Imagina que tienes 13 años de edad y vives en algún lugar de los suburbios de Florida. Tus padres van a la iglesia con regularidad y creces con el conocimiento de que la homosexualidad es un pecado, pero no puedes reprimir las mariposas en el estómago cuando piensas en besar a tu mejor amig@. No sabes lo que eso significa. No conoces a ninguna persona gay, pero has visto algunas en la televisión — algunas de ellas se ven felices, normales y nada pecaminosas. Ni siquiera sabes qué sentir o pensar y no puedes hablar con nadie. Piensas que tal vez haya algo profundamente mal contigo. Hay una consejera en la escuela que usa joyas geniales, tiene carteles de arte en su pared, parece amable y accesible. Pero si le dices lo que sientes... de lo que ni siquiera estás segur@... pues, por ley, ella tiene que decírselo a tus padres. Esa no es una opción. Te sientes tan sol@, y la ansiedad y la soledad se vuelven insoportables.

Esta es la pesadilla para millones de niños, niñas y adolescentes en Florida en este momento, y en un número creciente en estados en todo Estados Unidos, estados donde los fascistas cristianos están consolidando con candados una teocracia patriarcal basada en la Biblia. El silencio forzado sobre cualquier cosa que tenga que ver con la “orientación sexual” o la “identidad de género” es la “nueva norma”. Están a la orden del día los intentos de purgar a las personas que son abiertamente LGBTQ de la vida pública.

El año pasado, los fascistas en Florida aprobaron la ley que se conoció como la ley “No Digas Gay”, que es de aplicación a los grados uno a tres. Tan sólo esta semana, la han ampliado para cubrir hasta el grado 12: a los estudiantes del último año de la escuela secundaria.

Lo que hace la ley “No Digas Gay”

Así que, de los 6 a los 18 años de edad, va contra la ley para l@s estudiantes hablar abiertamente en sus aulas sobre ser gay, trans, bi, aprender historia relacionada con las personas gay, aprender que l@s autores gay eran gay o incluso hablar con sus consejer@s sobre sus dudas, sin que es@s consejer@s se vean obligad@s a informar a tus padres. La existencia de los clubs Alianza de Estudiantes Gay y Heterosexuales se está purgando de los anuarios escolares, y para participar, ¡l@s estudiantes deben obtener el permiso de sus padres! L@s alumn@s con padres gay no pueden mencionar a sus padres en las discusiones, l@s maestr@s que son gay no pueden hablar sobre su pareja. Un@ activista en Florida dijo que ¡l@s maestr@s ni siquiera pueden enseñar la historia de los casos de la Corte Suprema cuando se trata del caso histórico que otorga el derecho al matrimonio entre personas del mismo género Obergefell contra Hodges! De acuerdo con la ley, esa prohibición se aplica a menos que “la instrucción se requiera expresamente en las normas académicas estatales o sea parte de un curso de salud reproductiva”. Sin embargo, en términos de “cursos de salud reproductiva”, el estado enseña “solo abstinencia”, por lo que se puede suponer que hay muy poca educación sexual valiosa de cualquier tipo para l@s alumnos mayores.

Si un@ maestr@ viola esta ley, si un@ consejer@ permite que un@ estudiante se desahogue sobre su ansiedad y su sexualidad, y esto llega a la atención de los padres o al administrador de la escuela, el o la maestr@ podría ser suspendid@ o incluso perder su licencia. Esto convierte a l@s estudiantes, maestr@s, padres... a tod@s en soplones potenciales, que un@ delate a otr@, y en que nadie puede confiar en un@ u otr@... o incluso hacer su trabajo. Esto deja a l@s estudiantes con una mayor alienación y, para much@s, l@s deja con la sensación de que preferirían estar muert@s que gay.

En una encuesta nacional de 2022, Trevor Project (que brinda servicios de prevención de crisis y suicidio para jóvenes LGBTQ) informó que casi la mitad de l@s jóvenes LGBTQ de todo el país consideraron seriamente el suicidio ese año. Estos porcentajes se reducen significativamente cuando l@s jóvenes están en escuelas de “afirmación”; en otras palabras, cuando las personas LGBTQ no son despreciadas y borradas, es menos probable que l@s jóvenes intenten suicidarse.

Nadie debería aceptar este futuro para nuestra juventud, de odio y satanización para aquell@s que no se ajustan a los asfixiantes roles de género patriarcales y violentamente impuestos. Estos fascistas cristianos están tomando medidas veloces para consolidar este futuro con candados. Desde 2021, se han introducido versiones de la ley “No Digas Gay” en 24 legislaturas estatales. Y estos son los mismos teócratas fascistas cristianos que quieren ver a las mujeres legalmente subordinadas para que sea incubadoras de niños en contra de su voluntad, y que están purgando a los negros en los libros de historia y los padrones electorales.

La gente está respondiendo con lucha... pero ¿hacia dónde la llevará?

Ha surgido una poderosa resistencia en Florida, en que miles de estudiantes que se salieron de clases en más de 300 escuelas en todo el estado. L@s estudiantes salieron coreando: “¡Decimos gay! ¡Decimos trans!” “La historia de los negros es historia estadounidense”. “Prohibir armas, no a la gente gay”. En este momento, una buena parte de esta resistencia se está canalizando hacia firmar peticiones, presionar a políticos o empadronar gente para votar, a pesar de que los fascistas han dicho que no respetarán las elecciones que pierdan. Estas justas protestas e ira tienen que zafarse de estos límites, ya que solo acorralarán y contendrán la lucha.

Hace falta que l@s estudiantes, l@s jóvenes y l@s demás que están en las calles decidid@s a no aceptar un futuro fascista levanten la vista: hacer frente al peligro extremo, dejar de aferrarse a las normas que estos fascistas están triturando y, en cambio, ser parte de la lucha por un mundo radicalmente diferente y mucho mejor. Esto requerirá una revolución real para derrocar el sistema del capitalismo-imperialismo que tiene entretejida en su estructura la opresión basada en el género o la orientación sexual.

Esta revolución no solo es necesaria, sino posible, y se ha vuelto más posible en Estados Unidos hoy. Un ejemplo agudo de esto es lo que está sucediendo en Florida, donde estos fascistas ya no creen y se niegan a acatar las “normas” y “reglas” políticas que han mantenido la articulación de este país durante los últimos 150 años. La sociedad está desgarrándose y estos fascistas están tomando medidas abiertas, veloces y enérgicas para consolidar con candados su gobierno teocrático... con el fin de vengarse por las formas en que las mujeres, las personas LGBTQ, las personas negras y latinas le han arrancado tan sólo algunas libertades a esta sociedad opresora.

Un mundo mejor ES posible, pero no por medio de ESTE sistema

Hay un futuro posible más allá de sufrir horrores inimaginables bajo el fascismo o luchar desesperadamente por aferrarse a derechos que se desvanecen rápidamente dentro de lo que ya es, y siempre ha sido, una sociedad brutalmente injusta, explotadora y opresiva.

Imagina que tienes 13 años de edad y vives en el sureste de la Nueva República Socialista en América del Norte. Creces sin estigma ni vergüenza, se fomenta tu curiosidad y aprendes ciencia, música y cómo pensar críticamente, explorarlo todo, incluidas las diferentes formas de sexualidad, todas arraigadas en la igualdad y el respeto. Aprendes sobre la degradación en los libros de historia, pero eres parte de una sociedad donde la norma es aprender y apreciar nuestras diferencias. A veces te sientes abrumad@ por los desafíos en el futuro: cómo sanar nuestro planeta dañado, el choque de ideas sobre cómo continuar la lucha hacia adelante y a veces te cansas. Pero a diferencia de lo que has leído acerca de la vieja sociedad, las personas no se ocupan solo de sí mismas, no están alienadas y no se compiten y se rebajan entre sí. Discutes con tus amig@s, compañer@s de clase y vecin@s... pero se fortalecen y se ayudan entre sí y celebran la cooperación y la colectividad. Encuentras fortaleza en saber que no estás a solas y en hacer realidad, con otras personas en todo el mundo, la lucha para arrancar de raíz la explotación y la opresión, construyendo un mundo digno para las generaciones del futuro.

Ese futuro es posible, y está trazado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría del líder revolucionario Bob Avakian. La estrategia para la revolución que necesitamos para llegar a esa nueva sociedad, y el análisis que muestra por qué es más posible ahora que en muchas décadas, se puede encontrar en la obra de Bob Avakian: Algo terrible, O algo verdaderamente emancipador: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia, Una base necesaria, una hoja de ruta para esta revolución. Exploren a fondo estas obras. Porque la pregunta se está planteando rápidamente para todos:

Ya es hora: ¿cuál futuro aceptarás? ¿Por cuál futuro lucharás?