El viernes 13 de junio por la mañana, hora de Irán, cazas de guerra israelíes llevaron a cabo bombardeos a gran escala contra Irán. Se informa de ataques en varios lugares de Irán, incluida la capital, Teherán. El gobierno israelí de Netanyahu afirma que los ataques están dirigidos contra lo que, según él, son programas iraníes para desarrollar armas nucleares. Netanyahu afirmó que los ataques israelíes contra Irán continuarían “durante los días que fueran necesarios”. Estos ataques se suman al horrible genocidio que Israel, con el apoyo total de Estados Unidos, está infligiendo a los palestinos en Gaza, donde se les priva de comida intencionalmente y luego se les asesina cuando acuden a buscar los míseros envíos de alimentos que los israelíes permiten ingresar.

Los ataques israelíes contra Irán ocurren en un momento en que el régimen de Trump sostiene conversaciones con el gobierno iraní sobre el programa nuclear iraní. Días antes del ataque, Trump había declarado que “cada vez tenía menos confianza” en cualquier acuerdo resultante de las conversaciones, y mencionó la posibilidad de que Israel siguiera adelante con sus ataques contra Irán. Además, el régimen de Trump había ordenado a las familias de los diplomáticos estadounidenses a que abandonaran Irak y otros países en la región.

La situación evoluciona rápidamente, y seguiremos monitoreándola. Pero por ahora, tres puntos clave:

1. Este es un ataque totalmente injusto. Israel —el ÚNICO país dotado de armas nucleares en el Medio Oriente, con al menos 90 ojivas— ataca a Irán, un rival no nuclear, con el pretexto de que Irán, en algún momento en el futuro, podría obtener suficiente capacidad nuclear para desarrollar algunas armas.
2. Los verdaderos intereses en juego aquí están relacionados con la mayor consolidación de Israel como potencia dominante en el Medio Oriente. Sea cual sea la postura de Estados Unidos respecto a este ataque en particular, Estados Unidos, a lo largo de cada administración durante décadas, ha respaldado a Israel en este objetivo, y nadie se ha mostrado mayor fanatismo en esa postura que Trump. La culpa de esta guerra recae en Israel y Estados Unidos.
3. Este ataque convierte al mundo en un lugar mucho más peligroso, no más seguro. Una guerra regional entre estos dos países muy posiblemente podría derivar en una espiral en forma de un conflicto mayor en el Medio Oriente, e incluso en una guerra mundial que involucre a las potencias imperialistas con miles de armas nucleares lo que podría acabar con la civilización humana. La gente en Estados Unidos y por todo el mundo debe oponérsele.

Todo esto subraya la importancia de lo que ha dicho el líder revolucionario Bob Avakian:

Nosotros, la gente del mundo, ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas sigan dominando al mundo y determinando el destino de la humanidad. Hay que derrocarlos cuanto antes. Y es un hecho científico que no tenemos que vivir así — es posible una forma completamente diferente de organizar la sociedad, un mundo totalmente mejor.