“Es una nueva Nakba”.
— Un palestino que ahora está obligado a abandonar su hogar en Cisjordania, se refiere a la expulsión de 700.000 palestinos de sus tierras en 1948, cuando se fundó Israel1.
“El plan de Israel es de destruir a Gaza y dejarla inhabitable y sin vida. El objetivo de Israel siempre ha sido hacer imposible que nuestro pueblo regrese a su tierra”.
— Husam Zomlot, embajador palestino en Gran Bretaña2
En toda Palestina —en Gaza y la Cisjordania ocupada— los palestinos advierten que Israel está librando una nueva “Nakba”, un nuevo genocidio con el fin de expulsarlos de sus hogares y su patria, y a destruirlos como pueblo.
Este temor a una “Nakba” segunda y final no es paranoia — es un realismo bien fundamentado, basado en lo que Israel ha hecho antes y en lo que está haciendo ahora mismo, con el respaldo de Estados Unidos.
Israel fue fundado en 1948, por los líderes del movimiento sionista, racista y supremacista judío. Estaban respaldados por los imperialistas estadounidenses y otras potencias. Durante este período, estos sionistas desataron una ola de violencia y terror en masa contra los palestinos que habían habitado la tierra durante siglos. Alrededor de 750.000 palestinos (más del 80 por ciento de la población de lo que iba a convertirse en el estado de Israel) fueron expulsados o huyeron y se convirtieron en refugiados. Unas 400 pueblos y aldeas palestinos fueron completamente destruidos o repoblados por colonos judíos, y se les dieron nuevos nombres hebreos. Los palestinos llaman ese tiempo la “Nakba”, la catástrofe3.
En este momento, una “Nakba” segunda y quizás final (un genocidio) se está llevando a cabo activamente en muchos frentes y está en escalamiento al cierre de esta edición:
Más de 27.513 palestinos, incluidos 11.500 niños (vea “Tu gobierno está asesinando, lisiando y traumatizando a decenas de miles de niños inocentes en Gaza... ¿Qué estás haciendo al respecto?”), ya han sido asesinados, 66.287 han resultado heridos y 8.000 gazanos están desaparecidos4. Israel está cometiendo atrocidades tipo nazis y una sarta de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad todos los días, desde ejecuciones en masa hasta asesinatos selectivos, detenciones en masa y torturas.
Lo que es aún más revelador: Israel está destruyendo sistemáticamente la posibilidad de la vida en Gaza. Ha destruido gran parte de los edificios, la infraestructura y la tierra de Gaza. Ha obligado a más de dos millones de gazanos (más del 90 por ciento de la población) a huir de sus hogares. Muchos han sido desplazados tres, cuatro e incluso cinco veces desde que comenzó el embate de Israel el 7 de octubre.
¡Y los gobernantes de Israel están fomentando abiertamente la limpieza étnica y el genocidio! El Washington Post informa (“Los llamamientos israelíes a una limpieza étnica en Gaza simplemente se están volviendo más fuertes”) que en la primera semana de enero, “un parlamentario del partido Likud de Netanyahu apareció en televisión y dijo que estaba claro para la mayoría de los israelíes que ‘hay que destruir a todos los gazanos’. Luego, la embajadora de Israel en Gran Bretaña le dijo a la emisora radiofónica local que no había otra solución para su país que arrasar ‘cada escuela, cada mezquita, cada segunda casa’ en Gaza a fin de degradar la infraestructura militar de Hamás”5.
Nada de esto sería posible sin las armas, la coordinación militar, la financiación y el apoyo político firme de Estados Unidos. Y ahora mismo este genocidio se está intensificando de nuevas maneras.
Canalizando gente hacia Rafah: ¿en preparación para una expulsión en masa?
El genocidio israelí respaldado por Estados Unidos se está intensificando. Israel ha hecho que Gaza sea inhabitable con sus bombardeos implacables e indiscriminados, su terror violento contra el pueblo palestino, su retención deliberada de alimentos y agua potable y su destrucción de los hogares y la infraestructura de Gaza. Les ha dicho a los habitantes de Gaza que estarían a salvo si evacuaran hacia el sur, y un millón de palestinos, casi la mitad de la población de Gaza, lo han hecho, sólo para ser expulsados más hacia el sur. Alrededor de 1,25 millones de palestinos se han apiñado en Rafah, una ciudad en la frontera de Gaza con Egipto cuya población antes de la guerra era de 200.000 habitantes.
Ahora, el 2 de febrero, se informó que el ministro de Defensa israelí le dijo a sus tropas: “Estamos completando la misión en Jan Yunis y también llegaremos a Rafah”. El primer ministro Netanyahu advirtió recientemente: “La mayoría de los batallones restantes están en el sur de la Franja y en Rafah, y nos ocuparemos de ellos”, dijo. Es posible que este asalto ya haya comenzado: el 4 de febrero, los ataques aéreos israelíes mataron a 127 personas en toda Gaza, incluida Rafah, donde Israel dio en dos torres residenciales, un jardín de infantes convertido en refugio improvisado y un automóvil.
Esto es extremadamente siniestro: la mayoría de los palestinos desplazados internamente no tienen adónde ir. Si Israel lanza un gran ataque terrestre y aéreo contra Rafah, cientos, tal vez miles, podrían resultar masacrados. E Israel quizá esté calculando que en tal situación podría expulsar por la fuerza a los palestinos a través de la frontera hacia Egipto. Esto constituiría un enorme crimen de guerra y una limpieza étnica genocida del pueblo palestino6.
Planificación y celebración del genocidio: la conferencia “Asentamientos traen seguridad en la victoria” en Jerusalén7
El fin de semana del 27 y 28 de enero se celebró en Jerusalén una importante conferencia, a la que asistieron miles de personas, en la que se llamaba abiertamente (y se celebraba con alegría) a la limpieza étnica de todos los palestinos de Gaza, y el reasentamiento de Gaza por parte de los israelíes.
Esta no fue una reunión “marginal”. Asistieron 11 ministros y 15 parlamentarios en representación de todos menos uno de los partidos de la coalición gobernante del primer ministro Benjamín Netanyahu. Aproximadamente un tercio del gabinete de Netanyahu asistía, incluido el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich y el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir.
Un periodista que asistió le dijo a Democracy Now!: “Ahí, en la entrada, había un mapa grande, un mapa enorme, que mostraba los diferentes asentamientos que planean establecer en la Franja de Gaza, algunos de ellos literalmente encima de las aldeas y pueblos palestinos que existen y que, por supuesto, desafortunadamente, fueron destruidos por la agresión israelí en los últimos meses… Para mí, personalmente, lo más chocante no sólo fue el plan para establecer los asentamientos, sino el hecho de que los presentes bailaban y cantaban, estaban felices y alegres”.
Daniella Weiss, una de los líderes de los colonos, dirigía la conferencia. Cuando se le preguntó qué imaginaba para los palestinos, dijo: “Se irían. Tendrían que irse. No les daríamos comida. No les daríamos agua… Se irían. Tendrían que dispersarse por todo el mundo”.
El ministro de Finanzas Smotrich habló y declaró: “Estamos colonizando nuestra tierra de lo ancho a lo largo, controlándola y combatiendo el terrorismo siempre y brindando, con la ayuda de Dios, seguridad a todo Israel. Saben cuál es la respuesta. Sin asentamientos, no habrá seguridad”.
“De lo ancho a lo largo”. En una frase, “del río al mar”. Cuando las personas en Estados Unidos plantearon el lema “Del río al mar, Palestina será libre”, fueron acusadas de antisemitismo y de amenazar con genocidio, fueron doxeados y perdieron sus empleos.
Pero cuando los israelíes no sólo planifican y organizan sino que llevan a cabo actos militares con el fin de “limpiar étnicamente” a los palestinos restantes, casi no hay repercusiones en Estados Unidos, ¡y muy poca cobertura mediática!
Demoliendo cientos de edificios, haciendo que Gaza sea inhabitable
Mezquitas, escuelas, complejos de apartamentos, vecindarios residenciales, edificios gubernamentales: todos estos y otros han sido “destruidos en segundos” por los cientos de demoliciones controladas que Israel ha llevado a cabo en toda Gaza, según un estudio del New York Times, que documentó 33 demoliciones controladas diferentes que redujeron a escombros cientos de edificios. “Las fuerzas terrestres israelíes también han llevado a cabo una ola de explosiones controladas que ha cambiado drásticamente el paisaje en los últimos meses”, informa el New York Times.
Algunas de las demoliciones tienen como objetivo crear una “zona de amortiguación” junto a Israel, una acción que violaría el derecho internacional al reducir el territorio de Gaza e impediría que los palestinos regresen a sus hogares ahí. “En el pueblo de Khuza’a, por la zona de amortiguamiento al este de Jan Yunis, en el sur de Gaza”, informa el New York Times, “vídeos de principios de enero muestran a soldados que prendían varias detonaciones, destruyendo casi 200 viviendas. Otros vídeos muestran a los soldados lanzando bengalas y aplaudiendo mientras llevan a cabo una demolición8.
Israel ha arrasado grandes zonas de Gaza, incluidas playas, tierras de cultivo, bosques y viviendas. Los bombardeos, buldóceres y demoliciones israelíes han destruido o dañado 360.000 unidades residenciales: más de la mitad de los hogares en Gaza, así como 368 centros educativos, 221 lugares de culto, y han dañado 13 de los 35 hospitales de Gaza. Un nuevo estudio encontró que al menos 144.000 edificios en Gaza han resultado dañados o destruidos: más de la mitad de todos los edificios de la Franja de Gaza9.
Inundar túneles con agua de mar: amenaza al suministro de agua y a las tierras de cultivo de Gaza
Ahora Israel ha comenzado a inundar algunos túneles en Gaza con agua de mar a pesar de que esta estrategia corre el riesgo de causar una catástrofe ecológica que deje a Gaza sin agua potable y devastará la poca agricultura que es posible en el territorio. Este es otro elemento de su nueva “Nakba” genocida10.
Desmanes de terror y limpieza étnica en Cisjordania
Desde el 7 de octubre, los colonos israelíes han emprendido desmanes sin ley de violencia racista genocida y despojo forzoso contra los palestinos en Cisjordania, con la ayuda e instigación de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Los incidentes de violencia de los colonos se han multiplicado por siete: los colonos atacan a hogares y negocios palestinos, queman las tiendas de campaña de los pastores beduinos, disparan contra la gente y expulsan a comunidades enteras de sus tierras. Desde el 7 de octubre, al menos 382 palestinos han sido asesinados, en su mayoría a manos del ejército israelí, incluidos más de 100 niños, y otros 4.250 han resultado heridos.
Israel también está llevando a cabo “un rastrillaje masivo de arrestos y detenciones arbitrarias” en Cisjordania, con el secuestro de 5.835 palestinos desde el 7 de octubre, según Al-Haq, un grupo de derechos humanos con sede en Ramallah. “Estamos atestiguando también una serie de medidas de traslado forzoso: el traslado o la expulsión de palestinos de sus hogares mediante la violencia de los colonos, mediante demoliciones punitivas de viviendas y diversos ataques a propiedades ajenas”11.
NOTA: Cisjordania es un territorio separado de Gaza, no controlado por Hamas y sin rol en su ataque reaccionario del 7 de octubre contra civiles israelíes. Así que, ¿a qué se debe que Israel asesine, aterrorice y despoje a la población de Cisjordania?
Se trata de una “Nakba” genocida, segunda.
Estados Unidos e Israel: asesinatos en masa que llevan a cabo un genocidio
Todo lo que Israel está haciendo hoy en Gaza y Cisjordania —todo lo que apoya en líneas generales toda la clase dominante imperialista estadounidense— lleva el sello del genocidio, y es parte de una estrategia general coherente, como escribimos, “es, sin lugar a dudas, el genocidio: matar, ‘romper’ o expulsar a los 2,3 millones de palestinos de Gaza”.
Esta es una denuncia condenatoria a la ilegitimidad de todo el sistema que engendró éste y miles de otros horrores: el capitalismo-imperialismo estadounidense y su perro guardián y perro de ataque en el Medio Oriente: el estado colonial de asentamiento de Israel.
Hay que oponerse resistencia feroz y masivamente a estos crímenes, como parte de acumular fuerzas y de organizarse para aprovechar la oportunidad poco común de hacer una revolución real para derrocar a los monstruos genocidas que gobiernan este país.