La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es una alianza política y militar de países europeos y del continente norteamericano. Doce países formaron la OTAN tras la Segunda Guerra Mundial, con el propósito central de contrarrestar a la Unión Soviética, en ese entonces un estado socialista. Una piedra angular de la OTAN es el “Artículo 5” de su documento fundacional: “un ataque armado contra una o más de [las Partes de la OTAN], que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas”. Ucrania no es una parte de la OTAN, y según el tratado, la OTAN no está obligada a defenderla. Pero desde poco después de que Rusia invadiera a Ucrania, los países de la OTAN, especialmente pero no únicamente Estados Unidos, ha suministrado a Ucrania decenas de miles de millones de dólares en “ayuda”, incluido armamento moderno, y ha entrenado a oficiales y soldados ucranianos, además de proporcionarles “asesoramiento” estratégico y de inteligencia. La guerra allí se ha convertido en una guerra de sustitutos entre el imperialismo occidental (principalmente estadounidense) y el imperialismo ruso, no en una batalla entre “democracia y autocracia”.

Pero, ¿de dónde salió la OTAN? ¿Cuáles son sus orígenes y su historia? ¿Y qué papel desempeñó previo a esta guerra?

Una intensa pugna de tira y afloja

En 1955, un bloque de países de Europa del Este formó una alianza llamada el Pacto de Varsovia, como respuesta a la OTAN. La antigua Unión Soviética (también conocida como la URSS) dominaba al Pacto de Varsovia; Estados Unidos dominaba a la OTAN. Pero en 1956 se restauró el capitalismo en la Unión Soviética, la que pronto se convirtió en una potencia imperialista. Los dos bloques de potencias contendientes con armamento nuclear —encabezados cada uno por una “superpotencia”— se enfrentaron en Europa y en el mundo durante décadas en una “guerra fría” que en varias ocasiones amenazó con convertirse en una guerra caliente¹.

El anticomunismo fue el aglutinador ideológico que mantuvo la unidad de la OTAN en lo que se presentó como una contienda entre “democracias occidentales” y “dictaduras comunistas”, pero que en realidad era una intensa pugna por dominar el mundo entre rivales imperialistas. Esto se prolongó desde la década de 1950 hasta la de 1980 hasta que —en un acontecimiento inesperado y sorprendente— los movimientos hacia la guerra mundial entre las dos superpotencias, y las poderosas contradicciones económicas y políticas al interior de la sociedad soviética y al interior de la clase dominante soviética, condujeron al rápido colapso de la Unión Soviética en el periodo 1989-1991². El Pacto de Varsovia que la URSS había liderado se disolvió en 1991.

En febrero de 1990, mientras la Unión Soviética se implosionaba, el secretario de Estado de Estados Unidos James Baker y el dirigente soviético Mijaíl Gorbachov discutieron el futuro papel de la OTAN. Baker le dijo a Gorbachov que “no se ampliaría la jurisdicción de la OTAN para las fuerzas de la OTAN ni un centímetro hacia el este [hacia lo que ahora es Rusia]”³. Pero la OTAN no sólo no se disolvió con el fin de la URSS y del Pacto de Varsovia. De hecho, comenzó a expandirse, hacia el este.

A partir de 1991, la OTAN violó la promesa de Baker y empezó a absorber a los países que habían formado parte del bloque soviético y, en algunos casos, de la propia Unión Soviética. En la actualidad, la OTAN cuenta con 30 miembros. Varios países de la OTAN limitan con Rusia y, en conjunto, rodean a gran parte de la Rusia europea, armados con armas de última generación de Europa Occidental. Desde el colapso de la Unión Soviética (de la que Ucrania era una parte grande e importante) y ahora con la invasión rusa de Ucrania en 2022, Ucrania ha sido el eje de una feroz y creciente pugna de tira y afloja entre las potencias capitalista-imperialistas estadounidense y rusa⁴, cada una impulsada por una evaluación de que Ucrania es un eslabón clave en sus propias necesidades de establecer una posición dominante contra su rival imperialista.

La trayectoria general ha llevado a Ucrania cada vez más, en los ámbitos económico y militar, a la órbita de Estados Unidos.

La agresión global de una alianza para la defensa

La OTAN se fundó como una alianza para la “defensa” y se ha declarado una “fuerza para la paz”. Pero a lo largo de las últimas décadas, repetidamente ha lanzado misiones militares brutales y asesinas en varios países y ha elaborado acuerdos militares con otros, en regiones muy alejadas del Atlántico Norte.

A continuación figura una lista parcial de algunas de estas atrocidades. Hay muchas más.

Afganistán

En 2001, tras los atentados contra las torres gemelas en la ciudad de Nueva York y el Pentágono, la OTAN por primera y hasta ahora única vez invocó el artículo 5 de sus estatutos. Durante 20 años, las fuerzas de la OTAN desempeñaron un papel importante en la invasión y ocupación de Afganistán encabezada por Estados Unidos, que mató o hirió a cientos de miles de personas y expulsó a millones de sus hogares. Entre los crímenes de la OTAN, en ese tiempo:

• Entre 2009 y 2013, los ataques aéreos y las incursiones nocturnas de la OTAN y Estados Unidos dejaron a “‘miles’ de víctimas y sus familias sin justicia, según afirma el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional en un ... informe detallado y contundente”. Ciento cuarenta civiles afganos murieron en estos bombardeos. En un incidente típico, en 2012, un ataque aéreo de la OTAN con helicópteros de ataque mató a siete mujeres que recogían leña por la noche en la provincia septentrional de Kunduz.
• En 2009, también en Kunduz, más de 150 personas, en su mayoría civiles que se habían reunido en torno a depósitos de gas para obtener combustible, murieron en un bombardeo de la OTAN. Nadie ha rendido cuentas por esta atrocidad.
• En 2016, otro ataque aéreo de la OTAN mató al menos 30 civiles y dejó decenas de heridos. Un hombre le dijo a un reportero: “La mayoría de estas víctimas son mujeres y niños, y son tan jóvenes como de tres meses de edad”.
• El 3 de octubre de 2015, un helicóptero de combate atacó a un hospital de traumatología gestionado por Médicos Sin Fronteras, en el que había 105 pacientes, con 211 proyectiles contra el edificio principal del hospital, donde los pacientes dormían en sus camas o estaban en cirugía. Médicos Sin Fronteras informó: “Al menos 42 personas murieron, entre ellas 24 pacientes, 14 miembros del personal y 4 proveedores de cuidados. Treinta y siete personas resultaron heridas. Nuestros pacientes ardieron en sus camas, nuestro personal médico fue decapitado o perdió miembros. A otros les dispararon desde el aire mientras huían del edificio en llamas”.

• En marzo de 2012, lo que las autoridades de la OTAN dicen que fue un soldado estadounidense abrió fuego contra los hogares en unos parajes afganos en la provincia de Kandahar. Dieciséis personas, entre ellas nueve niños, resultaron muertas y cinco heridas. A algunos de los muertos les prendieron fuego. Los supervivientes le contaron a un reportero que los helicópteros sobrevolaban la zona mientras se producían las matanzas, y la BBC informó de que “muchos lugareños parecen creer que en realidad estaban apoyando la operación en lugar de intentar detener al pistolero”.

Ucrania

En 2008, la OTAN expresó un compromiso de integrar a Ucrania en la alianza. Esto trasladaría la alianza militar encabezada por Estados Unidos, con el potencial de incluir a fuerzas y armas nucleares estadounidenses, directamente a la frontera rusa. Para apreciar el impacto de esto, imaginemos la respuesta de la clase dominante estadounidense si Rusia o China decidieran emplazar una base militar en Tijuana. La progresiva expansión hacia el este de la OTAN, y la insistencia de Estados Unidos en el “derecho” de incorporar a Ucrania en la alianza militar de la OTAN, es un gran factor en la crisis que ahora es la guerra en Ucrania.

• “Durante ocho años (a partir de 2014), Estados Unidos y la OTAN habían estado acumulando una fuerza de combate [ucraniana] experimentada con cursos, simulacros y ejercicios en los que participaban al menos 10.000 soldados al año. La OTAN y sus miembros ayudaron a preparar a las fuerzas ucranianas para una guerra con Rusia ....” (De War in Ukraine: Making Sense of a Senseless Conflict, de Medea Benjamin y Nicolas J.S. Davies, noviembre de 2022, pág. 81).
• El Mar Negro es una importante masa de agua en el suroeste de Asia. Limita con Rusia, Ucrania y otros países, y alberga una importante base naval rusa. Una cumbre de la OTAN celebrada en julio de 2016 elaboró un plan para aumentar la presencia de la OTAN en la región del Mar Negro “en tierra, mar y aire”, “demostrar la unidad transatlántica” y “enviar un mensaje claro a cualquier agresor potencial” (en referencia a Rusia). El Mar Negro está a unos 2.400 kilómetros de Bruselas (Bélgica), sede de la OTAN.
• Los países de la OTAN han estado participando intensamente en armar, entrenar y proveer inteligencia a Ucrania desde la invasión rusa. Vea en la Página de recursos sobre Ucrania de Revolución múltiples artículos relacionados.

La OTAN amplía sus pretextos para la intervención militar en todo el mundo

A partir de fines del siglo 20, la OTAN elaboró justificaciones para su uso de la fuerza colectiva más allá del Artículo 5. En una declaración oficial de la OTAN se lee que su definición de “seguridad” incluye ahora “la libertad del individuo frente al extremismo violento engendrado por la inestabilidad y estado-naciones fallidas”. Las intervenciones militares de la OTAN se multiplicaron tras el colapso de la Unión Soviética y la desaparición del Pacto de Varsovia. Entre ellas se incluyen:

• En 1992 se desintegró Yugoslavia, una nación oficialmente no alineada del este de Europa en el territorio entre el Pacto de Varsovia y la OTAN. Estallaron guerras intensas y complejas entre varias nacionalidades al interior de lo que había sido Yugoslavia. La OTAN lanzó su primera operación de combate para imponer una “zona de exclusión aérea” sobre Bosnia, que había formado parte de Yugoslavia. Benjamin y Davies escriben que “la OTAN utilizó la fuerza militar contra un movimiento insurgente que no había atacado ni amenazado a ningún miembro de la OTAN”. Eso abrió las compuertas a una mayor injerencia de la OTAN en Bosnia, y pronto, en otras partes del mundo. Cuando su homóloga británica le dijo a la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, que sus abogados le habían dicho que la intervención de la OTAN era contraria a la Carta de las Naciones Unidas, ella respondió: “Que contraten a nuevos abogados”. El bombardeo continuó.
• El grupo Human Rights Watch determinó que en 1999, se produjeron 90 incidentes distintos en los que murieron civiles durante los 78 días que duró la campaña de bombardeos de la OTAN en Kosovo, que también formaba parte de Yugoslavia. Se sabe que al menos 500 civiles murieron en estos incidentes. Los bombardeos incluyeron el uso de bombas de racimo (con un diseño que lanza múltiples “pequeñas bombas” con el fin de matar al mayor número de personas posible) y proyectiles de uranio empobrecido, que causan daños a largo plazo en el medio ambiente y la cadena alimentaria, y se cree que contribuyen al aumento del cáncer en la población de los lugares donde se han utilizado.

•  En 2011, la OTAN llevó a cabo una intensa campaña de bombardeos de siete meses de duración en el país norteafricano de Libia, lo que contribuyó a derrocar a su gobernante Muamar Gadafi, a quien los imperialistas estadounidenses y europeos consideraban desde hacía tiempo que socavaba los intereses occidentales. Las fuerzas de la OTAN lanzaron casi 10.000 bombas sobre Libia. La organización de investigación “Airwars” determinó que los bombardeos de la OTAN causaron entre 223 y 403 muertes de civiles⁵.

•  La OTAN ya no se considera “ligada por la geografía” a Europa y a la región del Atlántico Norte. Como parte de su “nuevo concepto estratégico”, ha desarrollado “socios en todo el mundo” para “defender el orden internacional basado en normas...”, es decir, la preeminencia mundial del imperialismo estadounidense y occidental. Estos “socios” incluyen a países como Australia, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda, y con ello se pretende construir y fortalecer alianzas contra China y Rusia en Asia.