirector del FBI, James Comey, por cargos inventados de hacer declaraciones falsas al Congreso.
Al mismo tiempo, Trump amenazó con perseguir a otros prominentes funcionarios del gobierno, como el senador Adam Schiff, quien encabezó el procesamiento del caso contra Trump durante su primer juicio político de destitución, y la fiscal general de Nueva York, Letitia James, quien ganó un caso judicial contra Trump por fraude financiero. Trump también ha venido instando a un fiscal federal de Pensilvania a perseguir al exdirector de la CIA, John O. Brennan.
Un presidente en funciones que exige abiertamente que el Departamento de Justicia procese a un individuo que lo ha “traicionado” políticamente significa que él puede ejercer personalmente todo el poder del estado contra quien le plazca, sin tener en cuenta los procedimientos legales destinados a proteger a los individuos del procesamiento arbitrario e ilegal.
Esto no tiene precedentes.
Dos: Trump amenazó con atacar a la base financiera del Partido Demócrata y a muchas organizaciones o proyectos progresistas. No lo hizo abiertamente; en cambio, los llamó “financiadores del terrorismo interno”. Para justificar esta calumnia infundada, Trump dijo: “Fíjense, cuando vemos los carteles y todos son carteles bonitos hechos profesionalmente, no se trata de manifestantes que hacen carteles en su sótano a altas horas de la noche porque realmente creen en lo que dicen. Son agitadores y anarquistas”.
Tenga en cuenta que crear carteles —e incluso pagar para que se produzcan profesionalmente (¡ah no!)— así como agitar y/o creer en el anarquismo, no solo son actividades totalmente legales y están protegidas por la Primera Enmienda de la Constitución, sino que dichas actividades no son, bajo ningún concepto concebible, “terrorismo”.
Trump fue al extremo de acusar abiertamente a George Soros, director de Open Society Foundations, y a Reid Hoffman, fundador de LinkedIn, de estar detrás de esta (inexistente) “ola de terrorismo”. De hecho, los dos son donantes prominentes del Partido Demócrata y financian diversos proyectos relacionados con el periodismo investigativo y diversas iniciativas de reforma. Hoffman financia Change.org, por ejemplo, y Soros dona a Planificación Familiar. En cuanto a la invención por parte de Trump de alguna ola de “terrorismo de izquierdas”, como ya hemos demostrado, la inmensa mayoría de los ataques políticos violentos provienen de fascistas de derecha, y tan solo un porcentaje muy pequeño proviene de los que podrían considerarse de izquierdas.
Tres: Estas acciones represivas dieron un salto enorme el jueves 25 de septiembre con la publicación del MEMORANDO PRESIDENCIAL DE SEGURIDAD NACIONAL / NSPM -7. Este memorándum se centra en las actividades de lo que denomina el movimiento “autodenominado ‘antifascismo’” y de ahí criminaliza “foros de chateo anónimos, reuniones presenciales, redes sociales e incluso instituciones educativas” donde se promueven ideas antifascistas. Esto convierte en blanco de ataques a todo aquel que actúe, organice, hable e incluso escuche cualquier actividad opositora al régimen.
Lo que hace que esto sea aún más amenazante es la estipulación del memorando que contempla el uso de las Fuerzas de Tarea Conjuntas contra el Terrorismo para “investigar, procesar y desbaratar a entidades e individuos que participan en actos de violencia política e intimidación con el propósito de suprimir la actividad política legal u obstruir el estado de derecho”. El propio Trump no solo confundió la actividad política no violenta con el “terrorismo” (como hemos demostrado en este artículo), sino que existe un amplio historial de policías políticos que “crean” este tipo de conjuras para justificar largos juicios y encarcelamientos a partir de atrapar a las personas en falsa incriminación en dichos complots o en cargos totalmente falsos. (Para comprender mejor el peligro que representa este memorando, remitimos a los lectores a este útil artículo de Ken Klippenstein).
Aquí, clama por decir algo sobre la reciente obsesión de Trump con la supuesta violencia que él y su administración afirman que se ha llevado a cabo contra el ICE. En una situación la semana pasada, un individuo, al que el Departamento de Seguridad Nacional alegó que apuntaba un arma a los agentes, balaceó a tres inmigrantes, y mató a uno de ellos, antes de quitarse la propia vida. Si resulta que es cierta la acusación de que estaba apuntando un arma al ICE, volveremos a decir que tales acciones están muy mal y causan un daño real. Pero la dimensión mucho más importante de la realidad es que las protestas contra el ICE se han llevado a cabo en su inmensa mayoría de manera no violenta. No obstante, a pesar de eso, el ICE casi invariablemente ha reaccionado con una violencia extrema y completamente ilegítima o con una represión jurídica vengativa en sus arrestos contra los inmigrantes y además de aquellos que documentan o protestan contra esos arrestos (vea el video del arresto de Brad Lander, contralor del municipio de Nueva York, cuando escoltaba a un inmigrante desde el tribunal, y otro vídeo en que los agentes del ICE arrojan a un manifestante al suelo afuera de una instalación del ICE en Broadview, Illinois). Estas venganzas incluso se extienden a las represalias contra los que posteriormente denuncian su arresto o trato (vea, por ejemplo, “Un veterano estadounidense se pronunció en contra de su arresto injusto por parte del ICE. Ahora lo acusan de agresión”, Melissa Gómez, Los Angeles Times, 26 de septiembre de 2025). Sí, la gente detesta al ICE, ¡y con mucha razón! Pero eso de tomar un solo incidente “al azar” para tergiversar la esencia y las tácticas de todo un movimiento es una burda distorsión y una calumnia peligrosa.
Fuerzas del Departamento de Seguridad Nacional enviadas por Trump a Portland, Oregón, 28 de septiembre de 2025. Foto: AP
Cuatro: Trump amenazó una vez más con usar a los militares para suprimir a las protestas en una ciudad, aunque todas las autoridades políticas en el estado dejaron en claro que los militares no eran necesarios ni bienvenidos. Ordenó al “secretario de Guerra”, Pete Hegseth, “a que proporcionara todos los soldados necesarios para proteger a Portland agobiada por la guerra, y cualquier instalación del ICE bajo asedio debido a ataques de Antifa1, y otros terroristas internos”. Trump añadió que estos soldados deberían utilizar “TODA LA FUERZA, de ser necesario”. Los soldados federales ya ocupan a Washington, D.C., próximamente lo harán en Memphis, Tennessee, y anteriormente este año ocuparon a Los Ángeles durante varios meses. La normalización de este tipo de amenaza y el uso efectivo de los militares sobre el terreno son extremadamente ominosos e intimidantes.
Todo esto ocurrió, una vez más, en el lapso de una semana. Estos incidentes señalaron y sentaron las bases para una represión muy dura y generalizada. Estos acontecimientos y amenazas nos llevan mucho más lejos por el camino hacia el fascismo total.
La respuesta no es ceder al miedo ni al silencio, sino dar un paso al frente, millones de nosotros. Al darnos fuerza y valor mutuamente, de pie al lado de todos los que están bajo ataque, con la firme y clara determinación de expulsar del poder al régimen fascista de Trump.
En ese sentido, lo siguiente de Bob Avakian resuena aún más claramente:
Si se permite que este régimen fascista permanezca en el poder, todas cosas en las que la gente decente ha sentido que podía confiar para buscar justicia serán brutalmente eclipsadas… todo valor moral edificante será vilipendiado y reprimido... cada esfera de la sociedad será reconfigurada, de formas terribles, en consonancia con la crueldad supremacista masculina, anti-LGBT, supremacista blanca y antiinmigrante y la demencia anticientífica, destructora de la salud y del clima del régimen fascista de Trump y los desvaríos sedientos de sangre y la violencia depravada de los fanáticos que encabezan “el departamento de guerra”, en que el maníaco trastornado Trump tiene el dedo en el botón nuclear.
Cada visión, y cada esfuerzo activo, por un mundo mejor, más justo, por un futuro digno en el que vivir, será violentamente suprimido y efectivamente truncado, al menos en el futuro previsible.
Esto no es hipérbole — es la amarga realidad que se está imponiendo velozmente.
Pero aquí va otra realidad profunda: La movilización masiva convocada por Rechazar el Fascismo, y abierta a todos, representa la posibilidad real —la ÚNICA posibilidad real— de realmente expulsar a este régimen fascista, y de poner fin a los interminables horrores que está decidido a perpetrar. (Del e-mensaje @BobAvakianOfficial BOB AVAKIAN REVOLUCIÓN #133: Sí, este fascismo de Trump y MAGA realmente es así de malo. Y, si no se expulsa pronto del poder, esto se pondrá mucho peor).
Lea en español, y escuche en inglés, este e-Mensaje de Bob Avakian