“Everybody knows about Mississippi Goddam” [Todo el mundo sabe de Misisipí Carajo]
—Nina Simone

El jueves 3 de agosto, ante un tribunal federal, seis ex policías blancos de Misisipí se declararon culpables de 16 delitos graves. Pongamos a la cinta en reverso para ver qué condujo a esto: el 24 de enero de este año, seis puercos policías blancos tumbaron a patadas la puerta de una casa en Braxton, Misisipí, sin ninguna orden judicial. Según los documentos judiciales, se autodenominaron el Goon Squad [Escuadrón de Matones] “por su disposición a utilizar fuerza excesiva y no informar de ello”. Rápidamente encadenaron a los dos hombres negros que estaban adentro: Eddie Terrell Parker, de 35 años, que vive allí, y su amigo Michael Corey Jenkins, de 32. Un puerco disparó su arma contra la pared y exigió que le dijeran “dónde están las drogas”.

Durante los siguientes 90 minutos, estos puercos se portaron como una chusma, infligiendo la más enfermiza y degradante tortura, abuso y terror.

A los dos les golpearon y patearon repetidamente, les dispararon con pistola electrónica Táser 17 veces y los agredieron sexualmente. Pusieron a Parker y Jenkins de espaldas y los ahogaron, vertiendo sobre sus rostros huevos, leche, alcohol, grasa y jarabe de chocolate. Los golpearon con trozos de madera y una espada de metal.

Los obligaron a desnudarse, ducharse juntos y los agredieron con un juguete sexual. Los obligaron a arrodillarse y, con pistolas contra la cabeza, los amenazaron de ejecución. Después de disparar múltiples veces al aire, un puerco metió el cañón de su arma en la boca de Michael Jenkins y apretó el gatillo.

La bala atravesó la lengua de Jenkins, le fracturó la mandíbula y le salió por el cuello. Mientras Jenkins yacía sangrando en el piso, los puercos fueron al porche trasero para inventarse un cuento para cubrir sus huellas. Decidieron plantar drogas; robar la cinta grabada de vigilancia de la casa; y plantar un arma. Llevaron a Jenkins a una habitación. Informaron por teléfono una redada de drogas, alegando que Jenkins trató de echar mano a un arma cuando le quitaron las esposas.

La Oficina de Investigaciones de Misisipí emitió un comunicado de prensa al día siguiente, repitiendo las mismas mentiras. Afirmó que durante una investigación de narcóticos, los agentes del condado de Rankin (donde se encuentra Braxton) “se encontraron con un sujeto que apuntó un arma hacia los agentes”.

¿El verdadero “delito”? Dos hombres negros en el lado equivocado de la ciudad

Eddie Parker estaba viviendo en la casa en Braxton ocasionalmente para ayudar a la propietaria, una mujer blanca que está paralizada, a cuidar la casa. Los dos habían sido amigos durante 20 años. El Goon Squad fue a la casa porque un vecino blanco de uno de los puercos lo llamó y se quejó de que unos negros estaba cohabitando con una mujer blanca que era la propietaria de la casa. Ese puerco llamó a otro miembro del escuadrón y preguntó: “¿Están disponibles para una misión?” Estaban dispuestos. El escuadrón se movilizó, diciéndose a sí mismos “que no salgan malas fotos policiales”, lo que significa que usar la fuerza brutal estaba bien, pero evitar partes del cuerpo de las víctimas que podrían salir en una foto policial.

Según los documentos judiciales, los policías lanzaron insultos racistas a Parker y Jenkins durante la redada y “les advirtieron que se mantuvieran fuera del condado de Rankin y regresaran a Jackson o a ‘su lado’ del río Pearl”¹. Un abogado de las víctimas, Malik Shabazz, dijo que la policía los acusó de vender drogas y “salir con mujeres blancas”. Michael Jenkins, que se batía entre la vida y la muerte en cuidados intensivos luego de recibir un disparo durante la redada, fue acusado de asalto agravado y posesión de una sustancia controlada. Eddie Parker fue acusado de posesión de parafernalia y obstrucción de la justicia.

“Michael es nuestra propiedad, y lo podemos detener por el tiempo que queramos”.

Mary Jenkins, la madre de Michael, se enteró por primera vez de que le habían disparado a su hijo cuando recibió una llamada de un amigo a la mañana siguiente. Presa del pánico, comenzó a llamar a los hospitales y a la policía. Finalmente se comunicó con un alguacil que le dijo que su hijo estaba en cuidados intensivos en el Centro Médico de la Universidad de Misisipí, bajo supervisión policial. Desesperada por ver a su hijo, le preguntó a la policía cuánto tiempo iba a estar detenido. “Michael es nuestra propiedad”, le dijo un alguacil, “y lo podemos detener por el tiempo que queramos”.

Cuando llamó al hospital para obtener más información sobre la condición de Michael, le dijeron que el nombre de su hijo no estaba en el sistema, que había sido ingresado con un nombre desconocido. Cuando finalmente lo vio, estaba en coma inducida médicamente, conectado a un respirador con un policía en la habitación. El padre de Michael, Mel Jenkins, dijo: “Puedes imaginarlo despertando y viendo el mismo departamento que le disparó en su habitación. Probablemente pensando [que] me van a rematar. Ellos [estaban] tratando de esperar que muriera”.

Michael Jenkins pasó tres semanas en cuidados intensivos. Tuvo que someterse a dos cirugías para tratar lesiones en la boca y la cabeza, incluida la extirpación quirúrgica de la lengua.

Después de todo esto, no fue sino hasta cinco meses después, el 27 de junio, que los alguaciles involucrados en la redada fueron despedidos u obligados a renunciar.

No es la primera vez

La Oficina del Sheriff del Condado de Rankin se ha enfrentado a otras denuncias de brutalidad y corrupción en los últimos años. Una investigación de la Associated Press publicada en marzo encontró que varios de los puercos que torturaron a Jenkins y Parker estaban conectados con al menos otros cuatro ataques violentos a negros desde 2019. Esos incidentes dejaron dos hombres muertos y otro con heridas. Según el sitio web INSIDER, al menos cinco personas murieron bajo la custodia del Departamento del Sheriff de Rankin durante un período de ocho meses en 2021. Al menos uno de los puercos que acaba de declararse culpable también estuvo involucrado en uno de los asesinatos de 2021.

Los seis puercos de Misisipí involucrados en la redada de enero se declararon culpables de delitos graves “derivados de la tortura y el abuso físico” que cometieron contra Michael Corey Jenkins y Terrell Parker. Los delitos graves incluyen conspiración de derechos civiles, privación de derechos bajo el supuesto amparo de la ley, disparo de un arma de fuego durante un delito de violencia, conspiración para obstruir la justicia, y obstrucción de la justicia. Según Associated Press, los policías podrían ser sentenciados a mediados de noviembre. Dos de ellos enfrentan sentencias máximas de 120 años más cadena perpetua y $2,75 millones en multas. Los demás enfrentan sentencias de 80 a 100 años con multas de más de $1 millón cada uno.

¿”Unas pocas manzanas podridas”?

Si bien es bueno que estos puercos se hayan visto obligados a declararse culpables de estos cargos, esto NO es una especie de vindicación de este repugnante departamento de policía y el repugnante sistema que defienden. El alguacil dijo: “Este incidente y los delitos de estas personas han sido devastadores no solo para las víctimas sino también para la oficina del alguacil y los cientos de hombres y mujeres que trabajan aquí”.

¡Pura mierda! La grotesca manada de matones armados racistas y supremacistas blancos en Misisipí no son unas “pocas manzanas podridas” sometidas a la justicia. Son solo la punta de un iceberg.

El Goon Squad de Braxton claramente había ido operando durante años y claramente pensaban que tenían total impunidad por sus acciones. ¿Alguien puede creer seriamente que los llamados “buenos policías” que supuestamente fueron perjudicados no saben quiénes son las llamadas “manzanas podridas” y qué delitos han ido cometiendo? ¿Cómo es que estos “buenos policías” nunca se presentan para denunciarlos? ¿Cómo es que siempre encubren y mienten por sus compañeros policías? ¿Y cómo es que, en las raras ocasiones cuando uno de ellos está obligado a responder por sus actos sucios, casi siempre todos salen a apoyarlo?

¿Por qué? Porque la policía en Estados Unidos sirve a un sistema irreformable que gobierna al pueblo, el sistema del capitalismo-imperialismo con supremacía blanca en sus cimientos.

Cualquier persona decente tiene que preguntarse qué tipo de sistema pone el uso de la fuerza armada legítima en manos de gente tan retorcida y vil. ¿¡Y por qué alguien debería vivir un día más aguantando este sistema!?

Debe ser, y puede ser, abolido a través de una revolución real y reemplazado por un sistema radicalmente diferente y mucho mejor.