La conferencia climática de líderes mundiales en Glasgow se inicia el 31 de octubre. Durante 25 años, las Naciones Unidas ha reunido a casi todos los gobiernos del planeta para estas reuniones de la COP (Conferencia de las Partes). Su supuesto propósito es evaluar la crisis climática y proponer medidas para frenar el calentamiento global provocado por el dióxido de carbono (CO2) emitido por los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural y metano). Estas reuniones son una farsa anual obscena de promesas y compromisos vacíos, y lo más probable es que este año no sea diferente. Cubriré este tema en revcom.us, ¡estén atentos!
Desde 1990, cuando el análisis científico del calentamiento global ya estaba bien establecido, ¡las emisiones globales de carbono han aumentado en un 50%! Desde la primera cumbre climática mundial de 1995 —y las 25 cumbres anuales que le siguieron— la emergencia ambiental se ha vuelto drásticamente más catastrófica: con el derretimiento de los glaciares y el aumento del nivel del mar, inundaciones e incendios forestales más devastadores, fenómenos climáticos más extremos, el fracaso de cultivos inducido por sequías, la pérdida irreversible de la biodiversidad y el desplazamiento masivo de decenas de millones de “refugiados climáticos”.
Hay una razón subyacente para esta desastrosa trayectoria. Los gobiernos ricos que emiten sus piadosos pronunciamientos en estas cumbres representan e impulsan los intereses de las clases dominantes capitalista-imperialistas (para ver más sobre esto, vaya aquí). Estos gobiernos encarnan y responden a los imperativos del sistema capitalista-imperialista cuyo pulso es el impulso competitivo de obtener ganancias y más ganancias. Es este sistema el que saquea de manera temeraria la naturaleza, el que está en guerra con la naturaleza. Es este sistema el que nos ha llevado a un precipicio en el que la civilización humana y la vida misma están en peligro. Es este sistema al que hay que transformar en su totalidad por medio de una revolución socialista (vea un análisis en la página especial de la emergencia climática en revcom.us).
El reloj ambiental avanza, pero la búsqueda de reformas “prácticas” es una ilusión peligrosa
De hecho, el reloj de emergencia climática está avanzando. Como han señalado muchos activistas climáticos y científicos comprometidos: cada parte del calentamiento importa, cada año importa... lo que hacemos y no hacemos ahora importa. Pero, ¿qué hay que hacer con este análisis? Muchas personas de mente honesta argumentan que la situación es simplemente demasiado terrible como para “esperar” una revolución... que tenemos que actuar ahora.
Sí, tenemos que ACTUAR ahora —pero la pregunta es ¿actuar dentro de las limitaciones del sistema— o trabajar para deshacernos de él? Ahora hay personas con corazón genuino que están haciendo esfuerzos importantes y positivos por luchar activamente para obligar al sistema a poner en marcha más energías renovables como la solar. Pero el sistema no va a entrar, y no puede entrar, “en sus cabales”. ¡La acelerada crisis ambiental lo evidencia más que lo suficiente! Recordemos los argumentos provenientes de ciertos sectores del movimiento ambientalista de que elegir a Barack Obama en 2008 fue un paso “práctico” e “inmediato” para lidiar con el calentamiento global. ¡El fruto de eso fue el “auge de la fracturación hidráulica” y Estados Unidos se convirtió en el productor más grande de petróleo y gas natural del mundo! Pero luego le siguió el régimen fascista de Trump y Pence que negó la crisis climática. Una vez más, y en lo más fundamental, como hemos demostrado repetida y científicamente, es este sistema el que es la causa de esta crisis existencial que enfrenta la humanidad (ver un análisis en la página especial de la emergencia climática en revcom.us).
Algunos han sostenido que “el socialismo por medio de una revolución [deshacerse de este sistema mediante un verdadero derrocamiento] podría ser la solución ‘ideal’ o fundamental — pero tenemos una responsabilidad de trabajar dentro del sistema ... porque cada incremento de dióxido de carbono agregado a la atmósfera permanece allí entre 300 y 1.000 años y, por lo tanto, empeora la crisis de calentamiento”.
Primero, y en pocas palabras, las reformas incrementales no alterarán el movimiento fundamental de este sistema (hacia una catástrofe ecológica).
Es como si estuvieras en una cinta caminadora que ya se mueve rápidamente y se acelera. Lo ralentizas un poquito... pero la caminadora sigue avanzando (hacia el abismo). La cinta caminadora es el sistema capitalista-imperialista. Y contra lo que podría ser la mejor de las intenciones, este programa ilusorio de reforma climática solo sirve para prolongar el control mortal del sistema. Por cada incremento de CO2 restringido por estos esfuerzos, el sistema emite un múltiplo de ese CO2. ¿Deberíamos dejarnos limitar por eso, deberíamos dedicar nuestro tiempo a eso?1
Veamos la realidad: simplemente examinemos las líneas tendenciales más amplias de la manera de funcionar del sistema imperialista mundial. El informe de las Naciones Unidas emitido en vísperas de Glasgow examina los futuros planes de minería y perforación de 15 importantes países productores de combustibles fósiles, entre ellos, Estados Unidos. Demostró que, en conjunto, estos países actualmente planean producir el doble (¡!) de petróleo, gas y carbón hasta 2030 de lo que sería necesario si los gobiernos limitaran el calentamiento a 1.5 grados Celsius (2.7 grados Fahrenheit) por encima de los niveles preindustriales. Esta es la realidad en los momentos en que los “líderes mundiales” imperialistas se enfrentan entre sí con sus proclamas de “emisiones netas de carbono cero”.
Y, en este momento, de lo que es una crisis existencial para la humanidad, ¿es esto lo que deberíamos estar haciendo: tener por objeto hacer “reformas dentro del sistema actual” de acuerdo a estas reglas y gobernantes? ¡Todo ello, precisamente en un momento en que un avance importante para la revolución es objetivamente posible en Estados Unidos! Como han analizado los RevCom en Una Declaración, un Llamamiento a que se organice ahora para una revolución real:
No siempre son posibles las revoluciones sino por lo general solamente son posibles en momentos y circunstancias poco comunes, especialmente en un país poderoso como Estados Unidos. La actualidad presenta uno de estos momentos y circunstancias poco comunes. Este sistema está metido en verdaderos problemas, se encuentra enredado en crisis y conflictos por los cuales no tiene soluciones fáciles ni duraderas. En todas partes de Estados Unidos, el funcionamiento de este sistema ha generado profundas divisiones que no se pueden resolver bajo este sistema. La sociedad está desgarrándose. Aquellos que gobiernan están trabados en un combate feroz entre sí mismos y no pueden mantener las cosas a flote de la manera en que lo han hecho en el pasado. [énfasis en el original]
Y, en este momento poco común, ¿deberíamos tener por objeto hacer “reformas dentro del sistema actual” de acuerdo a estas reglas y gobernantes? ¿O deberíamos tener por objeto un sistema completamente diferente que en efecto pueda darnos una oportunidad de solucionar este problema?
Nadie que se preocupa por el planeta puede quedarse de brazos cruzados mientras se calienta la Tierra
A medida que se aproxima la reunión sobre el clima de Glasgow, los manifestantes en Europa y otras partes del mundo se han tomado las calles y han bloqueado sitios clave de la economía que contribuyen al calentamiento global. Este sentido de urgencia y deseo de actuar, este sentido de responsabilidad hacia todos los habitantes de nuestro planeta, especialmente los explotados y oprimidos en el Sur global que han soportado la mayor carga de la emergencia climática ... ello es algo a lo que hay que darle la bienvenida y a lo que cantidades cada vez más grandes de personas debería unirse y seguir energizando.
¡Nadie que se preocupe por el planeta puede quedarse al margen mientras se calienta la Tierra! Pero hay que señalar con franqueza que gran parte del movimiento climático en Estados Unidos —que de manera repugnante y paralizante sigue fielmente las promesas de Biden y las ilusorias agendas legislativas “verdes”— ha permanecido inaceptablemente inactivo desde la elección de Biden. Tiene que estar manifiesto el espíritu de tomarse las calles a un nivel completamente diferente aquí en Estados Unidos.
Y en la medida en que las protestas combativas y de masas obliguen a las potencias a cerrar un oleoducto por aquí o expandir la energía solar por allá, eso es algo bueno. Pero eso no va a solucionar el problema del calentamiento global.
Una verdad dura pero liberadora
La verdad dura pero liberadora es que no existe ninguna solución a la crisis climática y la emergencia ambiental dentro del sistema. Necesitamos un cambio de sistema para poder llevar a cabo la transformación sin precedentes en todas las esferas de la actividad humana necesaria para darle a la humanidad la única oportunidad real de poner manos a la obra para solucionar esta crisis e interactuar de manera racional y sustentable con la naturaleza. Y únicamente es posible llevar a cabo un cambio de sistema mediante una revolución real para derrocar al capitalismo-imperialismo.
Nosotros (el “nosotros” aquí se refiere a TODOS los que nos angustiamos por el futuro del planeta y el bienestar de la humanidad) tenemos que partir de lo que realmente se necesita. Un sistema radicalmente diferente que puede reestructurarse rápida y decisivamente y alejarse de los combustibles fósiles y asignar los recursos y activar la creatividad, la determinación y el conocimiento para hacer frente a la emergencia ambiental está detallado —de una manera cabalmente concreta y profundamente visionaria— en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte de la autoría de Bob Avakian, el arquitecto de un marco completamente nuevo para la emancipación humana, el nuevo comunismo.
¡Esta es una crisis existencial que enfrentan la humanidad, y el planeta! El reto está ante nosotros: ¡si vamos a responder de una forma que esté a la altura y con la ciencia! Ya es hora de intensificar nuestra determinación de hacer lo que sea necesario para salvar a este planeta. Ya es hora elevar nuestra vista hacia la revolución que la humanidad necesita. ¿Por qué deberíamos conformarnos con algo menos? ¡Otro mundo, un mundo mucho mejor, es posible!