23 de octubre de 2023. Al cierre de esta edición, la población de Gaza está aislada del mundo, hambrienta, aterrorizada y muriéndose a causa de más de 6.000 bombas israelíes en tan sólo la primera semana, y de un genocida bloqueo israelí de alimentos, agua y medicinas. Gaza es una minúscula extensión de tierra repleta de más de dos millones de palestinos, descendientes de un pueblo expulsado de su patria por la Nakba (catástrofe en árabe), las masacres israelíes de 1948 que crearon el estado de Israel.
Israel dice que responde al ataque del 7 de octubre de Hamás, la fuerza fundamentalista islámica que gobierna Gaza. Los ataques de Hamás contra civiles fueron reaccionarios. Eso se deriva de su origen y está al servicio de su perspectiva reaccionaria (véase “¿Qué es Hamás?” en revcom.us). Pero lo que Israel está haciendo son crímenes de guerra a una escala inmensamente mayor. Israel está desatando sus represalias sobre toda la población de Gaza.
La actual matanza de civiles por parte de Israel se produce después de más de 15 años de un bloqueo israelí respaldado por Estados Unidos que ha paralizado la economía de Gaza. Los sistemas de agua y alcantarillado están en un estado de colapso. La atención médica está diezmada. Israel balea y mata a agricultores y pescadores que trabajan para alimentar a una población asediada. Bajo este asedio, la mayoría de la población de Gaza subsistía gracias a la ayuda donada que llegaba en parte por entregas de 400 camiones al día. Tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre, Israel cortó por completo las entregas de alimentos, agua y suministros médicos. Esto incluye no sólo los suministros procedentes de Israel, sino que Israel también ha cerrado el pequeño paso fronterizo de Rafah que conecta Gaza con el vecino Egipto.
Mientras la crisis humanitaria en Gaza conmociona al mundo, al menos para aquellos con ojos para ver y corazón para sentir, Israel ha hecho vagas promesas de que iba a permitir la entrada de la ayuda en Gaza. Durante días, Israel ha bloqueado 200 camiones con alimentos, agua y medicinas en el paso fronterizo de Rafah. El 21 de octubre, tras dos semanas de matar de hambre a la población, en un acto de sádica depravación Israel permitió la entrada de tan sólo 20 camiones en Gaza. Esos camiones transportaban 44.000 botellas de agua potable, sólo suficiente para 22.000 personas durante un solo día.
“La situación es catastrófica en Gaza”, le declaró a Associated Press la directora del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Cindy McCain. “Necesitamos muchos, muchos, muchísimos más camiones y un flujo constante de ayuda”, añadió.
Aumento de muertes y terror en preparación para una invasión terrestre
Israel ha concentrado cientos de miles de soldados y flotas de tanques en su frontera con Gaza y advierte de la inminencia de una invasión terrestre. Al cierre de esta edición, aún antes de una invasión terrestre, la escala y frecuencia del embate israelí con misiles y bombas contra Gaza se está intensificando.
Un reportero de Al Jazira en la ciudad de Gaza, la ciudad más grande de Gaza, dijo que los habitantes habían estado recibiendo llamadas telefónicas diciendo que se les consideraría “colaboradores del terrorismo si no evacuaran la ciudad”. Los volantes lanzados por Israel en el norte de Gaza también decían que a aquellos que no se marcharan se les podría considerar colaboradores de un “grupo terrorista”. Las declaraciones oficiales de Israel “que desmentían” estos informes sólo los calificaron de “imprecisos”. (¡!)
Gaza ya es una zona de fuego indiscriminado para las bombas y misiles israelíes, es decir, una zona en la que cualquier cosa que se mueva es un objetivo “legítimo”. La inmensa mayoría de los miles de personas que Israel ya ha masacrado son no combatientes, incluidos 1.756 niños. Pero ahora, los funcionarios israelíes prometen cosas aún peores.
Muchos, si no la mayoría, de los habitantes de la ciudad de Gaza y de la mitad norte de la Franja de Gaza que intentaron seguir las órdenes israelíes y huir a la mitad sur no pudieron hacerlo, o fueron atacados por los bombardeos israelíes mientras intentaban salir. O no encontraron comida, agua, lugares donde dormir o atención médica en el sur de Gaza y decidieron regresar y morir en sus hogares en el norte, si es que la situación se reduce a eso.
Una invasión terrestre sería un crimen de guerra histórico y genocida
Gaza, y en particular la ciudad de Gaza, es un ghetto densamente poblado1. Una invasión terrestre a Gaza por parte de Israel sería un crimen de guerra casi incalificable que se sumaría a los crímenes de guerra en curso.
Un artículo del Washington Post, “What a ground war in Gaza could look like” (Cómo podría ser una guerra terrestre en Gaza), pinta un escenario de una matanza muy larga, masivamente asesina y horrorosa de palestinos en Gaza. El artículo del Washington Post presenta esa matanza, sufrimiento y muerte como culpa exclusiva de Hamás y, por implicación, de todos los palestinos que viven en Gaza, o al menos las zonas que serían asoladas por Israel, por “interponerse en el camino” (mi descripción) de la matanza. Pero dejando de lado ese marco patas arriba (en líneas generales, de echar la culpa a los palestinos de Gaza por estar con vida y, por lo tanto, por interponerse en el camino de Israel), el artículo da una sensación de muerte y devastación inimaginables y quizá sin precedentes.
Un experto militar entrevistado por el Washington Post declaró: “La densa naturaleza urbana de la [Franja de Gaza] garantizará que una operación de este tipo se enfrente a una feroz resistencia y requiera un uso masivo de la fuerza por parte de Israel”.
Para desglosarlo: como la ciudad de Gaza está tan densamente poblada, y como es probable que las fuerzas de Hamás estén profundamente incrustadas en los edificios y en los enormes montones de escombros de hormigón producidos por las bombas israelíes, las tropas israelíes tendrían que luchar contra cualquier resistencia manzana por manzana. Por un lado, eso limitaría la capacidad de Israel de simplemente seguir bombardeando a Gaza hasta que se someta (habría más peligro de que los israelíes mataran a sus propios soldados si eso continuara en la lluvia de muerte casi aleatoria que se está produciendo actualmente). Por otro lado, los combates casa por casa, manzana por manzana —en vista de los genocidas objetivos y naturaleza del ejército israelí— crearían la necesidad de que las tropas israelíes dispararan a todo lo que se moviera, no combatientes, trabajadores médicos, actividades para entregar comida y agua a la población, civiles del común que se esconden y tratan de sobrevivir, mujeres, niños y bebés que no tienen adónde huir. Y supondría matar a personas que, dadas las circunstancias, podrían librar diferentes formas de resistencia a una blitzkrieg israelí, no necesariamente en unidad con Hamás.
El artículo del Washington Post cita al estratega militar e historiador (reaccionario) Edward Luttwak para afirmar que Hamás opera desde túneles de hasta 90 m de profundidad, siendo los túneles más profundos donde viven y trabajan los líderes de Hamás. Dada la intención declarada de Israel de matar a todos los líderes de Hamás, y la extrema dificultad (y riesgo para los soldados israelíes) de intentar llevar a cabo eso con tropas terrestres, Israel se enfrentaría a la necesidad de utilizar bombas masivamente destructivas para destruir la estructura de mando de Hamás.
Con obsceno eufemismo, el artículo del Washington Post señala: “Destruir túneles desde el aire podría significar una vez más poner a civiles en peligro”.
Y las fuerzas armadas estadounidenses están asesorando al ejército israelí sobre la manera de llevar a cabo eficazmente una matanza masiva en Gaza: un artículo del New York Times informa que “oficiales militares estadounidenses con vívidos recuerdos de la lucha por Faluya, Irak, en 2004 —una lucha de seis semanas contra los insurgentes iraquíes que fue uno de los combates urbanos más intensos de los tiempos modernos— han estado transmitiendo las lecciones de esa batalla... a sus homólogos israelíes”.
Una batalla pivotal en la guerra de Estados Unidos en Irak fue la invasión de la ciudad iraquí de Faluya en 2004. El embate terrestre estadounidense se produjo después de que las tropas estadounidenses cortaran todas las entradas y salidas de Faluya y lanzaran miles de proyectiles de artillería, cientos de cohetes, bombas y misiles, y casi 100.000 rondas de ametralladoras y cañones contra esta ciudad densamente poblada. Luego llegaron los buldóceres blindados que arrasaron todas las calles principales de la ciudad y los soldados que abrían fuego a todo lo que se moviera, yendo “casa por casa, habitación por habitación, haciendo llover muerte y destrucción”, según un informe de prensa. Mientras el embate estaba en marcha, el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo en una reunión de altos mandos militares: “¡denles en el culo ! Si alguien intenta detener la marcha hacia la democracia, ¡lo buscaremos y lo mataremos! Vamos a acabar con ellos. No vamos a pestañear”2.
Esta es la forma estadounidense de combatir, que se comparte con Israel en la preparación de su invasión terrestre de Gaza. Y aún más allá de lo que les ocurrió a los habitantes de Faluya, algunos de los cuales pudieron escapar antes de que la ciudad fuera totalmente destruida, una invasión israelí de Gaza tendría como objetivo a más de dos millones de personas que no tienen adónde huir.
Nadie, ni siquiera Israel, sabe lo que ocurrirá cuando lance su embate. ¿Qué harán otras potencias regionales? ¿Qué harán los palestinos —los agrupados bajo Hamás pero también los que no se afilian a Hamás pero odian la opresión y lucharán valientemente cuando estén bajo ataque? Lo que SÍ se sabe es que el embate israelí será severamente brutal y de un orden totalmente distinto al de los embates genocidas que han lanzado en años anteriores.
Biden “denuncia” al terrorismo mientras abraza a los terroristas más grandes
Inmediatamente después del ataque de Hamás del 7 de octubre, y mientras Israel comenzaba a desatar sus represalias genocidas, Biden declaró: “Le dejé claro al primer ministro Netanyahu que estamos preparados para ofrecer todos los medios apropiados de apoyo al Gobierno y al pueblo de Israel. El terrorismo nunca está justificado. Israel tiene un derecho a defenderse y a defender a su pueblo. Estados Unidos advierte contra cualquier otra parte hostil a Israel que busque sacar ventaja de esta situación. El apoyo de mi Administración a la seguridad de Israel es sólido como una roca e inmarcesible”.
Dos semanas después de un apoyo “sólido como una roca e inmarcesible” al asedio y matanza de Gaza por parte de Israel, Biden viajó a Israel donde literalmente abrazó al rabiosamente racista, genocida y fascista primer ministro Netanyahu. Y Biden abrazó política, moral, económica y militarmente la matanza en curso contra el pueblo palestino por parte de Israel.
Biden invocó el mantra inmoral de que el Holocausto, la matanza nazi de millones de judíos hasta la Segunda Guerra Mundial y durante ésta, justificaba cualquier cosa que hiciera Israel (“No volveremos a quedarnos de brazos cruzados y no hacer nada. Ni hoy, ni mañana, ni nunca jamás”).
En Israel, Biden proclamó: “Al igual que Estados Unidos, ustedes [el Estado de Israel] no viven según las reglas de los terroristas. Viven según el estado de derecho... Lo que nos diferencia de los terroristas [sic] es que creemos en la dignidad fundamental de toda vida humana —israelí, palestina, árabe, judía, musulmana, cristiana—, de todos”.
No, Biden. Lo que a usted lo diferencia de “los terroristas” que condena es que la escala, la profundidad, la depravación de sus crímenes contra la humanidad están a un nivel con el que los terroristas fundamentalistas islámicos sólo pueden soñar.
Y Biden se las arregló para condenar “la masacre de niños. La masacre de bebés. La masacre de familias enteras”. Sin reconocer que, en tan sólo dos semanas, Israel ya ha matado en Gaza a tres veces más palestinos, en su inmensa mayoría civiles, que los que Hamás le hizo a la gente en Israel el 7 de octubre.
Los grandes medios de comunicación (de la clase dominante) han hablado mucho de que Biden “aconseja” a Israel con lecciones sobre la manera de “evitar los errores” que cometió Estados Unidos después del 11 de septiembre de 2001 (“11-S”), cuando los atentados terroristas yihadistas islámicos mataron a unas 3.000 personas en Estados Unidos.
Esta pretensión es una patraña. Aquella guerra no estaba impulsada por un deseo de venganza, sino por los fríos cálculos del imperialismo. La llamada “guerra contra el terror” fue una guerra por el imperio, basada en mentiras, provocó la muerte de 4,5 millones de personas, devastó al Medio Oriente y más allá, y fue un factor crítico en la propagación del fundamentalismo islámico.
Biden le atribuye la matanza en Israel y Ucrania a su importancia crítica para el imperio estadounidense
En un discurso insólito al público estadounidense, a su regreso de Israel, Biden declaró que “asegurarse de que Israel y Ucrania logren sus propósitos es vital para la seguridad nacional de Estados Unidos”.
Obviamente, ni Hamás ni Rusia (que invadió criminalmente a Ucrania, lanzando una guerra que rápidamente se convirtió en una guerra de sustitutos entre el capitalismo-imperialismo estadounidense y sus rivales rusos) están a punto de invadir a Estados Unidos. Así, pues, ¿de qué habla Biden cuando intenta movilizar a la población en apoyo a estas guerras, y su solicitud de más 75.000 millones de dólares en dinero nuevo para aumentar drásticamente el número de bajas en Ucrania y aumentar la capacidad militar de Israel en este momento?
Sobre Ucrania, Biden advirtió de que “sabemos que nuestros aliados y, quizá de mayor importancia, nuestros adversarios y competidores nos están observando”. Y en el Medio Oriente, él se centró en el desafío a la dominación estadounidense por parte de Irán y sus fuerzas aliadas.
La conclusión de Biden: “El liderazgo estadounidense es lo que mantiene la articulación del mundo. Las alianzas estadounidenses son las que mantienen a salvo a nosotros, Estados Unidos. Los valores estadounidenses son los que nos convierten en un socio con el que otras naciones quieren trabajar. No vale la pena arriesgarnos a todo eso si le damos la espalda a Ucrania, si le damos la espalda a Israel3.
O, como decía el titular de un artículo de opinión de la redacción del Washington Post, en términos crudos, y desde la perspectiva de la clase dominante capitalista-imperialista estadounidense: “Investing in Ukraine and Israel is in our cold, hard national interest” (Invertir en Ucrania e Israel redunda en nuestro frío y duro interés nacional)4.
Tengo que hablar de manera sucinta aquí y recomiendo fuertemente a los lectores que, para conocer más, sintonicen El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! en YouTube, y revcom.us. Pero lo siguiente es lo que hay que conocer y hacer ahora: el mundo del que habla Biden está “articulado” por la maquinaria de muerte del imperialismo estadounidense. Es un mundo de saqueo y devastación ambiental.
Cuando Biden habla de dar un mensaje a los “adversarios” y “competidores” que contienden con los gobernantes estadounidenses por dominar ese mundo, ¡está hablando de amenazar y aumentar radicalmente el riesgo de guerras mucho más grandes! Incluso guerras nucleares!5.
Una invasión terrestre israelí, que parece inminente, se convertiría rápidamente en un infierno dentro de un infierno. Provocaría indignación mundial. Todas las potencias regionales y mundiales (Irán, Rusia y China, y luego los actores más pequeños en esa situación) tienen un interés en el conflicto y apoyan a diferentes bandos. Por eso, y por otros factores, existe el tremendo peligro de que, en el contexto de un mundo al límite, una invasión terrestre israelí detone una guerra más amplia en la región, e incluso más allá. La organización fundamentalista islámica Hezbolá, apoyada por Irán y fuertemente armada en el sur de El Líbano (en la frontera norte de Israel; Gaza está en la frontera sur de Israel) ya está realizando intercambios de misiles con Israel.
No obstante todos estos riesgos y peligros, los gobernantes de Estados Unidos dependen de Israel como un activo único para imponer la dominación estadounidense de este mundo y sus habitantes. Esa ha sido siempre la razón por la que los gobernantes de Estados Unidos han respaldado a Israel a pesar de la condena mundial contra su opresión tipo apartheid de los palestinos. Estados Unidos hasta permitió que Israel desarrollara su propio arsenal nuclear.
Olvídese de toda esa mierda en boca de Biden de que su corazón está con el pueblo judío que tanto sufrió en el Holocausto. El apoyo de Estados Unidos a Israel no tiene ninguna relación con eso. Se trata de imponer la dominación estadounidense en el Medio Oriente. Y Biden ha sido un defensor tan rabioso de Israel como el que más, desde hace mucho tiempo (él lo explica todo en un vídeo que forma parte de la cobertura de la crisis actual en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!)
Y aquí va algo crítico: ¡Biden, y cualquiera que apoye a Israel, no le están haciendo ningún favor al pueblo judío! Bob Avakian6, líder revolucionario, autor y arquitecto de un marco totalmente nuevo para la emancipación humana: el nuevo comunismo, ha dicho lo siguiente de manera provocadora y veraz (piénselo):
Después del Holocausto, lo peor que le ha pasado al pueblo judío es el estado de Israel.
Si, y cuando Israel comience su invasión terrestre en Gaza, la aguda polarización y divisiones en la sociedad se intensificarán. También es probable que crezcan las manifestaciones que han caracterizado las últimas dos semanas —en los campus universitarios y en ciudades de todo el mundo—, y formen parte de la tremenda agitación en toda la sociedad. Animo fuertemente a los lectores a explorar seriamente este artículo de Bob Avakian sobre la manera de movilizar a las masas con un análisis material, revolucionario de esta situación urgente: Para los revcom, incluidas las personas en los Clubs Revolución y su entorno: PALESTINA, ISRAEL, IMPERIALISMO: GUERRA, EL PELIGRO DE UNA GUERRA AÚN MÁS GRANDE — Y REVOLUCIÓN. ORIENTACIÓN BÁSICA, AGITACIÓN CONVINCENTE Y LA MOVILIZACIÓN DE LAS MASAS.
¿Quiénes son los terroristas más grandes? Israel tiene en la mira a los no combatientes

Saldo de muertes a partir del 7 de octubre
Dos semanas después de la invasión de Israel por Hamás, el saldo de bajas en el conflicto es más del doble en Gaza que en Israel
Casi la mitad de las víctimas —es decir, los objetivos de la matanza israelí— han sido hasta ahora niños. Al 21 de octubre, 1.756 niños han sido asesinados cuando Israel bombardeó las escuelas en las que se refugiaban o cuando Israel cortó la electricidad y bombardeó los hospitales en los que recibían tratamiento. Israel y Estados Unidos (y sus portavoces) dicen que la explosión que mató a cientos de personas en el Hospital Árabe al-Ahli de Gaza Central el 18 de octubre fue el resultado de un misil errante lanzado desde Gaza. Pero no hay duda de que Israel había bombardeado y amenazado a ese hospital en los días previos a la explosión. El obispo anglicano de Jerusalén, Hosam Naoum, declaró que el hospital había recibido al menos tres órdenes militares israelíes de evacuación en los días anteriores a la explosión. Y antes de la explosión, el hospital fue alcanzado por bombardeos israelíes que hirieron a cuatro miembros del personal. Y según funcionarios sanitarios de Gaza, Israel lanzó dos proyectiles de artillería como “advertencia” contra el Hospital Árabe al-Ahli días antes de la explosión. Los niños se mueren en brazos de sus madres por inanición e imposibilidad de recibir atención médica. O las bombas israelíes los están haciendo pedazos.
Apenas unas horas después de que Biden abandonara Israel, la NBC informó de que se había intensificado los ataques aéreos israelíes sobre Gaza, tras una pausa durante la visita de Biden. En la escuela Ahmed Abdelaziz de la ciudad meridional de Jan Yunis (la región de la que Israel ordenó a los gazanos que huyeran para evitar ser blanco de sus ataques), una explosión mató al menos cinco personas y dejó decenas de heridos, según las autoridades sanitarias locales. Los llantos de los niños y el pánico de los habitantes llenaban los pasillos en un vídeo filmado en el lugar de los hechos por la NBC News.
El reportero de la NBC dijo: “Uno tras otro, subieron a los civiles a camillas y los cargaron en ambulancias. Los que no estaban heridos improvisaron primeros auxilios para los que sí lo estaban: la tela desgarrada absorbía la sangre de las heridas de un hombre, y una tabla de madera sirvió de férula para la pierna de otro mientras lo llevaban al hospital sobre un colchón”.
Aproximadamente una cuarta parte de los muertos en Gaza en las últimas dos semanas han sido mujeres. Hamás es una organización fundamentalista islámica reaccionaria y misógina cuyos estatutos establecen que el papel de la mujer es tener hijos y criarlos (véase ¿Qué es Hamás?). Como tal, por supuesto, no hay mujeres combatientes en su ejército.
Y entre las víctimas masculinas adultas hay muchos no combatientes: enfermos y heridos, ancianos y trabajadores médicos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha documentado más de 59 ataques contra trabajadores médicos en la Franja de Gaza, que han causado la muerte de al menos 16 de éstos desde el 7 de octubre. Y los bombardeos israelíes sobre Gaza mataron a 15 miembros del personal del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS) y a cuatro paramédicos de la Media Luna Roja Palestina que viajaban en una ambulancia.
Estas muertes masivas de civiles se derivan de la realidad de que Israel está construido literalmente sobre la sangre y los huesos del pueblo palestino, impuesto por el terror genocida y la muerte. (Vea más información sobre la historia de Israel y su papel como un activo irreemplazable para el imperio de Estados Unidos, en el episodio del 20 de octubre de El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! en YouTube, “De los ghettos y barrios de Estados Unidos al pueblo de Palestina: LA GENTE NECESITA UNA REVOLUCIÓN EMANCIPADORA” [video en inglés]). Y para obtener antecedentes más a fondo, estudie el número especial de Revolución sobre Israel.

Al 21 de octubre, casi tres cuartos de las muertes causadas por los bombardeos israelíes sobre Gaza son de mujeres y niños.
Actualizado el 21/10/2023. Fuentes: Times of Israel, Al Jazira, CNN, Jerusalem Post.
Chart: revcom.us.