Israel atacó directamente a Irán la madrugada del sábado 26 de octubre con unos 100 aviones de combate (incluidos los avanzados F-35 suministrados por Estados Unidos) y drones. El ataque israelí alcanzó objetivos en las provincias de Ilam, Juzestán y Teherán, en el interior de Irán, durante un lapso de tres horas1. Esta fue la primera vez que una fuerza aérea extranjera atacó dentro de Irán desde la década de 1980 y la guerra entre Irán e Irak.
Parece que el ataque de Israel fue cuidadosamente calibrado para tratar de evitar una mayor escalada y dar a Irán una salida para salvar las apariencias al no atacar el corazón de su régimen. Israel atacó 20 objetivos militares, pero no las instalaciones petroleras ni la infraestructura nuclear de Irán, evitando víctimas civiles (murieron cuatro soldados iraníes) y sin intentar asesinar a los dirigentes iraníes.
En un nivel muy básico, al momento de elaborar este artículo, no parece que la confrontación militar entre Israel e Irán vaya a intensificarse, al menos de inmediato. Israel ha anunciado que su operación militar ha concluido. Irán afirma que el ataque israelí causó pocos daños y, si bien ha reafirmado su derecho a defenderse, no ha prometido vengarse. En cambio, dice que está dispuesto a reducir las tensiones si se produce un alto el fuego en Gaza y el Líbano.
Territorio peligroso nuevo
Sin embargo, la guerra entre Israel e Irán ha entrado ahora en un territorio peligroso nuevo. Israel e Irán llevan décadas librando una guerra en la sombra, luchando a través de intermediarios u operaciones encubiertas de las que no se han atribuido públicamente el mérito. Pero en los últimos meses, esas viejas “reglas del juego” han quedado en el olvido y la guerra ha dado un salto, en el que tanto Israel como Irán atacan abierta y directamente el territorio del otro. Y ya no hay “reglas” ni “acuerdos” establecidos entre las dos partes, lo que aumenta el peligro de errores de cálculo.
Pero lo más importante es que las guerras y contradicciones que agitan Oriente Medio se han intensificado más, no menos. Se trata de un polvorín que podría explotar bien fácilmente. Como ha dicho Bob Avakian y como subrayará este artículo:
Nosotros, la gente del mundo, ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas sigan dominando al mundo y determinando el destino de la humanidad. Y es un hecho científico que la humanidad no tiene que vivir así.
El ataque israelí respaldado por Estados Unidos: un acto peligroso y reaccionario de agresión imperialista y sionista
Estados Unidos estuvo muy involucrado en el ataque israelí: el plan fue el producto de intensas discusiones entre ambos países. Una vez que Israel aceptó no atacar las instalaciones petroleras o nucleares de Irán, Estados Unidos envió en seguida más fuerzas militares a la región (incluido un sistema avanzado de defensa antimisiles), aseguró a Israel que Estados Unidos lo protegería y advirtió a Irán que no contraatacara.
Tanto Israel como Estados Unidos calificaron el ataque de Israel de “autodefensa” legítima y de “represalia” por el bombardeo de misiles de Irán contra Israel del 1 de octubre2.
Pero como sostiene el líder revolucionario Bob Avakian en su mensaje mediático sociales @BobAvakianOfficial REVOLUCIÓN #77, “Los asesinos en masa genocidas no pueden ser ‘libertadores’ ilustrados”:
Para determinar la naturaleza esencial de cualquier guerra, la pregunta crucial y decisiva no es “¿quién disparó el primer tiro?” o “¿quién inició el conflicto?” No. El factor esencial es: ¿cuál es la naturaleza de los bandos opuestos en esa guerra?
Estados Unidos es el principal explotador y opresor capitalista-imperialista del mundo, una potencia que le ha llovido más muerte, destrucción y sufrimiento a la gente del mundo que cualquier otra en los últimos 80 años. Israel es su secuaz en Oriente Medio, un Estado de apartheid y supremacía judía basado en la brutal limpieza étnica y el genocidio del pueblo palestino indígena.
“Lo que vemos en contienda, con la jihad por un lado y McMundo/McCruzada [el imperialismo occidental en creciente globalización] por el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos.
“Esta es una formulación muy importante y crucial para entender muchas dinámicas que impulsan el mundo en este período, pero tenemos que tener en claro cuál de ‘los dos sectores históricamente anticuados’ ha causado más daño y representa la mayor amenaza a la humanidad: los sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista, y en particular los imperialistas estadounidenses”.
Bob Avakian, Lo BAsico 1:28
Estados Unidos no libra estas guerras, intervenciones y ataques para brindar “paz”, liberación o una vida mejor a la gente. Los libran para mantener el dominio mortal y asfixiante de Estados Unidos sobre Oriente Medio y el mundo, y para asegurar la existencia y el dominio regional de su socio asesino en masa, Israel.
Irán es un país oprimido y dominado por el imperialismo mundial. Su República Islámica es una teocracia reaccionaria y patriarcal. Su objetivo nunca ha sido liberarse del control imperialista sobre Irán, sino más bien aumentar su propia influencia y posición dentro del sistema capitalista-imperialista global, incluso mediante acuerdos con Estados Unidos cuando pueden, o con otras potencias imperialistas como Rusia y China.
No se debe apoyar a ninguno de los dos bandos en esta guerra. Pero el mayor agresor y peligro para la humanidad lo representan, con diferencia, Estados Unidos y su puesto de avanzada en Oriente Medio, Israel. Y los ciudadanos de Estados Unidos tienen la responsabilidad de oponerse enérgicamente a los crímenes y las acciones bélicas de tanto Estados Unidos como Israel.
No han disminuido sino que se han intensificado los intereses reaccionarios en conflicto que están impulsando el peligro de una guerra más amplia y destructiva
Después de que Israel concluyó su ataque contra Irán, Biden dijo: “Espero que este sea el final” de los crecientes ataques de ida y vuelta entre Israel e Irán, y que ahora sería posible alcanzar un alto el fuego en Gaza y el Líbano, reduciendo las tensiones en la región.
La realidad, sin embargo, es que Biden y los líderes de Israel e Irán se ven impulsados a actuar fundamentalmente por la naturaleza y el funcionamiento de los sistemas que representan, y por cómo perciben lo que es necesario para mantener y fortalecer esos sistemas. Y el funcionamiento del sistema capitalista-imperialista, en el que todos ellos están inmersos, confronta unos contra otros a diferentes capitalistas, diferentes facciones de las clases dominantes y diferentes países de diversas maneras, a veces impredecibles.
En la actualidad, esos conflictos son extremadamente agudos en Oriente Medio y se han ido agudizando cada vez más durante el último año, en particular. La “moderación” de Israel en su último ataque contra Irán no cambia eso.
Consideremos Estados Unidos. Biden y Harris son dos fervientes partidarios de Israel como bastión crucial y sicario armado de Estados Unidos en Oriente Medio. Biden y Harris comparten el objetivo de Israel de contener, debilitar o derrotar directamente a Hamás, Hezbolá e Irán. Pero en el escenario mundial, también es crucial que Estados Unidos se presente como defensor de los “derechos humanos” y el derecho internacional, es decir, el actual orden dominado por Estados Unidos. En ese sentido, las acciones indiscriminadas y descaradamente genocidas por parte de Israel en Gaza crean problemas para Estados Unidos en ese frente. Y en Oriente Medio, el dominio estadounidense no solo depende de tener un Israel en la región, sino también de alianzas con regímenes árabes reaccionarios como Arabia Saudita, Egipto, Jordania y los Estados del Golfo. Y las acciones de Israel en Gaza, Cisjordania y Líbano están haciendo que sea difícil, si no imposible, en este momento que Estados Unidos forje el tipo de coaliciones antiiraníes que ha buscado.
Además, tanto Rusia como China compiten con Estados Unidos por influencia en la región. China, por ejemplo, organizó recientemente conversaciones entre Irán y Arabia Saudita, pretendiendo presentarse como el pacificador entre dos regímenes que compiten por influencia regional... y comenzar a sacar a un aliado clave de Estados Unidos (Arabia Saudita) de la estrecha órbita de Estados Unidos.
Consideremos Israel. La perspectiva de las fuerzas políticas dominantes en Israel es que este Estado sionista no puede seguir existiendo indefinidamente sin “resolver” las cuestiones del pueblo palestino y de los enemigos externos de Israel. Eso es lo que ha impulsado su frenético y bárbaro genocidio contra el pueblo de Gaza y sus ataques terroristas contra el pueblo de Gaza. El partido de Netanyahu, el Likud, literalmente quiere que el Estado judío se extienda desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo, es decir, toda la Palestina histórica.
Y la mayoría de los dirigentes israelíes consideran a Irán una amenaza existencial, especialmente si es capaz de producir armas nucleares. Estas fuerzas se sienten ahora envalentonadas —sobre todo después de los duros golpes que han asestado a Hezbolá en el Líbano— por la sensación de que pueden tener ante sí una oportunidad de una vez en la vida: “El objetivo estratégico, al fin y al cabo, es crear una realidad en la que Irán no suponga ninguna amenaza, ni ahora ni en el futuro”, dijo un analista israelí.
Por eso, los políticos israelíes de derecha ya están criticando a Netanyahu por no aprovechar la oportunidad para llevar a cabo un ataque mucho más amplio. El ministro de seguridad nacional fascista de Israel, Itamar Ben-Gvir, dijo que los ataques del sábado sólo deberían ser un “golpe de apertura”. Y que deben venir otros ataques destinados a “dañar los recursos estratégicos de Irán”. Un ex primer ministro escribió: “La decisión de no atacar objetivos estratégicos y económicos en Irán fue equivocada. Podríamos y deberíamos haber exigido a Irán un precio mucho más alto”.
Puede que Israel ya esté preparando ataques de seguimiento, tal vez después de las elecciones estadounidenses, y que se envalentone aún más por la advertencia de Estados Unidos a Irán de que no responda a los últimos ataques de Israel o de lo contrario se enfrentaría a una “respuesta estadounidense”.
Israel también podría envalentonarse porque sus ataques del sábado pueden haber degradado significativamente las defensas aéreas y las capacidades de misiles de Irán, incluso alrededor de instalaciones energéticas clave, dejando a Irán más vulnerable.
Para obtener una perspectiva completa sobre esta situación, lea también el Discurso de Somayeh Kargar (traducido del farsi al inglés), ex prisionera política que representó al Partido Comunista de Irán (marxista-leninista-maoista) en un programa en Europa de la Organización Quemar la Jaula, Liberar a los Pájaros.
Consideremos la República Islámica de Irán. Se enfrenta a una serie de contradicciones. Gran parte de su legitimidad interna y externa se basa en la percepción de que es el único (o uno de los pocos) Estado que está del lado del pueblo palestino y en contra de Estados Unidos e Israel. De modo que existen motivaciones concretas, alentadas por una facción más antiestadounidense de la clase dirigente iraní, para tomar represalias por el último ataque de Israel, entre otras cosas porque Israel está atacando al pueblo palestino en Gaza y Cisjordania y al aliado de Irán, Hezbolá, en El Líbano.
Al mismo tiempo, el régimen es cada vez más despreciado por gran parte de la población de Irán, un sentimiento que estalló en las calles hace dos años tras el asesinato de Mahsa Amini en el levantamiento “Mujer, Vida, Libertad”. El régimen tenía que arrestar a 20.000 personas para suprimirlo. Y muchos de estos y otros iraníes se oponen a las acciones del régimen en la región. Todo esto ocurre en un momento de informes de que el líder de Irán, el ayatolá Jamenei, está gravemente enfermo, lo que plantea muy agudamente la cuestión de quién va a sucederlo.
Es imposible para Israel, Estados Unidos e Irán —y mucho menos para todas las demás fuerzas en el terreno internacional— predecir con exactitud cómo actuarán los otros en relación con su libertad y sus necesidades en un momento dado. Esto significa que, a medida que aumentan las tensiones, el peligro de errores de cálculo y malentendidos que podrían conducir a escaladas y a una guerra puede volverse cada vez más probable, incluso si esa no era la intención. A esto hay que añadir el factor de los accidentes: si Israel hubiera atacado lugares civiles o causado importantes bajas civiles en este último ataque, incluso por accidente, eso podría haber inclinado la balanza para Irán y haberlo obligado a tomar represalias.
A la luz de todo esto, el mensaje mediático de Bob Avakian @BobAvakianOfficial REVOLUCIÓN #87 y su análisis de lo que está en juego en esto siguen siendo urgentemente relevantes:
Al armar y respaldar las acciones de Israel, el gobierno estadounidense no solo está facilitando la matanza genocida de los palestinos, sino que también está aumentando la posibilidad de una guerra con Irán, y tal vez una guerra aún más amplia y destructiva. Al mismo tiempo, al surtir masivamente armamento, así como inteligencia y lineamientos estratégicos a Ucrania, el gobierno de Estados Unidos, encabezado por la administración de Biden y Harris, ya está indirectamente en guerra con Rusia, al tiempo que hace preparativos para una confrontación militar con China — todo lo cual podría conducir a una guerra mundial, entre potencias imperialistas dotadas de armamento nuclear, con la posibilidad de aniquilar la civilización humana tal como la conocemos.
Manténgase atento a los acontecimientos y a revcom.us y @BobAvakianOfficial.