21 de abril de 2025. El pasado lunes, 14 de abril, revcom.us posteó dos artículos que tratan de la veloz escalada de acciones del régimen de Trump para consolidar un control totalmente fascista sobre toda la sociedad, centrándose especialmente en la escandalosa deportación de Kilmar Armando Ábrego García y otros migrantes a una prisión infernal en El Salvador, y la forma en que esto estaba vinculado con la evisceración del debido proceso y el estado de derecho. (Trump y el gabinete desafían abiertamente el fallo de la Corte Suprema, afirma que no tiene que obedecer las órdenes judiciales, y La “demente velocidad” del fascismo de MAGA, la guerra contra los inmigrantes, la evisceración del estado de derecho, y la urgente necesidad de derrotar a este fascismo — antes de que sea muy tarde). Animamos a las personas a leer estos artículos para tener una idea más completa de lo que está pasando ahora.
Lo que está en juego en este asunto es realmente mucho.

“La cárcel sin el debido proceso es un campamento de concentración”. Tucson, Arizona. Foto: @ArtCandee
En resumen, ¿existirá el estado de derecho? Es decir, ¿las personas podrán conocer los cargos en su contra y tener el derecho de defenderse contra esos cargos ante un tribunal con normas estrictas en cuanto a pruebas, argumentos, etc.? ¿O el gobierno podrá negarles a los acusados su comparecencia ante el tribunal y no solo meterlos en el bote sin juicio, sino enviarlos fuera de Estados Unidos a prisiones especiales, aisladas de cualquier contacto con el mundo exterior?
Desde entonces, ha habido otros acontecimientos importantes y una agudización de la batalla en torno a dos cuestiones entrelazadas: la cruel, injusta y escandalosa deportación de inmigrantes a lo que en realidad es un campo de concentración, y la amenaza de quitarles los derechos más fundamentales a todos los que residen en Estados Unidos, ciudadanos o no ciudadanos, los inmigrantes o las personas nacidas en Estados Unidos.
Las cosas se han puesto más agudas en torno al caso de Kilmar Armando Ábrego García. Ábrego García es un hombre casado de 29 años de edad y padre de tres hijos al que Trump y una multitud de otros lacayos fascistas han etiquetado falsamente de “pandillero” y “ terrorista”1. Sin ningún debido proceso en absoluto, lo deportaron a El Salvador, lo sepultaron en la infame prisión CECOT y se negaron a traerlo a casa — incluso después de (al principio)2 admitir que su deportación había sido un “error administrativo”. Durante casi un mes, Ábrego García no tuvo contacto con su familia ni con su abogado, y no tuvo noticias de ningún tipo del mundo exterior. Y, aunque el gobierno de los Estados Unidos admitió que había sido un “error” deportarlo, también afirmó que no podía, no querría y no debía traerlo a casa.
Vídeo en inglés: Rechazar el Fascismo, fuera de la audiencia de Kilmar Ábrego García, 15 de abril de 2025.
A pesar de la lluvia de mentiras descaradas que profirió la administración Trump, la noticia de lo sucedido comenzó a difundirse. La esposa, la familia y el abogado de Ábrego García ofrecieron repetidas conferencias de prensa. Desde muy temprano, a partir del domingo pasado, RefuseFascism.org / Rechazar el Fascismo en Washington D. C. convocó a manifestaciones y se unió a otros para insistir en su regreso. Muchas otras organizaciones e individuos han realizado protestas y mítines, y las pancartas con la demanda de su regreso se han convertido en un elemento destacado en las protestas contra muchos aspectos del fascismo de Trump y MAGA. Hasta en el estado rural de Iowa, electores furiosos bombardearon al senador republicano Chuck Grassley porque exigían saber: “¿Van a traer a ese tipo de vuelta de El Salvador?”.

Venezolanos deportados de Estados Unidos y encarcelados en El Salvador, 16 de marzo de 2025. Foto: AP
Esto también ha llamado más atención sobre el secuestro, la deportación y el encarcelamiento de varios cientos de migrantes venezolanos en el CECOT, así como sobre los cientos de detenidos adicionales en los centros de detención del ICE en Texas, con posibilidad de deportación. Además, esto ha arrojado reflectores, una vez más, sobre la cuestión fundamental de la evisceración del derecho constitucional al debido proceso, y de que Trump se comporta como si fuera la ley, como si el poder judicial (los tribunales) no tuviera autoridad sobre él, como si estuviera “por encima de la ley”.
Una sociedad cada vez más polarizada en torno al estado de derecho
Durante el mismo período, varios tribunales federales, incluidos algunos que están controlados por jueces muy conservadores, fallaron en contra del régimen de Trump en diferentes aspectos de estas deportaciones. Un problema fue la afirmación de Trump de que, una vez que el ICE encarcelaba a un migrante en una prisión en otro país, este reo ya no estaba bajo custodia estadounidense y, por lo tanto, no se podía hacer nada para traerlo de regreso. Un juez federal dictaminó que este argumento otorgaría al gobierno la facultad de “enviar rápidamente a personas a prisiones en otros países en violación de órdenes judiciales y luego alegar, invocando sus facultades amparadas por el Artículo II, que ya no es su custodio y que no hay nada que se pueda hacer... No se requiere mucha imaginación para comprender que este es un camino de absoluta ilegalidad, uno que los tribunales no pueden tolerar”.
Los periodistas de opinión tradicionales también han comenzado a dar la voz de alarma sobre lo que está sucediendo. David Brooks, columnista conservador que escribe columnas en el New York Times, llamó a “un levantamiento cívico nacional integral… La única forma de detenerlo [a Trump] es si se enfrenta a algún movimiento el que cuenta con un poder rival”. Brooks propone una combinación de “demandas, mítines de masas, huelgas, trabajo a reglamento, boicots y otras formas de no cooperación y resistencia”.
Senador obtiene visita con Ábrego García
En medio de todo esto, el senador por Maryland Chris Van Hollen viajó a El Salvador para intentar reunirse con Ábrego García. Al principio, se encontró con una obstrucción total. De hecho, cuando él y el abogado de Ábrego García intentaron conducir hasta la prisión, policías salvadoreños armados detuvieron su vehículo y les impidieron el paso. El vicepresidente de El Salvador le dijo categóricamente que no podría ver a Ábrego García.
Pero todo esto atrajo mucha atención mundial al acuerdo fascista entre El Salvador y Estados Unidos, y parece que, en cierto modo, los fascistas sintieron la necesidad de hacer una pequeña concesión. Así que permitieron que Ábrego García se reuniera con su abogado y Van Hollen durante una hora, lo que al menos le permitió a Ábrego García obtener noticias de su familia y del movimiento para liberarlo, e informar a Van Hollen sobre su situación, ¡incluso de que lo habían trasladado a otra prisión! Pero apenas terminó, el presidente salvadoreño Bukele y Trump dejaron claro que Ábrego García permanecería en prisión, ¡posiblemente para siempre!
Se evita por un pelo un secuestro en masa del viernes por la noche, por ahora…
Todo esto, a su vez, probablemente influyó en los tribunales. Hay múltiples casos legales en curso relacionados con las deportaciones. En uno de los más agudos, cientos de venezolanos se encuentran en cárceles del ICE en Texas a la espera de su deportación al sistema penitenciario de El Salvador. Abogados de la ACLU han intentado obtener amparos judiciales en varios tribunales para impedirlo, pero algunos tribunales federales de Texas los han bloqueado, utilizando tecnicismos absurdos. Pero la madrugada del sábado 19 de abril, la Corte Suprema —y recordemos que se trata de una Corte dominada por fascistas que ha desempeñado un papel fundamental en el establecimiento del poder casi irrestricto de Trump— votó 7 a 2 para bloquear temporalmente todas las deportaciones de venezolanos bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, la ley que Trump había estado utilizando para justificar estas deportaciones.
Conclusión
En general, la lucha que se ha desatado en respuesta a estas acciones fascistas es significativa y positiva, tanto en la lucha contra las deportaciones como en la lucha para derrotar al fascismo de MAGA. Sin embargo, hay dos puntos importantes que hay que tener presentes.
En primer lugar, se trata de una situación muy compleja en la que una amplia gama de fuerzas de clase, entre ellas algunas (como algunos miembros de la Corte Suprema de Estados Unidos) muy reaccionarias, han entrado en la refriega en oposición, en cierta medida, a la agenda inmediata de Trump. Estas fuerzas tienen sus propios motivos, que no están del todo claros, para tomar estas medidas, y no se puede confiar en que lideren esta lucha. Pero sería un grave error restarle importancia a estos acontecimientos para la lucha general por hacer que ¡¡SE VAYA Trump, YA!!
En segundo lugar, mientras esto sucede, Trump y su equipo han intensificado y ampliado sus ataques contra los inmigrantes, así como su afán general por consolidar un régimen fascista. Justo esta semana:
- Agentes del ICE intentaron ingresar a escuelas primarias en comunidades de inmigrantes en Los Ángeles, con la falsa afirmación de que las familias de los niños les habían pedido que realizaran un “control de bienestar”;
- Agentes federales con equipo paramilitar abordaron un tren de Amtrak en la escala de Havre, Montana, e interrogaron a todos los pasajeros del tren sobre su ciudadanía;
- El Departamento de Estado de Estados Unidos ha revocado casi 1.500 visas de estudiantes de otros países y ha seguido secuestrando a estudiantes no estadounidenses, incluido uno que fue secuestrado en su entrevista final de naturalización, el último paso antes de convertirse en ciudadano;
- El gobierno de Estados Unidos ha estado enviando de manera amplia y aleatoria cartas amenazantes por correo electrónico a inmigrantes, muchos de ellos con estatus legal, muchos sin él, así como a algunos abogados de inmigración que son ciudadanos estadounidenses, amenazándolos con que “si no sale de Estados Unidos inmediatamente, estará sujeto a posibles acciones policiales que resultarán en su expulsión de Estados Unidos”.
Éstas son tan sólo algunas de las formas en que el régimen fascista busca difundir el terror, incluso entre personas con estatus legal o incluso ciudadanía, y expulsarlas de Estados Unidos.
En tercer lugar, y de mucha importancia: Kilmar Ábrego García, junto con cientos de migrantes venezolanos, todavía están pudriéndose en las cárceles infernales de El Salvador.
Esta lucha debe continuar —e intensificarse— como parte de toda la lucha para hacer imposible que Trump gobierne o implemente su programa fascista, con la presencia de millones de personas en las calles para hacer realidad la demanda ¡QUE SE VAYA TRUMP, YA!