El 21 de noviembre, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí Netanyahu (Netan-nazi) y Yoav Gallant, hasta hace poco el ministro de defensa israelí, por “crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra” desde el 8 de octubre de 2023. (Vea también Si Netan-Nazi y Gallant son criminales de guerra —¡y lo SON!— ¿¡¿qué hace eso que sean aquellos que financien, armen y defiendan dichos crímenes?!?).
La CPI también emitió órdenes de arresto por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad al líder de Hamas, Mohamed Deif. El hecho de que la CPI presentara cargos contra altos oficiales de Israel, y que se atreviera a aludir a Israel y a Hamas en el mismo contexto provocó una respuesta furiosa de Biden. Declaró: “no hay ninguna equivalencia —ninguna— entre Israel y Hamas”.
Pues Biden tiene razón en eso de que “no hay equivalencia”, pero lo puso patas arriba. Los crímenes contra la humanidad que Hamas cometió en su ataque del 7 de octubre de 2023 contra personas en Israel (que sí los cometió) — para nada se pueden comparar con los crímenes monstruosos de Israel contra el pueblo palestino en Gaza.
Los cargos de la CPI contra Netan-nazi y Gallant
Las órdenes de arresto que emitió la CPI se basan en “motivos fundados para creer” que Netanyahu y Gallant:
- Bloquearon la “asistencia humanitaria en violación de la ley humanitaria internacional”.
- Bloquearon la entrada de electricidad y combustible a Gaza con “un impacto severo en la disponibilidad de agua en Gaza y la capacidad de hospitales de proveer la atención médica”.
- Tienen la responsabilidad criminal por “el crimen de guerra de usar la inanición como método de guerra”.
- Crearon condiciones de vida calculadas para causar la destrucción de una parte de la población civil en Gaza, lo que resultó en la muerte de civiles, incluidos niños, por desnutrición y deshidratación.
- Impidieron “la entrada de suministros médicos y medicina a Gaza… lo que infligió gran sufrimiento mediante actos inhumanos a personas que necesitaban tratamiento”, lo que incluía obligar a doctores a “operar a personas heridas y realizar amputaciones, incluido a niños, sin anestesia”.
- Persiguieron al pueblo palestino “por motivos motivos políticos y/o nacionales”.
- Y “asumen la responsabilidad criminal al ser superiores civiles por el crimen de guerra de dirigir intencionalmente ataques contra la población civil de Gaza”.
La “no equivalencia” de Biden pone la realidad patas arriba
Biden despotricó contra la emisión de las órdenes de arresto:
La emisión de órdenes de arresto por parte de la CPI contra dirigentes israelíes es escandalosa. Me pongo claro una vez más: implique lo que quiera la CPI, no hay ninguna equivalencia —ninguna— entre Israel y Hamas. Siempre nos pondremos al lado de Israel contra las amenazas a su seguridad.
Cierto, no hay ninguna equivalencia entre Israel y Hamas. Pero Biden puso la realidad patas arriba.
El 7 de octubre de 2023, Hamas atacó a Israel, cometió crímenes de guerra que incluyen el asesinato de civiles, el secuestro de rehenes y otros crímenes contra la humanidad. Israel reportó que 1.195 personas fueron asesinadas en esa incursión de un solo día.
Desde el 7 de octubre, Israel ha cometido todos los actos que la CPI nombró en la orden de arresto y aún más. El saldo oficial de muertos, como lo calcularon las autoridades sanitarias de Gaza con recursos muy limitados, es más de 44 mil. Pero una carta a Biden y Harris de parte de trabajadores médicos estadounidenses del 22 de octubre de 2024, quienes cumplieron servicio médico en Gaza, toma en cuenta el impacto de enfermedades, muertes no documentadas, e heridas fatales, presenta “evidencia probatoria de que las pérdidas humanas en Gaza desde octubre son mucho más altas que lo que se entiende en Estados Unidos. Es probable que el número de muertes debido a este conflicto ya haya superado a los 118.908, un abrumador 5.4 por ciento de la población de Gaza”.
Tome un momento para tratar de absorber esto. Israel es responsable de la muerte de casi cien veces más personas en Gaza de las que fueron asesinadas por Hamas en Israel el 7 de octubre. Una mayoría de las víctimas en Gaza son niños y otros no-combatientes.
La verdadera “no-equivalencia” va aún más allá. Israel existe sobre la sangre, huesos, hogares, tierras y opresión del pueblo palestino. La historia de la opresión israelí contra el pueblo palestino se remonta a más de 75 años. Entre 750.000 y 900.000 palestinos fueron expulsados de su patria y convertidos en refugiados a manos del ejército israelí y milicias terroristas aliadas durante el establecimiento de Israel (1947-1949), lo que equivalía aproximadamente al 75 por ciento de todos los palestinos.
Las décadas que han transcurrido han traído una continuada e intensificada limpieza étnica terrorista, la opresión tipo apartheid, y ahora en Gaza, el exterminio literal del pueblo palestino. Además, Israel cuenta con un suministro ilimitado de aeronaves, tanques, bombas y misiles de parte de Estados Unidos.
La fuente fundamental del conflicto
Apenas dos semanas después del 7 de octubre, revcom.us publicó un artículo del líder revolucionario Bob Avakian (BA) titulado “Claro que no puede haber ninguna ‘equivalencia’ entre Israel y los palestinos, pero la realidad es lo opuesto a lo que insisten los partidarios de Israel”. Aunque Israel estaba en las etapas iniciales de lo que rápidamente se convirtiera en un holocausto, ese artículo fue derecho al grano del conflicto. BA escribió:
Sí, es cierto, como insisten constantemente los partidarios de Israel, que no puede haber ninguna “equivalencia” entre Israel y los palestinos — pero la realidad es lo opuesto a lo que insisten estos partidarios de Israel: No hay ninguna equivalencia entre la nación opresora Israel, y la nación oprimida, Palestina; y las acciones de los israelíes son mucho peores, en una categoría completamente diferente, que incluso las atrocidades que Hamas ha cometido, porque Israel está en una posición mucho más poderosa para cometer esas atrocidades, y que sí las comete, ¡a una escala mucho más grande y con mucho más frecuencia!
La realidad esencial en todo esto es que el estado israelí (una vez más, con el apoyo total de Estados Unidos) ha creado, y mantiene de manera forzosa, cruel y asesina, el apartheid y las condiciones opresivas generales en las que el pueblo palestino está esclavizado de hecho y está obligado a sufrir terriblemente, de forma continua. Se trata de la fuente fundamental del conflicto — y no es posible solucionar de manera justa este conflicto sin reconocer esta realidad opresiva esencial, y sin actuar para superarla y arrancarla de raíz.