Del 6 al 10 de junio, Joe Biden y Estados Unidos patrocinan la “Cumbre de las Américas” en Los Ángeles. Según el Departamento de Estado, tendrá objetivos que “que mejoren drásticamente la respuesta y la resiliencia ante la pandemia, fomenten una recuperación ecológica y equitativa, construyan democracias fuertes e inclusivas y aborden las causas fundamentales de la migración irregular”.
El imperialismo estadounidense en las Américas: Crímenes genocidas, dominación e hipocresía
En primer lugar, para entender el contexto general, las metas y los verdaderos objetivos de la Cumbre, comenzamos con lo siguiente, de Bob Avakian (BA), el líder de la revolución:
[C]on la coacción de su poderío militar y económico, el imperialismo estadounidense no sólo sigue dominando políticamente sino explotando y saqueando económicamente a países en todo el tercer mundo. Repito, un blanco especial de todo esto han sido los países latinoamericanos, y en particular México, El Salvador y otras partes de Centroamérica, y el Caribe — que los imperialistas de Estados Unidos consideran arrogantemente su “patio trasero”. Estados Unidos no sólo ha llevado a cabo repetidas invasiones militares y golpes de estado para derrocar gobiernos ahí, y ha respaldado a dictaduras asesinas con sus sanguinarios escuadrones de muerte que aterrorizan al pueblo, sino que ha impuesto “acuerdos” económicos que han desangrado más a estos países e intensificado la miseria de las masas de personas ahí...1
La dominación de América Latina y el Caribe ha sido una piedra angular de Estados Unidos como potencia mundial. La Cumbre de las Américas evolucionó a partir de la Organización de Estados Americanos (OEA), una forma organizativa que concentró y manifestó esta dominación durante los días de la rivalidad en la guerra fría con la Unión Soviética2. Era —y es— una forma por medio de la cual Estados Unidos consolidó su dominación de América Latina después de la Segunda Guerra Mundial, expulsando a los imperialistas rivales y reprimiendo las justas rebeliones contra su dominación, y respaldando a gobernantes sanguinarios y opresivos. La OEA ha servido de tenue fachada de representación de “las Américas”, pero en realidad es un mecanismo por medio del cual Estados Unidos ha perpetrado u orquestado directamente horribles crímenes contra la gente de las Américas.
Por nombrar sólo algunos de los crímenes cometidos por Estados Unidos en la época posterior a la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos intentó aislar y derrocar al gobierno de Cuba en la invasión de la Playa Girón en 1961. Estados Unidos orquestó un golpe de estado fascista en Chile en 1973. Respaldó a los escuadrones de la muerte genocidas en Guatemala (1954-1986), y a regímenes contrarrevolucionarios y fascistas en Bolivia (1971-1978) y Nicaragua (1936-1979). Invadió a Haití (en 1915 y nuevamente en 1994) y a Panamá (1989-1990). Estados Unidos instauró y respaldó a un régimen de escuadrones de la muerte en El Salvador (1980-1982); y perpetró una guerra de terror contra el pueblo de Nicaragua. (¡Y ésta es sólo una lista muy parcial! Para ver más información sobre algunos de estos crímenes cometidos por Estados Unidos contra los pueblos de México, América Central y del Sur y el Caribe, véase Crímenes Yanquis en América Latina)3.
Todos esos crímenes y muchos otros se cometieron en nombre de la “democracia”.
Repitiendo este tema, este año, Estados Unidos (como país anfitrión) “desinvitó” a Cuba, Venezuela y Nicaragua de asistir a la cumbre, alegando que no cumplen con sus estándares de la democracia.
Para “descifrar” lo que los gobernantes de Estados Unidos quieren decir cuando hablan de difundir la “democracia”, veamos una vez más una profunda verdad de BA:
La esencia de lo que existe en Estados Unidos no es la democracia, sino el capitalismo-imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen. Lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo no es democracia, sino imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.
Lo BAsico 1:3
Esto —el imperialismo, y no la democracia, como verdadero criterio— resulta requete claro en la hipocresía sobre quiénes han sido “invitados” y quiénes no4. Los países “desinvitados” —Venezuela, Cuba y Nicaragua— cuentan con gobiernos de regímenes que se han resistido a la franca dominación de Estados Unidos sobre la región y sus países. Están más alineados con las potencias imperialistas rivales que se oponen a Estados Unidos, en los ámbitos económico, político y militar (países provenientes de los cuales que Estados Unidos enfrenta nuevos desafíos).
El imperialismo estadounidense en las Américas: Frente a nuevos desafíos
En años recientes, China, una potencia imperialista rival en ascenso5, ha reemplazado a Estados Unidos como principal socio comercial en América del Sur. En América Latina, China ha hecho fuertes inversiones en las industrias energéticas, en las infraestructuras y ha reforzado sus lazos militares con varios países, especialmente con Venezuela. Los gobernantes de Estados Unidos ven una amenaza estratégica en todo eso (véase “China’s Growing Influence in Latin America” [La creciente influencia de China en América Latina], Council on Foreign Relations, 12 de abril de 2022).
La siguiente apreciación de un experto de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos revela cómo los “asesores estratégicos” del imperio estadounidense perciben los nuevos desafíos:
América Latina y el Caribe, a los que Estados Unidos está íntimamente ligado por lazos geográficos, comerciales y familiares, en la actualidad se enfrenta a una confluencia de desafíos sin precedentes que potencialmente afecten a nuestra [así dice] seguridad y prosperidad... La pandemia del COVID-19 exacerbó los problemas endémicos en la región.... aumentando la desigualdad y la inseguridad, e impulsando la expansión de la migración hacia Estados Unidos.
Mientras tanto, la frustración de los ciudadanos con el desempeño de los gobiernos anteriores en toda la región ha impulsado un viraje hacia la izquierda sin precedentes en la región, lo que incluye la consolidación del poder por parte de gobiernos autoritarios populistas como los de Venezuela, Nicaragua y Cuba, y elementos antidemocráticos y crisis potenciales que llevan a los gobiernos orientados hacia la izquierda por rumbos potencialmente preocupantes en Argentina, México, Bolivia, Perú, Honduras y Chile. Estos gobiernos presentan el riesgo de que disminuya la cooperación con Estados Unidos en cuestiones críticas como las drogas, el crimen organizado transnacional y la migración, al tiempo que crean oportunidades para la ampliación de la presencia en la región de los rivales de Estados Unidos, entre ellos la RPCh [República Popular China], Rusia e Irán. (Énfasis añadido)
En otras palabras: Estados Unidos se enfrenta a amenazas estratégicas debido a la creciente afluencia de migrantes, al surgimiento de regímenes potencialmente hostiles y desfavorables a los intereses imperialistas de Estados Unidos y al aumento de los desafíos a la dominación histórica de Estados Unidos por parte de rivales imperialistas como China y Rusia. Hay que ver en este contexto los objetivos de Biden y de Estados Unidos para la cumbre: reafirmar la influencia y la dominación de Estados Unidos sobre la región, hacer retroceder a las potencias imperialistas rivales que “se están inmiscuyendo” en lo que ha considerado su patio trasero y su “esfera de influencia”, y manejar represivamente la creciente afluencia de refugiados migrantes.
Pero la exclusión abierta y explícita de Cuba, Venezuela y Nicaragua de la lista de invitados a la cumbre provocó una “crisis diplomática” para Biden y Estados Unidos, y un potencial escollo para lograr los objetivos estadounidenses. El presidente mexicano López Obrador ha declarado, por el momento, que no asistirá a menos que todos los países de las Américas puedan participar (aunque enviará a un súbdito). Los líderes de Brasil, Argentina, Bolivia, Honduras, Guatemala y varios estados del Caribe también han declarado que no irán, o bien enviarán delegaciones de bajo perfil. Esto presenta grandes contradicciones para Biden y Estados Unidos, y sus esfuerzos por reafirmar la influencia y la dominación de Estados Unidos, y presentar un “frente unido” de los “aliados” de Estados Unidos en este contexto. Al cierre de esta edición, todo esto sigue desenvolviéndose, con probables regateos de alto nivel entre los gobernantes opresores.
Este tipo de insubordinación es, por un lado, simbólica. Pero para los gobernantes de Estados Unidos, es una vergüenza y pone al descubierto y exacerba fuertes fisuras en la dominación de Estados Unidos sobre una región que ha sido históricamente esencial para su papel de superpotencia capitalista-imperialista indiscutible del mundo. Brasil, Colombia y México (entre los países más grandes y más dominantes de América Latina) están profundamente amarrados en relaciones de subordinación con Estados Unidos, pero también tienen sus propios intereses. En un mundo en el que el capitalismo-imperialismo chino es cada vez más poderoso y en el que Rusia está maniobrando por volver a emerger en el escenario mundial como potencia militar y política capitalista-imperialista, los gobernantes de esos países perciben una oportunidad para maniobrar y mejorar su posición, aún subordinada, en el sistema imperialista mundial.
Aunado a lo que está en juego para Biden y los demócratas: en el contexto de un feroz e intensificado conflicto irreconciliable en la clase dominante estadounidense, un boicot significativo a la cumbre por parte de otras potencias, así como cualquier concesión que haga Biden para evitarlo, podría ser leña para que los fascistas trumpistas pinten a Biden y a los demócratas como “peleles” cuando, al contrario, según su visión fascista, Estados Unidos debería ser el que lleve la batuta de manera abierta, irrestricta, indiscutible e incondicional en el mundo.
Mensaje a los migrantes desesperados que huyen del hambre y la muerte impuestas por Estados Unidos: “NO VENGAN”
En los últimos pocos años, un torrente de millones de migrantes desesperados que huyen de la pobreza, las violaciones, la delincuencia, la violencia oficial y la muerte en América Latina y el Caribe se han arriesgado, y a menudo han perdido, la vida al intentar buscar refugio en Estados Unidos.
Los que “consiguen” cruzar la frontera sin estatus legal viven a las sombras, perseguidos por las autoridades, y satanizados, convertidos en chivos expiatorios y singularizados por los fascistas que los consideran como parte de una amenaza existencial para “reemplazar” al Estados Unidos supremacista blanco. Son victimados por las pandillas que extorsionan, trafican, prostituyen y asesinan a estos migrantes desesperados (que a menudo están huyendo de las pandillas), y que a menudo son forzados a unírseles. Trabajan en los empleos peor pagados y más peligrosos en las industrias de servicios, la construcción y la agricultura. Y tan sólo desde marzo de 2020, casi dos millones de inmigrantes han sido expulsados de Estados Unidos con el pretexto de controlar el COVID, incluidos aquellos que cuentan con un supuesto derecho legal a solicitar asilo político. Decenas de miles están encerrados en campamentos precarios en la frontera con México que son periódicamente desmontados por las autoridades con poca comida, agua o refugio contra el clima.
Desde la perspectiva de la humanidad, esto es una denuncia condenatoria contra aquellos que gobiernan este mundo y su sistema. Pero desde la perspectiva de los gobernantes, la crisis de la inmigración es una amenaza a la estabilidad y la legitimidad de su sistema. Y partiendo de eso —de la amenaza a la estabilidad de su sistema—, Biden ha incluido el control de la inmigración en la agenda de la cumbre. Y dice que la cumbre abordará las “causas raíz de la migración”.
Lo que los gobernantes de Estados Unidos proponen para abordar las “causas raíz” de la migración es, en parte, un plan para convertir más pequeñas explotaciones agrícolas en cultivos de café para la exportación, y crear una infraestructura para maquiladoras textiles más brutalmente explotadoras y ambientalmente destructivas6. Estos planes exacerbarían los mismos factores que hacen que la gente abandone sus hogares en Honduras, Nicaragua y El Salvador: el cambio climático y la devastación ambiental, y la ruina de la agricultura en pequeño. Esas son las “causas raíz” de las condiciones que, desde 2014, han impulsado a más de dos millones de personas a huir de esos países.
Pero independientemente de que las iniciativas económicas destructivas de Biden se pongan en marcha, o no, la esencia del plan de Biden para “abordar las causas raíz” de una ola migratoria se expresó en la advertencia de la vicepresidenta Harris a las masas desesperadas: “¡No vengan! ¡No vengan! Estados Unidos seguirá aplicando nuestras leyes y asegurando nuestras fronteras. Si ustedes acuden a nuestra frontera, serán devueltos”. (Véase Kamala Harris le cierra la puerta en las narices a los desesperados inmigrantes guatemaltecos: “¡NO VENGAN!”.)
Y Estados Unidos le ha “subcontratado” a México gran parte de la detención de los migrantes provenientes de América Central, “fuera de la vista” de la gente en Estados Unidos. En México, decenas de miles de personas, entre ellos niños, son retenidos en condiciones inmundas — a menudo sin colchones en los que dormir, sin inodoros que funcionen, sin agua potable o sin acceso a la atención médica. Se les niega asistencia jurídica para las solicitudes de asilo, la posibilidad de comunicarse con familiares, y el gobierno mexicano prohíbe las inspecciones por parte de los organismos no gubernamentales. (Véase “IMMIGRATION DETENTION IN MEXICO: BETWEEN THE UNITED STATES AND CENTRAL AMERICA” [DETENCIÓN DE MIGRANTES EN MÉXICO: ENTRE ESTADOS UNIDOS Y AMÉRICA CENTRAL], Global Detention Project, 2021.)
Biden busca turbo-impulsar este mensaje y programa, en el contexto de los nuevos desafíos y la perspectiva de un aumento de migrantes-refugiados7.
NO ES NUESTRO IMPERIO
Los voceros de la clase dominante se retuercen las manos al ver que el caos que rodea a quienes van a acudir a la cumbre es una “vergüenza que podría erosionar la influencia de Estados Unidos en la región” y una “verdadera tragedia [para] una región que necesita desesperadamente coordinación y apoyo”. (“Biden administration races to salvage Summit of Americas in Los Angeles” [La administración Biden se apresura a salvar la Cumbre de las Américas en Los Ángeles], Los Angeles Times, 23/05/2022.)
¡Hágame el favor! Lo último que necesita la gente en América Latina (o en cualquier otro lugar) es “coordinación y apoyo” por parte de este imperio de fauces ensangrentadas. Y mientras “nuestros” gobernantes se apresuran a sacar algo de esta cumbre para sí mismos, NUESTROS INTERESES corresponden a las masas de millones de personas en toda América Latina, el Caribe y el mundo entero que son las víctimas de Estados Unidos.
Una vez más, volviendo a Lo BAsico (3:8):
Los intereses, objetivos y grandes planes de los imperialistas no corresponden a nuestros intereses — no corresponden a los intereses de la gran mayoría de la población en Estados Unidos ni de la abrumadora mayoría de la humanidad. Hay que entender las dificultades en que se han metido los imperialistas en aras de sus intereses, y hay que responder a ellas, pero no desde su punto de vista y sus intereses sino desde el punto de vista de la gran mayoría de la humanidad y de la necesidad básica y urgente de un mundo diferente y mejor, de otro camino.