Estamos aquí este día para celebrar la vida de Carol Downer, una vida llena de compasión por la humanidad y una determinación de hacer del mundo un lugar mejor para todos. Carol era una luchadora por la libertad durante toda su vida — tenía tanta magnanimidad intelectual como determinación, y tanta generosidad como valor. Con toda el alma ansía un mundo liberado, para las mujeres y para todas las personas. Nos enorgullece tanto haberla conocido durante décadas — trabajando hombro a hombro, discutiendo, debatiendo y aprendiendo unos de otros en la lucha por un mundo mejor.

Carol hizo muchas contribuciones importantes en su vida. Era conocida a nivel mundial por su defensa feroz del derecho de las mujeres al aborto, al establecer y dirigir una red de clínicas durante décadas. Se negó a cerrar su clínica angelina después de que los odia-mujeres “pro-vida” fascistas la quemaron con una bomba incendiaria en 1985.

Carol siempre era una radical. Luchó valientemente para que las mujeres tuvieran acceso al aborto cuando era ilegal, luego en las décadas después de Roe contra Wade cuando el aborto estaba bajo ataque por todos lados, y ante la vil anulación del derecho al aborto, lo que vuelve a las mujeres a fuerza al estado de ciudadanas de segunda clase.

Pero, Carol no era una feminista nada más. Como ella misma dijo: “Siempre éramos anticapitalistas y mirábamos el mundo-panorama más amplio”.

Percibía los vínculos y conexiones entre las formas en que las personas son oprimidas en este mundo, y hablaba y actuaba con audacia a base de ese entendimiento cuandoquiera que sentía que iba a tener un impacto importante.

En medio del levantamiento iraní en 1979 que derrocó al odiado Sha apoyado por Estados Unidos, Carol se sumó a una delegación a Irán después de que estudiantes iraníes se apoderaron de la embajada de Estados Unidos y tomaron a los ocupantes de rehenes. La atmósfera en Estados Unidos hervía del jingoísmo estadounidense indignado y vil intolerancia anti iraní. Pero Carol iba en contra de esa corriente y acompañó a otros que fueron a tomar posición con los revolucionarios en Irán antes de que el régimen fundamentalista islámico consolidara su poder.

Con entusiasmo internacionalista y mucho corazón, Carol describió la escena:

Era una atmósfera revolucionaria a todo dar, una atmosfera absolutamente revolucionaria donde las personas se hablaban entre sí y nos hablaban dondequiera que fuéramos. Los taxistas hablaban de política… Al ir al restaurante o caminar por la calle, se veía literatura revolucionaria en todas partes en las banquetas — cientos de diferentes folletos estaban exhibidos, y las personas los leían y platicaban. Se sentía una libertad de conversar, y las personas nos contaban de cómo estaba antes — cómo la vida se les había cambiado.

Décadas después, con Dolly Veale, ella ayudó a cofundar la Campaña Internacional de Emergencia para Liberar a los Prisioneros Políticos en Irán, recordando lo que ella había visto de la tortura en la Prisión Evin con una determinación de impedir que eso siga ocurriendo.

Durante décadas, luchamos hombro a hombro por el ¡aborto a solicitud y sin pedir disculpas! Desde la defensa de las clínicas en los años 1970 y 1980, hasta analizar y luchar contra el auge de ataques fascistas contra las mujeres. Y, cuandoquiera que ella pudiera, ¡quería estar en las primeras filas!

En 2014, cuando tenía 80 años, Carol se sumó al Viaje Por la Libertad Pro Derecho al Aborto en Texas — que en aquel entonces era la “zona zero” en lucha por el aborto. En el calor del verano texano, ella pasó una semana en las calles —con tanta energía como la de los adolescentes— en protestas, discusiones, conectándose con las personas en Texas sobre lo que las leyes antiaborto que se estaban aprobando iban a implicar para la vida de las mujeres. Más tarde, ella escribió sobre eso, de que “hablábamos con personas reales —no solamente las personas en el ‘movimiento’ existente — la mayoría de las cuales no sabían nada sobre los cierres de las clínicas y nunca habían oído a nadie hablar positivamente sobre el aborto. Yo vi que esto tenía un impacto positivo real sobre el pensar de las personas”.

Explicando por qué quería estar ahí, escribió:

Primero, he visto nuestra derrota en Texas con desconcierto, y quería sumarme a las protestas de la gente de Texas y expresar mi propia indignación. Segundo, veo que ocurren más y más ataques por todo el país, y veo muy pocas protestas visibles. En gran parte, se está dejando todo en manos de Planned Parenthood y los demócratas, y estoy harta de eso. Creo que ya es hora de protestas controvertidas que dicen en voz alta: “Aborto a solicitud y sin pedir disculpas”.

Le dio mucho coraje la anulación de Roe contra Wade, pero también le dio coraje el de que muchos creían que nunca se les iba a quitar ese derecho. No quería que ninguna otra mujer sufriera lo que ella sufrió con su aborto ilegal en 1963. Ese temor marcó una generación de mujeres, un hecho que muchos habían olvidado. No quería que ninguna otra persona experimentara lo que ella experimentó con la redada del Departamento de Policía de Los Ángeles contra su clínica de salud en 1972, y su arresto y juicio farsas por supuestamente practicarle un aborto a otra mujer. Estaba decidida a que “¡Nosotras controlaremos nuestro propio cuerpo!”.

Además de celebrar el papel de Carol Downer en toda su vida en la lucha política por la libertad de la opresión, también queremos celebrar y apreciar que era una persona de grandes principios e integridad intelectual. En 2022, en una entrevista en El Show RNL —¡Revolución, y Nada Menos!—, Carol dijo: “Yo misma soy una persona muy contenciosa y me encanta meterme en discusiones. Me gusta que me desafíen. No me molesta tener que comprobar de dónde estoy sacando mis ideas”.

Falta mucho hoy este espíritu de seguir la verdad hasta dónde lleve y de disfrutar del debate basado en principios. Muchos de los revcom podemos acordarnos de largas tardes de debate acalorado y apasionado que venía brincando desde una crítica aguda a la posición de unos u otros, a la agitación y la furia sobre las condiciones opresivas que las mujeres (y muchas otras personas) están obligadas a soportar, y las risas y el aprecio. Discrepábamos sobre la manera en que la opresión de las mujeres está entretejida en el capitalismo… sobre lo que impulsaba la embestida fascista contra el derecho al aborto… y en ocasiones, sobre cuestiones de tácticas y enfoque. Pero ella tenía una sed de esos debates porque le motivaba una curiosidad profundísima y un deseo de eliminar la opresión.

Eso es lo que la llevó a apreciar el nuevo comunismo y la obra de Bob Avakian. Ella escuchaba a Avakian hablar cuandoquiera que tuviera la oportunidad. Entró con seriedad a su obra teórica, y lo defendió repetidamente contra los viles ataques anticomunistas¹. Después de oírlo hablar en 2003, Carol dijo: “Bob Avakian lanza un desafío apasionado y elocuente al capitalismo y al imperialismo estadounidense. No se puede lograr la liberación de las mujeres sin derrotar a estas fuerzas, por tanto la presentación de Avakian es una contribución importante”.

Especialmente en este momento de una veloz escalada del fascismo, extrañamos muchísimo la presencia de Carol, su inteligencia feroz y su espíritu apasionado, su alegría al ver a las personas ponerse de pie contra la opresión, y convocamos a todos a honrarla y aprender de ella. Se extrañarán mucho sus otras contribuciones a la liberación de la humanidad de todas las cadenas de la tradición.

Quisiera concluir con una cita de la propia Carol, en una protesta el Día Internacional de la Mujer convocada por De Pie Por el Derecho al Aborto, unos meses antes de que fuera anulada Roe contra Wade. Carol terminó su discurso con lo siguiente, mientras con orgullo, cargaba en la mano su espéculo: “Lograremos tener esos abortos que son necesarios para nuestras vidas y las vidas de nuestra familia y nuestra comunidad, ¡por los medios que sean necesarios! Al concluir, voy a dirigirme a los capitalistas patriarcales: Sean conscientes de que quizá tengamos que derrocarlos con tal de lograr esto. Porque cuando nos ponemos en marcha y cuando las féminas nos ponemos en marcha, pues vamos a jalar a todos en el camino y quizá terminemos liberando a todos”.

¡Al llevar adelante ese espíritu de desafío, ese impulso por la liberación, así podemos honrar a Carol Downer!